Queriéndola de verdad
como la quiero
puse mi vida a sus pies
y me rendí…
Pero no quiso mi vida
sólo me pidió dinero,
dinero,
para irse más lejos de mí…
Queriéndola de verdad
como la quiero
bregaré de sol a sol
con frenesí…
Y vaciaré mis bolsillos
para mandarle dinero,
dinero,
para irse más lejos de mí…
Uno por uno,
cada billete
que ganaré,
devotamente
por las dos caras
lo besaré
y así cuando le lleguen
noticias mías
se juntarán mis besos de amor
con sus besos de alegría….
Ay, dinero, dinero, dinero
dinero vil metal…
Mensajes de amor de curso legal…
Queriéndola de verdad
como la quiero
cuanto más dinero mande, más
se alejará de aquí…
¿Que tal si voy a buscarla
disfrazado de dinero,
dinero,
y los dos juntos huimos de mí?…
Dinero, dinero, dinero
dinero, vil metal…
Mensajes de amor de curso legal. ( Joan Manuel Serrat)
Mientras nuestra sociedad da muestras acabadas de una crisis significativa del orden social capitalista en estas tierras, dando especificidad con ello a una crisis general de ese modo de producción devenida de su globalización y las disputas inter-imperiales por la dominación de mercados en guerra comercial abierta y escenarios bélicos importantes en diversas partes del mundo, en Argentina el aparato de dominación cultural que controla y produce la burguesía como clase , instala diversos fenómenos políticos que buscando ser distractivo de las objetividades de la miseria y la pobreza , tocan sin embargo las columnas vertebrales desde lo simbólico del propio orden opresivo.
En ese contexto es que se le da relevancia propagandística a la visita a personas penalizadas con cadena perpetua encontradas en calidad de autor de genocidio mediante practicas coordinadas operadas en la segunda mitad de la década del setenta y principio del ochenta . Esa táctica opera desde tiempo considerable haciendo que la palabra negacionismo gane vitalidad en los discursos opositores , pero a la sirva para colocar nuevamente en escena a los imputados en una suerte de regreso de los muertos vivos favorecida por la burguesía dominante.
Otro tanto ocurre con la denuncia de la exesposa del último presidente saliente contra el mismo sobre actos con significación de violencia de género amplificada por propios y extraños para situarla por fuera del escenario de su propia privacidad, pero revelando a la vez, que las técnicas educativas propias de la ley Micaela en el espacio de los poderes del Estado , suelen ser tan eficientes como una cataplasma contra una neumonía. Las escenas y las fotografías que dan registro de funcionario asistiendo a charlas formativas en la problemática de género y violencia, lucen hoy como testimonio inverso de la utilidad de ese tipo de herramientas en la realidad social de una sociedad de clases. Sin embargo, Fabiola tantas veces castigada por la fiesta de cumpleaños en pandemia con prohibición de reuniones, pasa sus mejores momentos de consideración pública. Todo sea para que la constatación de que el sueldo no alcanza, que las escuelas no funcionan, la salud se deteriora y el empleo se pierde, sea visto en segundo orden porque lo relevante es repudiar a algunos diputados, si es que se consigue quorum o sacarse la bronca con el ex – presidente constituido en chivo expiatorio de este siglo.
Más allá de la maniobra, de su operación quedaron en claro y a pesar de todo, expresiones que dejan ver un cambio de época con base material y modificación de paradigmas simbólicos que dejan a la política como una herramienta obsoleta para el abordaje humanamente superador del conflicto social.
De toda esta parafernalia ideológica, complemento de la ofensiva burguesa sobre los trabajadores que se desata en nuestra sociedad, se destacan las palabras de una diputada que se aventuró a decir que : “Estuve y hablé con Astiz en la cárcel de Ezeiza. Pero como no viví en esa época,-se refiere a la segunda mitad de la década del 70-, como nací en 1993 y no tengo ni idea de quiénes eran los personajes de esa época, la verdad es que vi internos de 80 años”.
La arremetida impugnatoria de esos dichos no se hizo esperar, centrada en la ignorancia a la que apeló la diputada, destacando que precisamente la ignorancia alegada o pretextada no es escusa que le reste antijuridicidad a ese proceder y mucho menos la exima de reproches desde los lugares de los políticamente correctos lugares del derecho. En antítesis meramente negadora, otro personaje pública llegó a conformar la impugnación alegando que ella había nacido en 1988 pero no por eso dejaba de conocer a Sarmiento. También se conocieron impugnaciones mas fundadas, pero lo importante no es si hubo o no ignorancia pretextada, sino que pretexto o no , quien produjo la alocución la tuvo como criterio válido y razonable para fundar su actitud.
