Novedades
{"ticker_effect":"slide-v","autoplay":"true","speed":3000,"font_style":"normal"}

Nuevo Curso

PARA EL GOBIERNO DE LA BURGUESÍA , EL HAMBRE , EL SAQUEO Y EL DETERIORO SALARIAL SON EL UNICO MODO POSIBLE DE EXISTIR.

NUEVO CURSO

Toma Luis, mañana es Navidad
Un pan dulce y un poco de vino
Ya que no puedes comprar

Toma Luis, llévalo a tu casa
Y podrás junto con tu padre
La Navidad festejar

Mañana no vengas a trabajar
Que el pueblo estará de fiesta
Y no habrá tristezas

Señora, gracias por lo que me da
Pero yo no puedo esto llevar
Porque mi vida no es de Navidad

Señora, cree que mi pobreza
Llegará al final comiendo pan
El día de Navidad

Mi padre me dará algo mejor
Me dirá que Jesús es como yo
Y entonces así podré seguir

Viviendo, viviendo
Viviendo, viviendo
Viviendo

Leon Gieco

Llevamos décadas abarcados dentro en un discurso según el cual en lo cotidiano es posible gestar otra idea y otra práctica de nosotros mismos, de nuestras relaciones con los demás; de que los valores dominantes no son los únicos que pueden estructurar nuestras existencias y que es posible, en el aquí y ahora de las luchas populares y sus subterráneos procesos de organización, ir forjando otra forma de entender el mundo y habitarlo.

Sin embargo y sin dejar de rescatar esta línea de pensamiento, lo real existente nos marca con sentido histórico a fuerza de lo vivido que la cultura pragmática y posibilista de administrar la miseria congénita del capitalismo con modales conservadores es antagónica a ese fenómeno, pero el fenómeno en sí no la supera si no se dota de un programa político y una organización que lo desarrolle con estrategia de construcción de poder obrero y nueva sociedad con paradigmas socialistas.

Dicho en otros términos, si el contenido de la acción política colectiva que se dice representativa de ese hacer cotidiano,  se circunscribe como lo fue hasta hoy a moderar los violentos ajustes que impone una estructura productiva deficiente y dependiente de centros financieros imperialistas  y a la pretensión de recuperar simetrías perdidas compensando a los pobres con alguna concesión graciosa extraída de las  ganancias monopólicas, el fracaso es su resultado inexorable , como lo muestra el límites histórico que se deja ver en el DNU dictado por el gobierno.

En ese extremo incluso hay que recordar que los mismos empleados de la burguesía seleccionados electoralmente, son los gestores y partícipes necesarios de la irrupción de formas jurídicas de la acción política burguesa como la que nos toca ahora sobrellevar. Es el Pacto de Olivos, la reforma constitucional resultado de esa entente, la que viabiliza la actual operación y las operaciones que otras gestiones ya desenvolvieron en detrimento del interés de los trabajadores y el pueblo oprimido.

Parte de esa militancia que da sus manotazos de ahogados en sus propias aguas ideológicas, pretende emerger a superficie existencia, por vía de la apelación a las formas jurídicas y los procedimientos de poder con base de fundamentación en las leyes. Esto equivale a apagar el fuego con nafta o acomodarse un salvavidas de plomo.

En ese sentido hay que recordar que la forma jurídica no es un elemento reflejo o puramente superestructural-cultural de la acumulación y reproducción capitalista estructural. La forma jurídica “normas, leyes , decretos, constituciones” están en el entramado mismo de la relación capital trabajo y el funcionamiento de la ley económica del valor en la medida en que por esas acciones de poder burgués se consolida el derecho de propiedad, sin el cual ese giro acumulativo y reproductivo de la apropiación material del valor creado por el despliegue de la fuerza de trabajo no tendría lugar ni gozaría de la protección de la violencia del Estado creado por la constitución o norma superior que le da origen y regula su existencia como aparato represivo , opresor , de una clase sobre otra.

No está en la legalidad, en el positivismo de las normas , ni en la constitución de un Estado el fundamento necesario para destruir esta  última acción política de la gestión estatal a cargo de Milei y sus ocasionales acompañantes.

La acción de resistencia repelente del DNU , leído y asimilado como mecanismo de agudización de una ofensiva de la burguesía sobre el resto del tejido social, en particular de la clase trabajadora , solo tiene formato político y en ese espacio contenido de lucha callejera, y fundamentalmente el empleo de las herramientas históricas de la clase trabajadora, es decir, la huelga, el piquete, y las asambleas.

Esta experiencia concreta de lucha contra una acción definida del poder burgués, no se licúa con herramientas de la propia clase opresora y explotadora ni su institucionalidad, en la medida en que esa institucionalidad no es neutral sino una herramienta burguesa dotada de la potestad de ser violenta.

El ejemplo de miles de operadores de la agencia represiva haciendo alarde por la tarde del 20 de diciembre de 2023 de haber impedido los cortes de calle, cuando esa acción implicó específicamente poblar las calles y cortarlas con efectivos militarizados muestra los dobleces de la acción comunicacional que solo ceden , como ocurrió en la noche , frente a la acción espontanea de las masas, que como tal no requiere de autorización ni protocolos. El repliegue de todo efectivo de las agencias represivas fue significativo y muestra el camino a seguir.

La organización en la lucha es un factor necesario, pero como tal, ello no implica adaptación al orden normativo, cualquiera fuese su forma. Siempre habrá en el espacio legal de la burguesía en particular en el derecho penal, una norma que abarque la acción de lucha para considerarla delictiva y atentatoria contra la república burguesa.

