Nuevo Curso

Luchismo vs revolución

El obrero 

Sigue trabajando ante el horno encendido; 
es un hombre viejo, escaso de estatura, 
y sumiso, por la forma en que acostumbra 
a entornar sus párpados enrojecidos. 
 
Los demás trabajadores ya descansan, 
él, en cambio, todavía sigue en vela; 
se consagra entero a moldear la bala 
que me arrancará algún día de esta Tierra. 
 
Ha acabado: su mirada cobra aliento; 
regresa; la luna brilla; y a estas horas, 
sola en la ancha cama, cálida y con sueño, 
todavía está esperándolo su esposa. 
 
Esa bala que ha fundido silbará 
por encima de la espuma gris del Dvina; 
esa bala que ha fundido se hundirá 
en mi pecho, porque vino  por mi vida. 
 
Yo, con la melancolía de la muerte, 
caeré, y veré fluir mi vida entera: 
a raudales correrá mi sangre ardiente 
por la hierba medio seca y polvorienta. 
 
Y por mis amargos y fugaces días, 
Dios entonces me dará la paga justa: 
quien lo ha obrado, en su camisa desteñida, 
es un hombre viejo, escaso de estatura. 

El autor de esta bella poesía, Nikolai Gumiliov,  cayo al alba , al borde de un bosque con el sombrero  sobre los ojos, el cigarrillo en los labios, tranquilo, como lo había escrito .  ¿Cómo mantener un pensamiento libre? La checa y los sucesos de Cronstadt habilitaban a pensar en el comienzo del fin de la revolución de  octubre, esa misma que otro gran escrito, Alexander Blok  pinto con un Cristo coronado de  rosas que invisible y silencioso  precede en la tormenta de nieve a los doce guardias rojos con gorra, los fusiles apuntando a las tinieblas de la ciudad 

Tarde oscura. 
Nieve blanca. 
¡Hace viento, mucho viento! 
Nadie se sostiene en pie. 
¡Viento, viento! 
¡Sobre todo el santo mundo! 
 
El viento riza 
La nieve blanca. 
Bajo la nieve – el hielo. 
Resbaladizo. ¡Qué penoso! 
Resbalan todos – 
¡Ah, pobrecitos! 
 
De un edificio a otro 
Una cuerda tendida. 
En la cuerda, un cartel: 
«¡Todo el poder a la Asamblea Constituyente!» 
Una pobre vieja se lamenta y llora, 
No comprende qué quiere esto decir – 
¿Por qué ese cartel? 
¿Ese tremendo lienzo? 
¡Cuántas calcetas salen de allí para los niños! 
Hay tantos que van con poca ropa y descalzos… 
 
La vieja, como una gallina, 
Salta apenas un montón de nieve. 
– ¡Oh! ¡Madre Santa, Patrona! 
– ¡Oh! ¡Los bolcheviques me echarán a la tumba! 
 
¡El viento muerde! 
¡No para el hielo! 
Y el burgués en la encrucijada 
Esconde la nariz en las solapas. 
 
¿Y este de pelo largo? – ¿Quién es? 
Murmura algo entre dientes: 
– ¡Traidores! 
– ¡La perdición de Rusia! 
Debe ser un escritor – 
Un charlatán… 
 
Y aquí hay otro, en sotana, 
Que pasa furtivo en la nevazón… 
¿No estás contento estos días, 
Camarada pope? 
 
¿Te acuerdas como antes ibas 
Con la panza adelante, 
Y que con la cruz esa panza 
al pueblo lanzaba rayos?.. 
 
Y aquí va una señorita en piel de astracán, 
Va apretujándose a otra dama: 
– Cuánto hemos llorado, llorado… 
La señorita resbala, 
Y –¡plaf!– ¡tiradita en el suelo! 
 
¡Ay, ay! 
¡Tira, levántala! 
 
El viento está dichoso. 
Malo y contento. 
Enrosca los faldones, 
Doblega a los que pasan. 
Arranca, desgarra y se lleva 
El grandísimo cartel: 
«¡Todo el poder a la Asamblea Constituyente!..» 
El viento trae unas palabras: 
 
…También nosotros tuvimos una asamblea… 
…Aquí en este edificio… 
…Debatimos – 
Resolvimos: 
Por una hora – diez rublos, una noche – venticinco… 
…Y no aceptar menos de nadie… 
…Vámonos a dormir… 
 
Tarde en la noche. 
La calle está desierta. 
Solo un vagabundo 
Que camina encorvado, 
Y el viento silba… 
 
¡Ey! ¡Tú, el pobre! 
Acércate – 
Abracémonos… 
 
¡Pan! 
¿Y luego qué? 
¡Largo! 
 
