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Nuevo Curso

LUCHA DE CALLES. UN RIO REVUELTO CON GANANCIAS DE PESCADOR

NUEVO CURSO

En los últimos tiempos, directamente proporcional al aumento de la inflación, han ido creciendo la frecuencia y la masividad de las manifestaciones del movimiento piquetero y de desocupados, siendo, este último, el sector más castigado frente a la remarcación de precios que hoy ya es casi diaria.

 En Jujuy por circunstancias coyunturales la cabeza de la lucha fue gestada desde el plano sindical por los docentes de esa provincia movidos materialmente por la urgencia de un salario que no les alcanza para cubrir sus requerimientos mínimos, conociendo además de las pocas capacidades que tiene la economía del sector privado para proporcionar y gestar relaciones de empleo que ubiquen a los trabajadores en espacio de dignidad.

Todo aquel que en las calles de Jujuy y en sus rutas, expresó su voz de protesta contra un régimen político cuyas aristas salientes son de difícil réplica en el resto del territorio nacional. Todo aquel que se sumó a los grupos más activos en escaramuzas defensivas o ataques no programados sobre objetivos simbólicos como lo puede ser el edificio que ocupa la legislatura provincial, puso con su cuerpo y en las calles un mensaje concreto, en torno a algo así como:” esto no da para más”.

Pero ocurre que ese grito desgarrado no alcanza. Ocurre que esa conclusión de corte tajante con el hoy, no tiene actores, ni organizaciones acordes con ese desafío del después que implica decir “esto no va más”. Porque si bien hay este mínimo esbozo de acuerdo callejero en ese NO, también y en el mismo momento no lo hay, en el SI a futuro. En otros términos. ¿Cuál es el sí que unifica la protesta y la motoriza como objetivo a lograr? ¿Alcanza con un NO a Morales para que Jujuy y la Argentina, cambien ese escenario de dominación opresiva y explotación intensiva?

La respuesta vacilante, la duda sobre el interrogante, las evasivas, los atajos, la “picardía” política, la mezquindad de los grupos y las sectas, la “viveza criolla” de todo puntero piquetero, “dirigente” que se asome al escenario, solo cuenta como dato sociológico a relevar, pero nunca como propuesta superadora. Es más, cuanto mejor sería que los trabajadores pudieran advertir que también todo ese espectro nacido luego del 2001 y su “salida” K-institucional, pudiera llegar a su fin y acompañara a Morales en su anhelado ocaso.

Habrá que advertir entonces, que con los gritos y las piedras espasmódicas no alcanza si ellas no vienen lanzadas por la organización de la clase trabajadora en sí, y su programa socialista de clase para sí. No se trata de encontrarle una salida a la crisis del capital, divergiendo en ella de la que instrumenta la propia burguesía con base en represión y explotación No se trata de pensar y soñar con un capitalismo humanizado, porque esas dos palabras se contradicen entre sí a poco que se repare en cómo se produce y como se vive cuando de lo que se trata es de la producción generalizada de mercancías y el imperio de la ley del valor.

Es probable que detrás de estas instancias reformistas, economicistas, sindicalistas burocratizadas en listados, pecheras, camionetas o trasportes utilitarios que en lugar de llevar cargas de mercancías llevan personas trasladadas como “capital humano” y expresión de “fuerza” para la siempre eterna negociación por venir y la rosca por surgir para que el breve tiempo de la inflación acuciante , este el ventajismo, para seguir administrando y gestionando la pobreza que les exija a las víctimas del sistema, a los condenados de la tierra,  un nuevo circuito similar de presencia que amenaza pero no concreta nunca el daño futuro que promete sobre las fuerzas represivas siempre crecientes de los dominadores burgueses de la cultura. Terminar con todo esto, sacar esa pestilencia de las filas de los que luchan, militar por la autoorganización de los trabajadores, y el desconocimiento de falsas representaciones políticas auto adjudicadas, forma parte de la lucha revolucionaria, casi en idéntica significación de lo que implica poner los cuerpos en las calles.

Mientras el gobierno facilita la acumulación de capital a la burguesía, las dirigencias de estas organizaciones sociales administran la pobreza de los más desposeídos. Deciden quién cobra, cuándo, cómo y a cambio de qué.

Los planes sociales y un gran arco de subsidios a la pobreza de distintos nombres y montos, están ahí bregando por quedarse, buscando permanencia institucionalizada y burocrática, gobierne el burgués que gobierne.