En este punto es donde nos queremos detener. El uso genérico del “yo no sabía” , que en definitiva es de lo que se trata, no deja ver que quien lo dice es una representante del pueblo. En ese lugar, es decir, como vocero mandatario de otros que por su existencia no deliberan ni gobiernan , deja ver que un alto porcentaje de la población nacida desde 1983 en adelante no hace suyo el problema inmediato anterior a la instauración de la forma democrática de gobierno.
En otras palabras, la representante parlamentaria dice ignorar, y eso le parece válido como para visitar a una persona en una cárcel y constatar como cuestionable que una persona de 80 años o más se encuentre privada de detención , sin que piense lo mismo cuando propone ampliar la base de la punibilidad a niños de 12 años en adelante.
De esta forma, si la parlamentaria es tal, porque es representante del pueblo, cabe inferior que su opinión involucra a sus mandatarios políticos a quienes les debe obediencia, en este caso los jóvenes que no vivian cuando Astiz y sus similares se dedicaban a secuestrar, torturar y desaparecer personas como parte de la política genocida del Estado.
Si esto es así, y al menos en los dogmas que se venden así parece , desde que un sujeto de traje juntando sus manos en un escenario callejero , recitaba el preámbulo de la constitución , lo cierto sería que el vacío que tiene como signo la visita carcelaria, no significa otra cosa que precisamente eso : el vacío.
Ese resultado no es producto de la condición juvenil ni de clase de los que hoy tienen más de treinta años , sino y en gran medida de la abolición de los dogmas y signos de la política formal, que ha sido decretado por el ejecutivo del Estado , desde los mismos orígenes de su gestión .
Lo cierto es que existimos en una nueva conformación cultural que nace en algunos aspectos del propio discurso de los dos demonios contenidos en el libro NUNCA MAS, del que cabe inferir que en realidad , cuanto desean los votantes es que no se les hable nunca más de estas cuestiones y que no estaría mal poner a personas de avanzada edad en sus domicilio para que allí reciban con los honores que se merece a la muerte para la que entregaron su vil existencia como parte de un sistema de exterminio montado desde el Estado.
Nuestra cultura no se nutre de relatos totales que explican una generalidad y los proyectan hacia las especificidades. Nuestra cultura es la cultura de la nada, del aquí y ahora, donde otros relatos que den cuenta de que todo no empezó ahora no tienen espacio para su desarrollo, porque cuanto deviene necesario es la condición de consumidores y poseedores de dinero o mercancías pasibles de ser transformadas por la compraventa en no otra cosa que dinero.
Soren Kierkegaad en un texto breve que terminó por titular “ La época presente” , sin voluntad de ser imparcial y menos aún neutral, toma distancia de las objetividades que podía advertir en el seno de la sociedad según su tiempo histórico de realización y desde ahí, desarrollo un diagnóstico donde subraya el culto al dinero como un dato fundamental de la vida.
….. “en la época presente un hombre joven rara vez podría llegar a envidiar a otros sus capacidades, o su arte, o su fama;, pero su dinero sí lo envidiaría» (p. 49).
Cuando se analiza lo que nos acontece y en ese propósito encontramos viable la premisa según la cual el fenómeno social en concreto deja ver una crisis del factor humano subjetivo que se expresa por la ausencia de todo estímulo al desarrollo de las cualidades espirituales de la persona en detrimento de la presencia relevante del fetiche de la mercancía y con ello del dinero, estamos apuntando a esta constatación que aleja de toda centralidad al cálculo economicista destinado a sacar conclusiones políticas, a partir de solo computar si las fuerzas productivas se desarrollan o no .
Es este desapego de lo subjetivo el que ha dejado al discurso moralmente relevante en donde se posicionaron las organizaciones reformistas y oportunistas que bregaron por sobrevivir dentro del orden social capitalista , presentándose como “la izquierda que lucha” en su actual posición de marginalidad e irrelevancia, que sirve como nutriente al cretinismo parlamentario.
Esto es así ,porque el propio régimen emergente de la transición que se presentó políticamente por la caída de la dictadura civico-militar genocida , en aras de contener y con ello consolidar la derrota cultural surgida de la eliminación física de gran parte de la vanguardia obrera, a través de la teoría de los dos demonios, rápidamente aceptada por los sectores medios para eludir todo lo que pudiera tener virtualiad de exhibir y silenciosa con todo lo ocurrido en aquel régimen dictatorial
Hay detrás de todo este entramado reformista la constatación genuina de la incapacidad de luchar por alguna determinación finalista y mucho menos si ella se liga al socialismo.
