
Cuando la figura de Javier Milei fue puesta en la escena política por vía de dispositivos de campaña y el aporte de todo el aparato mediático del poder burgués, se omitió dar a las expresiones del entonces candidato y hoy presidente una consideración específica respecto de cuales son los presupuestos filosóficos que se mueven más allá de su contingente figura , aún a sabiendas que son ellos los que se pretende instalar y naturalizar por el poder burgués como nuevo medioambiente social y político , para la continuidad y permanencia de su dominación de clases. Son ahora las cripto monedas las que llaman con señal de alerta a que esas bases filosóficas merezcan la necesaria atención.
En los pagos digitales con cuentas bancarias es necesario que un intermediario controle la transacción., el banco actúa como intermediario. En general el intermediario será el banco central. En cualquiera de los casos, el intermediario, o contraparte central, verifican y registran las transacciones. Así, el registro del intermediario legal u oficial, documenta la transacción y la variación resultante de riqueza que experimenta el que paga y el que cobra
Por eso, los sistemas de pagos basados en cuentas de dinero dependen de la capacidad de verificar la identidad del tenedor de la cuenta. La diferencia con el pago realizado en efectivo es que al ser personal y sin intermediario, cuanto se verifica es que el billete no sea falsificado. Por eso en su momento la falsificación de moneda fue instituida como delito y en sentido inverso alguno grupos anarquistas apelaban a la falsificación de dinero para hacerse de bienes y alterar el orden social capitalistas generando inseguridad en el sistema monetario.
Las cripto presentan un enfoque distinto del que rige en los sistemas habituales de pagos, ya que tienen como premisa la descentralización. Esto es, el universo cripto prevé que los controles y balances no sean provistos por un banco central o intermediarios de confianza, sino por una multitud de validadores anónimos.
En ese extremo es donde penetra en el habito de uso la ideología libertaria a partir esencialmente del concepto de libertad que les presupone, es decir……..
Con las cripto se dice de modo ideológico, es decir, como instrumento discursivo formador de falsa conciencia respecto de lo real que con su uso se busca romper con lo dado y mantener al sistema de relaciones intersubjetivas de transacciones, libre de la influencia de entidades como son los grandes bancos y los bancos centrales. En ese sentido es que se recurre a nuevas denominaciones de lo viejo y aparentando novedad y cambio, se habla de “finanza descentralizada”. La idea es que el registro de las transacciones y transferencias sea distribuido en múltiples controladores, con lo que se dice que se democratizan las financias. Hay que recordar en esto el ataque anunciado y no concretado, de Milei sobre el banco central argentino, y la consideración específica que su inutilidad hecha por éste en la campaña electoral, a la par que gestionaba la venta de órganos y las sustituciones de identidades. Sorprende entonces que se genere alarma con relación a sus comportamientos en tanto en alguna medida este hacia apología de delitos en sus actos públicos con total aquiescencia de la sociedad, que luego la confirmó con el voto mayoritariamente entregado a su persona.
Como en su momento algunos extremos seguidores del presidente se exhibieron como grupo armado en sus posibles acciones, para luego decir que esa era una referencia a la herramienta que implicaba el móvil y las aplicaciones, más los sitios de internet, en esta materia estos extremos como el eje conceptual de su ideología terminan afirmando que las cripto son la “tecnología de registro distribuido” que venciendo en nuestro caso los controles del banco central o demás espacios institucionales , le permite a sus miembros verificar, realizar y registrar sus transacciones en una relación “entre pares”, o sea, sin contraparte central.
El registro distribuido en general, comienza con una distribución inicial de la criptomoneda y registra todas las transacciones que le siguen. Una copia actualizada de todo registro es almacenada por cada usuario. En consecuencia estos pueden verificar directamente en sus copias del registro que se realizó una transferencia y que no hubo doble gasto.
De esto deriva el nombre de uso de este sistema. Criptomoneda implica , esencialmente un símbolo como lo es el billete de curso legal. Es un símbolo virtual, que encriptado en un registro , puede ser intercambiado utilizando una red descentralizada.
Por eso de modo dialéctico puede afirmarse que , no es dinero, aunque cumple una función dineraria, a saber, ser medio de circulación que es limitada a quienes la acepten como moneda y den por bueno el control descentralizado . La razón fundamental para no considerar a la criptomoneda dinero es que no cumple el rol básico del equivalente general, que es ser expresión general del valor y, por lo tanto, medida de valor, ya que su valor se expresa finalmente en dólares u otra moneda , pero el valor de esas monedas a su vez , no se expresa en cualquiera de las criptomonedas.
Por eso, una consecuencia de que las cripto no sean medida de valor es que las variaciones de su cantidad no influyen en la magnitud de valor que expresan las monedas de banca central. La moneda de curso legal, cualquiera que fuese ,es la expresión última del valor de cambio.
