Nuevo Curso

1 de MAYO. ESTRATEGIA SOCIALISTA Y PODER OBRERO

NUEVO CURSO

En el actual escenario de lucha de clases es necesario clarificar las tareas y las tácticas que la clase trabajadora tiene ante sí.

En primer término  partimos de la premisa del agotamiento histórico del FITU  como herramienta de lucha socialista, en la medida en que nacido para vencer obstáculos relativos a la intervención electoral , finalmente sus organizaciones y demás colaterales, quedaron atrapadas y se orientaron a permanecer  en el sistema constitucional-parlamentario desde donde terminaron aceptando el statu quo del  orden social capitalista ,al que se integraron , y al que solamente se proponen hacerle unos pocos remiendos, descartando la autonomía de clase , centrando el  objetivo estratégico en sostener ese esquema constitucional.

Para evitar el fomento de la división dentro de nuestra clase. Corresponde en sentido inverso, insistir, en la necesidad de la independencia política del proletariado, premisa a la que deber subordinarse las reivindicaciones democráticas de otros grupos oprimidos dentro de la clase obrera (por sexo, género, etnia,

nacionalidad, etc.).

  En la fase actual de crisis orgánica del sistema capitalista, no hay espacio para reformas significativas y duraderas para la clase obrera, y eso anula en su raíz la razón de ser del reformismo Todo esto implica necesariamente embarcarse en una campaña valiente de oposición a las políticas socialdemócratas y reformistas , que basan su acción en tratar de conseguir reformas parciales a través de las instituciones burguesas (parlamentos, consejos municipales, etc.) como un fin en sí mismo sin cuestionar la dominación de clase que  la burguesía expresa a través de su Estado republicano y su forma de gobierno democrática.

. Sólo en la transformación socialista de la sociedad, con la propiedad colectiva de los medios de producción bajo el poder obrero, puede encontrar la humanidad una solución a los problemas irresolubles que ha creado el capitalismo en su fase actual de crisis estructural.

La lucha ideológica al interior de la clase trabajadora también abarca la necesidad de delimitar la organización de vanguardia de las teorías y prácticas “movimientistas”, de tipo “asambleario”, que consideran la “lucha” un fin en sí mismo sin ningún horizonte político de transformación global, meramente localista, que desvincula sus luchas parciales de una lucha más amplia contra el sistema, y que no traen aparejadas la construcción de un movimiento político ni la elevación del nivel de conciencia de sus participantes, orientados hacia la transformación del capitalismo.

Ya no hay posibilidades de desarrollo objetivo y superador de las actuales circunstancias que rodean a la lucha de clases y al empobrecimiento generalizado de los trabajadores para ninguna de las variantes reformistas o del nacionalismo burgués. Estos modelos y esas narraciones ideológicas no resultan aptas para enfrentar al capitalismo en descomposición. En ese sentido hay que entender las luchas circunscriptas a demandas sociales mínimas como parte inseparable de una lucha más amplia por el socialismo, a través de la organización partidaria de la vanguardia obrera en post del poder obrero y la transición a la concreción del programa socialista.

Enunciar fines totalmente circunscritos al orden establecido, justificándolo en una adversa relación de fuerza conduce unilateralmente a   postular la vía electoral para alcanzar el poder del  Estado como el único medio para cambiar algo mínimamente,  limitándose de este modo a la gestión pública progresista de  la crisis de reproducción del Capital .La estrategia adecuadapara avanzar en un nuevo momento del  proceso revolucionario en nuestro tiempo, se acompaña de una profundización y desarrollo de las tácticas y formas organizativas pertinentes.

El programa socialista debe ser fin y medio al mismo tiempo. El democratismo que hace base en la defensa de la democracia como sistema, impide   salir del estado de subordinación ideológica de la clase trabajadora a sus paradigmas centrados en el Estado burgués de derecho, el cual ha conducido a que el socialismo ocupe lugares de escaza relevancia para la inmensa mayoría de la clase trabajadora.

 Este punto de partida nos obliga a la tarea propagandística de lograr que el socialismo como fin sea comprensible por la mayor cantidad de trabajadores, para lograr hacerlo deseable para cada vez más sectores de nuestra clase. 

El programa socialista como fin y medio, define objetivos estratégicos a alcanzar que se distancian por completo de la conversión del socialismo en una especie de capitalismo de Estado con legitimación social a través de la norma jurídica.

   El sentido de la definición del 1 de mayo como un día de lucha internacional de la clase obrera, debe abrir en nuestro tiempo , superando las experiencias desandadas los fines del siglo xx y lo que lleva el presente, un proceso en el que medios y fines están en todo momento conectados y en el que cada ámbito de lucha y autoorganización desde abajo aporta en la construcción del partido de los trabajadores,  articulando su potencial socialista, ya que la construcción del socialismo es tarea del conjunto de nuestra clase, y de la necesaria organización política

 Toda esta labor de agitación y propaganda implica en sí misma, un proceso que, alejándose del simplismo de la concepción etapista de la lucha de clases y la revolución, contiene desde sus mismos inicios y de forma germinal los elementos del objetivo último del socialismo como vía transicional al comunismo y los desarrolla con permanencia, de tal forma que ninguno de sus momentos puede separarse entre sí, convirtiéndolos en medios inseparables del fin al que se dirigen.