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Nuevo Curso

CAPITALISMO TARDIO E INEFICIENTE

NUEVO CURSO

Bajo ampulosas declaraciones de derechos, el capitalismo se constituyo desde hace tiempo  en dueño y señor de la escena Es la burguesía la que fija la agenda . Sus consignas  han adquirido  un cerrado contenido de clase, libertad , igualdad y fraternidad se han desvirtuado  por su base , es decir por la desigualdad económica y las asimetrías propias de la relación capital – fuerza de trabajo

Los códigos, las leyes solemnemente dictadas muestran hoy que se reducen a la palabra final respecto de su contenido del discurso funcional al interés burgués que impone por sus sentencias el aparato judicial del Estado.

El capitalismo en la representación ideológica colectiva de nuestra sociedad aparece insitituido y con consenso de las mayorías como el único orden social y modelo de producción , capaz de proporcionar la satisfacción de las necesidades que el mismo genera y que devienen vitales para nuestra existencia .

Sin embargo, embargo esta apariencia no se corresponde con lo concreto existente que da cuenta de privaciones, pobreza y  miseria, y que en paralelo existe dominio de la riqueza en forma concentrada .

Por este simple dato fenoménico, es que corresponde afirmar que el capitalismo, a diferencia de las afirmaciones y consensos mayoritarios, es ineficiente y destructivo.  En particular, porque a lo dicho, por sus propias contradicciones, periódicamente está entra en crisis de reproducción dando síntomas de ella ,  inflación o deflación todas signadas por desocupación y deterioro del salario real.

En la actualidad el orden social capitalista da muestras concretas de su incapacidad  de dar trabajo útil y de calidad constructiva de sujeto,  a las mayorías que ofrecen su fuerza de trabajo.

La economía capitalista funciona con mucha dificultad y en tales condiciones  es que presenciamos el desarrollo de  guerras en parte relevante del planteo en todas las cuales la OTAN y los Estados Nacionales protagonizan situaciones de absoluta depredación y desastre humano contabilizado en pérdidas de vidas humanas y recursos naturales . En la guerra, , consigue el capitalismo reabrir de modo parcial el estancamiento de las fuerzas productivas generado por la crisis de reproducción ordinaria del capital dentro de los diversos territorios de los Estados nacionales.

Dada la situación social en este contexto, y siendo que sus efectos que padecemos a diario exigen su superación hacia otro modelo social , de producción y de relaciones político-culturales, desde nuestra posición objetiva en la estructura social y productiva como trabajadores,¿Quiénes son nuestros enemigos? ¿Quiénes son nuestros amigos?

Esta es una cuestión primordial para ese proceso de superación de un modelo social que da signos notorios de agotamiento .

Los datos que nos proporciona la historia analizando revoluciones triunfantes siempre remiten a una respuesta específica de este interrogante . Las luchas revolucionarias que han triunfado han sido aquellas en que los revolucionarios supieron unirse con sus verdaderos amigos y combatir a sus verdaderos enemigos.

Para encontrar el camino que posibilite una respuesta eficiente de estos interrogantes, es necesario reparar en que ,  en el proceso de producción de bienes materiales se establecen formas específicas de relación entre las personas que los protagoniza, es decir, entre  los propietarios de los medios de producción y los productores directos o trabajadores, ya que los que son dueños de los medios de producción explotan a los que carecen de estos medios y los explotan siendo el dueño de un taller con cuatro empleados o los propietarios del paquete accionario mayoritario de una multinacional .

En el sistema capitalista, los trabajadores , para poder vivir, necesitan ir a ofrecer su fuerza de trabajo a los capitalistas; éstos les pagan un determinado salario y obtienen, gracias a este tipo de relación la posibilidad de apropiarse de gran parte del valor creado por esa actividad que esta incorporado de modo abstracto en la mercancía producida, y que solo se traduce en capital por la mediación del dinero en  la compraventa que opera en el mercado .

La explotación no es, por lo tanto, algo eterno, tiene un origen histórico bien determinado. Ella aparece cuando un grupo de individuos de la sociedad logra concentrar en sus manos los medios de producción fundamentales,1 despojando de ellos a la mayor parte de la población. Y ella desaparecerá cuando desaparezca la propiedad privada de los medios de producción y éstos pasen a ser propiedad colectiva de todo el pueblo.

Una de las características fundamentales del régimen capitalista de producción, a diferencia del régimen de producción servil, es que sólo puede existir si se reproduce en forma ampliada, destinando una parte importante del excedente al consumo productivo. Esto provoca una continua acumulación del capital, es decir, un continuo crecimiento del dinero destinado a comprar medios de producción y fuerza de trabajo.

El tamaño del capital que logre acumularse depende, por una parte, del tamaño del excedente obtenido, el que depende en gran medida del grado de explotación de los trabajadores y, por otra parte, de la cantidad 18 de este excedente que el capitalista destine al consumo productivo

El desarrollo capitalista determina, por lo tanto, y a la vez necesita para poder funcionar, que exista siempre en el mercado de trabajo una cierta cantidad de trabajadores disponibles para las necesidades de mano de obra que pueda tener la clase capitalista. Por eso es que Carlos Marx llamó a estos trabajadores cesantes, en continuo cambió de una industria a otra, el «ejército de reserva» de los capitalistas. La cesantía es, por consiguiente, un efecto del sistema capitalista.

