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Nuevo Curso

10 de diciembre 2023 Feliz domingo para la burguesía. Con Milei-Macri-Caputo y la retirada de los Fernandez-Massa

La apropiación del valor gestado por los trabajadores, y el saqueo de los recursos naturales se dan la mano, con rostro de pobreza y angustia en explotados y oprimidos

 La defección anticipada del Dr. Fernández a la presidencia y la actitud de repliegue de Cristina de Kirchner, facilitaron un período superior a un año, en el que tuvimos la gestión de facto de Sergio Massa quien no pudo lograr superar las tendencias inflacionarias traídas desde el comienzo de la administración del entonces frente de Todos.

Sin embargo, el presidente de facto Sergio Massa, en su gestión concertada y admitida por omisión por toda la institucionalidad, si logró preservar los intereses de la burguesía de conjunto al mantener en pie el régimen republicano y la forma democrática de gobierno. En ese contexto y con complicidad de toda la partidocracia sin distinción de discursos , puso en caja a todo el escenario  político en el teatro donde se desarrolló la farsa electoral que terminó ubicando al representante de uno de los sectores de poder económico en la gestión de gobierno , agotando así la tarea de selección del personal político encargado de mantener al aparato estatal de la clase dominante en funcionalidad orgánica con esos intereses necesarios para la sobrevivencia de la explotación y la reproducción del capital en un período objetivo de crisis en esa tarea de apropiación de valor, por circunstancias de la estructura económica propia y por la relación que esta por su atraso tiene con el capital financiero internacional.

Vistas así las cosas, y a pesar de que las pujas internas al interior de la burguesía y sus diversos sectores no se ha aplacado, lo cierto es que la intensidad de la misma ha disminuido de grado, tras el retiro ordenado de la  anterior conducción peronista que se refugia en el endeble entramado de los gobernadores provinciales que le permanecen fieles y el aparato político de diputados y senadores en el parlamento, que por las tendencias manifiestas del nuevo gobierno está en riesgo de ser rebasado por las operaciones que el ejecutivo y su entramado institucional pueda desarrollar .

Por todas estas circunstancias puede decirse que este domingo asistimos al cierre formal de un período histórico y la apertura tendencial de otro que se gesta desde el interior de esa maquinaria agotada que implicó la confluencia de la base K con las aproximaciones del aparato Massista y la nunca concretada avenida del medio, con más lo que nunca pudo tomar cuerpo real, en cabeza del Albertismo.

Sin embargo y ya desde el Manifiesto Comunista se enseña con carácter conceptual que “Toda la historia de la sociedad humana, hasta la actualidad, es una historia de luchas de clases. en una palabra, opresores y oprimidos, frente a frente siempre, empeñados en una lucha ininterrumpida, velada unas veces, y otra franca y abierta, en una lucha que conduce en cada etapa a la transformación revolucionaria de todo el régimen social o al exterminio de ambas clases beligerantes

 

Es por eso que si se relaciona este precepto con lo vivido en este año que anuncia su terminación, se puede decir que, el entramado de la farsa electoral que ha llegado a su fin solo produce como tal un reflejo distorsionado de la realidad materialmente existente. De tal manera detenerse exclusivamente en los números y las representaciones simbólicas que puede surgir de esa farsa es tanto como pensar que las imágenes proyectadas en una pared son en sí una realidad y no simplemente imágenes.

Hoy frente a la toma del mando en la conducción del poder formal por Milei se está operando ideológicamente esa situación y muchos la alientan para que en definitiva toda la trampa electoral logre su específico propósito de adormecer el sentimiento espontaneo de rebeldía que en potencia existe dentro de la masa de trabajadores, desocupados y sectores medios

Por lo dicho, la forma de salir de esa telaraña ideológica que teje la burguesía es volver a reparar en los indicadores de realidad que solo pueden ser leídos en la lucha de clases.

 En ese sentido, midiendo comportamientos sociales es necesario indicar desde el inicio que avanzamos en este nuevo período con la tendencia marcada de negación hacia el modelo político que señala la menor participación en las elecciones del pueblo con porcentajes inferiores a los registros anteriores, marcando un impulso importante a la baja. El balotaje, no logró incrementar la masa de votantes   pese a todas las operaciones mediáticas tendientes a ello.

