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Nuevo Curso

Es Imperativo luchar por el programa socialista Los métodos históricos de la clase trabajadora. Militar por la Militancia.

NUEVO CURSO

Abajo la burocracia y el carrerismo!
¡Paso a la juventud y a la mujer trabajadora!
Estas son las consignas inscritas en la bandera de la Cuarta Internaciona

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Hoy se escucha con reiteración, cierto lamento en torno a que los jóvenes de sectores medios empobrecidos o de clase trabajadora no ocupada, inclinan sus voluntades detrás de los sectores de poder político y dominación burguesa en cuanto se refiere a modelos de pensamiento que no incluyen las premisas propias del programa socialista.

Esta situación pone en pie de alerta a la representación parlamentaria del FIT-U, y a las respectivas organizaciones que las integran, en tanto estas al tiempo de su formación como cooperativa electoral, hicieron hincapié en que avanzaban junto a la juventud que lucha, sin definir claramente a que juventud aludían y si esto implicaba un planteo programático de la clase trabajadora hacia su interior. De igual forma fue entendida la apeló a las mujeres y los pañuelos verdes.

Hoy esos movimientos, esas gestiones parlamentarias, exhiben políticos profesionales al estilo de los partidos de la burguesía que lucen su madurez y su ajenidad a todo cuanto viene tras de sí.

Esto implica la constatación del efecto boomerang que tuvo en su momento haber emprendido contra sus entonces dirigentes nacionales con base en la cuestión de la edad para desplazarlos, para ahora ser ellos mismos los que salen de la foto.

Esta situación , los lleva a impulsar dos herramientas que le son constitutivas : el uso del “aparato” y la profusión de imágenes sin programa , intentando volver a situar en escena a quienes ya han realizado su recorrido político y tocado techo en la consideración de la clase trabajadora, no por su incapacidad personal para constituirse como tales, sino por la defensa de una estrategia reformista con perfil táctico parlamentario, que hace agua frente al recrudecimiento de la crisis capitalista y el agotamiento de ese modelo de producción, dentro del cual pretenden convivir  a través de políticas sociales y discursos de derechos.

     Es así que hoy esa cooperativa electoral, ante la amenaza de no contar ni siquiera con un voto importante de la juventud, sale desesperada a la calle con actos donde moviliza cuanto clientelismo tiene en su interior, buscando cubrir el país, con supuestas asambleas, que no son otra cosa que el remedo de una bajada de línea sin consenso social, que emerge como producto elaborado por los burócratas rentados que pululan en su seno.

     Este curso de acción el que debe ser denunciado, por carente de todo sentido revolucionario y por la ineptitud de las herramientas utilizadas para buscar quebrar una tendencia social que solo hace visible a dónde conducen las políticas de aparato partidario y el vaciamiento del sentido de la militancia.

El oportunismo electoralero, tiene esa base fundante que se expresa en el diseño de políticas a espaldas del verdadero sentimiento y necesidad de los jóvenes trabajadores y de aquellos que se ubican dentro de la población sobrante que se ven impedidos de acceder a un primer empleo digno.

      La precariedad laboral y las pretendidas “flexibilidades “ que se imponen en la relación de empleo, poniendo en el centro el cómo , de la relación capital -trabajo y no su esencia de vínculo social constructivo de la explotación, ubica   a los jóvenes trabajadores por fuera de toda relación sindical y con ello , propende al alejamiento y la puesta en distancia de las organizaciones de masas donde pudieran educarse en la lucha por el programa mínimo de reivindicaciones orientadas a poder vender la fuerza de trabajo en condiciones de dignidad humana .

Carentes de esa experiencia en la lucha económica-sindical , brota como tendencia inversa el apego a los discursos de contenido individualista y pragmatismo que crecen desde los sectores dominantes que sí han apreciado en su entidad objetiva, estos fenómenos.  

