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LAS CIFRAS DEL PROTOCOLO CONSERVADOR Y LAS HERRAMIENTAS CONCEPTUALES DE LA CLASE TRABAJADORA

Es una premisa admitida, que la lucha por la construcción autónoma del poder obrero y el socialismo, debe estar guiada por elaboraciones conceptuales que emergen de las relaciones sociales existentes y se  han probado y se prueban  a diario, verificándose en la lucha de clases . Esta premisa fue sintetizada por Lenin cuando afirmo que : «sin teoría revolucionaria no puede haber movimiento revolucionario».

Trotsky por su parte  ha dicho también algo importante a través de su militancia y su teorización histórica al escribir en particular la historia de la revolución rusa, sobre el significado altamente político que tiene la educación en la experiencia concreta de la lucha y la construcción de conceptos que tienen su génesis en ella y además ganan legitimidad por su verificación en los hechos .

Por todo esto es que debe tenerse como parámetro orientador que todo  serio trabajo revolucionario requiere tener presente en todo momento , que los revolucionarios son capaces de  desempeñar sólo el papel de vanguardia de las masas de trabajadores entendidos como clase  “en sí”  por su real posicionamiento objetivo en el entramado social y productivo.

 Por ese motivo , ese colectivo humano requiere y reclama de la militancia que en primer lugar se lo  entienda y comprenda en sus actuales expresiones culturales que por lo demás no resultan por generación espontanea sino por un proceso avanzado y largo de lucha de clases y operativos culturales lanzados desde el poder burgués por ese enemigo de clase . La comprensión además implica en sí misma, saber  traducir ese entendimiento común, en  la acción que le resulte pertinente.

Una vanguardia debe ser capaz de evitar por todos los medios y herramientas posibles su aislamiento de la clase trabajadora en sí, porque ese es su mayor riesgo y el comienzo del fin de su desarrollo militante que por tal factor de separación de la masa trabajadora la deja lejana de toda posibilidad de traducir una política concreta y eficiente , que permita avanzar en el propósito específico de la construcción del poder obrero y la asimilación por ese mayoritario colectivo humano, del programa socialista en una nueva sociedad.

Esto también se aplica en el plano del saber y de la utilización de las herramientas intelectuales que el desarrollo humano a llegado a gestar en el espacio de la ciencia, tarea que impone en todo momento abocarse  a la defensa del materialismo y del marxismo, porque quienes desempeñan un rol intelectual  en una sociedad de clases como la que emerge del orden social capitalista, con frecuencia han abandonado esa condición de intelectual orgánico a la clase trabajadora  y se  han refugiado  en  doctrinas filosóficas, o especulaciones sociológicas y económicas  reaccionarias  cualquiera fuese la que haya accedido a la notoriedad o la  moda en el único afán de permanecer en la consideración de los demás con un dejo de tolerancia.

Dándose de esta manera la apariencia del fenómeno del saber y el problema del conocimiento , como parte de la militancia existencial que nos impone la miseria capitalista, es necesaria la lucha contra los prejuicios filosóficos de matriz ideológica centrados en relatos abstractos y generales como de su propia negación postmodernista ,   conscientes o inconscientes, de quienes integramos  la llamada sociedad civil.

Los intelectuales en el orden social dominado y estructurado institucionalmente por el poder burgués ,  en nuestro país , son parte de relaciones sociales cimentadas en elementos específicos de un capitalismo tardío y dependiente y operan de manera reproductiva de los fundamentos culturales que hacen que se le preste consentimiento a vínculos humanos que en sí mismos implican opresión y explotación .

 La función del intelectual orgánicamente ligado a la clase dominante a la que le resulta funcional, permite de manera discursiva que las masas  no puedan razonar  la verdad material y apelen  a sustitutos ideológicos. No hay más que pensar un poco en la razones con las que se encubre los dispositivos  gubernamentales y también las normas económicas, sociales y de cualquier otra índole

El contenido específico de este aspecto de la militancia cotidiana es  la tarea consciente de exhibir la conexión entre los intereses de clase y los fenómenos de apariencia general constitutivos del sentido común que necesariamente opera  en una sociedad de clases para que esta reproduzca sus relaciones  por consenso, legitimando de esta forma la opresión y la explotación .

 En este sentido es que la histórica expresión de Lenin nos lleva a una segunda constatación conceptual: Terminar con el conocimiento adquirido históricamente por las masas trabajadoras, por cada trabajador en sí, es tarea necesaria de los explotadores y opresores y en eso les va la vida a los intelectuales . Reponer ese conocimiento nacido y probado en la lucha de clases a lo largo de la historia , es la obligación ineludible de toda acción militante organizada. Cuando la militancia apuesta en sentido inverso, a pretender la vigencia de la Constitución Nacional , el Estado de Derecho y la república burguesa en su institucionalidad primaria no solo se sale consciente o inconscientemente de esta perspectiva de reposición de los saberes nacidos en la lucha, sino que indica un camino que conduce a la nada, es decir, a la preservación del orden social que se estructura en razón de relaciones de explotación y opresión.

