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OTRA HISTORIA DE BALANCES

OTRA HISTORIA DE BALANCES

           Entre las diversas manera de relacionarse que se imponen entre quienes de forma concentrada coinciden en el común denominador de cuestionar críticamente las circunstancias que le son impuestas por la sociedad donde se desenvuelve , a partir de la fetichización de los modos de organización que tienen esos agrupamientos humanos , esta la inveterada costumbre de reunirse o enlazarse en encuentros virtuales para hacer balance . En general esa práctica contable que remeda los haceres de un emprendimiento capitalista, luce imperativa y necesaria con ocasión de circunstancias electorales , sea que los comicios se den en un club de barrio, en una cooperativa, en un club aparente que encubre una gestión de negocios o en el plano sindical, sin hablar de las elecciones generales de medio término o finalmente presidenciales.

              Lo cierto es que parece irremediable que quienes guardan interés por conducir o representar , busquen presurosos las cantidades, los números, los guarismos, o como se le quiera llamar para de modo inmediato “procesarlos” y convocar a la benemérita reunión de la que seguramente saldrá el irremediable documento, que sobre lo “balanceado” y así “cosificado”, pasará a constituirse en una parte anexada de la biblia y por tanto verdad revelada, hasta que nuevamente la sobrevida y sus exteriorizaciones nos cite a un nuevo balance.

       En este caso la premura viene de la mano de las elecciones sindicales en el gremio docente de la provincia de Santa Fe, que forma en sí , parte de un aparato institucional superior que es una confederación de docentes que recibe el nombre de CTERA. Por tal razón , por esa participación en un todo nacional y por la relevancia que tiene Santa Fe en ese contexto, lo que pudiera suceder fue materia de observación e intervención de operadores políticos nacionales y provinciales , máxime cuando aún no están claras las consecuencias de elecciones similares en la provincia de Buenos Aires.

          Lo cierto es que por esa premura por balancear, los contadores del momento ubican las cifras en debe y haber no de modo profesional , sino interesado según la camiseta del grupo que requiera de sus servicios o que sencillamente busquen dirigir. Estaríamos entonces frente a contadores que lejos de hacer su labor en la empresa, lo que hacen dar rienda suelta al vicio profesional de cerrar cantidades para que las mismas sirvan de fundamento para seguir y no quebrantar el emprendimiento.

      En este fenómeno electoral en Santa Fe el coto de casa fue la seccional Rosario y más en general la presión que los atrincherados en Rosario podían hacer a nivel general . La presión de la derrota de los referentes del FITU, les persuadió de correr a la búsqueda de una suerte de volver a empezar , definir enemigos que no son tales para llevar agua al molino de la permanencia. Para eso no se escatimó esfuerzos y mucho menos no se tuvo prurito alguno para exhibir al rival electoral como un enemigo sin cuartel y llevar la cosa al todo o nada.

         Es ese contexto sobre el que nos queremos detener para poner el acento inicialmente en que ha llegado la hora de cuestionar estas prácticas balanceras. Son tan carentes de sentido y a la vez tan necesarias para los actores en juego, como lo son las estadísticas de los partidos de básquet en cuanto asistencias, balones perdidos, recuperos, triples y etc, que preocupantemente también avanza sobre el futbol, según se puede ver en las transmisiones televisivas que han sustituido la praxis social de concurrir a los estadios.

         La herramienta balance solo sirve a quien lo dibuja para consumo interno en el afán de mantener al grupo equilibrado , según así lo impone una organización que se prepara en las palabras para algo que niega en los hechos como lo es el cambio social revolucionario. El balance “discutido” y aprobado no es otra cosa que una bajada de línea interpretativa con la cual se busca fundamentalmente disciplinar.

         El grado de total ausencia de relevancia del entramado sindical jurídicamente establecido se ha tornado tan poco significativo en la lucha de clases referida puntualmente a la impugnación necesaria del sistema como primer eslabón de su superación dialéctica, hace que cuanto pueda surgir de lo decidido en las urnas , pueda tener efectos realmente sustentables dentro de la contienda social. AMSAFE, CTERA, no se salen de conjunto o individualmente de todo cuanto ha decidido seguir la dirigencia sindical con respecto al orden capitalista. En otras palabras , estas estructuras sindicales no inciden en las relaciones sociales de forma combativa sino adaptativa, siendo vectores facilitadores de la celebración de paritarias ( ficción de negociación entre partes con mediación estatal como si el estado fuera neutral).

   Los sindicatos sean de burocracia lisa y llana, o encubierta, han decidido por determinación general cobijarse dentro del paraguas capitalista aceptando en definitiva que son parte del mismo en la media en que sus demandas son centralmente economicistas y se reducen a una puja por el salario , con la significación que esta categoría tiene en la reproducción del capital.

La presencia de lo nuevo, según se lee en los discursos de los “ganadores”, no es otra cosa que un fraude de etiqueta, si se tiene en cuenta que el dirigente más representativo por la sección Rosario , también ya fue electo en la primera década del siglo con iguales brios y entre una cosa y otra lleva con el resto de sus cofrades 18 años de gestión. La pregunta sería ¿no pasó nada en Argentina en esos 18 años? ¿ Cómo es que ahora resultan necesario al estilo borrón y cuenta nueva, cuando no lo fueron en ese período y actuaron según el orden de cosas al que arribamos en este presente?

 Lo importante, sin contar con la lectura de números que dan cuenta de un momento puntual del desarrollo de las relaciones, una expresión de voluntad transitoria a poco que el voto de hoy puede mutar de sentido mañana, como los dirigentes que son votados cambian su discurso y también la vereda donde se para. Basta  para eso , ver quienes eran los exultantes del 2004 , y cúal su posicionamiento actual. Amigos del ayer,enemigos del hoy.

