Nuevo Curso

El silencio cómplice y el desvío reformista enquistado en otro 19 de julio

Los hechos que recoge la historia, tanto en los espacios universitarios como en la divulgación que ellos puedan tener por los distintos medios por los que se expresan las ideas en nuestro tiempo, tienen una atroz complicidad en torno a la selección inversa de los mismos. Es por esto que así como se atiborra de datos a la población otras circunstancias, altamente relevantes para dar cuenta de lo que nos sucede en tiempo presente son silenciada de manera cómplice por todo el arco político de la república burguesa.

Tal vez el mayor de ellos sea aquello que sucedió el 19 de julio de 1976 en Villa Martelli,  48 años atrás donde no se discute  lo fundamental: que el grupo atacante estaba integrado por cuatro hombres, que Mario Roberto Santucho murió en el tiroteo, que a Benito Urteaga lo sacaron del edificio moribundo o ya muerto, y que se llevaron ilesos a Ana María Lanzillotto, a Liliana Delfino y un niño de dos años.

Tal vez el mayor de ellos sea aquello que sucedió el 19 de julio de 1976 en Villa Martelli,  48 años atrás donde no se discute  lo fundamental: que el grupo atacante estaba integrado por cuatro hombres, que Mario Roberto Santucho murió en el tiroteo, que a Benito Urteaga lo sacaron del edificio moribundo o ya muerto, y que se llevaron ilesos a Ana María Lanzillotto, a Liliana Delfino y un niño de dos años.

Las intervenciones de diverso tipo que han tenido al PRT-ERP como objeto se han

restringido al período que culmina con el golpe de Estado del 24 de marzo de 1976 o con la muerte del máximo líder partidario, Mario Roberto Santucho (19 de julio de 1976). Lahistoria posterior de la organización que es, en gran medida, la historia de una ruptura quesobreviene a comienzos de 1979, no ha sido estudiada. Sin embargo, tanto lasreorientaciones no siempre inteligibles de prácticas políticas y filiaciones ideológicas comoel recorrido posterior de los grupos que resultaron de dicha ruptura constituyeron la base de experiencias históricas relevantes tanto en el plano internacional como en el nacional.

 Dos grupos de fronteras definidas se distinguieron tras el cisma partidario de 1979: uno liderado por Enrique Gorriarán Merlo y uno nucleado en torno a Luis Mattini, que mantuvo elnombre de PRT. Estos grupos trazan con sus respectivas reorientaciones la amplitud de unadistancia que se inscribe entre la actividad armada en tierras latinoamericanas, por un lado(grupo de Gorriarán Merlo), y el eurocomunismo, por el otro (PRT liderado por Luis Mattini).

Ya  en los mediados de 1976 la conducción del  PRT sobreviviente que programó su exilio frente a sucesivas caídas que daban cuenta de la vulnerabilidad de la organización  comenzó a institucionalizar una posición que ya había sido planteada por Mario Santucho apartir de marzo de 1976 de alineamiento generalizado al comunismo internacional alejada de su desarrollo ideológico general con abandono de las tesis de la revolución permanente que habían sido reivindicada aún cuando  en el documento POR QUÉ NOS SEPARAMOS DE LA IV INTERNACIONALde Agosto de 1973, habia informado a la militancia que

En su reunión de julio, el Comité Ejecutivo del Partido Revolucionario de los Trabajadores votó, ad referéndum de nuestro VI Congreso la resolución de separarse de la IV Internacional.

La cuestión central es que el mentado sexto congreso nunca tubo materialización y los intentos en el exilio europeo , no tuvieron la entidad tal como para sostener la entidad de un congreso, en la medida en que gran parte de la militancia continuaba en Argentina mayoritariamente en las cárceles de la dictadura o en el más absoluto aislamiento al que les había llevado la necesaria clandestinidad y el avance en el tiempo del régimen genocida.

