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Nuevo Curso

ANIVERSARIOS ENDULCORADOS. LA SANGRE OBRERA ES LUCHA Y ES BANDERA

El 5 de mayo de 1818,  en Tréveris  nacía Carlos Marx. Ante un nuevo aniversario, en estos días , se manifestó , sin mayores explicaciones y contrariando todo a cuanto usualmente se dice respecto a la caducidad de sus planteos, se empleó otro formato con igual propósito , ucudiendo a la proliferaron de sus fotos.

Esa operación comunicacional no impide que tal omo surge del hacer cotidiano , que algunos impresionados por las aparie,cias que exhiben cambios rápidos sobre las formas en que toma expresión el trabajo y la producción  y en aras de la novedad que pasa a ser un valor en sí mismo , acudan a enmascarar al capitalismo, cambiándole de nombre por una parte (neoliberalismo, economía de mercado , etc.) y afirmando que las contradicciones básicas de la “nueva” sociedad ya no tienen nada que ver con la lógica  de acumulación y reproducción del capital.

  Esta situación se advierte incluso en los discursos en la medida en que, sin enunciarlo, se privilegia poner énfasis en las “contradicciones” simbólicas, los imaginarios, la fertilización de medios de comunicación, las identidades parciales, los consensos, el pluralismo etc. Tanto es así, que en el afán de omitir referirse a la tendencia que afirma un continuo en la estructura productiva de la relación capital -trabajo y la ley de valor, lo que se desliza, es desvincular las diversidades emergentes y contradicciones y darle centralidad a las mismas

   Debe quedar en claro que no es que todas esas cuestiones  que enunciamos no sean importantes y no deban ser abordadas ,  pero lo que si resulta  un discurso y un camino desviado incapaz de resolverlas, es que  intencional e ideológicamente se  las intenten separar del capitalismo, más aún cuando la relación social capitalista abraza a todo el mundo y se encuentra hoy en manifiesta crisis que excede de sus ciclos ordinarios cuestionando objetivamente su propia supervivencia si no lo es a base de profundizar los hechos de barbarie con los que se hace visible.

    A tal punto se configura esta tendencia de disociar divergencias y relación capital trabajo , que la operación implica desnaturalizar al propio Marx al mismo momento en que se celebra la fecha de su nacimiento, tal como se ha visto en este año. Muchas citas descontextualizadas, aisladas de un todo, muchas fotos, videos precocidos en torno al autor de El Capital, pero en ningún caso el enlace de las efemérides con los hechos acuciantes de la realidad, signados por guerras, revueltas, e incertidumbre por las condiciones de habitabilidad de nuestro planeta.

    En sentido inverso acudimos a estas páginas para resaltar que es pertinente recuperar un tipo de análisis y un lenguaje que frente a las transformaciones del capitalismo buscando su sobrevivencia en la barbarie , permite acercarse de una forma mucho más coherente y seria a la comprensión de los mecanismos básicos del mundo actual, que lo que nos prometen y anuncian  los paradigmas de la diversidad entendidos desde sí mismos y sin conexión real con las estructuras productivas que dan contenido a las relaciones sociales que se dan en la sociedad civil . 

No puede descartarse en ese sentido la constatación certera de la plena mundialización del capital, extremo que implica la planetización de las contradicciones propias de la realización social capitalista. Esta constitución mundial de la relación capital-trabajo significa también que la globalización da a la producción y al consumo de todos los países un sello cosmopolita, redefiniendo la situación de los Estados nacionales y sus fronteras.… Dentro y fuera de los límites territoriales estatales, las industrias que ya no transforman como antes las materias primas del país, sino las traídas de los climas más lejanos y cuyos productos encuentran salida no sólo dentro de las fronteras, sino en todas partes del mundo

 En términos generales, al margen de detalles secundarios que obviamente han cambiado, este es el aspecto más fuerte y perenne de la obra de Marx. La idea central, planteada en una forma simplificada, es que el capital es una relación social que tiene unas características históricas propias entre las que sobresale la universalización de las relaciones mercantiles, entre las cuales hasta los seres humanos y/o su fuerza de trabajo se han convertido en una mercancía; la extracción de plusvalía como fuente de valorización del capital, plusvalía que se convierte en el origen de la ganancia y en la razón de ser de la sociedad capitalista, mediante la imposición de relaciones despóticas en los lugares de trabajo; la extracción de plusvalía origina una polarización social, que se manifiesta en la lucha entre dos grandes clases sociales o  fracciones de clase.

El capitalismo ha mercantilizado no sólo todas las relaciones sociales, los productos de la naturaleza, los sentimientos, sino incluso los propios órganos humanos y hasta el material genético.

