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Nuevo Curso

HIJO DE FERRUCA

POR FABIAN ARIEL GEMELOTTI

En 1998 Néstor Capa publica Cielo de Carbón, un libro sobre los Talleres Ferroviarios de la ciudad de Pérez. El Libro es un testimonio viviente de la vida cotidiana de los obreros ferrucas. El autor en el prólogo nos dice: «Hacer la arqueología o la historia de Talleres Locomotoras Pérez, es contar la vida de las generaciones de hombres que lo habitaron a través del tiempo. Sus ladrillos, las manchas y los olores hablan». De eso trata este libro armado con una imprenta construida por el autor y con hojas duras y tapa de cartulina. Un libro «Artesanal» se podría decir. 

En los noventa el libro se vendía en los kioskos de diarios y revistas a cinco pesos. Mi viejo fue ferruca y al verlo al libro un día en un kiosko compré tres ejemplares y uno se lo di a papá. Lo leyó de un tirón y después mi viejo me contó anécdotas ferroviarias. Somos una familia de ferroviarios, bisabuela guarda barrera, abuelo mecánico y mi padre técnico tornero. 

El libro de Capa empieza con un recorrido histórico de la ciudad de Pérez y nos va llevando a 1917 cuando son inaugurados los Talleres. Nos cuenta de los ingleses y la vida obrera con la construcción de ramales con «esclavos» ( eso fueron) de chinos e hindúes que fueron traidos por los ingleses para extender el sistema ferroviario por la Argentina. 

El libro nos habla de los bares del Cruce Alberdi donde merodeaban ferroviarios en busca de pan con manteca y café y otras yerbas antes de subir al tren obrero para trasladarse a Pérez.

Hay infinidad de personajes en el libro, como el vendedor ambulante Víctor que vendía rifas a los obreros: lechones, pollos, y cosas para la «patrona» como fuentes y otros objetos de cocina. 

El chorizo al caño y la carne a la lata, esos inventos obreros para alimentar el estómago. La cuestión era no ser descubierto por alcahuetes o capataces. No estaba permitido cocinar entre tornillos y fusibles y tornos y había que nutrirse del ingenio para una buena comida sin ser descubierto. 

La historia del Tuna, un obrero alcahuete y solterón que fue despreciado por los compañeros por ser de la peor calaña. Fue acomodador del cine de la Perpetuo Socorro también. Un obrero que nunca faltó, y que fue carnero; pero la vida no da recompensas y al jubilarse murió solo y olvidado a los pocos días de no ir más a trabajar y no pudo ni cobrar el primer sueldo jubilatorio. 

La llegada de Perón en 1943 como Secretario de Trabajo y esa cosa que iba a generar Perón a partir del 45 con el peronismo como movimiento de los trabajadores. 

Y el comedor obrero y el mozo chino y la rata en la sopa. Y los paros y los carneros y los que ponían la cara y los que se escondían.

Y los médicos carniceros que «curaban» a los obreros con curaciones de carniceros. 

Cosas cotidianas de la vida.

Las intervenciones de Ongania a Ferrocarriles y el Proceso del ’76 y las suspensiones y los obreros echados por «comunistas» o «peronistas». 

El libro es espectacular, tiene ese aroma a libro raro y no comercial. Hay muchos libros sobre ferrocarriles, libros prolijos y con datos estadísticos; pero no hay ningún otro libro que narre la vida de los obreros del tren como lo narra un obrero que vivió en carne propia esa cosa tan linda que fue trabajar en Pérez. 

El libro tiene muchas fotografías y dibujos de Pepe Nicastro. 

Néstor Capa falleció hace unos años y fue obrero ferroviario y escritor y un personaje que pudo plasmar en papel lo que los libros comerciales no pueden narrar porque son escritos por escritores que no trabajaron en Ferrocarriles.