Una enseñanza que emerge por fuera del ruido y los gritos de una jornada de convocatoria a estar en las calles del país, es que la alternativa burguesa o pequeño burguesa nacionalista no tiene nada de progresivo para los trabajadores. En particular, que el recambio de figuras al frente del Estado solo ayuda a mantener la sujeción de las masas populares al carro de la clase dominante. Por eso, la bandera fundamental del marxismo es la ruptura con toda forma de conciliacionismo burgués, pequeño burgués o burocrático.
En consecuencia, la crítica marxista no es un mero “intercambio de ideas” entre compañeros con algunos objetivos comunes más o menos relevantes. Por el contrario, y parafraseando a Marx, la crítica es un arma de lucha, un medio para el fin revolucionario, llevar a los seres humanos a pensar, obrar y organizar una sociedad sin explotados ni explotadores.
El discurso sobre la deuda y el FMI de estos grupos que hoy llevan tras de sí, el grueso de la militancia contiene desde el punto de vista de la teoría y consignas puestas en acto, una intervención en la lucha de clase contraria a los intereses objetivos de la clase obrera en sí.
La consigna que pone el centro de la lucha en el ataque al FONDO MONETARIO INTERNCIONAL y sus imposiciones.
El fundamento de esta orientación es la definición según la cual la deuda externa es, la vía principal para la reproducción capitalista y la explotación de la clase trabajadora por parte del capital financiero internacional. En ese sentido la marcha realizada hoy deja en claro que para gran parte de los convocados a la marcha el FMI corporiza la explotación imperialista sobre el país y el pueblo”
Lo cierto sin embargo es que el problema objetivo más crítico, de la clase trabajadora y los sectores sin empleo con desempeño en la economía informal como titulares de planes sociales, productores auto-explotados ,población económicamente sobrante o como se les quiera llamar , es
su miseria creciente y aquello que la genera no se reduce al acuerdo con el fondo monetario. Dicho en otros términos debe quedar en claro que la causa de los males para las masas trabajadoras no se reduce al pago de la deuda contraída con el organismo internacional y la usura financiera , sino que tiene que ver básicamente con la inviabilidad de la relación capital -trabajo en sí , en tanto la acumulación de capital que se produce por la propia productividad de la fuerza de trabajo resulta insuficiente.
Por lo demás en todas las demandas pública agitadas desde la dirigencia convocante se destacan planteos donde tienen centralidad las palabra país”, patria o “pueblo” y de modo consciente en búsqueda de ampliar el frente con otros sectores sociales extraños a la clase trabajadora se hace abstracción de las clases sociales y del programa socialista. Por eso el mensaje que se exhibe es que “todos” a excepción del gran capital concentrado en la gran burguesía son explotados por medio de la deuda.
Este posicionamiento ideológico que transcurre por fuera de la relación capital-trabajo disimula de manera consciente la conexión entre la deuda externa y la fuga de capitales operada por la propia clase dominante argentina. Y el hecho de que gran parte de los tenedores de los títulos de la deuda pertenecen a la misma burguesía. Es decir, es un planteo insuficiente en tanto no da cuenta propagandística y agitativa del directo involucramiento del conjunto del capitalismo argentino con el capital dinerario internacional, y por ende, también con la deuda, por acordar que ese es el modo en que opera la reproducción del capital en nuestra sociedad de capitalismo tardío y altamente dependiente.
La deuda externa es un producto del capitalismo atrasado y dependiente, y nunca la fuente única de la miseria, en tanto aún cuando la clase política había sacado al fondo monetario de la escena luego esa misma clase burguesa fue en su búsqueda. En los tiempos en que se saldaron los compromisos con el fondo , las carencias sociales no menguaron y los sectores de la clase obrera afectados fueron incrementando su volumen a expensas del capital concentrado.
El acuerdo con el FMI , no es la única y significativa causa eficiente de los padecimientos económicos-sociales en los que se encuentra la clase trabajadora del pueblo.
la tasa de interés y la deuda son reguladas por las leyes económicas. El no pago de la deuda solo modifica el reparto de la masa de la plusvalía al interior de la clase capitalista, dejando intacta la tasa de explotación
En este contexto, no es ocioso tener presente la prevalencia del encuadre de la realidad argentina que esbozó el morenismo y que luego plasmo en el frente izquierda unida que siendo un cadáver insepulto por los desvíos ideológicos que contenía, toma nueva versión por parte de los dirigentes del FITU , con el agravante que por vía de esa cooperativa electoral de reformismo parlamentarista han logrado traer a esas filas a lo que queda del PO, según se sigue incluso de las definiciones que contienen los últimos documentos públicos que ha hecho conocer la burocracia que opera el rol dirigencial de ese aparato político.