Si abandonamos la esfera de lo aparente -de lo cual la mercancía es su manifestación palpable- para  poner el acento en la relación social que se ubica en la trastienda de todas estas imágenes , nos encontraremos con que la relación de capital y trabajo está más extendida que en cualquier otro momento de la historia, lo cual lleva a una ampliación real y potencial de los seres humanos que ligan su sobrevivencia a la venta directa o indirecta de su fuerza de trabajo, entendida esta como capacidad o habilidad de producción

. Es claro que lo que los datos que los sentidos nos proporcionan dejan ver la presencia en lo cotidiano de las formas de trabajo remanentes del fordismo combinadas con las formas más sofisticadas en las que se emplea los elementos de la informática y las nuevas tecnologías, Es decir a nivel mundial  y de manera desigual y asimétrica todavía conviven los métodos más salvajes de explotación del trabajo, próximos a la esclavitud , con los modos que imponen el avance de los medios tecnológicos, que llegan hasta la alteración en muchos casos del sitio donde se produce la relación laboral, a través del trabajo a distancia

También es apreciable que por el juego de esta misma lógica se generaliza el traslado de unidades productivas, la transferencia de capital de un territorio a otro, y la búsqueda incesante de trabajo cada vez más barato,

Todos estos elementos tienen una extraordinaria semejanza con los análisis del Manifiesto Comunista y del tomo I de El Capital, sobre las formas de extracción de plusvalía, las características de la jornada de trabajo, la subsunción real del trabajo al capital, etc.

Las líneas esenciales de los planteos contenidos en el Manifiesto permitan captar lo que hoy sucede en el mundo. En ese documento, Marx indica además la pauperización de la clase obrera y de importantes sectores de la población. Hoy se constata la pauperización relativa y en algunos casos absoluta de grupos crecientes de población a los que se alude como población económicamente sobrante sobre la que solo se piensa en diseñar políticas estatales de contención para evitar revueltas, a la par que se deja funcionar con prácticas genocidas encubiertas, desarrollos de violencia territorial localizada en los grandes centros urbanos y sus adyacencias, de las que el narco economía informal hace de catalizador.

Marx también dejó planteado la posibilidad que el capital-dinero se independizara del capital productivo y asumiera la forma de un capital especulativo que se valoriza en actividades puramente dinerarias. Esa es la característica del capital financiero en la actualidad en tanto toma la forma de un capital desligado de cualquier actividad productiva, para convertirse en un capital puramente parasitario que aparentemente se auto valoriza a sí mismo. Esa es en gran medida la fuente de crisis del capitalismo actual,

 Finalmente, las clases sociales y la lucha de clases son consustanciales a la sociedad capitalista contemporánea El capital es una relación social contradictoria que no se puede concebir sin conflictos sociales, en razón de los diferentes tipos de antagonismos que lo caracterizan en confrontación con el trabajo y la contradicción capital-naturaleza.

La historia del capitalismo es la historia de la lucha de clases, la que no se puede entender si, como sucede en muchas interpretaciones que privilegian factores técnicos, se desconoce la incidencia directa de la lucha de clases en los procesos de acumulación capitalista. Sin embargo, se ha optado ideológicamente por prescindir consciente y deliberadamente en el lenguaje político   de la palabra “CLASE

El reconocimiento de la lucha de clases por parte del marxismo no es ni mucho menos una invitación a despertar los instintos supuestamente violentos del ser humano, sino la constatación de la lógica interna bajo la cual se ha desarrollado la sociedad capitalista.

El registro documental del marxismo, para el lenguaje revolucionario de la vanguardia obrera, en tanto programa general para facilitar el paso de la conciencia de clase en sí a para sí de los trabajadores toma la forma de Manifiesto. La principal función de un manifiesto es llamar a la lucha. Se trata de indicar cual es la lucha y por qué luchar seleccionando el sujeto social a quien se convoca. Eso es lo que hace Marx, agregando que cuando s e convoca para la lucha se lo hace desde la exhibición de una situación terriblemente injusta que hay que superar.

El marxismo, la lucha por el socialismo sigue siendo la única filosofía viva de nuestro tiempo, porque no han cambiado las situaciones históricas que le dieron origen. La situación de los trabajadores del mundo, se relaciona directamente con la crítica situación ambiental del planeta -producida directamente por la lógica de funcionamiento del sistema capitalista-, podemos comprender entonces las dos contradicciones fundamentales del capitalismo: capital-trabajo y capital-naturaleza. En esta perspectiva, al destruir el capitalismo los obreros no tienen nada que perder, salvo sus cadenas, y tienen un mundo que ganar. La gran masa de la humanidad sufrida y explotada no tiene nada que perder, salvo sus cadenas. A cambio tiene un planeta por salvar.