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Nuevo Curso

LECCIONES DE OCTUBRE .

NUEVO CURSO

La Revolución de Octubre, también conocida como Revolución Bolchevique, u octubre rojo. Fue la segunda fase de la Revolución rusa de 1917, tras la Revolución de Febrero.​ La fecha 25 de octubre de 1917​ corresponde al calendario juliano vigente en la Rusia Zarista, después abolido por el nuevo gobierno bolchevique. En el resto del mundo occidental, bajo el calendario gregoriano, los sucesos se iniciaron el día 7 de noviembre de 1917.

Quiso la coincidencia del calendario, si es que a eso se le puede llamar así, que en distintos tiempos y momentos la clase trabajadora pudiera ver los rostros de dos modelos de sociedad. Una, la de un pueblo en armas, gestando una insurrección que le permite acceder al poder, desplazando a la clase dominante hasta entonces, la otra, el rostro de la burguesía por vía de sus operadores políticos exhibiendo todo lo que ella significa, doble discurso, hipocresía, banalidad, dominación mediática y cultural.

En un caso, una aurora para la humanidad y para sus gestores, los trabajadores y campesinos, bajo la dirección bolchevique de Lenin y Trotsky. En el otro la mediocridad galopante de MASSA -MACRI, por vía de una gama de imágenes títeres corporizados en dos personas capaces de cualquier designio.

En los dos casos, el problema es el poder, en su noción más simple, es la capacidad, o la dote de poder hacer viable la relación política mando -obediencia para lo cual los protagonistas pujan por las herramientas institucionales y jurídicas del Estado.

 En la revolución, es la destrucción de ese Estado lo que está en la acción inminente. En la farsa electoral argentina, es el engaño, el embuste y la forma jurídica que sale de ese Estado por vía de sus poderes legislativo y judicial para consolidar por consenso el poder burgués, sus intereses y un nuevo giro que busca generar una nueva acumulación primitiva para gestar una sociedad marcada por el dominio económico concentrado de pocos y la pobreza-miseria de la mayoría de la masa poblacional.

Son dos modelos a seguir. Es esa la real contradicción. Capital-trabajo. Clase contra clase. Eso es lo que enseña la revolución bolchevique, de la que han acusado una amnesia relevante los personajes políticos visibles del FITU y sus decisiones orgánicas, pese a que la situación social urge a los trabajadores definir una dirección política superadora de esa farsa electoral que entretuvo con uso de aparatos comunicacionales y redes sociales durante todo el año en curso el conflicto de clases.

En ese último factor, esto es, en desviar el conflicto social de clases hacia la “salida” electoral, coincidieron todos los operadores políticos, incluido el FITU, y colaterales que decidieron incluso dirimir su existencia en ese circo preordenado por las PASO.

Ayer 25 de octubre, mientras desde la historia golpeaba la puerta de nuestra realidad el ejemplo de una revolución real y no discursiva. La puesta en acto de las tesis marxistas fundamentales por vía de la democracia directa de los Soviet y la organización política de la clase trabajadora en busca de su constitución en clase “para sí”, sucedía en nuestro suelo el corrimiento del telón y la emergencia desde la trastienda de los verdaderos actores de la puja Inter burguesa que pone en pausa hasta su definición la condición de vida del pueblo trabajador.

 La farsa asume su último acto de dominación política burguesa y obliga por el mecanismo electoral a dar consenso a uno de los dos modelos de explotación y opresión a gestarse desde el Estado a  partir del 10 de diciembre, planteando como no podía ser de otra manera una opción que no es tal, no importa que a ello se llegue luego de que una aparente diversidad permitió carnavales de falsa conciencia , como los reiterados “debates” donde los participantes tan “serios” y circunspectos con puntillosa medición de tiempos de intervención lucen ahora como títeres de un circo , al estilo de la troupe de Titanes en el Ring.

Que lejos y tan cerca ver a la candidata del FITU arrojando palabras  y solo palabras a Bullrich y Milei para ver hoy a estos dos impulsando una sola candidatura  y obligando a la lúcida Bregman a tener que decidir por ellos o por Massa y Morales, ese de la provincia de Jujuy al que le cuestionaban la reforma constitucional.

Esta claro que el capital y la burguesía dominante no tienen ninguna “salida” de la crisis que contemple la dignidad del pueblo trabajadora y la superación de su actual situación de pobreza y miseria. Esta a la vista que el poder burgués tiene dos opciones y no otras, ni variantes de reforma por “izquierda”. Solo tiene hambre y miseria, salarios por debajo de la canasta familiar y mayor intensidad de la explotación.

Subió a escena un giro reaccionario de la realidad, que ya marca la declinación de orden capitalista de la mano del fracaso del populismo progresista aún en sus variantes más acotadas como la exhibida por Fernández- Fernández.

La sonrisa diplomática de Massa no puede ocultar, que marcho de la mano de Macri a DAVOS a poco de que este último consiguiera la presidencia en 2015, ni todas las jugadas de ambos en el tiempo histórico que le continuo.

En definitiva, el fin de la trágica-comedia televisada por la que tomó forma prevalente la farsa electoral, con sus infinitas convocatorias a elecciones, termina por mostrar lo cierto; Massa o Macri (Milei-Bullrich) es el menú de falsas opciones del poder burgués.

Sus coincidencias básicas respecto de como comportarse con los trabajadores, más allá de la puja de intereses Inter burgueses que ambos reflejan, no dejan lugar a dudas respecto del fracaso del reformismo con ropa socialista que conformó el FITU y su 2.70 por ciento del 75 por ciento de votantes que concurrieron a las urnas.

Ese derrotero frustrado por la carencia de objetivos revolucionarios de esa cooperativa de pequeños aparatos políticos, es el que debe ser abandonado. Tal vez los golpes en la puerta de la realidad, que hace la historia construida por la gesta de obreros y campesinos en octubre de 1917 permitan comprender que la opción no es Massa -Macri, sino socialismo o barbarie.

La situación de la lucha de clases en Argentina, deja a la vista que se desarrolló una trampa burguesa con formato eleccionario que avanza hacia su consolidación.

 Las enseñanzas de esta escaramuza que implica el proceso eleccionario farsesco, nos impelen hacia un giro significativo, un nuevo curso de lucha que remita a ese ejemplo histórico desde nuestras propias características. Para iniciarlo, no sería irrelevante que los trabajadores más allá de la lucha callejera, las huelgas y asambleas, que son sus métodos propios, asuman de conjunto el boicot eleccionario, denuncien la ausencia de toda ilusión democrática constitucionalista, no votando, anulando el voto o votando en blanco en el próximo y final episodio de esta táctica electoral burguesa que se empeña en poner la soga al cuello con explotación y opresión a la clase trabajadora.