Nuevo Curso

LOS TRABAJADORES NO USAMOS SMOKING

“ELLOS NO USAN SMOKING”, es la manera de comunicar una idea, que emerge de lo real existente y que remite a una expresión artística de lo dado en un tiempo histórico en un determinado contexto, que sin embargo y por su naturaleza, persiste en el tiempo de la mano de la lucha de clases. Es el título de uno de los films políticos más potentes de la historia del cine latinoamericano, entre otras cosas por el rol que otorga a las mujeres en el conflicto.
Ellos no usan smoking se detiene sobre las contradicciones y anhelos de la clase obrera brasileña. Marca el antagonismo entre huelguistas y rompe-huelgas, entre la acción colectiva y la salida individual.
Basado en la pieza homónima de Gian Francesco Guarniera el film refleja, a través de los conflictos de una trama familiar, las luchas de masas y las incidencias necesarias de la lucha de clase frente a la imprescindible necesidad de tomar el camino adecuado a esa lucha entre trabajadores y burgueses, priorizando la organización obrera, entendiendo que la emancipación de los trabajadores será la obra de los trabajadores mismos.
Hemos tomado esta referencia cultural para marcar los tiempos y las condiciones de nuestra época, el estadio de la lucha de clases en donde sobrevivimos y la vigencia del programa revolucionario por sobre el reformismo en cualquiera de sus formas a partir de la impotencia de este último para dar la señal de la intervención adecuada a nuestros desafíos, con claro señalamiento de los enemigos de clase.

Cuidado que están aquí,
caminan por estas calles
y comienzan a reír,
se escudan en un rosal
y esperan entre las sombras
desterrar de aquí la paz.
El pueblo los condenó
pero ellos caminan libres,
como todos bajo el sol.
Cuidado que vienen ya
vestidos como inocentes
con la sombra del puñal
(autor Hamlet Lima Quintana.)

Aquí estamos,
hemos dado vuelto los bolsillos del alma
y no hay ni un cobre,
nos jugamos el resto a una esperanza
y no era cuestión de suerte,
intentamos un camino en el aire
sin sospechar jamás,
sin sospechar,
que el hombre llega a su destino
solo pisando firme.
Aquí estamos,
de pie sobre las ruinas,

sobremurientes pálidos
de un siglo desolado.
Aquí estamos….
.Somos la astilla errante
que se escapó del palo,
tenemos la nostalgia
por rumbo y estandarte.
Aquí estamos ahora,
los pocos que quedamos,
mirándonos la nada,
huyendo a cualquier parte.

Aquí estamos cantando,
por despistar silencios,
aquí los siete locos,
aquí los condenados,
aquí los que tuvimos
el destino en las manos,
aquí los que gritaban,
aquí los pobres gatos,
aquí juntando lágrimas
para una nueva risa,
con lo bueno y lo malo,
mírennos aquí estamos.
(extraído fragmentariamente del poema Aquí Estamos
de Juan Carlos MUÑIZ

El FITU implica acciones militantes abarcadas en el espacio de la proyección posible de un pacifismo democrático liberal de la que va directo en forma abierta desde la salida de las jornadas de lucha del 2001 al parlamento burgués donde se desenvuelven las apariencias de la representación política que impone la descompuesta democracia gestada por la burguesía, para la sobrevivencia dominante, explotadora y opresiva de su orden social capitalista en Argentina. El entramado de pequeños aparatos burocráticos y comunicacionales de los partidos políticos reconocidos por el orden constitucional burgués, se ha constituido en una traba para el desarrollo de las tareas de agitación y propaganda que exige a la militancia el actual estadio de la lucha de clases. En igual medida operan las burocracias ligadas a las economías sociales y los diversos grupos que se exhiben pública e institucionalmente como” organizaciones sociales”, algunos ubicados como brazos o ramificaciones de esas mismas organizaciones partidarias, a partir de ubicar en esas burocracias a personal político que se enrola en sus filas y hacen de ese hacer social su modo de vida.


