“la más grande felicidad del hombre no está en la usufructo del presente, sino en la preparación del porvenir”. León Trotsky

Una bandera limpia: imponer el socialismo en la tierra. Por distintas circunstancias históricas ese símbolo no flameo por las calles de nuestra sociedad este 9 de julio. Guiados por las apariencias podríamos decir que si se observaron banderas rojas, estrellas , fotos del che, todas con alguna relación con ese significante, pero tanto lo vociferado como el pliego de la convocatoria solo hizo eje en el reclamo hacia un gobierno ajeno a la clase trabajadora, para que abandone el acuerdo con el FMI , buscando cesen las consecuencias sociales del mismo. La bandera limpia por el socialismo implica mucho más que de eso, en tanto se suscriba o no un acuerdo de pago con ese organismo usurero, lo demandado no es otra cosa que una pretensión en contexto capitalista que no perfora la dominación burguesa sobre la sociedad ni permite la superación objetiva de las contradicciones económico-sociales contenidas en las mismas.

      La lucha con la bandera limpia del socialismo   necesita ser el contenido consciente de la vanguardia trabajadora en el conflicto de clases que constituye nuestra sociedad y donde se desenvuelve nuestra personalidad.  Esa tarea y el desarrollo de la lucha de clases   nos sobrepasa y nos constituye como sujetos  en tanto ella misma y su resolución favorable a los intereses objetivos de la clase trabajadora a las personas, a las fracciones a los partidos. Es una lucha por el porvenir de la raza humana.

 Es una lucha dura, más aún si en el plano ideológico su apropiación social por un contingente significativamente relevante  luce retrasada en el tiempo como lo muestra lo visto ayer . Es una lucha extensa. Los que buscan la tranquilidad y el confort no se enrolan en ella, En las épocas de reacción, ciertamente, es más cómodo vivir con la burocracia sindical , piquetera o de un grupo organizado como partido  que  consolidar la verdad de clase que no es otra cosa que la superación de las clases, la abolición material de la ley del valor y el derecho de propiedad privada sobre los medios de producción