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Nuevo Curso

LA CENSURA A LAS PELICULAS DE ARMANDO BO

“CARNE”: “QUE PRETENDE USTED DE MI”

FABIAN ARIEL GEMELOT

En 1968 Armando Bó dirige Carne, escribiendo el guión y componiendo la música junto a Humberto Hubriaco.


El desarrollo de la película muestra a “Delicia” una obrera de un frigorífico acosada por otro compañero apodado «El Macho». Sucede entonces que,este obrero viola a Delicia tirada sobre una media res en el piso de una cámara fría. Después la heroína sufre un rapto planeado por «El Macho» y es violada en un camión de transporte de carne por «El Macho» y sus amigos.


«¿Qué pretende usted de mí?», esta frase siempre estuvo presente en los mitos del cine argentino como pronunciada por Isabel Sarli en Carne; se la asocia cuando «El Macho» Quiroga está por violarla y Delicia supuestamente le dice: «Canalla, ¿qué pretende usted de mí?». Esto en realidad es falso porque lo que dice Delicia es: «Canalla, se va a arrepentir toda la vida de lo que hace».


En «Y el demonio creó a los hombres», un filme de 1960 de Armando Bó la Sarli dice una frase parecida a la mítica frase: «¿Por qué me persigue? ¿Qué pretende de mí?» En este filme una voluptuosa mujer despierta deseos entre los hombres en una isla donde está refugiada.


La frase mítica de la Coca Sarli siempre estuvo presente en el cine de América latina y hasta se la cita como cierta, pero es una confusión que se da por la censura y los cortes que los filmes de Armando Bó sufrieron en 26 películas de 28 que filmara con Isabel Sarli.


Armando Bó tuvo que batallar con las diferentes dictaduras en Argentina y cuando se crea en 1969 el Ente de Calificación Cinematográfico dirigido por Ramiro de la Fuente sus filmes pasaron a engrosar la lista de filmes prohibidos en Argentina. Sus filmes no pasaban los filtros de censura, calificados de «apología del delito y atentar contra las normas del matrimonio y contra la moral patriótica y católica». Durante la dictadura del 76 al 83 fueron destruidas cintas de Armando Bó y confiscados bienes personales del director que pasaron a engrosar las expropiaciones de la dictadura a bienes materiales de «gente peligrosa para el Estado argentino». Recién con la democracia de 1983 sus filmes pudieron verse casi en su totalidad en cines y en VHS.


Armando no solamente fue perseguido por su cine revulsivo y de pornografía «ingenua» pero pornografía/erótica difícil para los años 60/70, también era un vuelto por sus actuaciones en cine durante el peronismo y en los 60 el peronismo era «mala palabra» para los gobiernos dictatoriales.


En la actualidad este tipo de cine tampoco pasaría los filtros de censura (ya no hay «censura», hay algo más peligroso y jodido que es «autocensura» porque los directores y escritores no quieren quedar «mal» por lo que dicen), pero no por el «destape» y los desnudos ingenuos y los temas tratados, sino porque estarían rozando el delito y porque no caería bien en el Establishment del siglo XXI.


Nota: lo que ocurre con la censura es que el censor se pone en juez de lo que se puede decir o no decir. Algo puede no gustar o tratar temas que dañen la moral del público pero nunca deben censurarse porque censurar o mutilar una obra es ponerles límites al cineasta o al escritor. Aparte ¿quién es una persona o el Estado para decir qué está bien y qué no está bien en la ficción literaria?