El 14 de mayo de 1983 secuestraban en Rosario a los Osvaldo Cambiaso y Eduardo «Carlón» Pereyra Rossi. Tres días después sus cuerpos aparecieron baleados en Zárate.
Hacía tres meses que me había graduado de abogado. Pase toda la dictadura del lado de los sospechosos y perdedores. El día que inicie esa misma carrera , hacía un mes del golpe genocida que por entonces no era para las mayorías ni golpe , ni mucho menos genocida. Era un gobierno necesariamente de facto que había llegado para reordenar capitalistamente la sociedad, es decir, con sangre, explotación, vigilancia y hostigamientos personales.
Desde esa oscuridad parecía emerger la tantas veces famosa luz del final del túnel. Sí esa misma que por supuesto no llegó. Sin embargo, unos tipos que decían representar al “pueblo” le habían dado el salvoconducto a los genocidas, por vía de un aparato político conocido como multipartidaria. Ahí, en ese nido de ratas donde medraban Alfonsín radicalismo renovación y cambio, Italo Luder, Deolindo Bitel por el peor peronismo y el “que no se vende” el Dr. Alende por el partido intransigente, y otros tipos de otros partidos menores de aquel entonces como la democracia cristiana y otras yerbas similares , se pergenio esa salida electoral con discurso reivindicativo del Estado Constitucional de Derecho. Se habían quedado fuera pero con muchas ganas de entrar algunos que se decían de izquierda , parecidos a los de hoy, que se habían anoticiado de la posibilidad de una “revolución democrática” y soñaban con un febrero de 1917 en otras latitudes lejanas del mundo.
Lo cierto es que todo era fiebre participativa, ahora que los milicos cargaban con la derrota de Malvinas que los lleno de todo el oprobio que no le había granjeado en la población sus crímenes de lesa humanidad.
Lo cierto era que “las mismas gentes, que nos miraban desde la vereda como intentábamos marchar por aparición con vida y castigo a los culpables, porque con vida los llevaron y con vida los queremos”, esos benditos y mentados sectores medios vieron la ocasión de borrar su silencio y que mejor manera que con una gran gritería por los derechos y las instituciones democráticas. Allí nació el genial invento radical progresista del “nunca mas” y la táctica de juzgar a las juntas militares y rescatar con impunidad a todo el resto del aparato militar y paramilitar.
En eso estaban cuando el Comisario Patti, luego electo varias veces desde su ciudad de Escobar, quizó con sus muchachos dejar un mensaje bien claro. Ojo con ellos, que no los manoseen los políticos con su verba discursiva y sus abogados, porque puede suceder esto que sucedió.
Cerca muy cerca de donde vivía, en un bar de barrio, con parroquianos a los que Hegel en sobrevuelo momentáneo, muy sobrevuelo y mas que momentaneo habría llamado “sociedad civil”, se produjo el “secuestro “ a plena luz del día . Todos los vieron , pero todos menos el responsable del bar reaccionaron por reflejo de tanto tiempo naturalizado en secuestros y desapariciones y nuevamente emergió el rostro del terror y la violencia arrastrando las señales de ilusiones democráticas por venir, como el viento a un barrilete artesanalmente armado .
El bar paradójicamente se llamaba y se llama Magnum. El dueño no lo pudo soportar y lo vendió poniendo como única condición al comprador de que dejara en vida algo de aquella mañana de un 14 de mayo : El nombre del bar.
Supo el reclamo por la investigación y el enjuiciamiento del hecho, recorrer todo el derrotero que tienen en un régimen capitalista con hegemonía de la burguesía , casi podría decirse, el mismo que le dio el Juez LLeral a la causa Maldonado muchas décadas después , para demostrar cuan errado y de falsa expresión de lo que debió ser verdadero, tenía aquella multipartidaria y su “nunca más” de la mano de Sabato y x cantidad de “notables” que todavía deberían explicar que tenían de notables.
Notables eran sin duda Cambiasso y Pereyra Rossi, tan genuinamente fieles a una idea y una lucha emancipatoria del hombre . Tan notables que me dieron la posibilidad de aprender algo fundamental, aquello que luego leyendo a Masetti termine por conceptualizar. Existen dos clases de militancia, la de los que lucha y la de los que lloran.
Hoy que la fecha pasa virtualmente de largo. Que gobierna un tipo que sigue amenazando con el peligro comunista , mientras impone planes económicos de hambre y miseria descargados sobre las espaldas de los trabajadores , “resulta indispensable” , hacer comprender a las nuevas generaciones de obreros, que hoy tienen la edad de los Pereyra Rossi y a los que hemos quedado viejos como solían llamar a Cambiaso que no hay otra superación posible del horror y la barbarie que la lucha por el poder obrero y el socialismo.
CONVOCATORIA ( Eduardo Pereyra Rossi)
Convoco a los que todos los días se levantan y salen a yugarla por migajas que no alcanzan, a que se rebelen.
Convoco a los que todos los días vacilan en ir o no ir al templo que envejece los corazones.
Convoco a los que caminan sin rumbo en una tarde cualquiera, buscando una razón.
Convoco a los pacíficos que no están cumpliendo con su deber a pesar de sus buenas intenciones.
Convoco a los que no comen lo suficiente ni se abrigan lo necesario y tienen sed torrencial.
Convoco a los pequeños de ambiciones que dejan a los demás ambicionar más de la cuenta.
Los convoco a dar vuelta el pullóver, a pegarle al prepotente y a escupir en la cara a los que no han sido convocados.
Los convoco a romper lo que no sirve, a perpetrar los robos necesarios, y a recuperar lo perdido.
Los convoco a cagarse en el miedo y patear las puertas donde encerrados están los condenados.
Los convoco a abrir las cárceles a ventilar las tumbas y a levantar las calaveras de los hermanos heridos de muerte.
Los convoco a abrazarse en las plazas del país, a escribir los muros, y a fusilar a los fusiladores.
Los convoco a no atar nada, sino a despedazar las cadenas.
Los convoco a agitar banderas y colores y correr liberados por las calles y por los campos húmedos de rocío.
Los convoco a ser sinceros, a putear a los hijos de puta, a desobedecer al tirano, a amar sin límites y a odiar.
Y si, a ésa convocatoria por impolítica no concurre nadie, ¡Mala leche! Quedan entonces convocados al entierro de la vida del que tuvo ésta pésima idea.
Sí a ésta convocatoria vienen algunos, pero no todos los convocados, no importa, en la próxima seremos más.
Y, si a ésta convocatoria, vienen todos los convocados, la cordura habrá invadido en Revolución nuestro país para siempre
Por Nuevo Curso- Daniel Papalardo