Organización implica centralidad en la toma de decisiones específicas a una lucha que se ha decidido dar por los explotados y oprimidos , y el empleo de los métodos que resulten necesarios a ese objetivo con un marco que no tiene que sujetarse necesariamente a lo legal, contando con la implementación de las diligencias de seguridad que resulten necesarias. Hay que advertir que el tiempo de la pura y llana actividad pública se debe nutrir propagandística y organizativamente de otros modos y métodos.

La supuesta renovación y modernización progresista de la política que solo propone negociar límites dentro del capitalismo regulado colapsó estrepitosamente en el proceso explicito de desarrollo de la farsa electoral a la cual contradictoriamente contribuyo a gestar e institucionalizar.

 Hoy el propio encargado de gestar los intereses de la clase dominante le pone texto a las  acciones de poder que tienen nombre propio de beneficiarios y víctimas generalizadas en la clase trabajadora y los sectores poblacionales excluidos de la economía formal. El reciente DNU dice claramente y para quien lo quiera oír que el orden social burgués no posee, ni puede sostener siquiera un programa reformista

En el barro de la pobreza y la exclusión social, la clase trabajadora es un alfarero de libertad. La acción militante a futuro y frente al fenómeno concreto de cuanto significa el DNU, no puede contenerse en la simple negación formal del fenómeno en sí, o su cuestionamiento por las formas, porque ese proceder afirma en sí mismo la acción que se dice combatir. El salto militante, el nuevo curso del combate de los trabajadores nos requiere direccionar el proceso de la lucha de clases hacia una ruptura con el orden capitalista como objetivo estratégico y motor de la construcción de una política obrera.

Esto último significa no otra cosa que una acción propagandística y de paciente militancia hacia los compañeros trabajadores buscando explicando que debe advertirse que en todo este prolongado período  que se recorre históricamente desde el ministro Rodrigo e Isabel Martínez de Perón , los ciclos de crisis no han sido provocados por la iniciativa política organizada de la clase trabajadora que agoto su iniciativa en las  jornadas de junio -julio de 1975  y entregó su mejor sangre en la batalla de Monte Chingolo en diciembre de ese mismo año , sino que se han desatado como consecuencia de estridentes fracasos políticos de las clases dominantes y sus diversas representaciones, aun cuando estas fueran directamente genocidas y dictatoriales o asumieran formas republicanas.

Dicho en otros términos, la conservación del control y dirección del aparato institucional de su Estado, que formaliza el poder de la burguesía, siempre y en todos los casos , con diversas modalidades incluida la actual  fue y es  dirigida  con continuidad ideológica a impedir toda posibilidad de desarrollo de una política obrera autónoma, por vía de la disgregación y atomización de la clase trabajadora, en la inteligencia de que ese ella el sujeto revolucionario.

Estamos frente a la acción combinada del poder Estatal de la burguesía concretado en medidas económicas que apuntan a disgregar un sujeto colectivo con base objetiva que es la clase trabajadora convirtiéndolo en un individuo en competencia con sus semejantes para poder vender su fuerza de trabajo en modo dignificante de su existencia, completado con un discurso de disciplinamiento  social autoritario con formato de protocolos similar al ensayado durante la pandemia  y el  incrementó la descalificación de las posturas de lucha bajo la compulsión según el lema “es lo que hay, es esto o el  caos. La característica esencial de ese disciplinamiento hace base en  profundizar la construcción del “enemigo” y  el plan de persecución y hostigamiento hacia los luchadores mediante métodos de intimidación, amenazas ,torturas y vejámenes.

El modelo de democracia constitucional reinante, en donde toma forma la república burguesa con su específica institucionalidad y sus leyes o decretos, es una verdadera ingeniería de la desideologización. No basta con negarla en modo discursivo. Su superación está planteada desde la necesidad de construir política obrera autónoma y reconocer su emergencia desde las construcciones organizativas que resulten posibles, viabilizando la acción consciente de la vanguardia a través del programa socialista.

Es cierto que hoy media un consenso pasivo electoral para el salvataje de la gobernabilidad burguesa, pero es esa misma clase por sus operadores orgánicos y sus intelectuales la que ha tomado cuenta de su insuficiencia para sostener el sometimiento de la clase trabajadora y escenarios de miseria y barbarie, por lo que necesita imperiosamente de la fuerza legalizada sobre los cuerpos y sus agencias represivas suficientemente aceitadas, mientras labora en la gestión de un nuevo consenso impuesto por la derrota descargada sobre humillados y ofendidos  para la reproducción de  sus atrocidades.

Quienes han triunfado como resultado del mecanismo defraudatorio implementado con las recientes elecciones no son otra cosa que personal político para gestionar los intereses generales de la burguesía en tanto clase históricamente dominante sobre los trabajadores argentinos. Ese personal  y las acciones políticas que desenvuelva a través de la institucionalidad Estatal, es defensor de la gran propiedad y manifiestamente  respetuoso de los pagos y condicionamientos del capital financiero imperial que impone  la deuda externa.

En el país sobran los recursos para poner en funcionamiento la economía. El problema de los problemas es la propiedad de un puñado de empresarios que se enriquecieron a costa del Estado y del saqueo de la economía. Si es cierto que la prioridad es el hambre, el empleo, el nivel de salarios, debemos terminar con esa propiedad.

Está mi corazón en esta lucha.
Mi pueblo vencerá. Todos los pueblos
vencerán, uno a uno

Estos dolores
se exprimirán como pañuelos hasta
estrujar tantas lágrimas vertidas
en socavones del desierto, en tumbas,
en escalones del martirio humano.

Pero está cerca el tiempo victorioso.
Que sirva el odio para que no tiemblen
las manos del castigo
que la hora
llegue a su horario en el instante puro,
y el pueblo llene las calles vacías
con sus frescas y firmes dimensiones.

Aquí está mi ternura para entonces.
La conocéis.
No tengo otra bandera

Víctor Heredia