Novedades
{"ticker_effect":"slide-v","autoplay":"true","speed":3000,"font_style":"normal"}

Nuevo Curso

¿A dónde vamos? LA LUCHA OBRERA TIENE UN SOLO PROGRAMA POSIBLE

NUEVO CURSO

Los hechos que protagonizamos en la actualidad, tienen una alta significación política y proyectan elevar el nivel de conflictividad de la lucha de clases. Sin embargo esos datos de la experiencia, también permiten advertir que   por fuera del formato que dan las apariencias y su dibujo realizado por mecanismos ideológicos, ya sea por errores o estrategias conscientes o deliberadas, se dan señales relativas a que en gran medida, las generaciones en lucha pierden el rumbo  o al menos dan señales de cierto desasosiego en saber que se quiere  para la existencia o como se piensa que debe ser una vida digna . ¿Cual sería el contenido concreto de la dignidad humana en nuestros tiempos de crisis capitalista en siglo XXI?

Esto último y el interrogante que nos suscita en particular , en gran medida, reconoce fuentes en un dato objetivo que se centra en que, quienes deben pasar la posta a quien debería correr los últimos cien metros, se demoraron en pretendidos atajos o confortantes habitaciones en la decadencia que marca la agonía objetiva del capitalismo.

De la complejidad de aspectos que tiene este fenómeno, cuesta encontrar una síntesis que lo exprese buscando su superación , pero en este caso, como nunca la escritura ficcional, la  literatura, hace su trabajo, sobre todo para poder perfilar cuanto de lo que cada trabajador pone en juego está considerado desde la realidad  y cuanto se debe “invertir emocional e intelectualmente”, para finalmente subsanar ese error temporal, esa tarea inconclusa, eso rumbos difusos,  que permiten que nos amenacen ahora con la perdida de toda humanidad y todo sentido vital de existencia, de la mano del poder burgués que nos explota y oprime.

Por eso buscando en la ficción literaria comparto un fragmento de un texto de Martín Kohan  para su consideración:

La revolución es un hecho de violencia. Tiene urgencia por diferenciarse de su hermana apócrifa: la reforma. Deplora ese arte de la moderación que todo progreso paulatino postula como virtud. Renuncia a los entendimientos. La revolución se impone como acto de violencia, por la fuerza y con arbitrariedad. En “El Estado y la Revolución, escrito en Finlandia entre agosto- setiembre de 1917 Lenin cita a Engels : “indudablemente, no hay nada más autoritario que una revolución”. El mismo había sostenido en “Dos tácticas de la socialdemocracia en la revolución democrática”, escrito en 1905 en Ginebra, que “ los grandes problemas en la vida de los pueblos se resuelven solamente por la fuerza”, que “las propias clases reaccionarias son generalmente las primeras en recurrir a la violencia, a la guerra civil” y que “la oposición al gobierno se efectúa derrocándolo violentamente”. Es la lección de 1905: más vale desconfiar de los posibles acuerdos, porque sólo en el principio del desacuerdo irremediable se abre el camino de la revolución. …..La revolución es destructiva por necesidad. Pero no solamente por necesidad, sin esa pasión por el aniquilamiento, perdería su sustancia ( otra vez el fantasma de esa hermana menor que se obstina en la voluntad tramposa de parecérsele. La reforma no destruye ni aniquila. Hay que destruir, entonces, hay que aniquilar, para que se note la diferencia)…La eliminación de toda resistencia , la exaltación destructiva hacen a la revolución. No obstante, con eso no basta. La revolución tiene que ofrecer también su programa de construcción de lo nuevo

Lenin habla en Las Tesis de abril de “ la construcción de lo nuevo” que es lo que necesariamente sigue al punto y aparte de la destrucción de lo antiguo. Así también puede decirse que la revolución es desorden, pero en” Las tareas de la revolución” Lenin habla de “un orden verdaderamente revolucionario” Están entonces la violencia destructiva, sí , y el desorden , la fuerza , la apasionada arbitrariedad, pero luego, también, más serenamente, el orden revolucionario y la construcción de lo nuevo, y más allá incluso la disciplina del trabajo…..”La revolución enseña , indudablemente con tal rapidez y tal profundidad, que parecen increíbles en los períodos pacíficos de desarrollo político”

Los tiempos de la revolución son su verdadera sustancia: aquello de lo que está hecha. Sus contenidos los provee la teoría marxista, como concepción del mundo y no como falsa conciencia. Pero los contenidos son aquellos que la revolución comunica o aquellos que trasmite y en realidad son aquellos que la revolución ejecuta y lleva a cabo .(Del cuaderno gloria azul y blanco escrito por Rubén Tesare,  “MUSEO DE LA REVOLUCIÓN”. Martín Kohan pag.57/59)

  

      

Tal vez, a la pregunta de ¿Por qué salgo con mis compañeros de trabajo, con los que comparto vecindad, y formas de vida a la lucha?, también  resulte  metafóricamente descriptiva aquella escena frecuente en los conflictos bélicos de las guerras civiles afrontadas por el joven ejercito rojo luego de la revolución de octubre, donde obreros bolcheviques convertidos por urgencia y necesidad en soldados , sin recursos bélicos ni pertrechos, salían a la contienda sin armas , para tomar aquellas que dejan los compañeros de la vanguardia que eran abatidos. Desde esa figura obtenida de lo real, es posible decir hoy, que las jóvenes generaciones obreras y asalariadas, necesitan tener presente la historia de lucha de nuestros compañeros caídos y levantar esas armas signadas con esa sangre para continuar el combate sin falsas rutas ni recorridos placenteros, que, a no dudarlo, no existen.

Si nuevamente nos preguntamos hacia donde vamos, otro texto, esta vez con formato epistolar, concentrado en una carta a un compañero nos da una señal clara y distinta. Ese texto no fija un punto a llegar, un camino ya trazado, sino una constante permanencia en cada hacer de la lucha, por mínimo que pudiere resultar en lo concreto:

“Cuando haya desaparecido la subordinación esclavizadora de los individuos a la división del trabajo, y con ella, la oposición entre el trabajo intelectual y el trabajo manual; cuando el trabajo no sea solamente un medio de vida, sino la primera necesidad vital; cuando, con el desarrollo de los individuos en todos sus aspectos, crezcan también las fuerzas productivas y corran a chorro lleno los manantiales de la riqueza colectiva, sólo entonces podrá rebasarse totalmente el estrecho horizonte del derecho burgués, y la sociedad podrá escribir en sus banderas: ¡De cada cual, según sus necesidad. Critica al programa de Gotha” Carlos Marx