“LOS TRAIDORES” . CAMINAN POR NUESTRAS CALLES  SEMBRANDO DESCONCIERTO

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“Los Traidores” fue el título de la película dirigida por Raymundo Gleyzer que mejor reflejó el carácter de la dirigencia encaramada en la conducción de las organizaciones obreras de masas . Pese al curso adverso de la historia obrera tras la emergencia de ese film, su querida presencia a manos de las jóvenes generaciones obreras, nos siguen dando evidencia de los movimientos de esta burocracia.

Los agentes de la burguesía en el movimiento obrero organizado, preservan hoy sus intereses, malversando la espontaneidad de la lucha social.

Por debajo del exitismo montado por la táctica de la pequeña burguesía en relación a la marcha del 23 de abril   hay un efecto colateral de esta que implica ocultar la ausencia sin aviso de las calles de la CGT y otras centrales sindicales el próximo 1 de mayo.

Este factor de realización inmediata en la semana entrante, deja ver que las direcciones de las organizaciones obreras de masas siguen adscriptas a las políticas del peronismo que mayoritariamente permanece aún contenido en el espacio político de un sector de la burguesía que busca hostigar, pero no superar al gobierno, en forma tal que en el marco de concertación al que este último acuda, pueda ceder a sus presiones sectoriales desgastándolo en su pretensión de continuidad.

Esa acción de ocultamiento de la escena que necesariamente debe ocupar la fracción obrera sindicalizada por operación burocrática de su dirigencia, realizada  tras  la no menos significativa  apropiación de la gesta movilizadora del día 23 tuvo un segundo movimiento que se redujo finalmente al  intento fallido de lograr que sus operadores parlamentarios impusieran  sesionar en abstracto en el parlamento en referencia a la política educativa, buscando aún más desgastar el perfil abierto en el frente de gobierno por la presencia de altos contingentes de personas en las calles .

Todo el escenario esta servido para licuar la presencia masiva en las calles con la sanción consensuada de la ley bases que daría forma jurídica prevalente al llamado acuerdo de mayo antes de su firma, haciendo que ese proyecto legal se materialice sin normas específicas que avancen sobre los intereses específicos de la dirigencia sindical y sus negocios, reduciendo el alcance de la reforma reaccionaria del régimen laboral que regula en la forma, la relación capital-trabajo.

Esa operación donde la ausencia cegetista el 1 de mayo y el vaciamiento orgánico de la plaza de mayo en esa jornada, viene concertada a partir de la aprobación de la mentada ley, dejando servido en bandeja el motivo que de sustento al levantamiento del paro general declarado para el 9 de mayo, que se ve de esta forma seriamente amenazado.

Sin embargo , la continuidad de este proceso busca ser cerrada por la burguesía dando testimonio de su aparente firmeza , para lo cual se vio forzada a replicar inmediatamente al 23 de abril, con actos que den materia prima para la ofensiva mediática,  entre los cuales se destacó hoy la celebración de  un aniversario más de la nefasta Fundación Libertad donde todo el personal político burgués y algunos miembros conspicuos  de esa clase que se amparan en esa asociación se mostraron en unidad, dejando el mensaje claro de que la ofensiva desatada sobre la clase trabajadora y los sectores sociales desplazados de la producción formal no se detiene, por ser ella necesaria para la reproducción social del capital.

De esta forma, la vanguardia obrera no puede adquirir sin beneficio de inventario el significado movilizante del 23 de abril, en primer lugar porque no tiene en él una prevalencia dirigencial , pero fundamentalmente porque la exacerbación de sus apariencias sensibles por un sector social y político ajeno a la clase trabajadora procura hacer de él un engranaje de un encadenamiento de acciones políticas que llevan a la afirmación transitoria y cogestionada del régimen político explotador y opresor nacido de la farsa electoral realizada el año pasado.

La apuesta a desarrollar la situación prerrevolucionaria cuya materialidad se busca afirmar e impulsar desde la agitación y propaganda socialista, no puede perder de vista el desarrollo de esta contra tendencia,  que apuntala la acción restaurativa de la  condición de dominio cultural de la burguesía y su aparato estatal. No debe olvidarse que detrás de un fracaso en la acción política de la vanguardia socialista revolucionaria, se esconde una enfermedad moral, que no es otra que la desesperanza.

El imperativo de la organización autónoma de los trabajadores y el desarrollo de una política obrera impone, atacar con todos los antídotos y herramientas de clase posibles, esta fase de la lucha de clases donde la política burguesa hace lo suyo, a partir de que aún conserva la iniciativa política.

Debe verse el curso abierto por las operaciones de clase que realiza la burguesía por todas sus herramientas donde gesta su dominio, las que incluyen la penetración de sectores ajenos al movimiento obrero en sus organizaciones de masas de corte defensivo. A partir de esta perspectiva, lo necesario es gestar la visión inversa, que profundice el sentido vital de otro curso diverso del trazado en búsqueda de la generación de otra sociedad con dirección política obrera y programa revolucionario.

NUEVO CURSO