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LA POLÍTICA DE LOS TRABAJADORES Y UNA LEY A COMISIÓN . OTRA MUESTRA DE LA CRISIS POLÍTICA.

Buscando abrir el camino para una racionalidad de la sociedad, los liberales, postulan premisas que lo económico y político desmiente en los hechos.  Dejar que los individuos persigan por sí sus propios intereses sin conocer otro límite que la propia iniciativa de otro individuo. Esto significa que el Estado, en tanto institucionalidad jurídica de la burguesía no persigue por sí relaciones sociales que tengan un contenido que traduce justicia en los vínculos. El problema de lo justo está en cabeza del individuo y sus construcciones utilitaristas de lo que debe tenerse por justo.

El capitalismo orientado por el liberalismo, sin embargo, confrontó con todas las críticas teorizadas por Marx, en particular con la tendencia a la pauperización.

Revertir esa tendencia le llevó a la política de la burguesía dar paso a Keynes y su proclamado Estado social de bienestar, con lo que elevó un muro a la revolución socialista que empezaban a desarrollar los bolcheviques, pese a su proceso de Termidor encabezado por Stalin.

En ese sentido la última visión que postula en Argentina La Libertad Avanza , significa la continuidad de todo un proceso iniciado ya en 1975 por el gobierno de Isabel Martínez, que con mayor o menor velocidad y diversas gestiones de operadores políticos de la burguesía nos ha depositado por sus efectos en los convulsivos momentos que vivimos en este 2024.

Nuevamente lo que se pone abierta y políticamente en la mesa de determinaciones es la pretensión de iniciar un nuevo ciclo de acumulación originaria del capital y una nueva estructura de la mediación que ejerce el poder burgués en la sociedad civil por vía del derecho y la facultad de sanción e intervención violenta sobre los individuos que no se resignen a ese plan de opresión y explotación.

Estamos frente a un escenario de agonía de un modelo de desarrollo de la dominación del capital de transito controlado y moderado con sustento populista y amparo en el fetiche democrático por representación política. Es un escenario de desastre social, de desposesión y destrucción de lo dado, focalizado en descargar la crisis sobre la clase trabajadora

Los designios del capitalismo en Argentina se orientan desde la gestión política con el deseo explícito de ubicar al “mercado “como condición de posibilidad de la existencia misma del Estado. Es decir, se dice claramente que los grupos económicos lejos están de ir contra el Estado, sino que lo que se hace es definir el espacio del poder burgués con una mediación específica de la institucionalidad en su concreto favor.

Es un orden socioeconómico que se pretende imponer desde la condición previa ya lograda de tomar la gestión política gubernamental por consenso electoral. Es por esto, que Milei es la figura personalizada del nuevo formato de gobernar instituyendo una suerte de bonapartismo, desde donde habilitar artificialmente condiciones nuevas de competencias entre los grupos concentrados.

El Estado, el poder burgués institucionalizado, es la vanguardia de la reformulación de las relaciones sociales, necesitado de habilitar reglas de mercado entre los propios grupos concentrados y hegemónicos grupos de poder del capital financiero y rentista agrario.

De esto se sigue que, la coyuntura que presenta una situación de imposibilidad de triunfo de un grupo político sobre otro, exige que la clase trabajadora intervenga con una política obrera, clasista y autónoma de toda injerencia de algún sector burgués en una suerte de frente popular, según se sigue del comportamiento de los parlamentarios del FITU y toda la acción concreta en las calles.

En ese sentido es pertinente aclarar que es insuficiente para construir poder obrero y consolidar su vanguardia ser dirección política la lucha por la lucha misma sin programa estratégico a desenvolver .

Milei y seguidores, busca proteger y desarrollar el interés burgues a partir de la construcción de una sociedad de vigilancia y castigo estructurada desde las propias relaciones de intercambio generadas desde el mercado que se ve contaminado por una nueva disputa de competencia por todos los medios de los grupos del capital financiero y rentista dominantes.

Las acciones de los individuos en la compra de bienes y servicios, implican para Milei una inversión que les permite lograr una mejor posición en el mercado de la venta de fuerza de trabajo. El salario es una renta futura indisociable de su poseedor quien no gasta sino invierte en sí mismo. De ahí el intento de que se expanda el monotributismo y que el trabajador facture su despliegue de fuerza de trabajo por fuera del bien que ese capacidad laborativa genera. El propio trabajador es en esta visión , una empresa de sí mismo, de la que el Estado no tiene intervención alguna por fuera de las actividades facilitadoras de ese orden social.

La burguesía decididamente ha abandonado por exclusión toda discusión o puja sobre la distribución de los ingresos, en tanto no asigna al Estado una política social. El mejor estar en la sociedad es una tarea del individuo y sometido a su libre determinación que requiere de la seguridad necesaria brindada por las normas jurídica y otras instancias de institucionalidad. Esto significa en otras palabras el abandono del criterio de igualdad de las personas, paradigma de la propia revolución burguesa.

Esto lo hemos visto también en estos días por las actitudes de Sandra Pettovelo de la que dan cuenta las redes sociales.

Así las cosas, la semana pasada la ministra Sandra Pettovello, ante las protestas en la puerta del ministerio y en diferentes establecimientos, informó que no recibiría a ningún referente. Y agregó que convocaba a que se acercaran las personas asistidas en los comedores de manera individual. Este planteo se hizo viral a través de un video suyo en redes sociales donde dijo: “¿Tiene hambre la gente? Voy a atender uno por uno a la gente que tiene hambre, no a los referentes. Vengan de a uno que les voy a anotar el DNI, el nombre, de dónde son y van a recibir ayuda individualmente”. (cfr. Página Política Obrera)

Queda claro que se abandona el problema de la distribución de la riqueza y se pasa a la asistencia individual a quién no consigue por caer en pobreza absoluta, entrar en ese modelo del emprendimiento individualista ajeno a todo juicio de orden moral sobre las acciones de ese empresario de sí mismo que no obedece nada de nadie y mucho menos del Estado .

Todo este juego tendencial de las escaramuzas que monta el poder burgués en la lucha de clases implica el abandono de la táctica de la declaración de derechos subjetivos, estimando que estas situaciones abstractas y ajenas del calculo utilitarista que debe emerger de la pura existencia individual.

 El trabajador debe impugnar esta política pero no por simple negatividad sobre lo dado sino por su superación a través de la construcción de otro orden social, desde el edificio del poder obrero y su régimen transitorio de dictadura de clase y operatividad de las acciones orientadas a la concreción del programa socialista.

 La lucha política del activismo obrero necesariamente requiere ser orientada al despliegue de una propaganda y agitación socialistas, empleando un programa de reivindicaciones transitorias que hagan eje en la defensa del empleo y de impulso a la creación y surgimiento de organizaciones de lucha de las masas que se sumen a las organizaciones sindicales y sus planteos de naturaleza puramente economicista. La propaganda está ligada además a desarrollar en la joven generación proletaria  el empleo de los métodos tradicionales de la clase trabajadora , es decir , la huelga general, las asambleas, las intervenciones piqueteras y la movilización acaudillando al conjunto de los demás sectores oprimidos.

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