Lo cierto es que la tendencia abierta con la ruptura con la cuarta internacional y muchas de las afirmaciones votadas en el quinto congreso, más la desaparición física de la conducción, plantean en el tiempo la necesidad de estimar que es el 19 de julio el punto de clausura de esa experiencia obrera revolucionaria.

Nuevo Curso destaca las intervenciones de grupos internos dentro de la organización que oportunamente compusieron fracciones paralelas a la mayoritaria ligada a Santucho , el perfil claramente clasista de las mismas y toma el registro histórico de la fecha 19 de julio de 1976 para marcar el comienzo de un derrotero reformista , sensiblemente influenciado por la derrota militar y cultural que impuso el genocidio y su continuidad bajo un régimen de vigencia de la constitución burguesa a partir de 1983 absolutamente funcional a los intereses de esa clase frente al agotamiento cultural de la dictadura y su transitoria hegemonía .

Nuestro planteo es recuperar la experiencia de militancia de combate propiciada, puesta en acto y materializada por esta organización independiente, clasista y revolucionaria hasta la fecha que recordamos y en igual medida descartar todas las variantes ulteriores de la misma que tomando o no su nombre no han hecho otra cosa que confirmar el derrotero que se venía desarrollando tendencialmente dentro de sus filas. La caída del régimen Stalinista en la URSS y sus satélites, el agotamiento y liquidación del Eurocomunismo, son los dos íconos restantes que dan cuenta de la liquidación de ese camino recorrido en el exilio.

La realidad actual, que da cuenta de una ofensiva de la burguesía sobre la clase trabajadora a partir de poner en crisis el mercado de acceso al empleo con desplazamientos de altos contingentes de la población a la desocupación lisa y llana o en su defecto a la economía informal y a relaciones fraudulentas de encubrimiento de la venta de fuerza de trabajo por otras formas jurídicas diversas, en las que  tiene prevalencia absoluta la burguesía , impone retrotraer la visión, como parte de la educación militante,  al aporte histórico de la experiencia de esta organización y recuperar lineas directrices que escapen a la perspectiva de intentar mejorar ese conflicto en favor de la clase trabajadora pero manteniéndola dentro del orden capitalista por vía de una diversa intervención del Estado desconociendo el carácter de este en tanto institucionalidad jurídicamente formalizada del poder burgués . En este sentido, la lucha por la construcción de organización partidaria de clase, con programa socialista prevalece y marca el camino de la lucha cotidiana por el poder obrero.

Nuestro propósito no es develar los detalles de lo sucedido aquel 19 de julio de 1076 , ni mucho menos buscar sus causas, en el contexto de una crónica de matices policiales, como lo hacen aquellos que también participan del hecho fundamental que es la desaparición de esas personas como símbolo físico del fin de la primer organización política clasista que con perfil revolucionario planteo de modo estratégico una vía de accion concreta para la toma del poder político , la construcción de un gobierno de trabajadores y la destrucción del poder burgués Estatal , luchando durante la mayor parte de su existencia contra un régimen autoritario de dictadura de clase impuesto por la clase social dominante.

Es en ese extremo donde hay que buscar la explicación para semejante silencio y a la vez , el punto nodal para restar entidad a todo lo que a posteriori continuo usando la denominación PRT, sea en el exilio o tras la transición democrática .

La experiencia de una política autónoma de la clase trabajadora , hoy en nuestra actualidad militante , emerge como única alternativa de resistencia a la ofensiva lanzada por el poder burgués frente a la constatación consciente por esta clase explotadora de  las significativas trabas que reconoce la reproducción del capital .

Es tiempo de recuperar esa experiencia con sentido histórico que evite análisis anacrónicos que permiten explicar aquello desde el hoy con categorías de pensamiento nacientes en nuestro siglo, que también hoy se manifiesta inocuas para detener la ofensiva burguesa, y mucho menos de trazar un camino revolucionario tras la construcción del poder obrero y el programa socialista.

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