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Nuevo Curso

Qatar 2022.

Una muestra exponencial de la explotación capitalista

Lo obsceno de una cultura en crisis

El papel del trabajo humano

El imperativo de luchar por una nueva sociedad

¿Quién construyó Tebas,
la de las Siete Puertas?
En los libros figuran
sólo los nombres de reyes.
¿Acaso arrastraron ellos
bloques de piedra?
Y Babilonia, mil veces destruida,
¿quién la volvió a levantar otras tantas?
Quienes edificaron la dorada Lima,
¿en qué casas vivían?
¿Adónde fueron la noche
en que se terminó La Gran Muralla, sus albañiles?
Llena está de arcos triunfales
Roma la grande. Sus césares
¿sobre quienes triunfaron?
Bizancio tantas veces cantada,
para sus habitantes
¿sólo tenía palacios?
Hasta la legendaria
Atlantida, la noche en que el mar se la tragó,
los que se ahogaban
pedían, bramando, ayuda a sus esclavos.
El joven Alejandro conquistó la India.
¿El sólo?
César venció a los galos.
¿No llevaba siquiera a un cocinero?
Felipe II lloró al saber su flota hundida.
¿No lloró más que él?
Federico de Prusia
ganó la guerra de los Treinta Años.
¿Quién ganó también?
Un triunfo en cada página.
¿Quién preparaba los festines?
Un gran hombre cada diez años.
¿Quién pagaba los gastos?
A tantas historias,
tantas preguntas. 

PREGUNTAS DE UN OBRERO QUE LEE (Bertolt Brecht)

   Desde el mundo del deporte, son múltiples las postulaciones en contra de la celebración del mundial de futbol. Jürgen Klopp, entrenador del Liverpool,  preguntado por la prensa en relación a la próxima a celebración del Mundial en Qatar no dudo en señalar que : «Construir estadios en verano a 50 grados o lo que sea no es bueno para una persona. Nadie ha pensado en esos trabajadores», dijo sobre la muerte de más de 6.500 trabajadores en la construcción de los estadios. También no faltan quienes señalan con acierto que Qatar es además un estado, donde la homosexualidad está penada y  las libertades de las mujeres son inexistentes. 

Todos estos extremos son comunes a otros grandes emprendimientos que se desenvuelven en el mundo, y también a los cotidianos avatares que sufren los trabajadores en el desempeño de las tareas para los que son requeridos por burgueses. Basta para ello detenerse en las muertes sucedidas en Argentina por los llamados “riesgos de trabajo” o las enfermedades laborales e inculpables generadas a partir de la relación de explotación capital trabajo. Esta circunstancia relativa al evento futbolístico tiene sin embargo la “trágica” virtualidad de poder exhibir los resultados del capitalismo en todo su alcance , más allá del hoy esplendor de las luces y la exhibición fetichesca de las mercancías montadas sobre el sentimiento futbolístico de las masas, también revestido de connotaciones mercantiles por el abuso de su empleo.

Los estadios fueron construidos por migrantes procedentes de Bangladesh, India y Nepal que trabajaron en la reforma del emblemático estadio Jalifa y  el ajardinado de las instalaciones deportivas y zonas verdes circundantes, la denominada “Aspire Zone”, en condiciones de superexplotación. Algunos fueron objeto de trabajo forzado. Durante el tiempo que llevó su empleo no pudieron  cambiar de trabajo, ni salir del país esperando hacinados en lugares sin condiciones dignas de habitabilidad  para cobrar sus salarios. FIFA —organismo internacional de gobierno del fútbol—, sus patrocinadores y las empresas de construcción implicadas se apoderaron de la mercantilización del producto deportivo y obtienen  ingentes beneficios económicos de la celebración del torneo. 

Estas situaciones, corresponden al sistema capitalista en sí. No se tuercen con un llamado a boicot a días del comienzo del evento, en absoluta minoría con todo el despliegue mediático y la cantidad de intereses económicos puestos en él. Es la comprensión de la necesidad de un nuevo orden social mundial , fundado en la superación de la relación capital-trabajo y la abolición de la propiedad privada, la que pone la situación en sí, dentro de su necesario contexto. Ese debe ser el objetivo a concretar. Esto requiere de un partido político mundial por la revolución socialista, que unifique a todos aquellos que comprendan la necesidad del cambio revolucionario y el carácter internacional del socialismo.