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Nuevo Curso

LA VENTA DE FUERZA DE TRABAJO  ESTA EN LA BASE DEL DETERIORO DE LA CONDICION HUMANA. El mito en torno al «capitalismo de plataforma»

NUEVO CURSO

Amó aquella vez como si fuese última
Besó a su mujer como si fuese última
Y a cada hijo suyo cual si fuese el único
Y atravesó la calle con su paso tímido
Subió a la construcción como si fuese máquina
Alzó en el balcón cuatro paredes sólidas
Ladrillo con ladrillo en un diseño mágico
Sus ojos embotados de cemento y lágrimas

Sentase a descansar como si fuese sábado
Comió su pan con queso cual si fuese un príncipe
Bebió y sollozó como si fuese un náufrago
Danzó y se río como si oyese música
Y tropezó en el cielo con su paso alcohólico
Y flotó por el aire cual si fuese un pájaro
Y terminó en el suelo como un bulto fláccido
Y agonizó en el medio del paseo público
Murió a contramano entorpeciendo el tránsito

Amó aquella vez como si fuese el último
Besó a su mujer como si fuese única
Y a cada hijo suyo cual si fuese el pródigo
Y atravesó la calle con su paso alcohólico
Subió a la construcción como si fuese sólida
Alzó en el balcón cuatro paredes mágicas
Ladrillo con ladrillo en un diseño lógico
Sus ojos embotados de cemento y tránsito

Sentase a descansar como si fuese un príncipe
Comió su pan con queso cual si fuese el máximo
Bebió y sollozó como si fuese máquina
Danzó y se río como si fuese el próximo
Y tropezó en el cielo cual si oyese música
Y flotó por el aire cual si fuese sábado
Y terminó en el suelo como un bulto tímido
Agonizó en el medio del paseo náufrago

Murió a contramano entorpeciendo el público

Amó aquella vez como si fuese máquina
Besó a su mujer como si fuese lógico
Alzó en el balcón cuatro paredes flácidas
Sentase a descansar como si fuese un pájaro
Y flotó en el aire cual si fuese un príncipe
Y terminó en el suelo como un bulto alcohólico
Murió a contramano entorpeciendo el sábado

“CONSTRUCCIÓN” Chico Butarque / Daniel Viglietti. 

   El pasado lunes, operarios de una cooperativa trabajaban en una desobstrucción de una alcantarilla del sistema cloacal en la localidad de Pérez y cayeron dentro. Ambos fueron rescatados por los Bomberos, aunque uno de ellos perdió la vida, contó una fuente fiscal.

Este último martes por la tarde en un edificio en construcción de San Juan al 1800, casi esquina Dorrego. Un obrero perdió la vida al caer desde altura, en circunstancias que se investigan. Información preliminar da cuenta de que el trabajador realizaba tareas en un quinto piso del edificio cuando cayó al vacío. El cuerpo de la víctima quedó tendido en el patio interno de una torre lindera, ubicada en San Juan 1864.

En paralelo, lo mediático y los gestores del sentido común desde la opresión de clase, omiten la divulgación de estos trágicos hechos . Se prefiere manipular cuestiones criminales donde las responsabilidades del Estado se licuan y se pone el acento en circunstancias personales o estereotipadas de los imputados. Sin embargo, el Estado y el capitalismo, se fagocitan en lo cotidiano las vidas de los trabajadores. Esos mismos a los que en su momento se los calificó de “esenciales “y también se los obligo con riesgo de vida a continuar sus tareas contra viento y marea pandémica.


Las sociedades de clase estructuradas desde la relación capital-trabajo, están signadas por la acumulación y reproducción del capital, desde donde se crea, además, con significativa relevancia, la ilusión en los individuos de la factibilidad o posibilidad de tener lo que queremos —cualquier cosa que se nos ocurra— agregando que esa factibilidad material sede, con inmediatez.


Desde el plano ideológico y puramente abstracto, esa dinámica que genera ese imperativo de la disponibilidad, genera la idea según la cual cualquier impulso, se pueda saciar en cualquier momento. Sin embargo, la consecuencia necesaria de esa premisa abstracta y generalizada, es una práctica concreta que ubica la actividad humana concreta con debilitamiento y supresión de relaciones convivenciales dignas.