Hay que propagandizar y explicar hacia el conjunto de la clase trabajadora en sí, de este dato objetivo, para evitar la fragmentación en los que luchan, advirtiendo que ese fenómeno es expresión coyuntural de la propia crisis capitalista generadora en su reproducción social de la existencia de una población sobrante expulsada por largos períodos de tiempo del empleo digno y ubicada como sujeto pasivo de prácticas políticas burguesas de contención y servidumbre existencial. La población económicamente sobrante lugar al que la reproducción social del capital expulsa a grandes contingentes de personas, responde a las propias reglas del mercado laboral, que genera siempre una oferta de fuerza de trabajo superior a la demanda, y actúa como forma de presión sobre las y los trabajadores en actividad para bajar los salarios.

La desocupación forma parte de la propia crisis estructural del capitalismo. Plantear el problema por fuera de esa premisa es generar ilusiones reformistas atravesadas por el advenimiento del burocratismo en las organizaciones sociales que se pudieron haber gestado.

Es cierto que la pobreza no se discute, la padecemos todos en mayor o menor medida. Las cada vez peores condiciones de vida tampoco forman parte del discurso sino de la realidad concreta, pero de ello solo emerge la capacidad de explotados y oprimidos para exigir una vida digna y si el capital muestra a ojos vista de su incapacidad para generarla, debe ser barrido de la escena con todas sus estructuras institucionales. Es la estrategia de frente único de clase y el poder obrero, el camino que debe transitarse

No es mediante el asistencialismo del Estado que vamos a lograr tener la vida que merecemos. Los planes sociales solo le sirven al gobierno de turno para contener el estallido de un pueblo que no aguanta más, abriendo o cerrando la canilla según le convenga y usándolos de extorsión a cambio de votos. Sus planes sociales se van con ellos y después hay que conseguir la gracia del puntero que ponga el nuevo gobierno.

En paralelo, el régimen electoral que normativiza la farsa electoral en la que se pretende encorsetar la protesta, se posiciona mediáticamente como punto prioritario de la agenda cuando aún están calientes los cuerpos vulnerados en la represión sangrienta lanzada sobre los que luchan. Incluso el objetivo de deponer a “los Morales” se ve mancillado con la presencia de éste en una de las fórmulas del menú electoral. También los viajes institucionales al exterior de los operadores políticos de la burguesía dan cuenta de la siempre vigente existencia de   los acuerdos y subsidios a las multinacionales que no se caen como los planes sociales y que la realización del valor apropiado en la producción sigue manteniendo señales de vida opresiva y explotadora.

Mientras los referentes de las organizaciones que se dicen representantes de los trabajadores que han sido desplazados hacia los territorios de la población económicamente sobrante,  determinan movilizar a Plaza de Mayo y otras plazas del país, con su formato de presencia pasiva y en el mejor de los casos acampes, las multinacionales siguen produciendo en un ritmo inalterable y la historia de la explotación sigue su curso cruel, sin que la interrupción del tránsito que implica la ocupación de calles altere esa lógica de desenvolvimiento de lo real.

En Jujuy no gobiernan halcones ni palomas. Gobierna la más genuina manifestación del modelo de dominación y explotación capitalista con todos sus componentes. Los docentes y el pueblo pobre en las calles se enfrentan, como lo hacen día a día en su cotidianeidad con el gobierno de una alianza de los dos grandes partidos patronales que gestionan el interés de la burguesía. El litio se explota con concesiones escandalosas y se envía a EEUU. Los acontecimientos exhiben por sus consecuencias necesarias de represión y opresión la total subordinación de la justicia al proyecto extractivista que implica la apropiación por parte de las multinacionales de las tierras.

La lucha no puede quedar en la demanda social de paritarias o de demandas coyunturales. Debe en sentido inverso, alcanzar al señalamiento de las causas del fenómeno e instalar en la acción militante el objetivo estratégico de superar el orden burgués y la sociedad de clases que este genera en su reproducción

Es necesario advertir a cerca de la coordinación y expansión nacional de toda lucha, cualquiera fuese el escenario específico de su desarrollo, lo que implica su necesaria coordinación con las restantes y no confiar en ninguna de las maniobras distraccioncitas de las direcciones sindicales traidoras que se vieron empujadas a sumarse a la protesta con el solo objetivo de finalmente desactivarla. Esas direcciones sindicales y piqueteras burocratizadas, son adictas al escritorio, las salas de reuniones del poder burgués y la soledad social implicada en toda rosca. Buscarán desmovilizar, institucionalizar los reclamos, encauzarlos a sus propios intereses, lo que obliga a desenmascararlos, colocando claramente las tareas de organización y esclarecer los métodos adecuados para la lucha.

Las herramientas son inversas a ese escenario burocrático. Es necesario que la clase trabajadora en lucha decida la huelga y la apelación al uso de los métodos de acción directa, permaneciendo movilizada, discutiendo en cada lugar de trabajo, en cada barrio, cómo seguir incorporando a más sectores, Fortaleciendo las luchas del resto del país