Es un dato no pasible de ser controvertido, por emerger de la sola experiencia concreta de los hechos que en la historia de la humanidad, las trasformaciones sociales son emergentes de procesos revolucionarios y que estos han sido eventos de gran importancia y trascendencia.
Estos procesos de cambio profundo han tenido lugar en diferentes momentos y territorios , y han dejado una huella imborrable en el desarrollo del hombre como sujeto genérico.
El fenómeno en cuestión, implica un proceso de transformación radical y violenta que tiene lugar en una sociedad. Durante una revolución que es en permanencia, se producen cambios profundos en las estructuras de poder existentes, así como en las creencias y valores de la sociedad en general. Estos cambios suelen ser impulsados por una serie de descontentos sociales, económicos o políticos, y la búsqueda de establecer un nuevo orden desarrollado por una clase social que se emancipa de la opresión que le venía imponiendo otra cuya situación en la producción de mercancías a través de relaciones sociales que se concentra en el vínculo entre capital y venta de fuerza de trabajo.
Por esta violencia que existe por la base en la propia relación social entre explotadores y explotados su resolución implica un proceso violento .La lucha armada, los levantamientos populares y los enfrentamientos con las fuerzas del orden burgués y el poder estatal son frecuentes en estos s períodos de cambio radical. Pero lo cierto es que lo objetivo es que el fenómeno indica la prevalencia de un cambio en las estructuras de poder por abolición del existente.
En ese sentido y destacando que por la base de todo proceso revolucionario media un contraste subjetivo entre explotadores y explotados, dice Trotsky en el prólogo al texto “Historia de la Revolución Rusa” que …
”Los sucesos históricos no pueden considerarse como una cadena de aventuras ocurridas al azar, ni engarzarse en el hilo de una moral preconcebida, sino que deben someterse al criterio de las leyes que los gobiernan . El rasgo característico más indiscutible de las revoluciones es la intervención directa de las masas en los acontecimientos …en los momentos decisivo cuando el orden establecido se hace insoportable para las masas , éstas rompen las barreras que las separan de la palestra política, derriban a sus representantes tradicionales y con su intervención , crean un punto de partida para el nuevo régimen .La historia de las revoluciones es para nosotros por encima de todo, la historia de la irrupción violenta de las masas en el gobierno de sus propios destinos”
Tenemos entonces claramente diseñado y advertido un factor relevante que no se percibe sin embargo en la militancia cotidiana, y las marchas concertadas, organizadas, discutidas por las organizaciones que integran el FITU, y sus colaterales .Las revoluciones sociales no las hacen los individuos, las «personalidades». Las diputadas con picardía o similares. Las revoluciones sociales las hacen las masas que componen la clase trabajadora en sí , por su propio posicionamiento en la producción y las relaciones sociales dentro del orden capitalista y por sus reacciones instintivas frente a condiciones de existencia que le impiden satisfacer sus necesidades y porque sin la participación de las grandes masas de trabajadoras el contradictorio objetivo no trasciende hacia su subjetivación y su puesta en acción superadora.
En ese sentido aclara Antonio Gramsci que:
“El político en acto es un creador, un suscitador, pero que no crea de la nada ni se mueve en el vacío túrbido de sus deseos y sueños. Se funda en la realidad efectiva, pero ¿qué es esta realidad efectiva? ¿Es quizá algo estático o inmóvil? ¿O es, más bien, una correlación de fuerzas en continuo movimiento, en continuo cambio de equilibrio? Aplicar la voluntad a la creación de un nuevo equilibrio de las fuerzas realmente existentes y activas, basándose en la fuerza determinada que se considera progresiva y potenciándola para hacerla triunfar significa siempre moverse en el terreno de la realidad efectiva, pero para dominarla y superarla (o contribuir a esto). El ‘deber ser’ es, por tanto, concreción; más aún: es la única interpretación realista e historicista de la realidad, es la única historia en acto, la única filosofía en acto, la única política”
Según el programa que se traza en el documento titulado “La agonía del capitalismo y las tareas de la IV Internacional “ , las masas, partiendo de sus necesidades, actuales, de sus limitaciones y prejuicios, pueden encaminarse hacia la conquista del poder, a través de la lucha por la materialización de sus necesidades, siempre que las consignas de movilización sean proyectadas en la perspectiva de la estrategia del proletariado. Su concepción fundamental -unidad de reforma y revolución, de lucha por las tareas del momento, y, al mismo tiempo, por el poder- constituye una trascendental conquista de la clase trabajadora en su desarrollo como sujeto político autónomo.
En la misma dirección el documento también la necesidad de diferenciarse del reformismo y proclama abiertamente sus objetivos revolucionarios en cabeza de la clase trabajadora en sí, y de su vanguardia que ha materializado el pasaje dialéctico a clase para sí y adquirido conciencia política autónoma.
Es ese el camino que necesitan recorrer las masas, el camino de la revolución proletaria teniendo presente las leyes de desenvolvimiento y transformación de la revolución en nuestra época.
Dicho de otra manera , no hay otra acción revolucionaria que aquella que necesariamente se oriente e implique el objetivo de soldar la lucha por las reformas a la revolución. La tarea militante es entonces , trabajar para que el programa penetre en el instinto de las masas en el transcurso de la lucha por la satisfacción de sus necesidades vitales y más urgentes, para transformarlo en conciencia de clasey política revolucionaria.
Si queremos transformar nuestra sociedad en una nueva sociedad, tenemos que ser capaces, por de comprender cuáles son las características fundamentales de su desarrollo en la actualidad, y en ese sentido penetrar hacia las masas de trabajadores con la determinación básica de dejar en claro el carácter capitalista, tardío y dependiente de nuestra estructura productiva, destacando la fuerte presión que ejerce sobre ella el capital financiero concentrado.
Las condiciones objetivas necesarias para la revolución han maduro bajo el capitalismo y están descomponiéndose aceleradamente. La supervivencia de éste régimen amenaza con destruir a la clase obrera, a las fuerzas productivas, a la base material natural (naturaleza), etc.
La burguesía y la pequeño burguesía y sus partidos, se han vuelto incompetentes para dar respuestas a los problemas de la economía, a sus crisis recurrentes, a la miseria, etc. Todas sus medidas, sus políticas económicas, etc., caen una tras otra. El régimen burgués ya no puede conceder ni las más mínima concesión o reforma a la clase obrera, ni puede canalizar sus reclamos por la vía de sus instituciones democráticas. Necesita avanzar sobre todas las conquistas y derechos que aún la clase obrera mantiene. Y solo puede hacerlo recurriendo a sus rasgos más represivos, a la violencia reaccionaria, al fascismo. Las salidas burguesas a la crisis pasa por profundizar el saqueo, la explotación, la barbarie.
Es este proceso el que recorre el régimen burgués institucional de nuestro país, que hoy exhibe el rostro de una coalición que se hace visible por Milei-Bulrich-Macri y antes se valió de los Fernandez-Massa , que arrastra a su vez a las direcciones reformistas del FITU, a los socialdemócratas, a los stalinistas dispersos , y progresismo pequeñoburgués, a su postración y subordinación a la burguesía dominante y a su sostenimiento.
Es por todo esto, que el obstáculo más grande para transformar la bancarrota de la burguesía y la incapacidad de sus partidos, en una acción política consciente de política obrera revolucionaria es que las masas generen su vanguardia constituida en clase para sí que entronque con su propia política y sus propios métodos.
NUEVO CURSO