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“ ESTAMOS GANANDO”. UNA CONSIGNA QUE OPERA A DOS PUNTAS

«Milei activo algo que no va a poder parar.»

(Cristian Castillo diputado FITU)

La búsqueda de la verdad es un combate por la vida- la verdad, que nunca está hecha, pes está siempre haciéndose, es una conquista incesante recomenzada con una aproximación más útil, más estimulante, más viva de una verdad ideal tal vez inaccesible . VICTOR SERGE.

L.

En poco menos de 24 hs la clase trabajadora y la vanguardia socialista revolucionaria conocieron dos versiones diversas por sus contenidos, pero coincidentemente reveladoras, de un posicionamiento funcional frente a la realidad que las lleva a coincidir en la exaltación de las apariencias por sobre lo real y concreto. En ambos casos la determinación final de la acción es la autoproclamación y justificación de los emisores del discurso.

El 22 de abril por la noche y en cadena nacional, siendo que el presidente es el “inventor” de la política por redes sociales, nos anunció que un colectivo social abstracto y difuso  donde se incluye al que llama argentinos, “ va ganando”, y vence porque consigue números , cifras, abstracciones , en las cuentas fiscales y le asigna a esa situación carente de realidad el carácter de histórico .  Es decir, para el gobierno, el desenvolvimiento de una idea como resultante de una victoria sobre un hipotético contradictorio, es la señal de lo real.

Al día siguiente, una movilización concreta, heterogénea sin referencias concretas entre la relación entre el motivo que impulsaba a salir a la calle y el que enunciaba el documento que fue leído en el palco frente al cual se congregó el grueso de la marcha le permitió  a la izquierda reformista del régimen burgués, hablar de que se había despertado una suerte de gigante dormido que era el estudiantado y que se abre por ello una fuerte tendencia proclive a un cambio de escenario social, por tal indicio.

Hay en ambos operativos políticos una significativa venta de humo y la apelación a lo imaginario sobre lo concreto. Sin duda es más grave si se lo mira desde el FITU y colaterales si con ello se trata de ocultar la desesperanza del aparato militante por ser rebasado por la masividad de la marcha que los dejó en el espacio real que su propia encuesta electoral del año pasado le informó, es decir, menos del 3 por ciento del 70 % por ciento del padrón electoral que fue a votar.

Pero la cuestión esta en la idea central compartida de que “vamos ganando”, aún cuando el contenido de lo que se llama victoria sea diverso.

La exaltación al extremo de la participación del estudiantado de nivel superior haciendo analogía con aquellos de la primera parte de la década del 70 del siglo pasado, es un elemento de formación de falsa conciencia, tal como la manipulación de las cifras que emplea el gobierno burgués.

Ese estudiantado no forma parte de la realidad, ni se moviliza cuando lo hace, como por ejemplo el 23 de abril,   por las razones que invoca el aparato de la izquierda reformista del orden capitalista. Son estudiantes que viven en el mundo y este no se asemeja al de aquella generación luchadora. Culturalmente ha sido atravesada por el postmodernismo, y sus fluctuaciones pequeño burguesas propias de los sectores medios los han llevado al culto en última instancia del utilitarismo individualista, a las fotos de sí mismos, a la adquisición del mundo de las apariencias donde desean estar contenidos y para ello tienen como alguna de sus vías posibles de arribo el tener que atravesar un espacio obsoleto de educación como lo es la Universidad, a la que le otorgan el lugar de entidad que sobrevive por la sola circunstancia de proveer a quien la requiera de un “carnet” habilitante para conducirse con esa certificación de “capacidad intelectual” en algún espacio de la sociedad estructurada en la producción general de mercancías.

No hay estudiantes por otro orden social, existen estudiantes que quieren que no los jodan en su objetivo de estar en un lugar diverso de la sociedad capitalista que les pueda dar la posibilidad de no estar incluidos en la miseria y pobreza cultural de este orden social en crisis donde nos desenvolvemos. Luego, la cifrada esperanza que vende con moño la izquierda reformista en ese dinamitado espacio social no es más que el camino que señala una persona con los ojos vendados.

El conflicto concreto que esta en la base material de este esperanzado “vamos ganando” es la amputación de la mitad de los gastos operativos de la universidad lograda por el gobierno burgués a pesar de la movilización y en lo directamente relacionado con la clase trabajadora los concretos recortes impuestos a los salarios docentes y no docentes, que denuncian una específica objetividad que implica la caída de un 50% respecto de la inflación”.