La consolidación por muchas vías del sentido común de las clases medias, su apego en ultima instancia a la legitimación de las acciones por su legalidad formal no hace otra cosa que reforzar el poder burgués .

Por esto es que los presuntos “expertos” que deambulan por los pasillos de radios, televisoras, espacios virtuales de redes sociales, videítos y todas las yerbas de este tenor, no hacen otra cosa que ubicarse en un lugar específico dado por el poder , de presentarse como el saber que enfrenta a la masa ignorante a la que le dice lo que pasa y pasará, siempre desde el mecenas que en su interés les paga sus pensamientos ocultando toda posibilidad superadora de lo dado, por vía de su naturalización.

Cualquier intervención militante en ese sentido habrá de exponer y acusar inquebrantablemente a todos aquellos que hacen su aporte a esta reproducción cultural de un régimen social que expone a la clase trabajadora a la opresión y la explotación «, independientemente de que se autodenominan publicistas de «izquierda democrática o ideológicamente socialistas».

Hay que llamar a las cosas por su nombre, Ahora que las posiciones de las dos clases sociales en lucha se han decantado con toda claridad, debemos decir que la tendencia encarnada por la militancia del FIT-U implica una política típicamente pequeño-burguesa ajena al objetivo estratégicamente del objetivo emancipatorio de la clase trabajadora. En igual medida el ala izquierda de los restos del kirchnerismo.

En el mismo espacio se posicionan todos los grupos políticos satelitales al FITU, que evidencian tal carácter frente a cada votación donde alegando las limitaciones de su desarrollo terminan favoreciendo la política electoral del reformismo parlamentarista. Son todos en definitiva grupos hegemonizados por la pequeño-burguesía militante en desmedro del desarrollo de una genuina política de clases autónoma e independiente de toda presencia orgánica de elementos colectivos o individuales de ese sector de la clase dominante.

Lo cierto es que  dentro de los movimientos que ocultando el programa socialista se dicen de izquierda , la característica actual es una actitud desdeñosa  hacia la teoría y una tendencia al eclecticismo: falta de respeto por la tradición de su propia organización; inquietud por la «independencia» personal a costa de la verdad objetiva; oportunismo en lugar de coherencia; presteza a saltar de una posición a otra; falta de comprensión del centralismo revolucionario y hostilidad hacia él, y, por último, inclinación a sustituir la disciplina del partido por relaciones personales y de grupos .

El problema y el fenómeno en sí tiene incluso la necesidad de un desarrollo teórico desde una visión materialista de sus elementos componentes.

En ese orden de ideas hay que reparar que por la presencia dominante en la cultura del peronismo desde incluso su propia emergencia como movimiento de masas , existe en la sociedad argentina con ribetes de sentido común un rechazo de la lucha de clases como factor real y elemento analítico necesario en la objetivación del fenómeno en sí.

Debe tenerse presente que este rechazo trae consigo además la negación sistemática de las contradicciones sociales como fuerza motora del desarrollo social y lleva, en el campo del pensamiento teórico, al rechazo de la dialéctica como lógica de las contradicciones.

Esto se nota con evidencia con la constante apelación a que el ejecutivo actué en los problemas sociales con inteligencia y racionalidad , que se infiere de la constante apelación a las acciones del titular del ejecutivo que se juzgan tributarias de una presunta falencia de su salud mental.

 En paralelo y a la hora de “hacer propuestas” todos estos núcleos organizados bajo el paraguas generalizado de “la izquierda” no deja de señalar que cree posible la reconstrucción social mediante medidas «racionales» generadas desde la misma estructura de capitalismo tardío que nutre todas nuestras relaciones productivas.

Transita toda esta estructura  por vía de un abandono sutil, enmascarado del método dialéctico , instalando  en la esfera teórica la lógica aristotélica,  que lleva al nivel del sentido común, al que se apela diciendo que  es suficiente para resolver todos los problemas razón por la cual se cuestiona al ejecutivo imputándole el alejamiento de esas pautas .

El pragmatismo, mezcla de empirismo y racionalismo, es la filosofía dominante escondida bajo el cambio de fachada interpretado por la postmodernidad.

 Los tiempos han cambiado y la filosofía pragmática, el desdén por la posibilidad real del conocimiento desde la materialidad de los fenómenos, como el mismo sistema capitalista que engendra estas ideologías que representan de manera falsa lo verdadero , ha entrado en crisis de reproducción. Las conexiones internas entre la filosofía y el desarrollo material de la sociedad y explican francamente por qué, hay que luchar contra filosofía neo-estructuralista, lacanianos constructores de universos cerrados solo aptos para saber existir en la nada como si el destino de lo humano no bregara por emerger desde esa nada individualista donde la necesidad de fotografiarse delante de los conflictos sociales y sus fenómenos parece ser el único imperativo.

Esa fotografía personal delante de un fenómeno, tal como un turista que visita la vida y se posiciona superior al paisaje que luce siempre en sus espaldas , es la tendencia mayúscula a escribir siempre y en última instancia, sobre sí mismos .

