NUEVO CURSO
La foto que antecede , es un registro de Facebook tomado por una persona en particular. El volumen significativo de la movilización de personas no tuvo trascendencia ni difusión correlativa a su importancia. en tanto de ella no tuvo registro por canales de Televisión, ni siquiera en su posible dimensión deportiva. Igual suerte corrió en otros medios de comunicación social. La foto refleja el apoyo que la hinchada del club Boca Junior le dio a Roman Riquelme en el marco de otro proceso electoral con resoluciones del poder judicial.
La implicancia del fenómeno social, trasciende al club en sí, e incluso a su vicepresidente. Exhibe una puja de intereses y la movilización de aparatos. Uno humano, presencial y con ribetes de la política tradicional. El otro exhibiendo poder de influencia lobbistica dentro del área del servicio de justicia que brinda el Estado.
Más allá de cuanto puede implicar en sí, la confrontación está claro que implica una colisión de intereses básicamente económicos, con derivaciones políticas, esto último como espacio marcado esencialmente por la presencia activa del grupo Macri y algunos residuos de la política peronista tradicional.
Por fuera de esa estructura básica del fenómeno y centrándonos en lo significativo de su alcance en la vida política , en cuanto a movimiento humano dando consenso a uno de los polos de la contienda , que resulta contrastado por el ninguneo de las empresas periodísticas , traemos el hecho como un indicador relevante de lo que vendrá en un escenario de la vida pública que indica una ofensiva capitalista, consciente de su propia crisis estructural reproductiva y su reflejo en una crisis política en la que parece no haber alcanzado con el consenso simulado que surge de los votos obtenidos en una farsa electoral que ocupó todo el 2023 .
Esto que documenta la foto que publicamos, sirve para ver la tendencia que puede tener la lucha social si se circunscribe a marchas, carteles y demandas concretas, sin combinación con un planteo estratégico general relativo a la necesidad de terminar con el orden capitalista, ni desarrollo consciente y organizado de los métodos históricos de la clase trabajadora, la huelga, la asamblea, el piquete.
Dentro del mismo planteo, pero referenciando algo más preocupante , es lo que se ha podido observar en la experiencia cotidiana desde el 19 de noviembre a la fecha , marcado por la reiteración en las luchas por las diversidades, pretendidas defensas abstractas de derechos subjetivos en espacio de república burguesa , demandas por las diferencias y diversidades , y la carencia de su conexión y necesaria relación con objetivos comunes que pongan a la CLASE OBRERA DE CONJUNTO en la escena y en la dirección del conflicto social básico, clase contra clase, capital-trabajo.
En ese sentido es necesario que llevamos más de una década apostando a los sets de televisión utilizados por candidatos que no emergen de la clase sino de la política o set de televisión que usan al candidato para vender su propia mercancía.
Más de una década apostando al parlamento con presuntos personajes lúcidos ocupando bancas que como lo demuestra la realidad, no potencian la lucha, sino que la divergen por canales de la vida republicana absolutamente estériles para el desarrollo de la lucha de clases.
Más de una década con las mismas caras del fracaso y la ausencia de ideas y carencia absoluta de construcción de consciencia en la clase trabajadora en sí, transformada en “ciudadano” con propósitos democráticos abstractos, basados en ilusiones democráticas que ocultan el carácter de clase del Estado en tanto instrumento jurídico institucional legitimado al uso de la violencia sobre la protesta.
Más de una década de abandono del programa socialista y la necesidad de construcción de poder obrero, no se vencen con el alarde aparatoso de lo que no tiene relevancia por sí mismo en la sociedad, según lo demuestran las escasas colectas de esos votos que buscan por todos los medios de la política correcta que la burguesía le marca a quienes decidieron ser “la izquierda” del orden burgués capitalista y nunca el polo revolucionario superador de ese orden de decadencia y barbarie.