Cielo negro, muy negro. 
 
Rencor, un triste rencor 
Hierve en el pecho… 
Negro rencor, santo rencor… 
 
¡Camarada! ¡Mantén tus ojos 
Bien abiertos! 
 
 
 
2 
 
El viento retoza, revolotea la nieve. 
Doce hombres pasan marchando. 
 
Fusiles con correas negras… 
Fuegos, fuegos, fogatas, por todas partes… 
 
Un pucho entre los dientes, la gorra aplastada, 
¡Lo único que falta es la camisa a rayas! 
 
¡Libertad, libertad, 
Sin la cruz, ya, ya! 
 
¡Rat-a-ta-ta! 
 
¡Hace frío, camaradas, mucho frío! 
 
– Vañka y Katia en el cabaret… 
– ¡Ella con rublos de Kerensky entre las medias! 
 
– Vaniushka está hecho un ricachón… 
– ¡Era de los nuestros, ahora es soldado! 
 
– ¡Eh!, Vañka, burgués, hijo de perra, 
¡Prueba meterte con la mía! 
 
¡Libertad, libertad, 
Sin la cruz, ya, ya! 
Katka está ocupada con Vañka – 
¿En que está ocupada, en qué?.. 
 
¡Rat-a-ta-ta! 
 
Fuegos, fuegos, fogatas, por todas partes… 
Las correas de los fusiles en los hombros… 
 
¡Con firme paso revolucionario! 
¡El incansable enemigo no duerme! 
 
¡Camarada, agarra el fusil, sin miedo! 
¡A la Santa Rusia metámosle un balazo! 
 
¡A la mazacotuda, 
A la Rusia de las isbas, 
A la muy culona! 
 
¡Ya, ya, sin la cruz! 
 
 
 
3 
 
Nuestros muchachos han partido 
A servir en la Guardia Roja – 
A servir en la Guardia Roja – 
¡A ofrecer sus cabezas locas! 
 
¡Oh tú, dolor amargo, 
Dulce existencia! 
¡Con un abrigo andrajoso 
Y un fusil austríaco! 
 
Para desgracia de todos los burgueses 
Un incendio mundial provocaremos, 
Un incendio mundial lleno de sangre – 
¡Que el Señor nos bendiga! 
 
 
 
4 
 
La nieve en remolino, el cochero grita, 
Vañka y Katka se largan volando – 
Unos farolitos eléctricos 
En las varas del coche… 
¡Ay, ay! ¡Abran paso!.. 
 
Con su capote de soldado 
Y su facha de imbécil, 
Tuerce, tuerce sus mostachos negros, 
Enroscando, enroscando, 
Bromeando, bromeando… 
 
Miren a Vañka – ¡qué hombros! 
Miren a Vañka – ¡qué labia! 
Abraza a la tonta de Katka, 
La vuelve loca con su cháchara… 
 
Katia con la cara trastornada, 
Sus dientes brillan como perlas… 
¡Oh Katia, mi Katia! 
Esa boquita carnosa… 
 
 
 
5 
 
En tu cuello, Katia, 
La herida de cuchillo no se ha curado. 
Bajo tu pecho, Katia, 
¡El arañazo está fresco! 
 
¡Eh, eh, ponte a bailar! 
¡Qué piececitos tan lindos! 
 
En calzones con encajes se paseaba – 
¡Paséate ahora, paséate! 
Con los oficiales follaba – 
¡Folla ahora, folla! 
 
¡Ah, sí, ponte a follar! 
¡Cómo bate el corazón! 
 
Recuerda, Katia, ese oficial – 
No se escapó él del cuchillo… 
¿Acaso ya no te acuerdas, arpía? 
¿No tienes la memoria fresca? 
 
¡Ah, ah, refréscala, 
Llévala a la cama contigo! 
 
Botines grises siempre lucías, 
Chocolate Mignon engullías, 
Con los cadetes ibas de juerga – 
¿Con la soldadesca te vas ahora? 
 
¡Ah, ah, vuelve a pecar! 
¡Tu alma se aliviará! 
 