Los mecanismos del poder burgués que prioritariamente se dedicaron con obsecuencia intelectual a intentar borrar de la clase trabajadora sus aprendizajes emergentes de la valiosa historia de lucha de los trabajadores en nuestro país y en el orden internacional , terminan transitando la propia crisis del orden capitalista que debería ponerlos en jaque , con un triunfalismo conceptual que se desarrolló de manera intensa en nuestro país por vía de usar todas las usinas educativas y de construcción de sentido , para instalar el reinado de “la diferencia”, esquema al que se acoplo todo aquel político de correcto progresismo populista  y la izquierda del régimen, hoy tan proclive a transitar calles que había canjeado por urnas , presencia en los medios de comunicación , lenguaje virtual y alejamiento físico de los lugares de existencia de los trabajadores .

Dicho en otros términos progresistas mentores del populismo siglo XXI, reformistas de izquierda y los infaltables liberales republicanos se unieron en el plano del saber para montar un discurso abstracto para reafirmar y reivindicar “las diferencias” como elemento de acción política inscripta en la estrategia de asignación de derechos sin percibir que con ellos también amparaban a lo que siempre combatimos los socialistas : la desigualdad social centrada en el individuo.

El poder burgués logró así por vía de sus intelectuales transformar algo percibido por las mayorías obreras y trabajadoras  desde la historia de sus luchas como un elemento negativo de la existencia como lo es la desigualdad económica nacida de la relación capital-fuerza de trabajo en una factor más y no el único dentro de la categoría abstracta “diferencias” “diversidad” que más temprano que tarde terminaron por naturalizarla.

La resultante es el punto de partida de la construcción actual del discurso del poder burgués por vía de quien ejecuta la acción de gobierno , legitimado por la institucionalidad impuesta de una representación política ficticia nacida de una farsa electoral y se concentra en esta premisa básica que no puede dejar de advertirse por la militancia obrera y socialista: el individualismo de los sectores medios  que en seguidismo  de los aportes culturales de los sectores del poder concentrado en los grandes capitalistas, coloniza culturalmente a toda la sociedad, impone un sentido común basado en un tiempo posmoderno donde las personas compiten en un mercado de especificidades para sentirse reconocidas por el otro.

El resultado es concreto: La intelectualidad cualquiera fuera su formato discursivo en forma mayoritaria, actuando incluso desde los sitios de la educación superior se ha entregado de modo predominante a las reivindicaciones identitarias en nombre de la diversidad y la tolerancia con particular atención al lenguaje y las formas sin referenciarlo en el marco de las necesidades sociales y emancipatorias específicas de la clase trabajadora entendida en sí , como sujeto social concreto.

La diversidad implica desigualdad e individualismo, esto es , la coartada que utiliza la libertad avanza en el poder estatal para lograr hacer aceptable un injusto sistema de clases  que consagra en los hechos la desigualdad y deja solos a los trabajadores ante la estructura económica de donde surgen la opresión y la explotación .

El pensamiento teórico siempre está relacionado, de una u otra forma, con la práctica, pero esta relación no es directa ni inmediata. Por  eso hoy la lucha militante debe avanzar en la indicación de que  lo que nos preocupa es el fascismo, la guerra y el desempleo. «Los trabajadores tenemos  que  afrontar un duro ataque de la burguesía de conjunto , no podemos limitarnos a observaciones vagas y generalizaciones superficiales, porque lo que está en juego es nuestra propia sobrevivencia social como clase.

El desafío es despejar la hojarasca. Volver a librar  las disputas conceptuales  y desarrollar las practicas sociales que quedaron rezagadas en la construcción de ideas de la clase trabajadora producto de su derrota  con sentido histórica a manos de las practicas genocidas del poder burgués estatal y del desarrollo ampliado de las modernas e inacabables tecnologías de dominación y creación de sentido común nacidas desde el objetivo de construir y reproducir una sociedad de vigilancia y castigo.

 La lucha es por la defensa de las premisas ideológicas del programa socialista, contra los olvidos académicos y la acción proyectada y expandida de los “especialistas” que nutren de sus mercancías pestilentes todos los instrumentos posibles de comunicación y transmisión de información con formato de relato , negación de la posibilidad de lo verdadero.  

La legalidad del orden jurídico del Estado de Derecho que monta la república burguesa es el reducto donde se refugian todas estas herramientas de dominación opresiva . La Constitución Nacional no es otra cosa que un conjunto de normas para estabilizar la dictadura de la burguesía como clase , dotándola de una superioridad legal.

La legalidad , el orden jurídico burgués solo dota a su producto, las leyes, de legitimidad por el cumplimiento de las formas requeridas para el dictado de esas leyes, pero no una legitimidad por consentimiento material de la clase trabajadora. Podrá darse una ley base, pero nunca esa ley será legítima en sí.

Para explicar y obtener adhesión sobre la ausencia de legitimidad de una ley formalmente válida, se requiere necesariamente reinstalar las matrices ideológicas de la clase trabajadora en lucha que no son otras que aquellas que la historia pone en consideración por su realización objetiva, todas ligadas a la construcción de una nueva sociedad con poder obrero y programa socialista.

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