A veces me pregunto si estoy herido,
por algo que me duele o me ha dolido
y si algo se me pierde o esta perdido
en cosas que estoy siendo o en las que he sido.
Y entonces me respondo que las heridas
son condecoraciones muy escondidas
y si he perdido cosas en la partida
estoy sumando historias para la vida.
Por eso empiezo el día
cantando un sueño,
la luz de la alegría
no tiene dueño.
A veces me pregunto si me olvidado,
de todos los olvidos que me han dejado
y si ha quedado el árbol muy desgajado,
con pájaros de arena y amor gastado.
Y entonces me respondo que los olvidos
son faros que en la sangre llevo encendidos
y el árbol generoso no esta perdido
le brotan los gorriones que siempre han sido.
(Cuidado que están aquí-Hamlet Lima Quintana)
En estos días, dentro de las andanadas descargadas desde la presidencia del senado y todo el equipo de gestión extraparlamentaria que se nuclea en torno de ella, apareció en un medio de comunicación una entrevista a uno de esos profesionales del entorno de una figura política, que ocupa un cargo relevante en un poder del Estado que con cara de quien tiene un ancho de espadas guardado para la última mano, afirmó lo que ya viene diciendo desde hace décadas luego de que Wado de Pedro, ocupara espacios de relevancia en las filas del Kirchnerismo, es decir , que tanto su madre como su padre eran terroristas y por su puesto le adjudicó a ambos acciones militares temerarias en las que habrían dejado trascender el desprecio hacia la vida humana.
Es común que frente a estas remanidas operaciones de superficie, habiendo ya publicado la hoy vicepresidenta dos libros sobre la cuestión y no trascendido ese nivel probatorio en todo el tiempo transcurrido, sin que ninguna autoridad recogiera sus dichos , dándoles forma jurídica procesal penal válida, hasta el propio De Pedro corra presuroso a intentar desmentir y sentirse ofendido él y la memoria de su madre.
El tema no lo traemos a cuento para amplificar la operación política de quien supo ser el jefe de los servicios de información del Estado en la gestión del ya fallecido Carlos Menen, que como tal tuvo la oportunidad que no tienen todos los argentinos y que reclaman desde la propia instauración del formato de república democrática con Raúl Alfonsín, de conocer los registros de archivo de los servicios de inteligencia de las tres fuerzas armadas del Estado y sus aparatos satelitales . En sentido inverso lo puntualizado con el solo afán de poner en evidencia, como la teoría de los dos demonios, pergeñada desde el arribo del régimen democrático, consagrada en el texto del informe Nunca Más , en tanto ideología, hace agua por todos lados y se constituye hoy en la principal herramienta ideológica de los que reivindican que el Estado desarrolle prácticas genocidas en nuestro territorio nacional, y las descargue para la eliminación de todos los que luchan contra este orden social explotador y opresivo.
Lo que ocurre sencillamente es que, el “nunca más” y la teoría de “los dos demonios” son específicamente la condensación de la ideología del poder burgués que más se acomodaba a sus intereses en ocasión temporal en que afrontaban una fuerte presión social de clase frente a la magnitud del terrorismo de Estado.
Es en función de este panorama, que cuanto corresponde madurar desde la vanguardia de trabajadores, hasta cuanto tiene de utilidad política seguir sosteniendo ese discurso que pudo facilitar en algún momento juicios de verdad, pero hoy demanda su desalojo de su escena y una narración de los elementos del fenómeno que impida su negación por vía de operaciones comunicacionales y políticas como las que comentamos , favoreciendo de esa manera su reiteración por otros medios , atento el alto volumen que en nuestra sociedad tienen la pobreza y la indigencia.
La lucha de clases, es entonces el espacio donde una y otra vez tiene que ser colocado el genocidio lanzado por la dictadura cívico militar, sobre los jóvenes trabajadores de entonces y su amenaza de reiteración actualizada, en nuestro tiempo.
