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Nuevo Curso

SIN ANESTESIA

NUEVO CURSO

Es usual dentro del discurso que impone su formas al contexto general de farsa electoral y crisis capitalista , que los formadores de opinión y el conjuntos de intelectuales orgánicos a la reproducción del capital, aborden el fenómeno en clave de miedo, diseñando lo que denominan el riesgo de agotamiento del “contrato social” que supuestamente todos los componentes de la sociedad hubieron de suscribir en ocasión de la transición desde el orden dictatorial impuesto en la segunda mitad de la década del setenta y primeros años de los ochenta , que se ve seriamente amenazado por el discurso programático que propagandizaba uno de los contendientes en la pretendida puja electoral..

En esa misma dirección se deslizaban dos afirmaciones de orden estratégico. En primer orden el dato claro de que todo aquel que de modo organizado cuestionase aquel “contrato” correrá la misma suerte de quién lo estuviere intentando, esto es, recibiría el rechazo liminar del resto y en segundo orden la sobrevaloración de la fuerza opositora que contrastara con el intento de acabar con lo que hasta aquí se presentaba como los pilares de la república democrática argentina.

Es por esto que de inmediato a que se conocieron los datos de las elecciones generales, los productores y agencieros de la cosa pública, se lanzaron a imponer la idea del alivio por la superación del agobio e incertidumbre vivido en esa suerte de ruta directa al precipicio en la que habríamos estado, solo terminada por el freno de mano puesto por la “inteligente” labro de Sergio Massa. Como parte de este segundo momento formador de falsa conciencia se acude a la mecánica de limar asperezas con este, extenderle la mano y conformar una suerte de “estuvimos jugando con fuego, pero por suerte llegó el bombero y el incendio no se generó”

Más allá de que se omite decir que el presunto bombero tiene un balde de nafta en sus manos, y que en ningún caso la historia se repite y éste otro personaje y sus políticas, tan siniestras para el pueblo trabajador, como las del primero, en ningún caso está encarnando un segundo momento histórico similar al de Néstor Kirchner en la primera década de este siglo luego de que el que deposito ´dólares no recibiera dólares, y la avenida de mayo se regara de cuerpos de jóvenes abatidos por las fuerzas de seguridad del Estado “democrático de sitio “ .

Dicho de otra formal “el salvador” Massa no arriba a la escena política con su permanente sonrisa para avanzar en un nuevo ciclo peronista desde el agotamiento del modelo K, sino para imponer en líneas generalizadas, un programa burgués de estabilización de las contradicciones capitalistas sobre la base de la pobreza y miseria de la clase trabajadora y los colectivos humanos que han sido desplazados socialmente como población económicamente sobrante.

La idea central del riesgo por el avance sobre el “contrato social republicano”, amenazado por el negacionismo de Milei, cede paso a la formulación real de una imposición programática que la burguesía siguiendo diseños del FMI utiliza como herramienta de salida de la crisis reproductiva del capital, buscando gestar una nueva acumulación primaria, contexto en el cual al interior de esa clase se liman las pujas fijándose “ganadores y perdedores entre sí”.

Por lo pronto habrá que decir que ese uso fraudulento de la figura filosófica y retórica del contrato social, no es ajustada a lo real, tanto cuando se la usó primitivamente en 1983, se la reformuló con el pacto de Olivos Menem -Alfonsín y la reforma constitución, como ahora.

La naturaleza objetiva de todo contrato muestra en sí una ficción que es la de reunir a los contratantes, en igualdad de condiciones para concertar un acuerdo del que surgen posibilidades y obligaciones para los convocados. Esa situación en ningún caso existe, pues en una sociedad de clases ese factor igualitario carece de sustento material. Sin perjuicio de ello lo fundamental y que generalmente se oculta es que uno de los concurrentes a la celebración del contrato, ha sido vencido políticamente por el restante, con anterioridad al acuerdo, en forma tal que el sometido para no perecer, admite da forma de acuerdo a esa inicial derrota, razón por la cual es el triunfante el que impone las clausulas y condiciones.

Para ejemplificar, Alfonsín y los sectores burgueses que gestionaban a través de ese personaje político no hubiera suscripto el “pacto de Olivos” si previamente no hubieran sido aplastados políticamente por el tándem Menem -Cavallo y su diseño económico.

Esto hace que el famoso contrato social, se recicle según los avatares de la lucha de clases y en nuestro caso en la actualidad, es eso lo que se está transitando, es decir la reformulación del “ pacto político social” a partir de decretar el fin del relato K y las  políticas de derechos , conjuntamente con la inviabilidad de las maneras de Milei y los grupos económicos que financiaron el intento , con formato de nuevo relato civilizatorio  peronista , que se recicla y constituye como partido de Estado, sobre la lógica del aguante de la clase trabajadora a quién se le impone y no se le pide como en casos anteriores ,”un nuevo esfuerzo”, y no se le promete ni brotes verdes , ni luces al final del túnel en un tiempo futuro.

Es esa la política burguesa. En ese contexto se inserta el juego de poderes de su Estado, su institucionalidad y su cultura. A la inversa y ni siquiera como plante de negación de la tesis , brilla por ausencia una política de clase desarrollada por  sus propios paradigmas programáticos , la clase trabajadora, que es llevada a esta nueva formulación de la relación  mando -obediencia que le impone la dictadura, por la colaboración de las dirigencias sindicales  y la de aquellos que buscando un lugar bajo la mesa de los poderosos , invitaron a que esperáramos a que cayeran algunas migas, utilizando los íconos  y símbolos de  la lucha socialista , pero reduciendo esos estandartes a la táctica reformista que sucumbe hoy , junto a sus hermanas dilectas, las ilusiones democrática.

Hoy vivimos en un tiempo donde los animales han ingresado a la política y la vida social , como si la lucha de clases pudiera asumir un formato de dibujos animados. Leones, patos, gatos, gatitos mimosos, etc ,transitan por los múltiples medios tecnológicos y propagandísticos que buscan formal falsa conciencia. Buscando transitar por ese escenario, conocedores de nuestras limitaciones, estamos si en la posibilidad de decir , advertir y señalar que hemos existido hasta hoy como trabajadores con personajes que diciendo estar de nuestro lado nos vinieron mostrando que “el pobre lobo”, es decir la burguesía de conjunto,  desconocía algunas nuevas formas civilizatorias de mejor vivir, y seguramente si “las ovejas” dialogaban  democráticamente con él , podrían convertirlo en vegano  con lo que  se lograría una paz dradera  y justa en él en el corral.

Lo cierto es que debe aprenderse lo real, abandonar la ficción reformista parlamentarista, partiendo de que el capital en crisis no conoce de reforma alguna, y que la tarea en términos estratégicos es la emancipación de los trabajadores por si mismos a través de sus propias organizaciones políticas,  de las situaciones en la que lo coloca ese orden social agotado, que puja por permanecer intentando reciclarse a costa de mayor explotación y opresión.