Sin embargo en el sujeto de cambio, lo gravitante no es el lamento frente a una situación transicionalmente adversa,  sino la profundización en el carácter y la función específica del militante socialista, en tanto vanguardia  consciente del cambio político  que requiere nuestra sociedad, a partir de la premisa de la superación de la relación capital-trabajo y la abolición del Estado de la burguesía.

El término militancia, es polisémico y por ende apto para el equívoco. Para salvar este obstáculo, es necesario decir, que en este caso, cuando penetramos en el fenómeno lo hacemos para aludir y examinar aquello con lo que se designa a una actividad social y política del hombre, consciente y organizada, que tiene como pauta y diferencia específica, un particular propósito del sujeto que la genera, en tanto está dirigida en todo momento al objetivo de permitir la transformación radical de la sociedad, a la que por ende, se juzga de modo crítico.

De tal forma, una nota distintiva de la militancia así entendida,, es ser antagónica con lo establecido. Con ello, estamos indicando además que militar implica la situación inversa al fenómeno de la burocratización de la política, que protagonizan quienes gestionan desde el estado y aledaños los intereses específicos de la burguesía, y la reproducción del orden social capitalista en la que se deja ver una profesión remunerada y ascenso social. para quienes así se enrolan.

En el pasado, los revolucionarios rusos apelaron para graficar la necesidad del militante socialista a la figura del tribuno del pueblo entendiendo la militancia desde la especificidad de la tarea de defensa de los intereses de los trabajadores asimilables a los plebeyos romanos de los burgueses en tanto “modernos patricios”. A ello le añadieron la obligación de todo bolchevique de indagar en la naturaleza de la sociedad en la que se desenvuelve, para difundir sus ideas y explicar el sentido de la lucha emprendida.

Hay en el militante y la militancia unión dialéctica de reflexión teórica y activismo político que es propia y tiene origen en la modernidad.

En esta construcción se conjugan en el trabajador individual,  unidos e interactuados, la construcción ideológica y metodológica en tanto guía de acción concreta, siendo ambas las que crean su particular   subjetividad cultural , que es  construida a base del necesario esfuerzo cotidiano  que lo presenta como individuo en el que concentran un conjunto de cualidades morales y actitudes dignas de ser emuladas por toda persona y deja expuesta la condición objetiva  de clase, en tanto el trabajador, por su cotidiano espíritu de sacrificio para la reproducción social de su existencia, y la disciplina social a la que se ve sometido,

El militante necesario es aquel que comprende que debe asumir y preocuparse por desarrollar las características, los hábitos y los puntos de vista del proletariado revolucionario, debe estar ligado y participar de todos los problemas que hacen a la lucha de las masas, debe conocer sus aspiraciones, saber interpretar su estado de ánimo, y ser un fiel intérprete de las necesidades de las masas.

   La estructura militante de cuadros es lo que garantiza la aplicación eficiente de la organización partidaria en donde se nuclean. Es de acuerdo al papel de los cuadros, a su comportamiento, como las masas reconocen la calidad y la actividad del Partido que se propone la revolución, siendo el primer deber dejar en claro que sin organización revolucionaria no es posible la transformación que requiere el actual estadio de la lucha de clases y la agonía de la estructura de reproducción objetiva del capital.

Los ejemplos que proporciona la historia y los testimonios de los revolucionarios que emprendieron y desarrollaron la enorme tarea de gestar una revolución dejan en claro que un militante debe ante todo ser absolutamente fiel a la causa de su clase y fiel al ideal comunista; debe estar profundamente ligado a las masas, animado de un fervor revolucionario puro, ya que, no teme a las privaciones y no retrocede ante los sacrificios, supera valientemente todas las dificultades.

Si se carece de fervor revolucionario y entusiasmo ,recayendo en la rutinización de tareas, será imposible comprender correctamente el sustento del método marxista y las necesarias consecuencias que devienen de su aplicación

   El militante y toda su militancia necesita vivir en el espíritu revolucionario, en el estilo de trabajo profesional  ya que, en ningún caso se adquiere la condición militante porque se recibe una renta desde una estructura política, sino cuando actúa como un profesional al servicio de la causa obrera, sabiendo que ella es la causa de la revolución socialista.

