NUEVO CURSO
NUESTROS HIJOS . Así titula una película de origen italiano. También podría haber sido designada en sentido inverso, “nuestros padres”. Sin embargo, lo que no arroja dudas es que cuanto exhibe tiene correspondencia con lo que se refiere a la respuesta social a las conductas de los jóvenes vistos desde el núcleo primario de desarrollo
Con hipocresía y empleo ideológico, somos asistentes habituales de exposiciones en las que deliberadamente se despega del problema a los jóvenes de sectores medios y altos, ligados a la burguesía o en su caso, a aquellos que gestionan sus intereses.
La película está fuera de ese formato en la medida que exhibe en toda su extensión la crisis de descomposición terminal que atraviesa el capitalismo en los espacios donde las necesidades vitales resultan ampliamente satisfechas con obscena exhibición del consumismo .
A pesar de ello, tanto en uno como en otro caso, tanto en los márgenes de la vulnerabilidad social como en la abrumadora riqueza , la resultante encuentra un común denominador en el vacío, el hueco , la falta de respuesta frente al interrogante sobre el sentido de la vida, que desde los padres se proyecta a los hijos que no se reflejan en ellos, y que atraviesan la existencia sobre la base del quiebre a toda estructura de responsabilidad individual, que los deconstruye en el intento de lograr una subjetividad que torne viable la existencia y la proyección a futuro.
Mucho se dice del peligro ambiental, y climático que afronta » la humanidad». Sin embargo, este subyacente riesgo ligado a la falsa construcción de subjetividad no deja de ser menor.
En todos los casos, vida, muerte, lesiones a terceros o auto inferidas, intervención de los recursos virtuales y una existencia real vacía de todo contenido superador, es el complicado despliegue que nos tira por la cara esta película que merece ser vista y reflexionada.
Dentro de este orden de ideas, es bueno tener presente que, cuando se habla de “socialismo o barbarie”, recuperando la expresión de Rosa Luxemburgo, no se acude al empleo propagandístico de una figura metafórica sino a una realidad concreta, que en este caso nos pone de frente la pantalla por vía de permitirnos hurgar desde fuera un modelo de existencia.
Somos los trabajadores constituidos a través de su vanguardia en clase para sí, los responsables en la tarea militante de construcción ideológica consciente de otra sociedad, gestada sobre nexos fraternales e igualitarios armados y trazados en libertad. Ese objetivo que han dejado de ser un simple anhelo o un simple extremo dialectico en la alternativa socialismo o barbarie, pasa a ser no otra cosa que un imperativo categórico de nuestra propia sobrevivencia.