Nuevo Curso

LA CALESITA BURGUESA LA CELEBRACIÓN COMO NUEVO DE LO VIEJO Y EL MIEDO SOCIALDEMÓCRATA

Os contare una historia maravillosa y cierta.

Una tarde (el crepúsculo lentamente caía)

se me lleno la boca de soledad. Despierta

era mi sangre. Mi alma ni un pájaro tenía.

Caminaba. A lo lejos se oían los violines

que el crepúsculo toca para verme más triste.

Mi alma se vestía de lentos adoquines.

(Mi alma en la soledad no se desviste.)

Iba sin una luz, sin una rosa.

Sin un poco de mar, sin un amigo.

Me vio el caballo de la calesita,

me vio tan solo que se fue conmigo.

Y ahora en mi corazón y desde entonces,

transitado de niños y de risas,

prisionero en mi música voltea,

gira el caballo de la calesita.

(Tiene el ojo pintado.

Su corazón es de madera limpia.)

“El caballo de la calesita.” Juan Gelman

A días de asumir como presidente y de haber escupido en la cara al pueblo palestino mostrándose al mundo arrodillado al poder de las practicas genocidas del estado Israel, Milei parece exhibir finalmente el verdadero rostro de la farsa electoral.  

Ocurre que se hace visible a través de hechos ulteriores que convocaron institucionalmente al pueblo desde el poder del Estado para utilizarlo en un entramado que le de consenso a su dominio explotador y culturalmente opresivo. Por las dudas el plan B era seguir en el formato dado desde el propio Estado, es decir desde un ministro de economía o un gobernador de la Caba.

Lo cierto es que, el contexto político actual pone de relieve, la imperiosa necesidad de la construcción del Partido Revolucionario del proletariado. La falta de independencia política de la clase obrera hace que se demore la respuesta en términos de clase de los trabajadores frente a la bancarrota de la burguesía, que se sobrevive sobre las bases de su dominio ideológico

El plan se gobierno de Massa y de Larreta era más o menos el mismo. Malcomían iba ser el ministro de economía de cualquiera de los dos. Finalmente, lo postuló Bullrich para el cargo. Quien lo lleva a la práctica es Milei parece abandonar el ajuste de «shock» y optar por el «gradualismo» endeudado. No es «la derecha», es el capitalismo.

Es el plan de la burguesía dominante lo que ganó las elecciones y marco la victoria transitoria de la farsa electoral, todo mientras algunos instaban a luchar contra los molinos persiguiendo fantasmas fascistas que le venían como anillo al dedo para ocultar su reformismo decadente. Si la burguesía necesita dar palos para que esto funcione, también los tiene listos porque su epígono es Patricia Bullrich, y sus servicios de inteligencia, banditas pocas leras, copitos y otras yerbas, pero lo importante parecía que no viniera un Mussolini argentino, cuando en realidad la historia muestra que vino de España en los 70 para dar el «somaten» a la vanguardia obrera. Ahora está aquí el único equipo posible para la clase opresora y explotadora. También están aquí los que se paveaban con picardías de gatito mimoso y otras expresiones, o los pollos de parrilla que sin duda tienen que irse a sus cuevas. Mientras tanto los trabajadores tenemos una prioritaria tarea, construir nuestro propio partido, construir poder obrero y programa socialista, por una nueva sociedad sin explotadores ni explotados.

La dupla Massa-Fernández está dejando un país quebrado. Solo un dato, el Banco Central tiene reservas negativas por 18 mil millones de dólares. Así las cosas, todo está dispuesto para una ofensiva del gran capital que se suma a los ajustes que ya hizo el gobierno saliente, en particular a partir de la decisión de “renegociar” con el fondo monetario. La fundación mediterránea, factor creativo del “cordobesismo” provee de su elenco de intelectuales orgánicos por detrás de los mascarones de proa que se exhiben en las fotos, ocupados de su labor específica de gestionar el Estado y particularmente usar sus agencias represivas, de modo selectivo y sesgado sobre la clase trabajadora y los sectores de personas desplazadas de la economía formal con trabajo irregular, catalogados como población económica sobrante.

El personal político de la burguesía, trepado a las potestades de la república burguesa y su constitucionalidad venerada se hicieron fuertes sobre una sociedad civil realmente existente donde se enajeno a la clase trabajadora argentina de sus objetivos estratégicas. En ese sentido , las políticas de identidad, la así llamada “inclusión” de los subsidios, las leyes de cupo laboral trans mientras el desempleo no hace más que subir, la insistencia en el leguaje inclusivo mientras la educación pública no hace más que deteriorarse, el “negocio” de los eternos entenados de las formas jurídicas disfrazadas de libertades democráticas como derechos humanos todo no ha hecho más que enajenar a las grandes masas de sus tareas objetivas de emancipación social  (Pablo Pozzi. Programa radial Borrador Definitivo, Radio Digital San Nicolás, sábado 25 de noviembre 2023).

Todo esto opera, mientras los que se dicen expresión política de los trabajadores apuestan a tirarle un salvavidas a los tripulantes de la cooperativa electoral FITU, que siguen jugando a las marchas, los abrazos en las plazas, los usos de emblemas históricos simbólicos de la clase trabajadora argentina ignorando que los procesos electorales a los que asistieron le dieron el dato exacto de cuanto le interesa en concreto a los trabajadores en sí.

Sin embargo, la clase obrera y el pueblo son el futuro no el registro histórico de madres de esos obreros que cayendo en la parada dejaron a quienes le dieron la vida con la bandera de dar cuenta de ellos para que no se olviden en las gestas futuras. Ellas, las que aún se conservan en vida física y las que viven en todos los que seguimos luchando, nos guían, pero no son la referencia necesaria a la hora de confrontar programas políticos, ya que de ello carecían y tampoco habitan en la mente de los jóvenes acosados por despejar la manera de sobrevivir en este orden social desigual, explotador y opresor.

Otro gran derrotado en lo hecho y los resultados objetivos es el discurso largamente enarbolado por los liberales de izquierda reformista disfrazados de cuarta internacional es el que se hace cargo de las políticas de identidad que no resultaron factor convocante de lucha antisistema alguno. El mensaje en ese caso es claro, volvamos a poner los caballos delante del carro. Prioricemos al clasismo e incluyamos las demás contradicciones social del capital dentro de la perspectiva autónoma del programa de la clase trabajadora en confrontación con éste que en definitiva parece terminar de exhibir la burguesía por vía de Milei-Macri.

NUEVO CURSO