Novedades
{"ticker_effect":"slide-v","autoplay":"true","speed":3000,"font_style":"normal"}

Nuevo Curso

La segunda vuelta electoral es la instancia superior del engaño capitalista

NUEVO CURSO

La Fundación Mediterránea, una entidad que hace de pantalla jurídica para centralizar la política y los intereses de la gran burguesía nacional, que otrora la catapultó a Domingo Cavallo y ahora vuelve para ocupar ese mismo rol en el futuro gobierno acaba de aprobar el texto de un programa económico que plantea “la eliminación gradual del cepo” (Clarín, 27/10).

En sentido absolutamente coincidente y buscando continuar en el rol de vocero de esa entidad pese al territorio perdido por las escuchas telefónicas que le ubican entre otras cosas en situación de abuso laboral y venta de influencia a partir de su paso por el Banco Nación en gestión de Macri, Melconian puso a disposición de Milei y Massa el programa económico elaborado en el seno del Instituto de Estudios sobre la Realidad Argentina y Latinoamericana (IERAL). Los lineamientos hablan de reforma del Estado, laboral, previsional y desregulación.

Sin embargo la viabilidad de esa orientación en torno al lanzamiento de un plan sistemático inmediato a la asunción del nuevo gobierno el 10 de diciembre próximo, se ve obstaculizada por su presunto gradualismo en la aplicación de medidas orientadas a superar el cepo del dólar, cuando desde las filas de Macri a través de su ahora nuevo “chirolita” Javier Milei se propugna que esa instancia se despoje de todo gradualismo y además priorice resolver la situación de dependencia en la que se encuentra el Banco Central respecto de la banca privada por el endeudamiento en leliq.

Es esa diferencia la que le da viabilidad a la segunda vuelta y explica el apresuramiento de Macri por intervenir por vía de una supuesta alianza con un perdidoso Milei, de forma casi directa en la contienda con Massa quien habría presentado sus credenciales para ser en definitiva el gestor político del grupo dominante en la burguesía , haciéndolo con la significativa calificación de virtud, que habría conseguido con la adhesión de una importante parte de la población explotada, bajo  la bandera del nuevo relato peronista, tal como lo hiciera Antonio Cafiero en su momento, y la incorporación como un sector y no como un factor dominante , del elenco K , tomando como significativo intérprete al gobernador electo de Buenos Aires.

En cuanto al formato que toma la farsa electoral, encubriendo la tragedia que vive y avecina con crecimiento en su capacidad de daño sobre la clase trabajadora, es necesario recordar que del acuerdo entre el agobiado Alfonsín y un Menem que iba por más en el Pacto de Olivos, la constitución nacional habilito que por ley se implementara el sistema de doble vuelta. En ese contexto que insisto, nace de un acuerdo tras la derrota de uno de los contratantes que para no morir , acepta en general las condiciones del triunfador (Menem y el sector económico que lo seleccionó antes de toda urna dentro de su personal político) el sistema de balotaje, no tiene otra función que asegurar una mayoría absoluta al candidato ganador, para que este disponga de tiempo prudencial de consenso social para hacerse del poder e imponer los dicta  dos del capital, espacio que ideológicamente ha sido introducido como “los cien días” fraude que ya se acento por todo el tiempo transcurrido en el sentido común de los sectores medios y en algunos espacios de la clase trabajadora por mediación del discurso peronista, e incluso por los avatares del reformismo vernáculo hoy representado por el alicaído FITU, que está próximo al menos, de retirar la U  de sus siglas.