En segundo orden el período que está por verse tras las formas jurídicas que imponen la aceptación de la población de la gestión de mando de Milei es la expresión de la decadencia y agotamiento de las formas democrático burguesas y el claro abandono por las garantías individuales que se veían en el escenario convivencial por el entramado de ilusiones democráticas vendidas como panacea a las mayorías desde Alfonsín a los Fernández.

 Bajo este régimen político se han producido los mayores ataques a las condiciones de vida y de trabajo de la mayoría, se ha operado una redistribución de la riqueza en favor de la clase dominante y en detrimento de los trabajadores, por lo que ha crecido en forma extraordinaria la pobreza y la precarización

. Los cambios estructurales del modelo productivo argentino, que se congregan para consolidar la explotación y la opresión de los trabajadores tienen medidos en tiempo , su origen en el plan Rodrigo en el gobierno de María Estela Martínez de Perón , se acentuaron para mejor logro con la dictadura cívico -militar, el plan Austral de Alfonsín   y tomaron mayor vitalidad aún en el gobierno de Menem  quien por su desgaste fue relevado en su tareas  que sin embargo con otro personal político , con idas y venidas, con mayor o menor maquillaje ideológico, no se han revertido hasta la fecha en que toman cuerpo evidente por la nueva gestión política que se inicia .

Sin embargo, si se mira desde otra perspectiva se advierte que la burguesía como tal, es una clase en descomposición, porque el modo de producción que le da nacimiento y vida está en una crisis estructural y de reproducción muy profunda que no logra revertir de modo consolidado en nivel internacional, con alta y significación del capital financiero que es el que impone en forma gravitante condiciones de miseria próximas a la barbarie.

En nuestra estructura social de capitalismo tardío la burguesía se exhibe por su ligazón al capital financiero en una clase parasitaria, corrupta, que evade impuestos, fugas divisas, contrabandea mercancías, mientras crece desde ese perfil, la expansión de la economía criminal, el narcotráfico y el lavado de dinero, con la corruptela del funcionariado estatal que implica ese desarrollo.

 Las instituciones del Estado están marcadas por estas características, que laten y se exhiben ideológicamente con profundidad y luego de la rebelión popular de 2001 hasta la fecha.  

En ese sentido es que hay que resaltar la continuidad del proceso y del fenómeno de dominación social impuesto a través del poder formal del Estado, por otros medios. Los partidos políticos existentes, de conjunto, se inscriben y modelan al interior del perímetro impuesto por el orden cápita[1]lista, ya que, con diferencia de matices, reproducen estos rasgos generales.

Está a ojos vista que lo narrado pese a sus especificidades locales no es un fenómeno o una tendencia que surge de modo genuino y especifico en la Argentina, sino una tendencia de desarrollo internacional. El capitalismo en esta época imperialista muestra abiertamente sus fuertes tendencias a la desintegración, a las guerras comerciales y su transformación en escenarios bélicos de guerras territoriales abiertas.

La presencia dominante de Milei, la libertad avanza, el macrismo y otros sectores satelitales a este aparato político se embanderan abiertamente contra los intereses objetivos de los trabajadores y sus actualmente ya degradadas condiciones de existencia tanto en la vida civil relacional, como en el propio desarrollo de las formas en que se materializa la fuerza de trabajo

 El peronismo en cualquiera de sus posibles relatos ha sido derrotado en plano electoral. Desde ese resultado y siguiendo sus experiencias anteriores en el escenario de la aparente oposición, abre la posibilidad de crisis y el inicio de un período, donde cada sector tratará de negociar su sobrevivencia con el discurso que le resulte más pertinente con el nuevo gobierno

Sin embargo, el perfil del plan sistémico de gobierno de la cooperativa de empleados del poder burgués puesta en la conducción del Estado, amenaza con dejar sin espacio para la negociación, por lo que el peronismo en retirada y los restos del progresismo han de refugiarse probablemente en la figura de Grabois, que se encuentra menos comprometido que el gobernador de la provincia de Buenos Aires para montar el personaje que asuma tareas específicas en la apariencia de oposición al modelo.

