NUEVO CURSO
“………es bien evidente que, la vida de clase del proletariado no se detiene en ese periodo preparatorio para la revolución. Los choques con los industriales, con la burguesía, con el aparato del Estado, ya respondan a la iniciativa de un sector o del otro, siguen su curso.
En estos choques, que envuelven ya sea a los intereses del conjunto del proletariado, o de su mayoría, o a este u otro sector, las masas obreras sienten la necesidad de la unidad de acción: de unidad para resistir el ataque del capitalismo, o de unidad para tomar la ofensiva en su contra. Todo Partido que se oponga mecánicamente a esta necesidad del proletariado de unidad en la acción, será condenado infaliblemente por los obreros.
Por otra parte, la cuestión del Frente Único no es, ni en su origen ni en su esencia, una cuestión de relaciones mutuas entre la fracción parlamentaria comunista y la socialista, o entre los Comités Centrales de ambos Partidos, o entre “L’ Humanité” y “Le Populaire”. El problema del Frente Único -a pesar del hecho de que es inevitable una escisión en esta época entre las organizaciones políticas que se basan en el voto- surge de la urgente necesidad de asegurarle a la clase obrera la posibilidad de un Frente Único en la lucha contra el capitalismo.” (León Trotsky, La táctica del frente único)
Por fuera de todo el operativo electoral y la reproducción de la farsa inscripta en el voto universal. el gobierno y toda la burguesía de conjunta avanzan en la gestión de sus intereses generando condiciones de reproducción del capital que crean las condiciones para una reformulación general de las formas y los modos de realización concreta de la relación social fundacional: capital-trabajo.
En contexto objetivo de reducción salarial por vía del impuesto inflacionario, y las consecuencias derivadas de la depreciación de la moneda con la que percibe sus salarios, la clase trabajadora queda expuesta a la amenaza concreta de afectación directa de la relación laboral en sí. De esta forma se limita la fuerza individual del trabajador que ve peligrar su empleo y ante esto vive la presión patronal de ampliación de jornadas horarias, supresión de los descansos, regulación del ejercicio efectivo del derecho de huelga, y menosprecio de la estabilidad en el empleo, por vías de contratación o modalidades de prestación de tareas que desnaturalizan el vínculo primario dado por el mercado de adquisición de la fuerza de trabajo.
La respuesta de la clase trabajadora , a través de todos aquellos que en su plano de comprensión del fenómeno toman consciencia de cuáles son sus intereses específicos y su objetivo de desarrollo en esta sociedad estructurada por el orden capitalista y su necesidad vital de reproducir el capital , necesariamente requiere de su desarrollo en la propia clase trabajadora en sí , dentro y fuera de sus organismos de masa organizando desde las bases la resistencia por todos los métodos pertinentes a este particular estadio de la lucha de clases.
Al calor de la lucha cotidiana y en el ejercicio de la confrontación contra las diversas manifestaciones de la política represiva que desenvuelven las agencias del Estado de la burguesía y las acciones funcionales a ese propósito de las burocracias sindicales, se han de fortalecer las expresiones del sindicalismo clasista, antiburocrático y combativo.
En el mismo sentido, y desde el plano estrictamente político se torna necesario desenvolver para la eficiencia de la propaganda de ideas hacia la clase trabajadora en sí, y el resto de los sectores sociales oprimidos una acción táctica de frente único que facilite intervenir de una sola y misma manera en función de un programa mínimo de demandas sociales y política que hagan de la lucha por ellas el camino de transición hacia la construcción de organismos de poder obrero constructores del programa socialista.
Si bien la burguesía expresa en la vía democrática en forma abierta sus pujas internas de intereses sectoriales, en cuanto se refiere a la confrontación de clase contra clase, que resulta prevalente en este momento por cuanto se expresa sin mediación alguna, actúa como un solo bloque consensuando la arquitectura específica de medidas que afectan directamente a la sobrevivencia digna de los trabajadores.
La burguesía comprende de manera consciente el momento crítico que atraviesa el sistema productivo en el que se sostiene y por el cual ejerce su dominación cultural. Es precisamente esa crisis en la reproducción del capital la que la convoca de modo unánime como clase a golpear como un solo puño sobre la clase trabajadora para imponer su dominación
Este extremo concreto el que obliga a los trabajadores a operar de igual manera y dejar en la lucha específica toda división ideológica que pueda operar hacia su interior, para evitar además que sectores de la pequeña burguesía introduzcan fisuras a su interior, ofreciendo salidas que impliquen frentes de conciliación de clases, o populares que producen en los hechos, el resultado inverso de cohesión clasista que exige la actual coyuntura.
Es con agitación, propaganda organizada desde la propia clase como se consigue la necesaria autodefensa, frente a los embates de la burguesía en crisis.
Debe quedar en claro que, en esa lucha de frente único de los trabajadores, la vanguardia socialista tiene la tarea complementaria de denunciar en los organismos de masas el rol de las burocracias enquistadas en los aparatos sindicales y aquella enquistad en los organismos que contienen a los trabajadores sin empleo regular.
La burocracia dentro del movimiento de masas tiene un solo objetivo: la conservación del mundo tal y cómo está, la defensa de las instituciones del Estado, de la propiedad privada y del poder en manos de unos pocos, a través de métodos tan sutiles como engañosos, que le permiten camuflarse dentro de los distintos sectores del pueblo organizado.
Esa burocracia, debe ser señala desde su propia condición y no por vía del señalamiento de uno u otro personaje que se maneje en su seno. Esa burocracia está asentada en privilegios de conquistas robadas y negadas al pueblo, convertida en traidores a nuestra clase, enquistada en los sillones de las centrales obreras como la CGT y las Cas, como también en la dirección de las organizaciones sociales aliadas en una u otra forma al gobierno, al que le sirven funcionalmente por ser justamente apéndices del gobierno para mantener contenida la bronca popular y de esta forma intentar garantizar que puedan aplicarse los planes que nos hunden en la miseria y la opresión
La burocracia está metida en las lógicas de construcción de muchas organizaciones del pueblo. La burocracia en las organizaciones de izquierda y del campo popular es una enfermedad que se expresa cuando se transforman los medios en un fin en sí mismo,
Cuando la organización que construimos pasa a ser más importante que el objetivo por el que luchamos, se está expresando el fenómeno burocrático. También cuando en nombre de no correr el riesgo de “perder” parte de las conquistas parciales se justifica cualquier método, se abandonan los principios, y se negocia con las patronales y el gobierno, dejando de confiar en la lucha, para ganar y defender las conquistas, y en la fuerza transformadora de la clase.
Por esto, la táctica del frente único de trabajadores se justifica y sostiene en las herramientas y los métodos históricos para construir el verdadero poder obrero para nadie.
Burocracia, es no sacar los pies del plato por miedo a perder pequeños privilegios materiales, y hacer todo por la defensa de estos privilegios. Lo que no podemos negociar jamás, son los valores y métodos históricos para construir el verdadero poder popular, revolucionario.
El frente único de los trabajadores, es la vía para obtener que la clase trabajadora en sí desenvuelva acciones que le permitan confiar en sus fuerzas, y romper los diques de contención de las burocracias, Es la herramienta necesaria para confrontar contra las patronales y toda la institucionalidad de su Estado, y vencer, imponiendo el poder obrero y socialista.