Es el morenismo el que apeló a supuestas revoluciones democráticas poniendo fin a la dictadura genocida y tras ello opero el esquema según el cual , la acción militante y la crítica principal debe ser orientada en la práxis política no al capitalismo, sino al capital financiero y el imperialismo.
Con esto se tiene siempre presente la relación frentista con sectores políticos que se ubican dentro del movimiento político que conformó el frente de gobierno y hoy desespera por desvincularse de sus acciones culpando a otras partes de ese mismo frente. Por eso se omite mencionar al peronismo en los planteos, y toda denuncia sobre la burguesía nacional, más allá de que en el mejor de los casos cuanto se pueda decir para ese sector es su “cobardia” o su incapacidad política, lo cual implica justificar su existencia híbrida por impotencia .
Debe quedar en claro, que la consigna inmediata, no al acuerdo con el Fondo Monetario , y las más abarcativas no pago de la deuda, segunda independencia, etc, además de las democráticas no son consignas ligadas al programa socialistas, sino de contenido popular-revolucionaria-antiimperialistas como lo son en el plano económico la nacionalización de la banca y el control del comercio exterior, en la medida en que ellas no se ligan al poder obrero, sino que se proponen como demanda a un supuesto gobierno popular
Lo cierto es que todo esto impone la errónea idea según la cual se puede elevar el valor de la fuerza de trabajo afectando solo los intereses de los “especuladores financieros” y el gran capital concentrado en grandes grupos económicos –
Este concepto lleva a no cuestionar la explotación de la clase capitalista, nacional o extranjera, sobre la clase obrera. Expresarse de esta forma es desplazar la centralidad de la explotación basada en el régimen del trabajo asalariado hacia la “liberación nacional” siendo lo que se da en llamar Argentina de conjunto esquemáticamente exhibida como una semicolonia y por esto, recordando el 9 de julio es necesario luchar por la segunda independencia.
La propuesta de centralizar la lucha en el contenido antimperialista que deja ver la consigna de no al acuerdo con el fondo monetario, permite pensar en que por fuera de ese acuerdo es posible un salto cualitativo de existencia superador de la miseria . Esto implica una afiliación directa en el nacionalismo o en el peor caso en la idea del desarrollo autónomo capitalista autónomo en un solo país, dentro del marco jurídico -politico de la constitución nacional impuesta por la burguesía para consensuar su hegemonía de clase.
La superación de la dependencia económica de un país atrasado excede lo que puede lograr una revolución nacional burguesa y democrática, o anti-imperialista. La consigna que agita la liberación nacional del yugo imperialista oculta que la autodeterminación de un pueblo no elimina la dependencia económica, en tanto ella está asociada al predominio del capital financiero y a la propia estructura capitalista tardía y atrasada del capitalismo argentino , y no puede desaparecer en tanto haya capitalismo
Finalmente el planteo elusivo según el cual este tipo de planteos centrados en una sola consigna convocante de “amplios sectores” tiene la virtualidad de arrastrar a las masas trabajadoras para que en forma consecuente con la misma , lleguen a posiciones socialistas y revolucionarias, no tiene en la existencia histórica concreta de nuestra sociedad asidero alguno
Es pura ideología- en su significación de falsa conciencia- pensar que de modo necesario los trabajadores empujados por la pobreza y la crisis económica crónica, evolucionan mecánicamente hacia su superación socialista por vía del poder obrero.
Es más que relevante modificar el curso de la lucha con objetivos programáticos claros que eviten una nueva frustración de la militancia. Es preciso dejar en claro que, los problemas fundamentales de las sociedades capitalistas, o más específicamente, de los capitalismos dependientes y atrasados, no se superan alterando alguna variable de la distribución sino desde la producción mismaEl desconocimiento del acuerdo con el FMI y más aún, el no pago de la deuda externa solo puede brindar una salida a los trabajadores en el marco de la aplicación de un programa transicional instrumentado por un poder obrero revolucionario.