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FARSA ELECTORAL. LA PROXIMIDAD DEL COMISIO Y LA CLASE TRABAJADORA.

Estamos sobreviviendo al bombardeo mediático-publicitario de los cinco aparatos electorales y aproximándonos al cierre de campañas, donde se exhiben los más diversos recursos en búsqueda del voto. Son los últimos arrestos ante la cercanía del 22 de octubre.
Las promesas sostenidas sobre ilusiones democráticas que atravesaron el discurso del viejo MAS con el advenimiento del alfonsinismo y desde más de una década desde el hoy FITU, se ven puestas en crisis y con ello exhiben su agonía. Ocurre que la democracia produce hoy como sistema de gobierno del poder burgués un significativo daño social a los trabajadores y a quienes se integran en el espacio llamado población sobrante, que los alejan de aquel “Con la democracia no solo se vota, sino que también se come, se educa y se cura»
Hay dos aspectos entrelazados en la farsa electora. Uno es la cantidad de trabajadores que no van a votar según lo dejaron ver las PASO. En ese plano se manifiesta el agotamiento de esas ilusiones democráticas, con tendencia a deslegitimar el sistema electoral. Por eso los sectores del poder burgués necesitan del FITU, como una surte de pulmotor que mecánicamente mantenga vivas esas ilusiones en la república burguesa, su constitución nacional que la formaliza en normas jurídicas y el régimen de gobierno que implica la democracia indirecta por representación.
En segundo orden, hay que ver que el electorado que sigue votando lo hace por opciones que en sus propios enunciados dan cuenta de planes de gobierno que tienen como consecuencia empeorar a futuro la situación de esos votantes, en particular la de aquellos que, por su lugar en el proceso productivo capitalista, se ubican como clase trabajadora en sí, y por consecuencia necesaria aquellos que se encuentran desempleados o en economía informal. Esto al menos abre la posibilidad de la instalación tendencialmente importante de la instalación bajo ropaje democrático de un sistema clientelar e institucional en el que se desenvuelven los partidos patronales.

Esto último sin embargo entra en dialéctica con lo primero, es decir, la abstención y el voto en blanco o nulo no se contradicen en gran proporción por los votantes en la medida en que los candidatos presidenciales parten todos desde la perspectiva de que lo que existe no sirve y hay que cambiarlo, factor común que alcanza a aquellos que directamente no conculcan con lo dado y por ello no votan. La presencia aparente de una imagen construida sobre la idea de un presunto antisistema como lo es el producto ideológico Milei y la libertad avanza dan cuenta de que es ese aparato el que ha podido percibir y captar el sentimiento de agotamiento de las mayorías con el puro sistema de declaración de libertades y derechos subjetivos que no adquieren materialidad.

La centralidad que el FITU de conjunto, da a su opción estratégica reformista y parlamentaria, le impide percibir directamente y expresar esa opción de repudio al orden social capitalista existente en Argentina, más allá de su composición hecha sobre la base de organizaciones que se repudian políticamente entre sí, absolutamente carente de programa, dejando claro que su programa es el no programa, como lo deja ver toda la intervención de Solano por el PO y el Mst en ocasión de las PASO, Lo dice el propio Solano buscando un debate con Bregman antes de que esta adquiriera carácter de participante en el presidencial :


“…, Bregman abona la idea de licuar los planteos del Frente de Izquierda en una interna kirchnerista. Es la cobertura por izquierda de un gobierno de ajuste, bajo el comando directo de Cristina Kirchner. A su gobierno lo enfrentamos no sólo políticamente, sino en las calles defendiendo los reclamos de los trabajadores.
.. El partido de Bregman está en contra de la Unidad Piquetera, a la cual atacan desde La Izquierda Diario…. En un terreno fundamental, como el de la organización de los desocupados y precarizados. Sólo el movimiento piquetero combativo, fue el que ganó las calles En todo este proceso de organización, no solamente el PTS estuvo ausente, sino que, además, desarrolló todo tipo de ataques gorilas, como rechazar que la militancia piquetera venga a un congreso del Frente de Izquierda porque “no son socialistas” …. “lo que está en discusión es si necesitamos al Frente de Izquierda “solo para ir a elecciones cada dos años, o si se va a estructurar sobre una base militante para conquistar una mayoría del pueblo argentino para una salida socialista y transformar el país”.(Prensa Obrera, 20 de julio 2023 “Bregman rechaza un debate con la
izquierda… Texto con firma de Juan García.”

El FITU quiere vender que con las elecciones se puede “hacer diferencia” en post de un cambio social democratizante aun cuando admiten que en su interior no hay debate democrático. M B no tiene propuesta alternativa, por eso nadie percibe al FITU como una opción de poder. De hecho, la propia M Bregman va a un debate presidencial, admitiendo que no va a ser presidente y por eso convoca a la lucha a partir de que no va a negociar con el poder. Dicho en otro término, se acepta desde el vamos, que existe el poder y que este se llevará el poder formal de gestión de los intereses burgueses frente a los que convoca a dar lucha.