 Basta para ello detenerse en la modalidad de la entrega puerta a puerta que tan bien se describe en “Sury Web Mis sed You” , la galardonada película de Ken Loach
La base material conformada por las relaciones humanas generadas en el intercambio mercantil, deja ver que , a partir de un paradigma pergeñado desde las tendencias sociales diferenciadoras de agotamiento laboral y selectividad propios de esos vínculos , como una construcción abstracta y su consiguiente dispositivo cultural montado sobre la base del menor esfuerzo y la avaricia del empleo del tiempo, instala el deseo caprichoso del consumidor generalizado por fuera de la determinación objetiva de clase y la disponibilidad de un ejército de jóvenes trabajadores precarios dispuestos pre.organizativamente bajo estrictos “protocolos” para darle satisfacción .

Sin nada de eso, las plataformas virtuales por las que toman “presencia” las compañías empleadoras, no obtendrían la apropiación del plusvalor que genera esa actividad humana y que las hace tan rentables. En el otro lado de la moneda, el joven trabajador en lugar de convertirse en su propio jefe, tal como se lo alienta y se le ilusiona, deviene esclavo de sí mismo, un trabajador sin ningún tipo de derecho que contempla cómo su jornada laboral ahora abarca las 24 horas del día y los siete días de la semana.
Otro perfil del fenómeno unido de forma concatenada con su percepción general es la incidencia que el mismo tiene en el fomento y desarrollo negativo de la brecha digital como un dispositivo de discriminación hacia las generaciones más veteranas, que quedan excluidas de todo tipo de asistencias o ayudas a las que solo se puede acceder a través de internet
En ese mismo plano ese imperativo signado por la necesidad urgente y el “siempre listo” de la forma laboral adecuada a esa demanda efectiva , tiene su necesario complemento en la “urgencia-aceleración”, que la termina de configurar como un fenómeno social opresivo de alcances que dejan de desarrollarse con sentido negativo para la prevalencia del factor humano en la convivencia.

El capitalismo por definición impone para su sobrevivencia, una exigencia de crecimiento continuo que tropieza con la función jurídica ordenadora de la forma jurídica concentrada en el derecho de propiedad privada y en la rutinización, y brutalidad de la actividad humana asalariada , que está asociado necesariamente con un proceso objetivo de enajenación y alienación individual.


Estamos recluidos por inadvertencia en una noción del riesgo de trabajo y la enfermedad laboral ligada exclusivamente a un criterio biologicista. Esa tendencia debe cesar y advertir el fenómeno descripto en clave revolucionaria de cuestionamiento crítico de lo dado. Los trabajadores hoy sufren en mayor medida que los accidentes dos grandes enfermedades: la ansiedad y la depresión que juegan de conjunto en una síntesis dialéctica que amenaza terminar con la condición humana.

Del mismo modo que nos alarmamos por las contingencias climáticas, y las pestes, habrá que tomar en cuenta que, con nuestros celulares, las aplicaciones, la urgencia impuesta, la aceleración para la nada, solo avanzamos rápidamente a nuestra destrucción con signos de barbarie.
Las consecuencias específicas para el trabajador de adaptarse a vivir en esa dialéctica de demanda extendida y urgencia concomitante se traducen en malestar social y afectación de la salud mental, que ninguna ley ni terapia en contexto de organización social dominada por el Estado capitalista puede superar en forma positiva .

 Se trata de poner en juicio crítico, y negar en la praxis una sociedad en la que el padecimiento psíquico se naturaliza, generando población socialmente sobrante por “no haber llegado” al modelo cultural “urgencia para la nada”. Esa actividad transformadora no puede ser otra que revolucionaria, en tanto la superación de lo transitoriamente dado solo surge de una negación de esa negación de lo humano, con base en la superación de las condiciones capitalistas de producción y la destrucción del Estado que las organiza en beneficio de la burguesía. Esa tarea tiene un solo sujeto que la corporice, que no es otro que la clase trabajadora, en donde reside el principal colectivo humano perjudicado por esta precaria sobrevivencia social.