En esto se marca una diferencia notable entre la “multitud” reunida frente a un palco por algo difusamente y contradictoriamente planteado desde la plaza y las calles y el documento político del que se les daba lectura por parte de rectores y burócratas establecidos en la conducción de las organizaciones sindicales existentes en el área universitaria.

Quienes se subieron al palco reivindican “el espacio paritario nacional con participación plena del gobierno” y proponen ese espacio institucional para afrontar alguna forma de superación del derrumbe del salario docente  conjuntamente con el gobierno que es el principal responsable de su gestación.

Lo central es que con la población movilizada en las calles, con gritos y banderas en defensa de la Universidad Pública, lo real es que se ha aceptado la diferenciación jurídica del tratamiento que debe darse  a los gastos generales para el que los rectores dan acuerdo  y  el de los salarios del personal docente y no docente que trabaja en la universidad dirigida por esos rectores  partidarios de la línea de negociación con  el gobierno buscando un “siga siga”, como si aquí no afrontáramos las implicancias de una  ofensiva del capital culturalmente restauracionista de los espacios de explotación y opresión más severos en nuestra historia como clase trabajadora

En definitiva con la pirotecnia en las calles, los Rectores: cierran unilateralmente el conflicto aceptando para su continuidad institucional, un aumento de los gastos generales –que no representan más del 10% de los egresos totales de las universidades – y dejan al manejo burocrático de las dirigencias encaramadas en los sindicatos del sector,  consolidar la caída de los salarios docentes y no docentes, que representan el otro 90% del gasto universitario.  Todo esto se bendice y controla superestructuralmente por los burócratas mayores de la CGT y CTAs quienes costearon y estuvieron presentes en ese palco de la realidad que cachetea los artificios ideológicos que no llegan más que a una reformulación tardía y sepultada de los paradigmas reformistas del alfonsinismo.

Es esta la realidad, que la desinformación ideologizada oculta. La misma que se implica con la caída del salario real, la recesión y el desempleo que el “estamos ganando “del gobierno oculta por cadena nacional.  La misma realidad que para tranquilidad de los estudiantes del siglo XXI, mantendrá abierta, miserable y carente a la universidad pública, garantizándole que seguirá expendiendo carnets habilitantes para ejercer profesiones en la nada o en el concreto designio de los intereses capitalistas.

La irrealidad histórica de un modelo social que no puede sobrevivir a sus contradicciones sin generar mayor miseria cultural es el índice indicador de la falsedad teórica de quienes invitan de una u otra manera a sobrevivir en él. Aquello que es falso en la práctica no puede ser verdadero en la teoría.

La tesis política que toma necesaria pertinencia con la realidad no es otra que aquella según la cual, la  crisis de la humanidad puede reducirse a la crisis de la dirección revolucionaria del proletariado. Pese a ello  ha sido sometida a  múltiples cuestionamientos desde su formulación a la actualidad. Contra este diagnóstico preciso , suelen ubicarse  los  defensores de las conducciones “realmente existentes” y del programa mínimo economicista, es decir  los reformistas  oportunistas de todo pelaje, abiertos o encubiertos que hoy se tornan exitistas  .

Sin embargo, la realidad rompe esos diques de falsa conciencia y pone desde nuestro propio existir las resultantes concretas de tal situación y de esas carencias en el plano de la construcción subjetiva del sujeto revolucionario y su dirección. Se trata entonces de advertir ese fenómeno y de tomar en serio el trabajo conceptual y metodológico de la militancia cotidiana en la propaganda socialista revolucionaria por fuera de todo exitismo y representación como verdadero de lo falso. Esto significa imponerlo en su propia racionalidad que implica denunciar las ilusiones tramposas del puro ejercicio especulativo, apoyándonos en las luchas de los hombres y mujeres empíricos, desde su propia condición de clase trabajadora en sí.

La nueva educación será producto de la nueva sociedad

El Hombre Nuevo será producto de la sociedad sin clases y sin Estado, sin explotados ni explotadores. La escuela-universidad funcionarán como instrumentos que contribuyan a la formación de este hombre que se humanizará a través de la fusión de la práctica transformadora de la realidad (conocimiento) y su asimilación (teoría) en la producción social. El trabajo manual e intelectual forma parte de la producción social. El trabajo es imprescindible para el desarrollo del hombre, se convertirá en placer y dejará de ser una maldición bíblica. El hombre nuevo será el resultado del pleno desarrollo de la individualidad. La escuela-universidad nuevas serán los instrumentos que coadyudarán a la formación del hombre nuevo, cualitativamente diferente al hombre de hoy, producto de la decadencia e inmoralidad del capitalismo

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