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LA LIBERTAD DE LA BURGUESÍA Y LA NECESIDAD DE LA CLASE TRABAJADORA.

Uno de los embustes emergentes de las construcciones libertarias  se da por vía de una falsa construcción de la premisa  de la prevalencia de la libertad exhibida como valor dirimente de toda la conflictividad social , ya que se la ubica por encima de las relaciones intersubjetivas que constituyen esa sociedad y su resguardo se deposita en manos de la violencia que ejerce el poder burgués a través de su estado y la institucionalidad que impone el derecho. El esquema es : a)  el individuo es el centro de la existencia por encima de la sociedad donde se desenvuelve. B) el individuo es tal en tanto es libre de actuar conforme a su interés y sus cálculos de utilidad  c) el individuo tiene ese status jurídico porque el Estado se lo garantiza por consenso de los demás o por despliegue de la violencia legitimada por el orden jurídico-constitucional que le dio nacimiento en sentido histórico.

Dicho esto, que está en la base de todos los discurso equilibrados o desequilibrados del formato propagandístico que monta la libertad Avanza o sus socios aprovechadores del Macrismo y venales acompañantes radicales , queda claro que  es la , artificiosa separación del hombre  de la naturaleza y de la necesidad, haciendo residir la construcción del concepto “libertad” como una potencialidad abstracta anterior e intrínseca al individuo en sí, lo que permite el dominio ideológico de la situación de conflicto social.

De esta manera un trabajador que es desposeído por vía del impuesto inflacionario de parte importante de su salario real , si protesta y en el desarrollo de esa protesta pisa la calle e interrumpe el paso, violenta la libertad ambulatoria de otro individuo que quiere transitar por esa misma arteria, estableciéndose una equivalencia abstracta y arbitraria que se remata con la violencia policial o de otras fuerzas represivas del Estado que actúan según dicen porque el trabajador se transforma en delincuente y “resiste a la autoridad”. Vale decir como una dotación que reside en el ser humano y que le determina, ella misma y sin juego de la necesidad a hacer u omitir cuanto le resulte pertinente a su utilidad personal sin referencia alguna por el otro y el contexto natural donde se desenvuelve.

Debe quedar en claro para cualquier compañero bien intencionado, que se mueve en un orden jurídico y político que tiene una base ideológica con la que además se hizo campaña electoral según la cual antes está el sujeto y luego lo que existe histórica y socialmente con independencia de él, de lo que podrá o no valerse según su propio interés artificialmente construido sin referencia alguna de la clase social a la que se pertenece por existir con anterioridad a su propia vida.

 La argentina, es entonces para la burguesía y el grupo de personal político que gestiona el poder formal , una sumatoria de individuos y nunca  un entramado social nacido y reproducido a partir de la prevalencia de la relaciones de producción sostenidas en la prevalencia de la propiedad privada a la que sí rinde culto la Constitución Nacional que es la ley “superior” donde se perfila un contrato social de adhesión donde el poderoso originariamente con violencia y luego por consenso organiza la sociedad civil en su exclusivo beneficio ,

Desde otra perspectiva, es posible indicar que cuanto corresponde  a un criterio de verdad , objetividad y certeza convictiva, es lo inverso, es decir considerar no al ser humano en abstracto sino como ser vivo  parte de la naturaleza, y  por tanto, protagonista del fenómeno dialéctico de la necesidad y la libertad.

En este otro contexto, la libertad no es otra cosa que la convicción de la necesidad que se proyecta en el individuo, que adquiere tal condición de sujeto por su capacidad de elaboración y concreción de esa tarea en su hacer cotidiano con el otro como él , que le aporta tal condición al establecer ese reconocimiento muto y libre de toda presión.

Precisamente por esto último, la tan mentada libertad a la que remite el poder burgués  no reside, en una soñada independencia del ser humano respecto de las determinantes emergentes  de las leyes naturales, vale decir, en ningún caso opera como la posibilidad de un hacer ajeno al contexto humano y su entorno en un determinado momento histórico de desarrollo de las fuerzas productivas y de las relaciones de producción.

Todo esto significa, en sentido   contrario a lo que sobrevivimos en este tramo de nuestro siglo , que  el concepto de libertad altamente defendible por lo que implica para la condición humana en la medida en que se emparenta directamente con el sentido del hacer emancipatorio que es tarea objetiva a realizar por la clase trabajadora,  que  hay que buscarlo y construirlo a partir del dato objetivo que nos dice que el contenido de la libertad es  la conciencia  que el individuo adquiere respecto de estas determinantes, de estas  leyes de la naturaleza  y en el mismo momento, en  la posibilidad que trae aparejad para el sujeto, de proyectarlas racionalmente  buscando determinados fines específicos, que en el caso se ligan a la abolición de una forma de relaciones de producción que se sobrevienen como trabas para el desarrollo de las fuerzas productivas y de bienes para el beneficio de la humanidad .

La libertad   es por tanto, un producto de la evolución de la historia», no una situación estática ni un componente esencial de la condición humana  sino una capacidad que el hombre universalmente entendido tiene , en el dominio de  si mismo y de la naturaleza exterior, basado en la conciencia que se llega a tener  de las necesidades  que estos dos factores nos imponen, desde las relaciones de producción que protagonizamos y el sitio que tenemos en las mismas.