Si partimos entonces, desde el particular momento de desarrollo del conflicto social en nuestro tiempo, tendremos que advertir que el aprovechamiento mediático de las añejas tesis de un sector de la burguesía sobre lo sucedido durante la década del 70 del siglo pasado exige acudir a la ley de la lucha de clases, entendida como el conjunto de actos materiales y conductas humanas que se registran en el marco de las relaciones sociales de producción , que se define por la pugna constante entre ambos sectores componentes de esa relación , que se proyecta a efectos políticos cuando de la misma emerge la relación mando obediencia y un extremo de esa polaridad somete a servidumbre al otro espacio de ese vínculo constantemente conflictivo.
Ese es el conflicto base que implicó los comportamientos específicos de un sector de la vanguardia y que a la vez le dio un fundamento justificador intrínseco, que hace que De Pedro no tenga que velar por el honor de sus padres, pues este ha sido suficientemente ganado por ellos mismos. La lucha de clases por sus particulares contornos del momento histórico al que aludimos , impuso en su desenvolvimiento un plan de operaciones militares estratégicamente orientado a la “ liquidación del enemigo” y ese es el formato donde deben leerse la acciones de quienes se encaramaban como vanguardia de la lucha contra el capital. Desde esa perspectiva es desde donde deben ser leídos e interpretados los hechos que difieren sustantivamente con lo que temerariamente acierta a afirmar un sujeto en un estudio de televisión, amparado nuevamente por su posicionamiento funcional dentro del aparato punitivo del Estado.
Esa pugna cotidiana alcanza por esa permanencia en el tiempo y por su definición de la situación de los seres humanos en la sociedad donde le toca en suerte existir, el carácter de ley social.
En los dichos de Heráclito se puede ya encontra planteada una teoría del cambio siguiendo este perfil, en tanto afirma que : “Los opuestos acuerdan, y de la discordia resulta la mejor armonía )
Marx retoma esta premisa , pero pero para él ese conflicto no produce armonía o libertad sino cambio social en la dialéctica superadora de lo concreto expresada en una nueva sociedad conformada por relaciones de producción diversas del capital. Por eso ingresa como afirmación concluyente , dentro del Manifiesto Comunista que : “La historia (escrita) de todas las sociedades existentes hasta ahora es la historia de la lucha de clases.”
Que sean operadores políticos de un sector burgués los que asumen la iniciativa en la vida política, no es un suceso que deba llamar al asombro , en la medida en que toda la burguesía desde el desarrollo de esas maniobras genocidas, en aquel tiempo histórico a la fecha no ha cesado de tejer operaciones que ubiquen a la clase de conjunto en el espacio de nula responsabilidad por ese genocidio.
Tienen un método. Identificar los modos de actuar de la reacción con los de la revolución por vía de analogías forzadas y formales . Se valoran los extremos de la analogía por aspectos externos en particular su aparente similar actitud frete a un principio abstracto generalizado de ley y orden como dadores de paz social.
En este formato se cuentan desde el poder militar, campañas culturales diciendo por síntesis que “los argentinos son derechos y humanos” y montando ceremoniales castrenses reivindicando “caídos en la lucha”, hoy aggiornados con el esquema de un combate armado en lo que se exhibe como una guerra y en realidad fue una cacería . Desde la forma republicana “juicio a la juntas” “nunca más “obediencia debida” punto final” . Prolongación in extremis en el tiempo de los juicios acotados que aún hoy continúan, etc se buscó detener este tipo de operativos , pero los hechos nos dan la respuesta por su sola constatación objetiva. En particular, nos dan la respuesta de la inviabilidad lógica dentro de un proceso dialéctico de proclamar a los cuatro vientos “nunca más” cuando la posibilidad de una versión superadora o restaurativa de esos métodos se presenta como probabilidad positiva.
En todos los casos siempre la burguesía tuvo la iniciativa política o en el peor de los casos la capacidad de negociación frente a las acciones políticas de los sectores medios y amplios sectores de la clase trabajadora en sí. Incluso fue la burguesía quien planteo las indemnizaciones a las víctimas del genocidio o sus herederos . En todos los casos la constante fue que nunca llegó a la apertura de los archivos de las agencias represivas relativos a las acciones que derivaron en desapariciones, torturas, apremios ilegales y otros tratos inhumanos con violación absoluta de las libertades democráticas.