Mientras exista este sistema, existirá cesantía. Pero ia cesantía no es sólo un efecto del sistema, sino que es una necesidad del sistema y por ello los capitalistas no harán nunca nada serio para hacerla desaparecer.

Por el contrario, en una estructura productiva signada por la condición de capitalismo tardío y dependiente, como es la de nuestro país, el ejército de cesantes que los capitalistas tienen a su disposición crece continuamente. A los capitalistas les conviene la existencia de este ejército, y saben utilizarlo muy bien. Lo usan para presionar a los obreros, a fin de que éstos no exijan salarios muy altos. Los trabajadores saben que pueden ser reemplazados en cualquier momento por los compañeros cesantes que están dispuestos, muchas veces, a aceptar salarios de hambre con tal de poder tener un trabajo. Los capitalistas utilizan esta lucha por conseguir trabajo para romper la unidad de los trabajadores, desviando la lucha de los trabajadores contra los patrones a una lucha entre ellos mismos por conseguir trabajo.

Llegados a este punto, es que podemos entender acabadamente a Lenin cuando nos dice que «Las clases son grandes grupos de hombres que se diferencian entre sí por el- lugar que ocupan en un sistema de producción social históricamente determinado, por las relaciones en que se encuentran con respecto a los medios de producción (relaciones que las leyes refrendan y formulan en gran parte), por el papel que desempeñan en la organización social del trabajo, y, consiguientemente, por el modo y la proporción en que perciben la parte de la riqueza social de que disponen. Las clases son grupos humanos, uno de los cuales puede apropiarse el trabajo de otro por ocupar puestos diferentes en un régimen determinado de economía social»

En la actualidad la centralización capitalista lleva a una fusión de los capitales industrial, comercial y financiero. Esta es la etapa del capitalismo monopólico, donde los tres tipos de capital se concentran nuevamente en las mismas manos

Desde ese posicionamiento habrá que advertir que en nuestros país, dentro de los enemigos de los trabajadores, es decir dentro de la burguesía , los dueños del capital, se  proyectan por este fenómeno de contracción monopólica de los mercados contradicciones entre la burguesía monopólica y el resto de la burguesía: la burguesía no monopólica, la burguesía mediana y la burguesía pequeña, siendo relevante que cada uno de ellos o fusionados contra otro apelan a personal político y la construcción artificial de partidos políticos que den cuerpo y gestión a sus intereses, todo lo cual redunda en las pujas políticas que hoy estamos presenciando y de las cuales necesariamente los trabajadores ocupados o desocupados  y los jubilados terminan siendo perjudicados, dado que todas ellas se resuelven descargando las crisis sobre sus espaldas .

Las clases sociales antagónicas, el proletariado y la burguesía en la sociedad capitalista, lo son porque que tienen intereses estratégicos opuestos, en particular porque los trabajadores solo se emancipan del sometimiento de estar constreñidos a la relación capital-trabajo superando esa relación y las relaciones de propiedad que le son conexas, a través de su propio poder político constituido en dictadura de clase.

Esta última precisión implica que, aunque  las acciones de los trabajadores defiendan intereses inmediatos, esa acción , políticamente está conectada a la lucha organizada de esa clase por la realización de sus intereses estratégicos , es decir, a la lucha por la conquista del poder político para poder llegar desde allí a destruir la sociedad capitalista y construir la sociedad socialista. Esa conexión necesaria entre reivindicaciones inmediata y objetivos estratégico es tarea de agitación y propaganda desde la vanguardia organizada como partido político de clase.

Este es un factor ausente en las acciones que se realizan en el curso de este último siglo como mínimo en la medida en que las organizaciones que reivindican jugar ese rol, han abandonado su estrategia de lucha y los objetivos revolucionarios para sucumbir en el reformismo en su versión de cretinismo parlamentario.

Desde esa perspectiva la lucha de los explotados también tiene desarrollo contra las leyes e instituciones que mantienen la dominación burguesa , En la sociedad capitalista, esta contenida también  la lucha de los obreros por mayores libertades políticas  y la lucha por el poder político para destruir a través de él al capitalismo e instaurar una nueva sociedad, la sociedad socialista.

El gobierno de Milei agravó drásticamente todos los problemas sociales . Mayor pobreza, desocupación, precarización laboral y mayores escenarios de barbarie. Sólo la clase obrera puede plantear una salida a la crisis política que se vive, y en ese sentido es fundamental tener presente los aspectos del fenómeno que hemos enunciado en los párrafos anteriores,  en particular el fenómeno subjetivo que implica la acción política de los trabajadores en lucha de clases , básicamente en cuanto se refiere a los objetivos estratégicos de la clase y el programa socialista revolucionario.

Los trabajadores debemos respetar y desarrollar por agitación y propaganda ,la perspectiva de trabajar por un frente único que unifique todos los reclamos de los explotados bajo la perspectiva política  autónoma de su clase. Un frente que incluya  a todos los trabajadores que buscan un camino de organización independiente de los partidos patronales, del Estado y sus instituciones. Un frente que impulse todos los reclamos sociales y democráticos, la lucha por el salario, la jubilación y los planes, contra todos los despidos.

Una revolución socia es la salida para las masas, NO hay otro camino. No hay vías alternativas, cualquier cambio político que deje en pie la estructura concentrada y centralizada de po burgués prolongará y agravará nuestra situación. Es imprescindible que la clase obrera conquiste su independencia política, tome en sus manos estas ideas, construya su partido revolucionario.