
Lo que exhibe la imagen que ilustra este texto, es una situación que se verifica en Ulm, frente a la falta de vivienda en otras áreas territoriales de la zona. Ulm es una ciudad alemana a unos 120 kilómetros de Múnich, donde se ha implementado un programa para ayudar a las personas sin hogar ya que se está ante una crisis que afecta a cerca de 870,000 personas. Por eso , una empresa local ha creado cápsulas autónomas impulsadas por energía solar. Estas cápsulas brindan refugio seguro y protección contra el clima, ofreciendo calor y posibilidad de descanso no entorpecido para quienes se encuentren en situación de calle.
Sin embargo, necesitamos advertir a partir de este ejemplo, cuanto hay de fraudulento o al menos engañoso detrás de las teorías que indican que el capitalismo tiene opciones superadoras contenidas en sí mismo para la satisfacción digna de las necesidades materiales de los seres humanos y que las relaciones sociales de producción que le dan estructura tienen posibilidades históricas de seguir desarrollándose.
Si se tiene presente que la imagen gráfica una situación derivada de una determinación política en uno de los desarrollos del capital más avanzados de Europa, se podrá advertir en primer orden que el sistema no da respuesta suficiente al problema de vivienda. Luego que la solución exhibida, si bien supera a nuestras escenas y fenómenos de vida en las calles, no implica por sí misma lo que se llama vivienda digna.
Desde esto último, sin mucho esfuerzo se puede hacer la práctica de verificar que dice al respecto el texto constitucional que le da forma jurídica y nacimiento institucional al poder burgués bajo el nombre Argentina, sobre el particular y de la simple lectura, se podrá constatar que el derecho a la vivienda digna está establecido en el artículo 14 bis de la Constitución Nacional Argentina. Este derecho es parte de los derechos de la seguridad social y se lo instituye de la siguiente manera:
El Estado otorgará los beneficios de la seguridad social, que tendrá carácter de integral e irrenunciable. En especial, la ley establecerá: el seguro social obligatorio, que estará a cargo de entidades nacionales o provinciales con autonomía financiera y económica, administradas por los interesados con participación del Estado, sin que pueda existir superposición de aportes; jubilaciones y pensiones móviles; la protección integral de la familia; la defensa del bien de familia; la compensación económica familiar y el acceso a una vivienda digna.
El derecho a la vivienda digna, agregan los comentaristas del texto, es un derecho humano que garantiza que todas las personas puedan vivir en condiciones de seguridad, paz y dignidad. El Estado debe garantizar este derecho para todos los que lo necesiten.
Se advierte del cotejo de realidad y discurso, como las prácticas políticas de declaración de derechos subjetivos, bloquean la posibilidad de advertir la incapacidad del orden capitalista para dar respuesta a esa declaración, de modo que lo que se llama derecho es simplemente la posibilidad de acudir a la institucionalidad predispuesta y al poder judicial para que se dé algún tipo de respuesta al efecto, pero no la satisfacción plena de la pretensión contenida en esa acción procesal.
Está claro hasta dónde llega la práctica reformista aún en sus extremos. Recordemos que Alemania ha estado por mucho tiempo estructurada cualquiera fuese la gestión de gobierno a ese tipo de prácticas de seguridad social y ahora nos permite ver su límite y la declaración fáctica de su incapacidad para dar respuesta adecuada, a la demanda social.
En definitiva, las relaciones de producción capitalistas tropiezan en su desarrollo con sus propias contradicciones y las políticas estatales de clase, se ocupan de timonear su insuficiencia sea con declaraciones, sea con represión abierta o implícita, sea con prácticas que naturalizan las diferencias de clase y hacen permanecer de manera estructural las carencias. No hay posibilidades para los trabajadores que no estén integradas en sus propios esfuerzos emancipatorios por terminar con este orden de cosas, para lo cual se requiere de prácticas políticas autónomas de clase y una organización político-partidaria que las direccione en referencia al objetivo estratégico emancipatorio de construcción del poder obrero y socialista.
Nuevo Curso.