Visto desde esa perspectiva si se piensa desconociendo estos datos del fenómeno en desarrollo desde el 10 de diciembre sobre la base de la tendencia consagrada en las urnas, que el Congreso Nacional puede ser una barrera de contención para la política depredadora de Milei, se está cayendo en el mismo error político que le dio cobertura para su emergencia en el curso de los últimos cuatro años.

En ese sentido, no debe dejarse en el olvido que el Congreso ha convalidado las políticas de los gobiernos de turno al modo de una escribanía, más allá de las escaramuzas discursivas que se proyectan desde el recinto y en la cual juegan elevado papel funcional hasta los propios parlamentarios del reformismo socialdemócrata envueltos a modo de disfraz bajo las banderas de la cuarta internacional, cuyas premisas constitutivas desconocen a cada paso.

El parlamento en todas sus expresiones, sean estas locales, provinciales o nacionales expresa de conjunto a oportunistas que ya sea dando quorum y facilitando la votación o por la votación misma, reconoció formalmente el endeudamiento del Estado y las polí[1]ticas para pagarla, aceptando con ello el condicionamiento de la vida concreta de la clase trabajadora y los sectores desplazados de la economía formal.

En igual medida debe verse el fenómeno en lo que respecta a las conducciones de los sindicatos que han acompañado en su integridad todo el proceso político estatal que gesta la irrupción electoral de Milei, facilitando la política de apropiación de valor que se desprendieron de las mismas que sin lugar a dudas van a ser intensificadas por el nuevo gobierno emergente.

En ese sentido debe advertirse que en el seno de las organizaciones de masas las situaciones son más móviles que en otros espacios institucionales poli clasista. Debe por ello tomarse como elemento final en la toma de determinaciones que esas conducciones sindicales sólo tomarán alguna medida si les es impuesta desde abajo desde el empleo de instrumentos deliberativos y de imposición de mandatos propios de la clase trabajadora. Sin esa determinación por la base en lo que refiere a las conducciones sindicales la tendencia es la inversa, es decir, su conducta permanente es de conciliación con los patrones y el gobierno que gestiona los intereses de estos.

Insistimos, Milei es un producto de las incidencias específicas de un programa de gobierno burgués que en defensa de sus intereses y para facilitar la reproducción del capital se viene imponiendo a la clase trabajadora de diversas maneras desde 1975 a la fecha. En aquel entonces pudo ser detenido por la clase trabajadora, circunstancia que movilizó el formato represivo sobre la clase trabajadora y el pueblo que instrumentó la dictadura cívico-militar, y el ulterior derrotero de variadas formas políticas favorecedoras de su materialización aún parcial.

Sin embargo y por fuera del espacio exclusivo de las apariencias, se constata la tendencia significativa del agotamiento de este régimen político con de dominación por vía de la ficción de la democracia representativa. que ha destrozado los salarios y las jubilaciones, con una inflación que supera el 140% anual, y precarización de las condiciones de vida y de trabajo, permitiendo el saqueo del país por un puñado de empresas.

Los jóvenes trabajadores no dejan de constatar a diario las dificultades a futuro. Esa advertencia de la nada y la mayor explotación y opresión no tuvo expresión en el voto, pero ese fenómeno no se genera por falta de empatía con alguna propuesta socialdemócrata, sino por la objetiva advertencia que el sistema en sí, carece de respuestas como modelo de producción a la posibilidad de una vida digna que está contenida detrás de cada carencia manifiesta.

   La descripción precedente del fenómeno proyectada hacia el hacer específico de la vanguardia trabajadora que emerge en cualquier espacio de lucha deja ver la necesidad imperiosa de preparar el frente único para la lucha, en defensa de las libertades democráticas y las condiciones de vida confiando exclusivamente en los propios métodos de organización y lucha por sobre cualquier instancia aparatista de expresiones ajenas a nuestra clase y el programa socialista.

 La lucha de clases puede radicalizarse porque tenemos enfrente un enemigo que declara abiertamente sus objetivos, de mayor explotación y opresión social y promete represión para los que resistan sus ataques.  En sentido inverso, la realidad nos impone tener la misma claridad de clase para defender nuestros intereses y pelear por derrotar las viejas políticas del nuevo gobierno y la clase social que opera detrás de la escena cotidiana de representaciones ideológicas funcionales.

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