 
 
6 
 
…De nuevo el coche a todo galope, 
Vuela, grita, ruge el cochero… 
 
¡Para, para! ¡Andriukha, ayúdame! 
¡Petrukha, corre por detrás!.. 
 
¡Rat-a-ta-ta ra-ta-ta ta-ta-ta! 
¡Polvo de nieve en remolino al cielo!.. 
 
…El cochero y Vañka están huyendo… 
¡Dale otra vez! ¡Amartilla tu fusil!.. 
 
¡Rat-a-ta-ta! ¡Ahora vas a saber, 
………………………… 
Lo que es meterse con la chica de otro!.. 
 
¡Se escapó el infame! ¡Espera no más! 
¡Mañana ajusto cuentas contigo! 
 
¿Y Katka, dónde está? – ¡Está muerta, muerta! 
¡La cabeza atravesada por un balazo! 
 
¿Contenta ahora, Katka? – No dices ni pío… 
¡Quédate allí, carroña, sobre la nieve!.. 
 
¡Con firme paso revolucionario! 
¡El incansable enemigo no duerme! 
 
 
 
7 
 
Y nuevamente los doce marchan, 
Sus fusiles colgando de los hombros. 
Solo del infeliz asesino, 
La cara no se puede ver… 
 
Cada vez más rápido y más rápido, 
Apura y apura él la marcha. 
Se ha enrollado un pañuelo en el cuello – 
Y nada…, no se puede recobrar… 
 
– ¿Qué pasa, camarada, no estás contento? 
– Viejo, ¿por qué tan pasmado? 
– Eh, Petrukha, esa cabeza gacha, 
¿Será acaso pena por la Katka? 
 
– ¡Ah! queridos camaradas, 
Yo amaba a esta chica… 
Noches negras, de borrachera, 
Con esta mina las pasé… 
 
– Todo por el descaro pícaro 
De sus ojos fogosos, 
Por esa marca encarnada 
En su hombro derecho, 
La destruí yo, el muy necio, 
La destruí en mi arrebato… ¡ay! 
 
– Anda, canalla, para de lloriquear, 
¿O acaso eres, Pietka, una mujercita? 
– ¿Justo ahora se te ocurre 
Poner tu alma al revés? ¡Anda! 
– ¡Vamos! ¡Ponte derecho! 
– ¡Ánimo! ¡Déjate de tontear! 
 
– ¡No es este un buen momento 
Para que te hagamos de niñeras! 
¡Que esto se nos pondrá pesado, 
Muy pronto, querido camarada! 
 
Y Petrukha ya retarda 
Sus pasos apresurados… 
 
Ya levanta la cabeza, 
Ya de nuevo está contento… 
 
¡Eh, eh! 
¡No es pecado divertirse un poco! 
 
¡Cierren todas las puertas, 
Que hoy habrá pillaje! 
 
Abran todas las bodegas – 
¡Que hoy la chusma va de juerga! 
 
 
 
8 
 
¡Oh tú, pena-amarga pena! 
Aburrido aburrimiento, 
¡Mortal! 
 
Y ya en un tiempecito 
Pasaré, pasaré… 
 
Y una cabecita 
Rasparé, rasparé… 
 
Y unas bolitas 
Reventaré, reventaré… 
 
Y con un cuchillito 
¡Tajaré, tajaré!.. 
 
¡Vuela ya, burgués, como un gorrioncito! 
Beberé tu sangrecita 
Por mi corazoncito, 
Mi bella de negras cejitas… 
 
Dale paz, Señor, al alma de tu sierva… 
 
¡Qué aburrido! 
 
 
 
9 
 
No se oye el rumor de la ciudad, 
Sobre la torre Nevsky reina el silencio, 
Y no se divisa ni un solo paco – 
¡Divertámonos, chicos, aunque sea sin vino! 
 
Parado está el burgués en la encrucijada 
Con la nariz escondida en las solapas. 
Y contra él, con la cola entre las patas, 
Frota su pelo burdo un perro sarnoso. 
 
Está allí el burgués, como un perro hambriento, 
Está allí mudo, como un signo de interrogación. 
Y el viejo mundo, como un quiltro, 
Detrás de él está, con la cola entre las piernas. 
 
 
 
10 
 
La nevazón desencadenada, 
¡Oh nevazón, qué nevazón! 
Y nada se puede ver, 
¡Ni siquiera a cuatro pasos! 
 