Por esa razón, por desnaturalizar el sentido de lo históricamente sucedido , por instituir “la casa esta en orden” “felices pascuas, son héroes de Malvinas”, por desaparecer personas que se habían rendido en los hechos del batallón La Tablada y consagrar la impunidad por esos hechos, por la significativa cantidad de muertos en democracia que contabilizamos , la dialéctica del fenómeno asume hoy esta operación mediática de homenaje a “víctimas” cuidadosa e ideológicamente seleccionadas para volver al esquema de los dos demonios, que no es otro que el que impuso el régimen democrático buscando una salida para su estrategia global de establecer con carácter concreto las ilusiones democráticas en la sociedad, y conseguir estabilidad política para el régimen de explotación y opresión capitalista hoy en crisis.
Todo esto también significa la agonía del reformismo en un nuevo escenario que consideraba capitalizado para sí , olvidando que lo único que existe es el movimiento y que ese movimiento nunca opera en una única dirección progresista razón por la cúal las recetas que se pontifican dentro del orden burgués pueden imponer regresiones a lugar políticamente reaccionarios.
La cuestión entonces impone seriedad y respeto en el análisis , siendo el respeto no otra cosa que el contenido básico de la demanda de quienes dieron su vida por establecer otro orden social y una nueva sociedad a través del poder obrero con programa socialista .
Por esa razón, la cuestión no se cambia haciendo un repudio a la operación. No se cambia con discursos mediáticos en sentido inverso de los convocantes o impugnando a los convocantes por su pasado o su presente.
La lucha es hoy por una nueva sociedad. Por un nuevo orden social sin explotadores ni explotados , que no es otra que aquellas que emprendieron los caídos como consecuencia de las prácticas genocidas desarrolladas por una dictadura cívico-militar.
Es una misma tendencia de la historia revolucionaria que exige sus sujetos sociales concretos. No lo son quienes viven en las habitaciones de la república burguesa y su parlamento. Ese sitio institucional del poder burgués no es la casa de la clase trabajadora. Los trabajadores necesitan autonomía política y recuperar ideológicamente el programa socialista de emancipación social. Esa tarea no abordada con suficiencia es la que por su déficit , hace navegar a la clase en sí en mares de problemas que le son extraños.
No es el acto de un sector burgués el que perturba la existencia. No es el personal político de la clase dominante el que pueda alterar con ideología el proceso objetivo de confrontación de clases propio del orden social capitalista que hoy exhibe signos de crisis y se defiende apelando a todos que le resulten útiles para la protección de su interés .
Son las condiciones materiales que dan cuenta de amenazas por políticas económicas burguesas que emplean el impuesto inflacionario para obtener un nuevo giro en la espiral expropiatoria de valor creado las que motivan sus pensamientos, urgencias y desvelos del día a día.
Pero es ese día a día el que exige observar lo dado. Ver detrás de las apariencias y advertir que la demanda de salarios y trabajo no se cumple satisfactoriamente en este orden social por sus propias contradicciones, en la medida en que la crisis es política y abarca todas sus expresiones ideológicas y culturales, y es por eso que lo que debe ser superado más allá de la coyuntura es el orden capitalista mismo.
La memoria de los caídos por ese mismo propósito y contenido estratégico se respeta luchando por esa nueva sociedad y no por evitar un acto político de un sector de la burguesía buscando su impugnación por los propios resortes de la burguesía.
Esos comportamientos tienen una base de clase radicada en la pequeña burguesía , que fracasa en el día a día con sus demandas concentradas en el economicismo y en políticas de derecho incoadas ante el propio poder burgués institucionalizado normativamente en el Estado que ha definido acabar con ellas .
Es esa una base política radicada en la impotencia y la desesperación ante movimientos de la reacción.Detrás de este mismo sector aparece el discurso desesperado de tomar como ejemplo este acto en el parlamento como una razón más para montar la amenaza que se “repara ideológicamente “con la lógica del “mal menor” y la famosa apreciación del llamado “enemigo principal”
La tarea que nos dejan los caído víctimas del genocidio y como tales ya juzgados materialmente y sin ley por el poder burgués con sus sucesivos gobiernos de turno , es tomar sus banderas, que se materializaron en acciones concretas e involucramientos subjetivos con una clase social buscando su emancipación. Hoy implica un nuevo curso, la superación de las ilusiones democráticas, y la construcción organizativa como partido , de la vanguardia de trabajadores en lucha por el programa socialista.
Nuevo Curso