Sin embargo lo relevante es la ausencia de un modelo sindical que marque proyección programática en el hacer. Nada de eso juega en la especie ni en las mentes de los viciosos contadores que dibujan balance para la tribuna. Es la misma ausencia que pesa sobre las acciones de política más general en el FITU, que solo consigue llevar a la vida sindical los encuadres burocráticos y de aparato que pergeñan otros contadores mas avezados en eso de que los números cierren, sin importar si en realidad son representaciones abstractas de una realidad a la que le dan absolutamente la espalda.

Amsafe discutía candidatos y en forma contemporánea un grupo de padres, familiares ,vecinos, avanzaban violentamente sobre una escuela de barrio para linchar a un docente y dañar las instalaciones. Amsafe no hace balance de esa escuela de espaldas al territorio donde se ubica, parapetada más como un fuerte en una suerte de avanzada civilizatoria encarnadas por su abnegado personal que en una integración con la vida real de esos territorios signados por la vulnerabilidad subjetiva y todas las acrecencias que la  barbarie capitalista deposita en la población a la que ha desplazado de la producción , dejándola como elemento sobrante en toda economía formal.

    La estructura social que es la base material de esta forma jurídica estatal que llamamos Argentina, no puede escapar a las consecuencias de la crisis económica del capitalismo a nivel mundial ,obligando a todos los gobiernos provinciales a encolumnarse tras el nacional y tomar medidas extraordinarias para afrontarla sin que se conmueva su dominación

Invariablemente todas estas medidas han sido diseñadas pensando en afectar lo menos posible los intereses de la clase dominante, de los grandes empresarios industriales y agrarios, los terratenientes y  las grandes transnacionales imperialistas, que, por el contrario han encontrado en esta crisis una oportunidad para  abaratar sus costos  entre los que incluyen el pago de la fuerza de trabajo, desembarazándose del peso de cargas sociales, cerrando fuentes de trabajo, recortando salarios y prestaciones sin tener que enfrentar la resistencia organizada de los trabajadores

    Todo este contexto y esa medidas terminan descargado el peso de la crisis sobre la clase obrera, los trabajadores y sus familias. La destrucción de la familia obrera es parte de la destrucción de las fuerzas productivas que la burguesía aplica como respuesta a la crisis. La peor parte de la crisis de salud viene siendopagada por las grandes mayorías oprimidas del planeta. Somos testigos de que, en una sociedad en decadencia como es el capitalismo en su fase imperialista, toda crisis de alguna magnitud, tiene como resultado acentuar los niveles de barbarie y desintegración social. Es ese el contexto donde debe ser visto el problema educativo de conjunto y el posicionamiento del trabajador docente dentro del mismo. Ese perfil del análisis excede el modelo sindical vigente en el sector que se posiciona por fuera del mismo como si eso fuera materialmente posible y es eso lo que esteriliza sus acciones  para los intereses de la clase trabajadora de conjunto, volviéndolas funcionales  la dominación burguesa.

Es la crisis del modelo capitalista la que descoloca todo el formato de intervención electoral y sus pretendidos “balances” en la medida en que los actores de la  supuesta disputa electoral ya han tomado parte en esa crisis y definido un modelo sindical que es ajeno a la posibilidad de todo cuestionamiento de la dominación existente. No hay ninguna proyección hacia el abordaje de la realidad por fuera de la lógica inmediatista del formato paritario. Solo existe el común denominador entre los pretendidos contendientes de entender la escuela, y todo el entramado de la educación desde la perspectiva empresaria, tomando al Estado de la burguesía como un empleador . El lugar reproductor que tiene hoy el formato educativo , la avanzada de nuevas intervenciones superestructurales tendientes a dar permanencia a la dominación de la clase en el poder, son factores que los dirigentes sindicales “novedosos” o “veteranos” han ideológicamente decidido poner por fuera de sus haceres, limitándose a quejas esporádicas y de contexto puramente transitorio sobre los haceres del Estado, exigiendo más intervención o más seguridad, con lo que lisa y llanamente se involucran en ese “orden de cosas”, como pata izquierda de la mesa

 La lucha  desde el activismo sindical  es solo una parte del hacer militante  que no puede resolver las cuestiones esenciales de la actividad donde se desenvuelve  en este momento de crisis capitalista  en la medida en que esa fractura de la reproducción social le excede dentro de los modelos sindicales imperantes solo reducidos a la puja salarial en contexto paritario . Ese es el esquema de trabajo donde se mueven como pez en el agua los dirigentes de siempre. El problema educativo es tan amplio que no admite ese posicionamiento sin salida. El sistema que nos gobierna nos ha llevado incluso a una guerra que pone en riesgo la existencia misma por su proyección política a todo el mundo . La presencia de otro modelo sindical y su entramado con las organizaciones políticas revolucionarias es el imperativo del momento , sin esas herramientas superadoras  no se podrán saldar con perfil humanitario  las condiciones de hambre, miseria y guerra a la que nos está sometiendo la burguesía en esta decadencia completa de su régimen político.

En definitiva, estas y otras elecciones sindicales operan en un contexto que solo exhibe agonía de lo dado y ausencia de tendencias a lo nuevo posible en contexto de una nueva sociedad. Solo una respuesta jurídico-formal para dar legalidad a intervenciones institucionales, legitimando en los papeles y las estructuras a un plantel nuevo o viejo de operadores que en definitiva solo saben que deben permanecer bajo la forma que fuere, aunque para eso , periódicamente haya que ponerse el personaje del militante combativo.

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