La nieve en torbellino, 
La nieve elevada en columnas… 
 
–¡Oh, qué tempestad, Salvador nuestro! 
–¡Pietka! ¡Ey! ¡Déjate de leseras! 
¿De qué te ha salvado 
La pared de iconos dorada? 
Un inconsciente eres, está claro, 
Razona pues, piénsalo bien – 
¿Acaso no tienes las manos con sangre 
Por el amor de una Katka? 
– ¡Con paso revolucionario, marcha! 
¡El incansable enemigo está cerca! 
 
¡Adelante! ¡Adelante! ¡Adelante! 
¡Pueblo trabajador! 
 
 
 
11 
 
…Y sin el santo nombre que los proteja, 
Los doce continúan andando. 
Preparados para todo, 
Sin nada lamentar… 
 
Sus pequeños fusiles de acero 
Apuntados al enemigo invisible… 
Por los callejones desiertos 
Donde sola la nevazón revolotea… 
Y los suaves montones de nieve 
Te agarran la bota y no la quieren soltar… 
 
Delante, una bandera roja 
Golpeándoles los ojos. 
 
Resuena 
Su paso mesurado. 
 
Ya despertará 
El feroz enemigo… 
 
Y la nieve salpica sus ojos 
Días y noches 
Sin parar… 
 
¡Adelante! ¡Adelante! 
¡Pueblo trabajador! 
 
 
 
12 
 
…Y se alejan con paso soberano… 
– ¿Quién está allí? ¡Acércate! 
…Era solo el viento jugando 
Con la bandera roja enfrente… 
 
Y hay enfrente un montón de nieve, 
– ¿Quién vive? ¡Fuera de allí!.. 
Solo el pobre perro hambriento 
Que cojea por allí… 
 
– ¡Lárgate ya tiñoso! 
¡O te cosquilleo con mi bayoneta! 
¡Viejo mundo, desaparece! 
¡Como a un perro sarnoso te golpearé! 
 
…Los colmillos muestra – un lobo hambriento, 
La cola entre las patas – y no se despega… 
El perro tirita – un pobre quiltro… 
– ¡Ey, responde! ¿Quién va allí? 
 
– ¿Quién agita allá la bandera roja? 
– ¡Miren, ahora sí que está oscuro! 
– ¿Quién camina allá como un prófugo, 
Detrás de las casas agazapado? 
 
– ¡Da lo mismo, ya te agarraré! 
¡Mejor será que te muestres vivo! 
– ¡Ey, camarada, que esto se pondrá mal! 
¡Sal de allí! ¡O vamos a disparar! 
 
¡Rat-a-ta-ta! – Y solo el eco 
Que rebota entre las casas… 
Solo la risotada de la tormenta 
Que se esparce en la nieve… 
 
¡Rat-a-ta-ta! 
Rat-a-ta-ta… 
 
…Y así van con paso soberano, 
Detrás les sigue el perro hambriento, 
Delante – con bandera ensangrentada, 
Invisible en la nevasca, 
Invencible bajo las balas, 
Con paso ligero sobre la tormenta, 
En la nieve desparramada como perlas, 
Con una corona blanca de rosas – 
Delante – va Jesucristo. 

Hoy la tarea revolucionaria exige novedad , ideas superadoras, acciones de combate, pero se nutre en el documento histórico que da una revolución social real, no cantada ni contada. Cuando luego de las elecciones en Francia permiten advertir  que una multitud amenazada por la radicalidad capitalista , busca entonar las estrofas de la Internacional, evoca la Comuna ,  la ucha de clases en el mundo globalizado ,esta empezando a devolver esta poesía a su sitio pese al derrotero de aquella revolución a manos del Termidor Stalinista  recordando que las revoluciones  no se hacen al gusto de los hombres de buena volkuntad, sino por ellas mismas  y su propia dialectica de lo concreto . Se hace necesario ir aprendiendo que en esos tiempos , a la inversa de los pregoneros del individualismo utilitarista que habitan en nuestro existir , que el deber revolkucionario del sujeto  es utilizar las armas que la historia nos deja  para no ser vencidos estupidamente, advirtiendo en la ideologización liberal de la existencia, las bajas miserias , y el desencadenamiento inhumano  de la violencia autoritaria del poder burgués y su Estado. 

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