Nuevo Curso

LA CALLE TAMBIEN EXHIBE LA IMPOTENCIA REFORMISTA

Sensación de final de juego con ganadores y derrotados. Es tan esquemática, oportunista e interesada la lectura de los hechos que nos impone la cultura dominante, que cada vez que ocurre un hecho político enseguida se ponen en la grilla de largada los comentaristas que ven la existencia social como un partido de fútbol.

Tanto es así , que uno de los emblemas de lo que ya no es , ni tiene posibilidad de ser , el  periodismo que malverso el capital logrado en otros momentos de la historia , nucleado en derredor del diario pagina 12 y colaterales, acuden al VAR, para descubrir la pólvora y encontrar en notorio fuera de juego a todo el ministerio de seguridad y todas sus agencias represivas , probando que los sucesos del 12 de junio fueron obra de los servicios.

Ocurre que pretenden anular el gol, que le generó el poder burgués a la progre-reformista del régimen mostrándole que ya no necesitan hacer que alguien se ahogue en un río, directamente ahora le incendian un auto en la cara y además se filman.

El paradigma es el mismo que estaba subyacente cuando inventaron la teoría de los dos demonios, que piensa la sociedad con un colchón de gente buena que nunca hace nada y que sin embargo resulta víctima de la violencia desplegada por los malos que «nunca más deben estar» , aunque la realidad no se cansa de mostrar que el aparato represivo siempre esta ahí.

Siempre se busca decir que las víctimas de la agresión de la agencia represiva “no estaba haciendo nada”. Con eso se oculta que sí estaban haciendo, “se estaban manifestando contra un proyecto de ley , que sí estaban haciendo adentro del congreso”. Asimismo, hasta donde es válido decir que una manifestación puede ser pacífica, si se tiene el dato objetivo de que el poder ha desplegado toda su fuerza de represión de manifestaciones en los alrededores. Hasta donde se puede ser pacífico si uno camina en dirección hacia donde están los leones hambrientos.El problema es otro, y ese asunto no lo tratan los medios. El problema es la reacción del oprimido, frente a la violencia del poder burgués, sea en términos físicos o en un texto legal que lo ubica en condición de mayor opresión de clase en su existencia real y concreta.

Esta claro que cuando se dirimen instancias decisivas, partidos mata a mata como se dice en el futbol, el poder burgués no pierde ocasión de mostrar la mayoría de sus aristas represivas y apunta a lograr la intimidación propia de la que sufre un sujeto amenazado en el plano individual , para que la idea de protesta callejera se borre de las mentes o al menos se repiense como método.

Es claro que cuando se sale a la calle a “conmemorar” fechas, o “defender” instituciones educativas por errores propios en el hacer del gobierno que luego son corregidos con las inveteradas negociaciones con los interesados que dejan a los que fueron a las calles como Adán en el paraíso, al poder burgués no le interesa mostrar escenas teatrales de ferocidad. Pero cuando se juega “por algo”, los zagueros del ministerio de seguridad pegan sabiendo que ni siquiera serán amonestados.

Lo cierto es que hay que contar personas privadas de libertad con procesos penales para afrontar imputaciones que remiten a lo que se llaman tipos penales abiertos, es decir, no descripciones exactas de una conducta que se juzga delictiva sino conceptos que se dicen violados o atacados , cuya definición en concreto dependerá de las circunstancias de la lucha de clase y la solidez o no del poder burgués. Por eso ahí tenemos a las Fiscalías mostrando realmente lo que son y a los jueces que están en elecciones como autoridad electoral y luego aparecen en las represiones. Habrá que detenerse aquí y advertir cuanto tiene que ver en esto la actitud social de dar al derecho penal el carácter que no tiene, de factor jurídico de solución de conflictos sociales cuando en realidad ese espacio del derecho solo implica la puesta en acto de la cadena ideológica delito, castigo, pena, institución carcelaria.

En los días previos a la marcha convocada, la CGT, CTA y satelitales  dejaron en claro que no había paro general, no había huelga y gran parte de los sindicatos no concurrirían a la marcha. Ese dato , para los que no adscribimos al rol de comentaristas del partido, dejó en claro que la ausencia de ese estamento social ponía a gran parte de los trabajadores en desamparo frente a la protesta callejera, en la medida en que no había abandono de los lugares de trabajo posible, ni tampoco una organización que protegiera al trabajador en lucha. Los Moyanos no decretaron la huelga y fueron con su aparato a la marcha. Al advertir la provocación de no dejarlos pasar y retenerlos en una calle, se retiraron del lugar.  Una primaria conclusión sobre esto. Está claro a diferencia de lo que pregona la izquierda del régimen , que los trabajadores siguen priorizando sus organizaciones de masas y no rebasan las determinaciones que toman quienes las dirigen. Por qué las determinaciones no son otras, de corte más compenetrado con los intereses de los trabajadores tendrán que explicarlo en parte, quiene dejaron de priorizar a la clase trabajadora formalizada en el empleo y se retiraron a la economía social y la lógica parlamentarista que corre tras las apariencias de que un parlamentario más es más poder para los obreros, relato que vuelve a mostrar que el plástico se derrite si le da de lleno el sol y se ve a los parlamentarios salir del lugar buscando asistencia sanitaria y a los que quedaron en el recinto haciendo negociaciones.

En definitiva , como en todo momento de un proceso, lo que no es factible es sacar conclusiones estáticas. Hay que reparar en que la dialéctica de la lucha de clases tiene infinitos estadios, momentos y proyecciones. El problema es que si sobre esas circunstancias objetivas, no se toma el debido recaudo de entender que todo lo que se hace en lucha debe responder a un programa estratégico y que eso que se hace necesita organización y dirección , los problemas seguirán sucediendo y” en el mata a mata “ saldrán los periodistas de las cadenas deportivas a decir que los trabajadores fueron eliminados del torneo de la vida, y deberán jugar con sus similares esclavizados por las nuevas reglas del poder.

Es necesario comprender que la tarea elemental para dar un salto hacia otro estadío de clases es superar las barreras objetivas que el dominio de las direcciones sindicales les  imponen a sus afiliados, no desde una perspectiva economicista solo ligada al reclamo sindical sino desde la generación de una política autónoma de clase con el objetivo de construir poder obrero, desde la conducció o dirección de una organización política centralizada y ejecutiva propagadora del progama socialista en las masas trabajadoras.

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