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Nuevo Curso

LA SUPERACION DEL DELITO SOCIAL . EL ROL PREVALENTE DE LA CLASE TRABAJADORA Y EL PROGRAMA SOCIALISTA

NUEVO CURSO

Las quemas constituyen un delito social. Su denuncia exige repudiar al Estado que lo facilita convirtiéndose en participe necesario y colocar la cuestión dentro de la estrategia socialista de abolición del orden burgués y su superación por la democracia obrera .
Desde ya hace mucho tiempo, y sin que haya podido ser superado por desmentida alguna, Engels tomo en cuenta factores sociales relevantes en el desenvolvimiento del capitalismo en función de los cuales avanzó en la definición de lo que debe considerarse un delito social. Así , desde esa perspectiva indica que:


Cuando un individuo hace a otro individuo un perjuicio tal que le causa la muerte, decimos que es un homicidio; si el autor obra premeditadamente, consideramos su acto como un crimen. Pero cuando la sociedad* pone a centenares de proletarios en una situación tal que son necesariamente expuestos a una muerte prematura y anormal, a una muerte tan violenta como la muerte por la espada o por la bala; cuando quita a millares de seres humanos los medios de existencia indispensables, imponiéndoles otras condiciones de vida, de modo que les resulta imposible subsistir; cuando ella los obliga por el brazo poderoso de la ley a permanecer en esa situación hasta que sobrevenga la muerte, que es la consecuencia inevitable de ello; (…) cuando ella sabe demasiado bien que esos millares de seres humanos serán víctimas de esas condiciones de existencia, y sin embargo permite que subsistan, entonces lo que se comete es un crimen, muy parecido al cometido por un individuo, salvo que en este caso es más disimulado, más pérfido, un crimen contra el cual nadie puede defenderse, que no parece un crimen porque no se ve al asesino, porque el asesino es todo el mundo y nadie a la vez, porque la muerte de la víctima parece natural, y que es pecar menos por comisión que por omisión. Pero no por ello es menos un crimen. Ahora pasaré a demostrar que la sociedad en Inglaterra comete cada día y a cada hora lo que los periódicos obreros ingleses tienen toda razón en llamar crimen social; que ella ha colocado a los trabajadores en una situación tal que no pueden conservar la salud ni vivir mucho tiempo; que ella mina poco a poco la existencia de esos obreros, y que los conduce así a la tumba antes de tiempo (…)
La sociedad actual trata a la gran masa de pobres de una manera verdaderamente repugnante. Se les trae a las grandes ciudades donde respiran una atmósfera mucho peor que en su campiña natal. Se les asigna barrios cuya construcción hace que la ventilación sea mucho más difícil que en cualquier otra parte. Se les quita todos los medios de mantenerse limpios, se les priva de agua al no instalárseles agua corriente sino mediante pago y contaminando de tal modo las corrientes de agua que no podrían lavarse en ellas. Se les obliga a arrojar todos los detritos y basuras, todas las aguas sucias. A menudo incluso todas las inmundicias y excremento nauseabundos en la calle, al privárseles de todo medio de desembarazarse de ellos de otro modo y se les obliga así a contaminar sus propios barrios. Pero eso no es todo. Se acumulan sobre ellos todos los males posibles e imaginables. Si la población de la ciudad ya es demasiado densa en general, es a ellos sobre todo a quienes se fuerza a concentrarse en un pequeño espacio. No conformes de haber contaminado la atmósfera de la calle, se les encierra por docenas en una sola pieza, de modo que el aire que respiran por la noche es verdaderamente asfixiante. Se les dan viviendas húmedas, sótanos, cuyos pisos rezuman o buhardillas con techos que dejan pasar el agua: Se les construye casas de donde no puede escaparse el aire viciado. (…)

Esa es la situación en Inglaterra y la burguesía, que puede leer esas noticias todos los días en los periódicos, no siente preocupación alguna por ello. (…) yo la acuso resueltamente de asesinato social. (…)«

  • Cuando hablo de la sociedad, aquí y en otras partes, como colectividad responsable que tiene sus obligaciones y derechos, huelga decir que me refiero al poder de la sociedad, es decir, de la clase que posee actualmente el poder político y social, y por tanto es responsable también de la situación de aquellos que no participan en el poder. Esa clase dominante es, tanto en Inglaterra como en los demás países civilizados, la burguesía.”

La objetividad indisoluble que expresa una población sometida a la contaminación, el humo , generado por el uso del fuego para un emprendimiento capitalista , esto es , para la obtención de valor desde el trabajo de la tierra en los llamados humedales , da cuenta que ese hecho de la naturaleza con intervención humana utilitarista opuesta a la condición humana en sí , expone la tendencia al agotamiento terminal del modo de producción capitalista, su Estado y las relaciones actualmente existentes en la sociedad civil.

En una república democrática como la que expresan las formas jurídicas en nuestro país a través de la constitución nacional, el capital ejerce su poder mediante la corrupción directa  de funcionarios , y la alianza del personal político que gestiona el Estado  con el capital financiero

El fracaso del discurso , la táctica y la estrategia socialdemócrata reformista, no ha impedido que nuevos vendedores de ilusiones, aún posicionados desde la autoproclamación y la auto convocatoria en pretendida defensa de intereses difusos acudan a conceptos y proyecten acciones que tienen remisión directa a esta matriz ideológica que parasita las conciencias e impide como obstáculo a vencer la posibilidad real de transferencia ideológica en la clase trabajadora de su posicionamiento como clase en sí a clase para sí, sin lo cual la perspectiva de revolución social luce dificultosamente viable.

