Una vieja canción popular que se coreaba por los años setenta, nacida de la voz de Enrique Llopis, decía que Rosario, era una ciudad que tenía un solo vicio: El diario la capital.

Es ese diario precisamente el que nos desayuna a quienes sobrevivimos en esta ciudad de historia hecha a base de criminaliad e impunidad para las fuerzas represivas de las agencias de gobierno, que sobrellevó por largo tiempo la presencia de grupos de tareas desarrollando prácticas genocidas con jueces que rechazaban metódicamente los habeas corpus y desconocían la tortura, las vejaciones y los apremios ilegales sobre los jóvenes trabajadores en dependencias policiales y la gestión de centros de detención clandestino entro del mismo edificio de la jefatura de policía.

Rosario, fue también epicentro de la historia represiva nacional con el caso Brandaza que anuncia en el tiempo la llegada de las practicas de desaparición de personas, también destacada en el secuestro y posterior fusilamiento de Cambiaso y Pereyra Rossi , en el mismo momento en que ya se anunciaba el nunca más y la democracia salvadora.

Ahora, el diario de la ciudad titula  a modo de anuncio : “Buscan que funcionarios judiciales que investigan casos de legítima defensa «evalúen el proceso de estrés que vive un policía» al tener que usar su arma, individualizando la autoría de esa iniciativa en el propio ejecutivo provincial.

La presencia de signos puestos en actos por discursos políticos o por determinaciones que se toman desde el elenco de personal político que se hace cargo de la gestión del Estado provincial Santa fe, llama por su propia configuración y alcance a llamar la atención de toda la sociedad sobre sus nocivos efectos y las tendencias negativas que desarrollan.

No hace mucho se realizaron procedimientos policiales y detenciones efectivizadas sobre militantes sindicales a quienes se ubico en el marco delictivo, se les formó un proceso penal y se les privó trasitoriamente de libertad bajo el pretexto de cautelar sus cuerpos por el riesgo procesal que significaba su situación de libertad ambulatoria. Luego toma evidencia el constante acoso policial sobre las personas que se encuentran en situación de calle y la profundización de los operativos de identificación sobre quienes transiten en determinados radios urbanos. Finalmente se computa la presencia del ministro de seguridad en la liberación dispuesta respecto de dos efectivos policiales que años atrás se cobraron la vida de dos personas en la represión de un presunto ilícito, a la que ahora se agrega una inicitativa legal para formatear los cerebros de los funcionarios del sistema penal sean estos fiscales o defensores oficiales , para que en sus actividades adviertan la necesidad de hacer prevalecer un criterio que tome en cuenta una situación de elevada tensión psicológica en la que se encontrarían los empleados policiales al reprimir delitos y evaluar ese elemento en la reducción de su eventual responsabilidad penal por efectos lesivos sobre terceros que de esa conducta de alta emoción violenta pudiera generar.

Esto resumen de indicios significativos, llama a la necesidad de advertir sobre el personaje que habita en la casa de gobierno y su entorno militarizao de cultores de la “guerra” en la sociedad civil, considerablemente asimilados a las prácticas de exterminio de colectivos sociales a los que se prefigura ideológicamente como enemigos.

Esta lógica belicista no es otra cosa que la materialidad del huevo de la serpiente a manos de quien supo familiarizarse con esa percepción de los conflictos sociales desde su parcializada mirada de ex ministro de seguridad en la gestión del socialismo provincial liderada por el fallecido Miguel Lifchits . que permite la generación de un ejército de efectivos policiales solo aptos para disparar peron “nerviosos y estresados “ a la hora de explicar las muertes aberrantes que selectivamente producen.

El carácter funcional del ministerio de la acusación, el servicio penitenciario y la gestión específica del actual ministro de seguridad, habitante de la burocracia represiva desde hace más de una década, solo deja ver el carácter puramente ideológico y de negocios que implicó la reforma procesal penal montada en la provincia desde el 2011, que bajo el amparo de la oraidad y principios garantistas que venían a superar el carácter inquisitivo de la justicia escrita, solo permitieron con el tiempo el endurecimiento de las practicas represivas y la inclinación del sistema nuevamente hacia el empoderamiento policial tal como ocurrió en los comienzos del  régimen democrático con la gobernación Vernet conteniendo en sus filas a todos los miembros de la patota del genocida Feced

Los trabajadores deben alertarse en torno a este operativo que hoy muestra visiblemente el verdadero rostro del “joven” gobernador que no hace otra cosa que manifestar que las transformaciones sociales positivas no vienen de la mano de la sola condición de juventud sino de la superación de todo ese entramado siniestro que se consolida, más y más en la provincia. El gobernador no es otra cosa que un Dr. Frankenstein del siglo XXI. Se impone no consensuar acuerdo alguno con esta institucionalización de la guerra y la persecución. Se hace necesario abandonar toda confianza en la organización judicial de la provincia y de esta con los perfiles similares que adopta la justicia federal.

Nuevo Cueao