Toda la actividad de la militante , debe estar orientada a resolver los problemas de las masas a partir de la particular posición que ocupa el trabajador en el proceso de desarrollo social. Su vida está dedicada por entero al servicio del movimiento revolucionario. El cuadro solo es tal, no a partir de su auto referencia como tal, sino cuando actúa como un hombre que piensa, reflexiona, vive en función de la Revolución, y lo logra a partir de descubrir, comprender y hacer propio que, no hay vida fuera de ella.

Sobre esta visión del militante, se ha objetado su no correspondencia con la situación del capitalismo global y en particular con la específica etapa de su desenvolvimiento que no muestra situaciones que se liguen con la posibilidad actual e inmediata de la revolución. Sin embargo, habrá que recordar que la práctica militante, como toda actividad humana social, está ligada a las condiciones históricas concretas en que se desenvuelve la lucha de clases y no en referencia oportunista a tal o cual acontecimiento de esa contienda.

La vanguardia obrera tiene en esta construcción específica de la militancia, el indicador concreto del sentimiento de pertenencia, del vínculo clasista de identificación social que produce el pasaje de clase en sí a clase para sí, más allá, de la debilidad de las fuerzas sociales trasgresoras que pudiera tener y de los proyectos burgueses que construyendo falsa conciencia se presentan con aparentes cambios dentro de la propia estructura capitalista.

Los jóvenes ubicados genéricamente dentro de la clase trabajadora hoy se expresan en gran medida por, “la desvalorización de las opciones y de los debates a largo plazo, construyendo respaldo de sus haceres prescindentes en la moral de la inmediatez, la sobrevaloración de los egos, y el rechazo a la elaboración paciente y colectiva.

Frente a este tipo de fenómenos es necesario una intervención ideológica y propagandística que obstruya y supere esta tendencia, fijando una redefinición de cuanto debe entenderse y hacerse desde la militancia, haciendo a esta capaz de superar esa exacerbación del ego, de manera tal de ser aptos, dentro de esta realidad específica, de darnos la existencia, para construir sueños colectivos

Esta planteado entonces, la lucha por este objetivo, es decir, militar por la militancia, puesto que sin militante no hay transformación social a menos que se piense, cuando las enseñanzas de la historia revelan el dato contrario, que un espontaneísmo exacerbado es posible y apto para esa compleja tarea.

Hay que militar por la comprensión del sentido que guardan entre sí, términos tales como: organización, y compromiso, Esto no desmerece las experiencias autogestionarias que contradictoriamente, pudieran desarrollarse en el movimiento de masas pero explica, que la “forma partido” es la única apta para hacer converger las resistencias, frente a la cuestión del poder y el Estado.

Militando en favor del militante, revalorizamos la forma partido, explicando así, que nos encontramos, pese a los ingentes esfuerzos de los movimientos sociales, ante su incapacidad estructural de ser capaces de materializar la potencia política que contienen esas actividades y ese déficit a pesar de las condiciones generales favorables a las maniobras del capital, traduce frustraciones y abandono de la vida política que termina favoreciendo a la conservación del modelo social existente.

La Cuarta Internacional presta una atención excepcional a la generación joven
del proletariado. A través de todas sus políticas, se esfuerza en inspirar a los jóvenes la
confianza en sus propias fuerzas y futuro. Sólo el nuevo entusiasmo y el espíritu de
ofensiva de la juventud pueden asegurar los primeros éxitos en la lucha; sólo estos
éxitos pueden devolver a los mejores elementos de la generación mayor al camino de la
revolución. Siempre ha sido así, y así será.

Nota. En general para la elaboración de este texto se sigue los lineamientos de la intervención “la formación multilateral de los cuadros que dentro de una escuela del Partido Revolucionario de los Trabajadores produjo Benito J. Urteaga