     La agonía que expresa el capital dentro de la sociedad donde sobrevivimos , aparece combinada con una absoluta carencia de dirección política de los explotados y oprimidos de manera tal que somos nosotros trabajadores , los esencialmente perjudicados, ya que no alcanzamos a definir una política obrera y socialista que ponga en claro la cuestión planteada con una táctica correcta dentro de la estrategia general de la democracia obrera y el socialismo.

Frente al ataque directo al medioambiente que nos toca padecer , una reacción ya prolongada en el tiempo , se expresa con la consigna BASTA DE QUEMAS Y LEY DE HUMEDALES YA  y desde ahí se hacen llamados  a las organizaciones sindicales, estudiantiles, políticas, sociales y a todo el pueblo  para levantar la voz de modo unificado contra lo que se define como políticas estatales erróneas  y contra los negocios agroindustriales e inmobiliarios que se ocultan tras el fuego generalizado y el humo

Quienes producen estos planteos en el siglo XXI con estancamiento capitalista , crisis global del modelo, alta concentración de la propiedad burguesa , y presión abierta del imperialismo sobre las estructuras de una sociedad organizada en un capitalismo dependiente y tardío como la que vivimos soslayan el problema del Estado .

Este tipo de planteos concentrados en la forma jurídica, no hacen otra cosa que ampliar el espectro fetichesco de la Ley y con ello sostener la quimera del Estado social de Derecho , experiencia que niega el carácter de clase de ese instrumento institucional de dominación burguesa. Dispersos en la impotencia reformista  sus mentores apelan a una pretendida horizontalidad para tirar al ruedo un camino históricamente recorrido y desmentido por la realidad. Hacer del NO al Fuego en los humedales, una política, sin explicar de qué manera se supera la situación conflictiva luego de la eventual vigencia de ese NO y como se sostiene la vigencia en el tiempo de ese status transitorio  , es un déficit que no admite explicación y vicia de inicio e intelectualmente la mentada acción.

Pero lo más relevante, es el fraude por vía del fetichismo legal. LEY DE HUMEDALES YA , como vocifera el reclamo , es lisa y llanamente la búsqueda de un consenso en torno a la forma jurídica que nace de un poder del Estado de la burguesía. Es dirigir los esfuerzos para que se licuen en los límites de ese Estado , que es el mismo que facilita, gestiona, y opera los intereses de la burguesía que opera sobre los humedales, extrae minerales o busca petróleo en los mares y aquel que ante la propuesta de un proyecto de ese tenor, lo dejó caer.

Por fuera del sentido estricto de la democracia y el Estado de Derecho en el orden burgués ,es necesario comprender que una ley no hace el derecho subjetivo a gozar de un medioambiente no viciado de poluciones, sino que lo declara, de forma tal que para que este adquiera entidad, el sujeto que lo pretende debe conseguir acciones del poder burgués que lo consolide. En primer lugar un pronunciamiento judicial que efectivamente determine que el accionante es el sujeto de interés en la cuestión. Para ejemplificar, basta ver la experiencia de Guernica, para entender como satisface el Estado de la burguesía, el derecho a vivienda digna que proclama en su ley superior, la Constitución Nacional.

En las acciones políticas la cuestión del Estado resulta relevante y de necesario examen en cada caso particular. Subir al puente, pasear por la rambla en procesión laica y socialmente convocante, para luego ladrar a la luna bajo el sol de un sábado, por sobre el alicaído rio marrón desconoce esa cuestión. No hay solución posible a problema ambiental alguno, con la base económica que estos dejan de manifiesto aunque no lo tornen visible, dentro del modo de producción capitalista y el Estado que gestiona los intereses de la burguesía, máxime cuando esa organización política es la forma forma jurídico-política de una sociedad de capitalismo tardío y dependiente de los monopolios y organizaciones imperialistas.

El reformismo, con base latente en un discurso corroído por la historia , pretende un cambio de ministro adicionado al NO y el YA . Piensa que ambos, el no a las quemas, al extractivismo y la premura de una ley, necesitan de un cambio de ministro, dentro del mismo gobierno. Es decir, no solo no se cuestiona al Estado, se mantiene la fe en el gobierno de ese Estado, ya que todo parece posible cambiando un ministro. Todo esto es un fetiche, un discurso de apariencia , que se suma al fetichismo legal para dar como único resultado una vía de acción que no avanza en la construcción de conciencia en la clase trabajadora sino que la obstruye en última instancia.

Finalmente, la pretendida espontaneidad disfrazada de horizontalidad exhibida en la convocatoria y los atisbos de lucha frente al fenómeno convertido en delito social vuelve sobre un método y un problema también ya denostado por la experiencia. Toda acción política tiene conducción , objetivos y proyecciones, esto es ,tiene un programa detrás , y en esa trastienda están quienes buscan “acumular” políticamente disfrazados de luchadores y posibilistas.

 Lo cierto es que late un programa reformista y una eventual nueva frustración para los que honestamente se avengan a participar en estos planteos, que vienen fracasando incluso tras reiterados cortes del mismo puente.

Lo inverso es superar dialécticamente esta dificultad. Marcar el necesario contenido de clase que debe tener el abordaje de la cuestión y el fenómeno en sí, resaltar la necesidad de que los trabajadores en tanto explotados del sistema asuman el problema ambiental dentro de su programa de liberación social emancipadora en la lucha abierta contra la burguesía y sus formas jurídicas. Eso implica la ineludible organización partidaria y de la vanguardia obrera en pos de ese objetivo estratégico, con definición concreta de la acción a partir de asambleas en fabrica para pronunciarse sobre esta cuestión ambiental dentro del pliego de reivindicaciones transicionales que deben ser levantadas frente a la crisis del sistema capitalista que nos arroja a la barbarie.