La base de acuerdo que aún y transitoriamente liga a todos estos partidos de fraseología socialista, legalizados por el orden burgués para armar una “izquierda” del sistema , por fuera de las propias determinantes del manejo de un presupuesto dinerario externo que le viene de esa misma condición de partido legalizado pata izquierda de la mesa del poder burgués, es la afirmación según la cual la época de crisis, guerras y revoluciones a la que aludían Lenin y Trotsky ha culminado al finalizar los años ’80 del siglo pasado, iniciando otro desarrollo de cierta estabilidad en el que ha pesar de las crisis cíclicas del capital ,la estabilidad social prevalece sobre cualquiera de esos dos escenarios convulsivos , es decir, por sobre la posibilidad de un giro ascendente de la lucha de clases.
Sin embargo, los hechos objetivos que constituyen de manera compleja la realidad, desmienten esa premisa, en tanto la tendencia es la inversa, al menos si se observan las pujas bélicas entre intereses de diversos espacios de la burguesía en el orden mundial. Es decir, el imperialismo, mantiene sus prácticas de explotación y rapiña, estabilizándose a base de guerras que empujen nuevas contiendas por mercados, primacías y un nuevo reparto del mundo capitalista globalizado, bajo una nueva configuración geopolítica.
Este es el soporte ideológico de los partidos legalizados y por ende aceptados por el orden burgués como su sector izquierdo, que los perfila específicamente como una expresión siglo XXI del reformismo. No estamos en presencia de un inveterado centrismo propio de lo que fue el cadáver político del Morenísimo, del que se desprendieron en esos parámetros, pero no en sus métodos de acción política, sino frente a un polo de organizaciones que sostienen que la lucha por la revolución socialista ha dejado de ser una tarea inmediata, conclusión a la que arriban tras afirmar que “el capitalismo se ha restaurado”.
Esto no es un simple posicionamiento académico, pese a que el hábitat de estos aparatos institucionalizados es la universidad pública. La conclusión según la cual no transitamos un tiempo de crisis , guerras y revoluciones significa el abandono del documento con el que se buscó fundar la IV Internacional en vida de León Trotsky , atacado en su invalidez por su falta de relación con una nueva época del capital, pese a lo cual , desnaturalizándolo aún más se ocupan de acudir en sus intervenciones farsescas en la farsa electoral burguesa a alguna de sus consignas en forma aislada quitándoles su carácter de programa transicional en un conjunto de tareas hacia el poder obrero , conforme fuera el sentido de su originaria proposición.
La cuestión de este derrotero reformista de los legalizados por “izquierda”, es que no le ha quedado otra opción que hacer profesión de fe de su confeso reformismo, y apelar a la metodología del “aguante” , acompañando de ese modo, la tendencia social que se expresa en ese aspecto de la cultura burguesa dominante, que apunta a valorizar de modo positivo la simple actitud, aún cuando la misma fuere sacrificada , de soportar lo dado con resistencia , esperando las condiciones climáticas por sí mismas hagan posible “otros tiempos” posiblemente socialistas. Para eso hay que acomodarse de una u otra forma tras el sector progresista y populista de la burguesía, que resulta así un aliado necesario, en una suerte de apertura de servicios funcionales “pintados de rojo y banderas icónicas del socialismo” para la sobrevivencia en la miseria capitalista.
Sin embargo, la lógica cultural de la resistencia con aguante cada vez se vuelve más insostenible porque el parlamentarismo, los diputados de izquierda y las políticas de derechos subjetivos con centralidad del Estado de la burguesía muestran su impotencia e incapacidad para dar respuesta no a cuestiones intelectuales a debatir por redes sino a la propia reproducción material de trabajadores activos o desocupados.
Ese espacio objetivo es el que alienta el desarrollo de tendencias ideológicas que corren a sacar del baúl donde se guarda la ropa de la abuela , las vestiduras del más rancio liberalismo sin recordar que fue ese discurso “liberar” el que trajo de la mano guerras, convulsiones sociales , revoluciones y el espectáculo macabro de la extinción proyectada de la condición humana el que nos desayunamos cada mañana, al punto de naturalizar el crimen, la rapiña , el espacio desolador de los ataques a los espacios de la civilidad que produce el capital imperialista en sus acciones sobre oprimidos y explotados del mundo.

Así las cosas, es más que importante entender que es cada vez más incompatible el control semi-fascista o bonapartista del mundo que tiene EEUU con las formas pseudoparlamentarias que propicia esta cooperativa electoral, aparatista e inconducente concentrada en los partidos legalizados por el orden burgués en Argentina.
Los espacios históricos en los que el reformismo muestra su incapacidad, han exigido a la militancia revolucionaria acciones significativas necesarias para dejar atrás por superación dialéctica y no su simple negación , esta experiencia fallida del FITU y tomando un nuevo curso recuperar la tarea ineludible de una nueva organización política desde la vanguardia de los trabajadores , con programa de poder obrero y superación del poder burgués cualquiera fuese la forma concreta que este asuma en la crítica reproducción del capital.

Nos hicieron conocer
la mentira y sus suburbios,
y supimos que así fue
desde que el mundo es el mundo.

Desde alambradas de miedo
miramos pasar los años,
encerrados en la trampa
de engañar y de engañarnos.

La mentira se pasea
con su disfraz de palabras,
solo un vacío de muerte
lleva entre el pecho y la espalda.

Y va dibujando un tiempo
en contra del ser humano,
si aún estamos a tiempo habrá que parar la mano.

Y aprender y aprender
un idioma distinto al de ayer
y tratar, y tratar,
de hablar de una vez clarito.

Despacito, despacito,
nos iremos acordando
del sentido que tenía
el viejo vocabulario,

Al pan, pan y al vino, vino,
mentiroso al mentiroso
y asesino al asesino.

Para empezar a ordenar
tantos cajones revueltos,
para pagar tantas cuentas
que hace tiempo nos debemos.

Y empezar sin medias tintas,
sin dobleces, ni rodeos,
a descubrirles las cartas
al buzón que nos vendieron.(Juan C. Muñiz)

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