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LOS TRABAJADORES COMO SUJETO SOCIAL DEL CAMBIO

LOS TRABAJADORES COMO SUJETO SOCIAL DEL CAMBIO

La renuncia del ministro Guzman y su reemplazo implica , un capítulo más en la agonía prolongada del gobierno de Alberto Fernández, en la que arrastra a su socia Cristina Fernandez. Es una gestión que toca a su fin pero no materializa su deceso sino por episodios políticos como el contenido en la cadena de hechos que presagiaron y consolidaron el retiro “voluntario” de Guzman acrecentando la ofensiva del capital financiero en post de lograr que el acuerdo con el FMI tome cuerpo con más exigencias no contenidas ni expresadas en el consenso inicial que tuvo aceptación parlamentaria.
. Los ‘mercados’ avisaron de lo que se venía cuando detonaron una corrida contra los títulos públicos en pesos hace unas semanas.
. El presidente, la vice y el peronismo en su conjunto han quedado en una situación que toma las apariencias históricas de los últimos días de Isabel. El macrismo y los restos latentes de los partidos burgueses, clama por un poco de calma haciendo las veces de síndico de una quiebra.
Argentina que próximamente recordara su declaración de independencia, es hoy una economía inviable y la clase trabajadora sumergida en ella , respetando sus estructuras jurídicas, sus apariencias constitucionales y sus poderes formales es arrastrada con la colaboración de la dirigencia sindical y la dirigencia de la izquierda parlamentaria a la barbarie que significa trabajar y no cubrir con el salario recibido los requerimiento básicos de sobrevivencia digna.
Por fuera de los funcionarios de turno , los perfiles personales de quienes toman a cargo la gestión, el rol del Estado la crisis de la reproducción capitalista con consenso, deja sus marcas en el espacio de los hechos y las actividades cotidianas de la sociedad civil. En ella el dinero como mercancía facilitadora del intercambio, sea físico, bancario o inclusive virtual, muestra su notoria incapacidad para cumplir plenamente esa función. Es este el escenario propicio para que sobre esa tendencia liquidacionista de los lazos sociales los trabajadores por su vanguardia, se estructuren en organismos de toma de decisiones para sus intereses inmediatos y perfilen desde los mismos herramientas de lucha con su métodos históricos, por fuera de los aparatos burocráticos de las organizaciones políticas que se autoproclaman en su representación.
La burguesía aboga por una salida sangrienta a la crisis (devaluación y tarifazo), pero no consigue reunir aun los recursos políticos -de poder-, para imponerlos. Las acciones políticas del FITU con expectativas a octubre de 2023 y a una serie de elecciones adelantadas en las provincias naufraga en todo momento La
La estructura agonizante del capitalismo en nuestro territorio pide una internación de la sociedad en terapia intensiva con una devaluación y tarifazo con efectos de pobreza y miseria sobre la clase trabajadora
Ya no hay espacio político para una salida bonapartista de la situación que pudo quererse exhibir por las apariencias al sentar en el acto de asunción del cargo de la nueva ministra con la presencia de la UIA y los burócratas de la CGT. La harapienta democracia formal solo exhibe sus formas jurídicas y pone en acto su verdadera condición de dictadura de clase. No hay espacio para recetas de corte reformista o alianzas con otros sectores que no sean de la clase trabajadora.

Esta expresión política de la crisis estructural del modelo de reproducción capitalista es decisiva para la clase trabajadora que necesita poner en marcha sus métodos de combate históricos para defender su condición de sujeto social, sus reivindicaciones mínimas de sobrevivencia como tal y poner en otra etapa de desarrollo la lucha de clases en búsqueda del poder obrero con programa socialista.
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