Por este orden de cosas y esta comprensión metodológica de todo cuanto encierra en sí el fenómeno  social que llamamos libertad

no es posible hablar de ella sin acudir a la necesidad objetiva y anterior que le determina. Volviendo al caso, si existe la necesidad de exteriorizar una situación de carencia, miseria y hasta de barbarie social en que el sujeto es colocado como efecto de las medidas que realiza o proyecta el poder político burgues, esa necesidad es el contenido de la libertad de acción en la medida en que impone un imperativo categórico de actuar aún cuando esto implique porla normativa vigente una acción sancionada por la ley penal o un reglamento policial.

De tal manera, en ningún caso resulta acertado suprimir la necesidad y dar lugar únicamente al imperio de la libertad leída como potencialidad humana de hacer lo que se quiere con el solo requisito de permitir y respetar en igual juego las determinaciones de otros hombres de modo que una se compense con la otra. La necesidad de reaccionar a las arbitrariedades del poder no pueden verse sujeta a las proyecciones de acciones legislativa que justifican la violencia de ese poder burgués opresor y explotador.

Dicho de otro modo, la existencia de una necesidad  acuciante socialmente  generada desde las acciones del poder burgués en ningún caso puede limitar el acto de determinación humana tendiente a su subsanación y esa acción u omisión humana según el caso es el contenido exacto de una libertad prevalente.

Lo que llamamos libertad sólo sirve de instrumento  referenciado en la necesidad, que de por sí es un producto del desarrollo histórico  que aparece con una proyección a la libertad consecuencia de la actividad social

Las relaciones de dependencia personal (al comienzo sobre una base del todo natural) son las primeras formas sociales, en las que la productividad humana se desarrolla solamente en un ámbito restringido y en lugares aislados. La independencia personal fundada en la dependencia respecto a las cosas es la segunda forma importante en la que llega a constituirse un sistema de metabolismo social general, un sistema de relaciones universales, de necesidades universales y de capacidades universales. La libre individualidad, fundada en el desarrollo universal de los individuos y en la subordinación de su productividad colectiva, social, como patrimonio social, constituye el tercer estadio. El segundo crea las condiciones del tercero».

(Carlos Marx en los «Grundrisse”)

Necesidad y libertad tienen un carácter histórico, dialéctico y no mecánico. La libertad Avanza, su programa político de gobierno, atinado a los intereses de la burguesía desconoce estos factores y acude a la idea de libertad abstracta mediante la cual se consolidan elementos conceptuales en el sentido común que resultan funcionales a esos intereses específicos de la continuidad reproductiva de la explotación y la opresión .

 Asistimos a una descomunal crisis económica estructural del capitalismo, prueba inequívoca de que las super desarrolladas fuerzas productivas ya no pueden ser contenidas en la gran propiedad privada de los medios de producción, fundamento del orden social burgués imperante.

 Lo que hace el capitalismo para mantenerse en pie es destruir las fuerzas productivas, lo que significa la destrucción de su propia obra y el retomo a la barbarie. En estas condiciones resulta inconcebible que el hombre pueda conocer y dominar plenamente las leyes de la naturaleza.

La necesidad ha madurado, pero no están dadas las condiciones para conocerla plenamente y menos para revelar la plenitud de las leyes del desarrollo y transformación de la naturaleza. La sociedad capitalista se ha convertido en un muro que impide la plenitud del conocimiento de esa necesidad a las mayorías integradas en la clase trabajadora en sí..

 La liberación del hombre se dará cuando se libere de la opresión cavernaria del capitalismo, cuando madure, a través del proletariado no propietario de los medios de producción para acabar con la gran propiedad privada, es decir, con el capitalismo. Esto será posible a través de la revolución social y la instauración de la dictadura del proletariado.

Pensamos que la clase obrera  por razones históricas y determinaciones de la coyuntura, tiene una formulación precisa frente al saqueo capitalista: desconocimiento de toda la deuda externa, fraudulenta, y del programa y las imposiciones del FMI; estatización de toda la banca organizando un sistema único nacional; nacionalización del comercio exterior; recuperación de todos los puertos y vías navegables; expropiar los grandes medios de producción en manos de un puñado de capitalistas cada vez más concentrados.



Como pocas veces, la dictadura del capital ha quedado al desnudo. Cada capítulo de la ley ómnibus y el megadecreto beneficia a alguna corporación. Todo es improvisación y prepotencia dictatorial.

Milei, con  su gestión de gobierno en beneficio directo de la burguesía y  sus políticas opresivas, no se caerán solas, por sus propias contradicciones, es necesaria la intervención decidida de los trabajadores para barrer con ese contexto de dominación . En ese plano llamamos a no confiar en el parlamento
ni en la Justicia que harán todo lo necesario para salvar su régimen e inclusive desplazar a Milei si se convierte en un obstáculo.  Es preciso una política obrera , específicamente de clase y autónoma de toda intervención o acercamiento interclasista con cualquier sector pequeñoburgués democratizante y reformista. Se hace necesario confiar en nuestras propias fuerzas, en nuestra propia organización mejorando ambas instancias a través de  nuestros métodos de lucha-

La política de la clase obrera debe prevalecer en la lucha social y en el conflicto de poder abierto . La clase trabajadora  es la única clase portadora de una alternativa de transformación social porque no tiene ninguna atadura con la gran propiedad de los medios de producción.

El resultado aleatorio de un texto legal no deja de ser una declaración de guerra abierta del poder burgués. Guerra que físicamente ha desatado con despidos y represión callejera. De ella hay que tomar registro para la selección adecuada de los métodos de intervención . Es fundamental la continuidad de las medidas, un plan de lucha gestado por la clase desde sus organizaciones sindicales ,  hasta terminar con la política de hambre y entrega.

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