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Nuevo Curso

LA CABRA Y LA CLASE TRABAJADORA. MILEI Y LA LAPICERA

NUEVO CURSO

Asume finalmente Milei y parece que aún antes que eso se concrete, se ha vuelto a extraviar la famosa lapicera. No porque se la haya llevado el Dr. Fernández, que ya se sabe, nunca la tuvo. Todo indica que está en manos de los burgueses prevalentes como clase con la complicidad de todos, sabedores de que ha funcionado una vez más el cuento de la Cabra.

El trayecto desde los actos constitutivos de la farsa electoral hasta el próximo domingo, en que asume el nuevo elenco de operadores políticos del sistema para gestionar los intereses de la burguesía dominante ,marca un tiempo  en que, los que luchan se congregaron por cuestiones específicas y divergentes  en una plaza a la que algunos concurren por determinación consciente y otros transportados en simbólicos encordados, por quienes se dicen sus dirigentes , urgidos los primeros por obligaciones que se siguen de su estado de necesidad permanente , la desazón se condensa en el cese de la jornada en un final sin día después

Los pastores se refugian en sus sitios web, muestran las fotos de la marcha y tiran afirmaciones al voleo depositando las culpas en el otro y exaltando los “aciertos” propios .

En paralelo , quienes tienen la posición dominante en eso que implica hegemonizar la cultura y a la vez, dominan el espacio superestructural han producido  múltiples operaciones políticas todas y cada una orientadas al salvataje de su condición que se ve amenazada por las contradicciones que emergen del modelo capitalista en su  reproducción social donde obtienen su ser y protagonizan corporalmente la apropiación del valor que generan los explotados

Así descripto el fenómeno  muestra una  forma de tratar al trabajador y a quienes han sido excluidos del mercado de trabajo,  similar a la de  un cuento popular hebreo.  Según esa narración, un señor vivía con su numerosa familia, -suegra incluida- en una vivienda muy pequeña. Agobiado por esa situación, pidió consejo a un rabino. La solución que le dijo fue: compra una cabra y métela en tu casa para que viva con vosotros, y dentro de una semana volvemos a vernos. Pasado ese tiempo, fue desesperado a contarle al rabino cómo el animal había revolucionado aún más su casa. Entonces le dio la segunda parte del consejo: ahora saca la cabra y mañana me dices qué tal estás. Efectivamente, al día siguiente fue contentísimo a agradecerle su consejo. Sin la cabra, vivían de maravilla, aunque la casa y sus numerosos huéspedes seguían como siempre.
Desde esa perspectiva, la enseñanza del relato deja  ver que el poder real y el formal, no implican dos fenómenos autónomos sino uno mismo en relación dialéctica, en la medida en que los gobernantes del Estado constitucionalmente establecido por la burguesía , no son otra cosa que operadores de los intereses de esta clase tomada de conjunto y el espacio en donde los propietarios de los medios de producción tienen a bien dirimir sus contiendas específicas según el lugar que ocupen dentro del desenvolvimiento del capitalismo, atrasado y dependiente que define la estructura material de nuestra existencia.

Siendo entonces el poder, un único y mismo fenómeno social complejo con raíces en la estructura productiva y la cultura de la sociedad civil lo vivido  en la gestión del Dr. Fernández y en la presencia fáctica de Massa  da cuenta de una gestión que implicó la salida de un modelo degastado y la instauración jurídica de un nuevo  formato de gestión política estatal donde la conducción la asume  la alianza del liberalismo modelo Martínez de Hoz -Arcor- Fundación Mediterránea  pero con diferente cuota en el reparto del aparato ideológico.

 Es decir, la burguesía buscó consenso en los votos de la mayoría de la población para mudar del poder formal en la gestión de sus intereses al elenco peronista desgastado por más de dos décadas de presencia por una combinación de viejos liberales y estructuras políticas provinciales. Colocaron la cabra, es decir, Massa y ahora arriba Milei y su entorno.

 Pasó todo esto. Los trabajadores han sido espectadores de todo esto, maniatados por la presión jurídica y los aparatos de la burocracia sindical. En ese trayecto, las condiciones materiales de existencia se vieron afectadas por el circuito devaluación-inflación, incremento de la carga impositiva, proceso en curso y del que se desconoce si está llamado a su estancamiento transitorio o aún no han terminado de sacar la cabra del rancho.


Sin embargo, al tiempo de ver que la cabra ya está en vías de ser retirada del rancho, los movimientos sociales que están en la estructura del poder burgués, por vías de sus burócratas, como aquellos que amagan de combativos, vuelven a su sitio. Es decir, recordando una vieja canción de Serrat:”
con la resaca a cuestas
Vuelve el pobre a su pobreza,
Vuelve el rico a su riqueza
Y el señor cura a sus misas.
Se despertó el bien y el mal
La zorra pobre vuelve al portal,
La zorra rica vuelve al rosal,
Y el avaro a las divisas.

Como corresponde, ubicados intelectual y orgánicamente por fuera de esa convivencia en el rancho y la cabra, hay que resaltar estos aspectos de la realidad que todo el sistema comunicacional, incluidas las llamadas redes sociales busca exhibir con otro formato, también previamente precocido.

 En esta última perspectiva, deberá tomarse debida cuenta del rol jugado por cada uno de los personajes individuales o colectivos en escena y ver hasta qué punto cada uno es quien es. Por lo pronto desde quienes dicen ser difusores de los intereses objetivos de los explotados, se vuelve a ver solo la reiterada vocación de poner en otro, por fuera del discurso propio, la razón de nuestros males.

 Será hora a la inversa, de ver porque le hacemos caso a quienes nos hacen reiteradamente el juego de la cabra. No hay lugar para todo ese discurso carente de toda realidad, si lo que se busca es la superación de esta situación. La tarea es despejar la espesa niebla del divisionismo ideológico esparcido por la burguesía y la pequeñoburguesa. Llamar a las cosas por su nombre: Asistimos, vivimos, en la emergente creciente de crímenes sociales gestados por el sistema capitalista y amparados por el poder formal en todas sus variantes; violencia gestada desde el poder estatal que termina con los jóvenes a los que previamente ubica en el estereotipo del peligroso social. Con esa realidad en nuestro existir, no hay otra instancia que el cambio cualitativo desde abajo, la conformación de nuevos nexos y nuevas relaciones con valores culturales diversos a los que impone el poder burgués, y revolucionariamente terminar con éste.
Presagiando la guerra y los demonios del fascismo, alguien nos dejó un mensaje concreto, entregando su propia existencia por ese anhelo: “La vida es hermosa. Que las futuras generaciones la libren de todo mal, opresión y violencia y la disfruten plenamente”. (L. Trotsky. Testamento)