Este trazado del desenvolvimiento de esa herramienta de dominación que implican las elecciones generales, provinciales y las PASO, ya desenvueltas contenía desde el inicio la posibilidad cierta de una segunda vuelta, con los perfiles indicados en el párrafo anterior. Sin embargo el FITU, que quedó consolidado por vía de métodos burgueses de selección (PASO) como participante de este “bailando por un sueño” , en clave de farsa montado por la burguesía de conjunto, asumió de modo consciente y militante la propaganda política de convocatoria a la clase trabajadora para su participación en el evento a sabiendas del casi necesario derrotero   de definición por este instrumento constitucional de quién será el gestor de los intereses de la burguesía y el verdugo de la clase trabajadora-

Desde esta perspectiva está claro que cualquier referencia política que se haga a La “libertad de voto” o cosa por el estilo, denuncia en sí una falla significativa en el sistema de balotaje en tanto hace peligrar sus objetivos al implosionar por el camino de esta actitud elusiva a los aparatos políticos que tomaron parte del concurso electoral en primera ronda.

La segunda vuelta ha dejado vacía de contenido a toda intervención “picaresca” en los ahora claramente ficcionales “debates” electorales televisivo dejado en la marginalidad a toda pretendida intervención diversa de los  discursos hegemónicos del capital y  exhibido que al menos el 95 por ciento de los votantes que fueron llamados a participar de este engaño, tomo partido por recetas económicas que no varían en términos genéricos de las que supo implementar la dictadura genocida y tuvieron continuidad a través de gobiernos peronistas o variantes negacionistas de éste.

Lo claro es que Domingo Cavallo, Martínez de Hoz, Sourrille, Martin Guzmán, y sus secuaces siguen siendo los ejecutantes de la partitura capitalista que nos explota y oprime con significación y notoriedad regresiva desde la gestión de Celestino Rodrigo en el gobierno carnicero de Isabel Martínez y la Triple A. Por esto, el sector político burgués y el que se dice de izquierda que procure emplear el plan Pilatos, lavando sus manos dejando a sus presuntos seguidores en libertad de acción, baila según esa partitura, pero exhibiendo   su carencia de programa de gobierno que, traducido a la relación fundante del espacio político, es decir, a la relación mando-obediencia implica la falta de todo objetivo cierto de transformación de lo dado.

  En sentido inverso, lo narrado no permite otra cosa para los trabajadores que continuar en la tarea de propaganda sistemática denunciando el carácter manipulador y farsesco de la convocatoria a elecciones obligatorias, solo exhibibles como herramienta del poder burgués para continuar su dominación y facilitar la crítica reproducción del capital. La tarea implica, también por diversidad superadora del acomodamiento reformista con el régimen constitucional, un trabajo de propaganda sobre los perfiles locales e internacionales de esa crisis de reproducción, denunciando la búsqueda de la burguesía de una nueva fase acumulativa de valor sobre el hambre y la miseria del pueblo.

La denuncia de la herramienta electoral y su impugnación por los métodos que se juzguen políticamente correctos por parte de los trabajadores , implica una intervención concreta y no elusiva de esta instancia en que la lucha de clases ha sido llevaba de manera tendencialmente prevalente al campo de juego de la burguesía , desarrollando una política de clase obrera aún esa cancha hostil , sin renuncia de objetivos históricos y un eslabón de salto significativo en   la construcción de la vanguardia trabajadora hacia el poder obrero.

La política desatada entre dos sectores internos de la gran burguesía, no puede ser vista con indiferencia, sino interviniendo sobre la misma con propósitos específicos de la clase obrera , para lo cual es necesario vaciar de significantes a la farsa electoral, denunciándola como tal e impugnando sus mecanismos de modo que la celebración del comicio no implique consenso para el plan económico de hambre y miseria que se implementará sobre el ya caótico escenario de sobrevivencia en que transcurre la clase trabajadora.  no se romperá en el terreno electoral e institucional

El voto no elusivo, el voto que impugne y denuncie la farsa electoral es una instancia de militancia propia y específica de la clase trabajadora que implica en sí una crítica al capitalismo por sus efectos de barbarie y la opción para un reagrupamiento político de la vanguardia de la clase trabajadora para su ampliación cualitativa favorecedora del pasaje de clase en sí a clase para sí, por vía de las instancias orgánicas necesarias del poder obrero y el programa socialista.