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Nuevo Curso

PRIMEROS MOMENTOS DE LA FARSA ELECTORAL 2023

NUEVO CURSO

No existe mayor duda en relación a lo que significa una farsa. En todos los casos hay consenso en utilizar ese término para identificar una situación que describe un fenómeno en el que se hace algo para aparentar o engañar a otros.

 En el actual momento de la lucha de clases, la burguesía de conjunto se monta sobre la forma jurídica, a través de la ley electoral para dar salida al proceso electoral. En tal sentido, todos los datos objetivos de esta situación concurren en indicar que pocas veces se ha visto elecciones que aparezcan tan claramente como una farsa.

Toda elección a la que convoca el poder burgués en mayor o en menor grado implica una farsa en el sentido del término que hemos expuesto. Organizando comicios de manera regular y periódica, la burguesía intenta legitimar su dominación política sobre explotados y oprimidos, encorsetando sus determinaciones bajo el amparo del principio constitucional según el cual “el pueblo no delibera ni gobierna sino por sus representantes”. Los comicios son así la herramienta para impedir toda experiencia social que determine instancias de democracia directa

Sin embargo el proceso electoral a donde se buscan orientar todas las manifestaciones del conflicto de clase , con complicidad de las expresiones políticas que se hacen cargo del ala izquierda de la pequeña burguesía y los sectores medios disfrazados bajo los emblemas del socialismo , tiene en la envergadura de su estructura farsesca mucho mayor volumen en tanto no solo aparecen como dique de contención de la lucha de calles y las herramientas de acción directa de los trabajadores, sino que se perfila como un espacio de refundación por consenso de la dominación capitalista con otros instrumentos  que se busca instalar o desplazar desde lo que sucede en los hechos hacia la forma legal, todos ellos de marcada ofensiva sobre los intereses objetivos de la clase trabajadora y de los sectores que han sido instalados con permanencia en la condición de población sobrante

En este contexto es previsible que frente a la casi unanimidad de los sectores políticos en torno a dirimir las contradicciones internas de la burguesía por el voto y la asimilación a esa estrategia por otros motivos de los sectores reformistas de izquierda, no se manifieste de modo notorio la desazón de las masas ante semejante despliegue en

circunstancias en que el impuesto inflacionario les impone la carga de hacerse cargo de la crisis que exhibe el capitalismo en nuestra sociedad.

Este proceso se viene gestando enteramente al margen de la clase trabajadora en un sinnúmero de idas y venidas en cuanto a la forma que debe adoptar que evidencian una sucesión de maniobras a espalda de cualquier posible determinación autónoma de los asalariados y demás sectores sociales oprimidos.

El restante elemento que queda oculto tras el despliegue electoral, es la creciente intensificación de la represión abierta o simbólica sobre los espacios de protesta social, factor en la que la burguesía de conjunto expresa consenso pese a las luchas de sectores que se producen en su interior en relación a la elección a futuro de su personal político.

En definitiva la doble faz que incorpora el fenómeno electoral en ciernes deja ver lo imperioso que resulta para la burguesía su desarrollo en la tarea de generar las condiciones de reproducción social del capital con consenso social.

Frente al acuerdo en esta táctica electoral facilitadora de la estrategia constitutiva del poder burgués explotador y opresor pergeñada desde esa clase social con complicidad por omisión de la burocracia sindical resulta indispensable oponer la táctica de frente único defensivo.

En la actual situación política, contra la unidad de la burguesía , la burocracia y el imperialismo , las tareas de propaganda militante exigen denunciar el proceso electoral en curso por su carácter de instrumento jurídico-político funcional a los intereses de la burguesía como clase dominante y trabajar en la agitación  en post de la conformación de un frente único de los trabajadores y desde su seno la proyección de un programa de lucha conformado por consignas transicionales facilitadoras del poder obrero.

La táctica del frente único de trabajadores tiene por lo anteriormente señalado, un solo objetivo estratégico al que le resulta funcional: el poder obrero y el socialismo. Lo central es la denuncia del agotamiento de todo modelo reformista que falsamente se presente como opositor a las políticas del poder burgués propiciando su modificación dentro del contexto del parlamentarismo. A esa negación de lo dado que implica la apuesta exclusiva a las demandas de asignación de derechos subjetivos para los explotados y oprimidos , debe oponerse otra negación superadora, la de la democracia obrera  como espacio formal de poder de la clase en orden a la realización del programa socialista de una nueva sociedad

Es imperiosamente necesario tener absoluta precisión en los objetivos que determinan la aplicación de la táctica del frente único de trabajadores. No es con medias tintas o posicionamientos de corte reformistas con los que nuestra lucha pueda tener sentido y eficacia en relación con las tareas prerrevolucionarias que impone el actual estado de la lucha de clases. Lo decisivo pasa por otro camino el de la movilización, organización y lucha de la vanguardia obrera y socialista acaudillando al conjunto de la clase trabajadora en sí.

Esta lucha en el contexto de la crisis mundial de reproducción capitalista, es parte de la lucha de la clase obrera internacional contra la explotación capitalista y la dominación imperialista de los pueblos por los grupos concentrados del capital financiero y los Estados que los contienen