La cultura, se mueve en un terreno frívolo y banal y evita, en cualquier situación, la indagación existencial
. Cada uno es curioso respecto del otro; todos esperan, indecisos y diestros en la evasión, que alguien haga algo, para sí poder apostar al respecto» (p. 84).Se tiende a proyectar la reflexión en el otro y el otro se convierte en un pretexto para huir de uno mismo, hasta tal extremo que la cultura dominante se convierte en una evasión, en un mecanismo para centrifugar el yo.
En nuestro contexto, lo humano y en particular el trabajador sufre un grave acoso por parte del mercado que disuelve toda posibilidad de profundización del proceso de autoconciencia proletaria que es menester conformar en cada trabajador en sí para que de conjunto y por su vanguardia organizada conforme una comprensión acabada de su tarea prioritaria de emancipación de la opresión y la explotación capitalista.
Una de las mayores incidencias que presenta este proceso de perdida de la condición de sujeto en cada trabajador es su creciente incapacidad para la construcción del díalogo y la incapacidad para practicar el silencio impulsado por la coerción capitalista que le impone una vida con menos palabras y más obediencia a premisas que se le depositan desde lo exterior y a las que se ve obligado adherir para no ser excluido del proceso productivo y con ello no poder hacer que su fuerza de trabajo sea contratado por cualquier burgués.
Nuestros tiempos marcados por esta crisis subjetiva implican no otra cosa que abolir nuestra interioridad bastamante conformada por el aporte que a ella hace el silencio
El menoscabo direccionado del silencio desde lo tecnológico y la formación forzada de opinión debilita reflexión y cercena toda posibilidad de una acción consciente desde los propios intereses objetivos, siendo precisamente esto lo que le resta fuerza a toda lucha en sí misma considerada fuera de sus elementos circunstanciales de tiempo, lugar y modo
De este modo, la ideología dominante implementa desde la forma jurídica, la propia violencia física o simbólica toda posibilidad de silencio reflexivo necesario para la acción política y también para dejar oculto el vacío de la existencia en el orden social capitalista .
Armando Santos Discépolo supo escribir el tango “Que vachache”. Tal vez sea esa poesía la mejor ilustración de la decadencia de este orden social capitalista. Solo una vanguardia de trabajadores, organizados como partido político y con un programa que de cuerpo a su imperativo de emancipación humana , puede penetrar con esa premisa y el programa socialista en la clase trabajadora de conjunto para vencer la barbarie y miseria capitalista.
Pianta de aquí, no vuelvas en tu vida
Ya me tenés bien requeteamurada
No puedo más pasarla sin comida
Ni oírte así decir tanta pavada
¿No te das cuenta, que sos un engrupido?
¿Te crees que al mundo lo vas a arreglar vos?
Si aquí ni Dios rescata lo perdido
¿Qué querés vos? Hace el favor
Lo que hace falta es empacar mucha moneda
Vender el alma, rifar el corazón
Tirar la poca decencia que te queda
Plata, mucha plata. Yo quiero vivir
Así es posible que morfes todos los días
Tengas amigos, casa, nombre… y lo que quieras vos
El verdadero amor se ahogó en la sopa
La panza es reina y el dinero es Dios
Pero no ves, gilito embanderado
Que la razón la tiene el de más guita
Que la honradez la venden al contado
Y a la Moral la dan por moneditas
Que no hay ninguna verdad que se resista
Frente a dos pesos moneda nacional
Vos resultás, haciendo el Moralista
Un disfraza’o… sin carnaval
¡Tirate al río! No embromes con tu consciencia
Sos un secante que no hace ni reír
Dame puchero, guárdate la decencia
Plata, mucha plata. Yo quiero vivir
¿Qué culpa tengo si has pilla’o la vida en serio?
Pasas de otario, morfas aire y no tenés colchón
¿Qué vachache? Hoy ya murió el criterio
Vale Jesús lo mismo que un ladrón
Hay pocos poetas que hayan condensado la desesperación y la angustia en estas pocas líneas. No hay amor en la miseria. El dinero reemplaza a Dios. El dinero es aquella mercancía a la cual remiten todas las mercancías . El dinero reemplaza el discurso de un dios abstracto y se constituye en el dios concreto. La razón la tiene el de más guita, Esa es la razón del poder burgués y se Estado.
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