Nuevo Curso

Implicancias de la huelga general.

Los medios periodísticos anunciaron que el próximo 9 de mayo y durante 24 horas se realizará el segundo paro nacional de actividades. Se suman a la convocatoria las dos CTA.

 Además, también con igual adhesión la CGt lanzó un plan de acción que comienza el próximo 23 de abril acompañando la marcha de las universidades y luego, el 1º de mayo, el día de los trabajadores, realizarán una movilización que incluye la presentación de un documento.

Es este un dato relevante de la realidad, pues pone a la huelga en la centralidad de la lucha de clases con las implicancias que ello trae aparejado a pesar de que el lanzamiento opera de una manera burocrática pero impulsado también por una suerte de deseo mayoritario de los trabajadores sindicalizados en el sentido de hacer cesar sus actividades por el retraso salarial y la caída de sus ingresos reales. Hay también en gran medida una significación política en esta acción que se proponen emprender las organizaciones sindicales, porque en algunos sectores de la producción la medida luce como un enfrentamiento abierto con la patronal como parece ocurrir en el sector metalúrgico o también en el de los camioneros.

Mucho se viene escribiendo en torno al sentido intelectual que yace en toda actividad política de los trabajadores que se asumen de modo consciente en la condición de revolucionarios. Puede decirse sobre ello, sin vocación de agotar la cuestión que en tanto intelectual orgánico a su clase todo trabajador consciente cuenta con un aparato conceptual y un conjunto de herramientas de interpretación de los fenómenos que le proporciona el trabajo desarrollado por Carlos Marx y su continuidad en los aportes de Lenin y Trotsky.

La dialéctica materialista es un método. Pero Marx no se limitó a formular ese método, sino que lo aplicó en dos terrenos al aplicarlo al estudio de la economía capitalista y en forma conjunta a la teoría de los procesos históricos, es decir, a la «filosofía de la historia».

La resultante de la aplicación de ese método de conocimiento a los procesos sociales es lo que le da a ese conocimiento una base de razonabilidad científica. Por eso las acciones humanas en términos políticos que surgen de esa base de conocimiento es realista y no puramente ficcional concentrada en dogmas u abstracciones idealistas.

En ningún caso es posible separar la práctica realista, es decir, la práctica política, las acciones humanas con sentido militante de agitación y propaganda propias del actual período de lucha de clases de la aplicación del método propio del materialismo histórico y la lógica dialéctica. Por decirlo de otra manera, todo el conocimiento surge de las necesidades prácticas y sirve a esas necesidades prácticas de una u otra manera.

La lucha contra los acontecimientos «inevitables» no es necesariamente utópica, porque los acontecimientos inevitables se encuentran limitados en el tiempo y en el espacio.

 En el caso particular de la etapa abierta con el triunfo de la libertad avanza, este acontecimiento que ahora se nos presenta como real e históricamente «ine­vitable» tiene por consecuencia de la lucha obrera consciente y organizada, la posibilidad de resultar a la vez “utópico» para el objetivo que persigue que es, poner fin a la crisis que exhibe en nuestra estructura de capitalino tardío y dependiente la reproducción de ese modelo social. Solo la lucha organizada desde el planteo programático de una política de clase de contenido socialista puede evitar y superar este orden de cosas

En épocas de una suerte de revolución -restauración encarnada por los órganos del poder burgués, es la aplicación fecunda de este método, la única respuesta posible ante lo dado. La CGT ha convocado con una distancia prolongada en el tiempo la fecha del llamado a una huelga general, es esa experiencia Independientemente de las razones específica que los actores contenidos en la burocracia sindical puedan exponer u ocultar, lo cierto es que esta convocatoria debe ser militada, y propagandizada sobre la base propia de una política de clases que supere a los acotados intereses de las dirigencias burocráticas del movimiento obrero organizado.

El carácter de instrumento educativo hacia la adquisición de las certezas que impone la condición de clase trabajadora y sus objetivos emancipadores, nos impone propagandizar y garantizar el resultado de la medida de fuerza a través de los métodos históricos de lucha de la clase trabajadora, esto es asambleas previas y piquetes el día de su realización.

En la historia, todos los fenómenos que se concatenan para conformarla como relato, toman la forma de un proceso, es decir de un movimiento que reconoce génesis, reformulaciones, rearticulaciones. En ese sentido , la violencia física aparece como el operador fundamental para que en el desenvolvimiento de esa dialéctica se construya de manera permanente  el ordenamiento social capitalista en el que la clase trabajadora se constituye y perfila como una fracción de la sociedad que acepta su derrota , en tanto ingresa al espacio de las relaciones sociales en derrota con referencia al otro extremo de ese vínculo  constituido por la burguesía a la que por tal situación está llamado a servir a riesgo de desaparecer como tal, y en una relación asimétrica y desfavorable.

En la advertencia de esta situación o posicionamiento desfavorable de la clase trabajadora  , y tomando metodológicamente la perspectiva de la revolución , es posible sostener para  este período militante de agitación y propaganda en pos de la construcción de una política de clase autónoma e independiente de cualquier sector de la clases dominante, que la declaración y fecha de la huelga , implica un avance respecto de la situación en la que se encuentra el conflicto social, dando la posibilidad para un punto de corte del repliegue y el comienzo de un avance en sentido contrario a todos los actos de autoridad discernidos en perjuicio de la clase trabajadora por los operadores del estado constitucional de derecho que constituye la forma jurídica del poder burgués.

La huelga posibilita establecer una tendencia clara orientada al pasaje al estadio político de la lucha de clases, con virtualidad de abandono de la centralidad de los planteos orgánicos de la clase puramente economicistas hacia las premisas de orden político ligadas a la construcción de su propio poder obrero.

 Por estos motivos, la huelga declarada puede llegar a constituirse en un factor al interior del proceso de ascenso de la lucha de clases que comienza a verificarse.

Lo relevante de que esta tendencia tome cuerpo por vía de la medida de fuerza declarada, es que cada acontecimiento sea en la preparación o en la realización propia de la huelga, cada hecho se monta, potenciado en alguno de los datos de lo anterior existente conformando una acumulación de experiencia, de conocimiento, de lucha incrustado en el elemento de formación de conciencia implicado en el pasaje de clase en sí a clase para sí.

No obstante ello, conviene destacar  que estamos indicando una tendencia general que marca el camino del paro de actividades que puede frustrarse por una combinación de factores antagónicos y negadores de esa misma tendencia  ya que todas las fracciones de una clase tienen sus propios ritmos de desarrollo y lo requerido es que de todas ellas surja una composición totalizadora y unificadora que oriente e impulse el proceso hacia su objetivo revolucionario

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