Estamos entonces frente a una candidata que solo propone luchar y el espacio de esa lucha a través del parlamento. Pero por lo dicho anteriormente, su equipo de luchadores, pelea en gran proporción contra ella, porque no admite a las agrupaciones piqueteras. Todo al menos una gran confusión que suma a la táctica de falsa verdad que se sigue de los restantes candidatos.

La carencia de un programa de izquierda no puede ser tapado con las picardías en el debate de M Bregman o su presencia en todo sitio donde se junten los sectores medios exhibiendo que es una abogada limpita y digerible por esos sectores medios decepcionados por la agonía del progresismo.
El único programa del FITU, sin contradicciones internas, es el voto por el voto mismo en función de colar algún parlamentario más. Eso oculta que no es una respuesta adecuada al problema del poder, es decir, carece de planteo real frente al fenómeno específico de la política y ausencia total de un programa específico de construcción de poder obrero y socialista.


Todos los candidatos hacen eje en el problema represivo bajo amparo de la criminología mediática que centra en la construcción política del enemigo social en una lógica de “guerra contra el delito”. Esto lo hacen en desmedro de desplazar el estado objetivo de pobreza y miseria cultural en el que se desenvuelve la clase trabajadora y los desplazados hacia el sector de la llamada económicamente “población sobrante”. Frente a esto, el FITU no se expresa. Solo llama a la lucha, es decir, solo llama a aceptar la represión estatal o para estatal en sí, y posicionarse simplemente para defenderse. Es cierto hay que defenderse, pero porque admitir que la agresión no puede ser evitada, y peor aún cuando el espacio de resistencia son los proyectos de leyes, bajados a comisiones en el parlamento de donde nunca han de salir.

El FITU no es una opción de poder. No tiene plan de gobierno. Solo se pone a la defensiva de manera declamatoria. No es capaz de poder explicar una alternativa, porque en realidad no la tiene. Si el Fitu, es solo la picardía de Bregman suplantando al anodino Del Caño. Es también la forma por sobre lo real y concreto, que en el caso es solo la lógica acumulativa de votos para sumar mecánicamente parlamentarios.


Amén de las peleas internas, el FITU no tiene capacidad de autocrítica. Eran el tercer partido exhibido como logro. El logro es solamente el mensaje abierto del mangazo del voto porque soy el menos malo en la farsa electoral del poder burgués en su lógica eleccionaria.

Mostrar que no estamos de acuerdo con lo que nos pasa, implica también no avalar más este esquema de la cooperativa electoral FITU. No es solamente decirle NO a las expresiones ideológicas que genera el poder burgués, con pretensiones de triunfo. El plan generalizado de gobierno posterior a la farsa electoral, avalado por consenso específico de los que vayan a votar, implica un corrimiento significativo hacia debajo de la línea de pobreza e indigencia, aunado a la represión por ejercicio de la violencia estatal.


El desafío no es la apelación demagógica a una lucha sin proyecto ni estrategia. Es la construcción de poder obrero desde la propia vanguardia trabajadora. La militancia es en cada uno de los trabajadores en lucha, una idea, un programa, para la acción. Superar la agonía del FITU es parte de esa actividad.
La base primordial de todo el fenómeno desde la perspectiva de la política obrera que desenvuelva la clase trabajadora buscando constituirse en clase “para sí” es confiar exclusivamente en nuestras propias fuerzas, en nuestra propia organización, en nuestra lucha.


En el marco programático inmediato para superar la miseria, se debe romper con el FMI y sus programas, se hace además necesario estatizar todas las empresas que controlan sectores vitales de la economía. Asimismo, es preciso estatizar los bancos y el comercio exterior, para terminar de una vez con el contrabando, con la evasión, para que no se fuguen más divisas y en igual medida estatizar los yacimientos minerales e hidrocarburíferos, recuperar los puertos, los mares y los ríos.


Estas tareas necesarias solo pueden ser llevadas adelante por nuestra clase, la clase trabajadora que nunca gobernó, acaudillando a la mayoría oprimida, con su propia política, protagonizando una revolución social y construyendo los organismos de poder obrero y democracia directa. No hay otra salida o alternativa a lo que padecemos explotados y oprimidos.

Por eso es imprescindible que la clase obrera se independice políticamente, construya su propio partido revolucionario que exprese las tendencias más profundas de querer terminar de una vez con el orden social capitalista, la explotación y opresión de una clase sobre otra y sus secuelas culturales de pobreza y miseria.

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