Las cripto entonces no constituyen dinero o signos de valor, y existen como muchos instrumentos –por ejemplo, tarjetas de crédito o débito, que no son dinero en sentido pleno (no son medida de valores, ni expresiones de valor), pero sirven como medios de circulación y transacciones de bienes entre aquellos que aceptan su uso.
En la misma medida, es capital ficticio ya que en estos los activos financieros de ese tenor, su valor no se corresponde con algún capital real que lo sustente. Detrás de ellas no existe un capital en proceso de valorización , es decir , de generación de plusvalía
En el mismo sentido, las criptomonedas parecen encajar en la noción de capital ficticio. Son adquiridaspor los inversores principalmente con el objetivo de incrementar su valor. Es esto y no otra cosa lo que hace que ocurra que su demanda puede superar en mucho las necesidades de las transferencias a realizarse, y en consecuencia su precio es pasible de experimentar fuertes alzas, asociadas a olas de optimismo alcista; y fuertes desvalorizaciones, en escenarios bajistas y de pesimismo de los inversores, y es esto último lo que sucedió en el episodio donde se involucra el Sr. Javier Milei.
En este punto, conviene detenerse para indicar algo que debe ser comprendido para perfilar exactamente con que elementos subjetivos se traducen en el fenómeno social que trajo implicado una acción de Javier Milei, en una red social y su cadena de consecuencias ulteriores.
En ese sentido hay que volver a indicar que existe un liberalismo clásico, cuya formulación más rica e interesante fue planteada por John Stuart Mill a mediados del siglo XIX con raíces en la obra de John Locke, quien redujo la noción de libertad como la posibilidad moralmente legítima de poseer bienes y hacerlo bajo la protección de la forma jurídica del derecho de propiedad privada.
Bajo ese paraguas y desde Harvard, Robert Nozick, ya avanzada la década del 70 del siglo pasado , deja expuesto su pensamiento en su libro Anarquía, Estado y Utopía constituido en el tiempo, como uno de los pilares indiscutidos de quienes se reivindican hoy como libertarios, entre ellos el grupo de operadores políticos que tiene a cargo en nuestro país, la gestión del los intereses de la burguesía de conjunto
Nozick se posiciona en una defensa irrestricta de la libertad negativa como derecho natural, es decir, la tesis según la cual las libertades individuales no pueden ser interferidas de ningún modo, salvo por medio del consentimiento expreso entre las partes implicadas en las relaciones intersubjetivas que se vuelquen en conflicto o simplemente en análisis abstracto. Esto también le lleva a sostener como premia que las personas como individuos y solamente como individuos, son quienes gozan, por sobre todo, del derecho de propiedad absoluta sobre sí mismos, lo que implica necesariamente la extensión a la propiedad sobre los bienes y un rechazo radicalizado de la igualdad o de cualquier fórmula que intente imponer pautas a la libertad individual y, por extensión, a la libertad de mercado
Por estas premisas en términos políticos la noción de Estado y de poder en sí, se reduce a un mínimo de institucionalidad, cuyas funciones se reducen a la preservación de la propiedad y la libertad entendida como antes fue descripta.
De ahí la importancia que tiene la acción humana que se desarrolla sobre este dispositivo y que se conoce como el apalancamiento, de las cripto, es decir, utilizar dinero tomado en préstamo para comprar activos, que a su vez pueden darse en garantía para adquirir más activos. En la medida en que los precios suban, el apalancamiento impulsa a nuevas alzas,hasta que sobreviene la caída y el proceso se revierte
Por eso, como bien aclara Rolando Astarita, “en la medida en que las alzas son alzas de capital ficticio, y las caídas destrucción de capital ficticio, las montañas rusas de los precios tienen poca relación con los fundamentos que subyacen a las valorizaciones o desvalorizaciones de los capitales reales (que generan plusvalía a partir de la explotación del trabajo asalariado)”.
El mismo Astarita agrega con acierto, que “en cualquier caso, y dada la inestabilidad de los precios de las criptomonedas, en coyunturas de incertidumbre, o de crisis, lo típico de los inversores es salir de los activos riesgosos –las cripto incluidas– y buscar refugio en monedas fuertes a la espera de volver a entrar en el mercado”
Esta última característica es la que en principio pondría a la especie por fuera del tipo delictivo defraudación o estaba “piramidal” pues el retiro sorpresivo y abruto, es de la naturaleza misma del instrumento.
Dicho esto, es absolutamente ajustada a lo real l a conclusión que formula Astarita en relación al alcance político -ideológico que se le pretende dar a estos instrumentos cuando dice que “acabar con el dominio del capital –incluido el capital financiero- no es una meta que pueda alcanzarse por algún artificio tecnológico, o monetario-tecnológico, por más sofisticado que sea este. El control del capital, y la explotación del trabajo, no se basan en la existencia del intermediario, o contraparte en las transacciones digitales, sino en la propiedad privada de los medios de producción y de cambio. Que las transacciones sean verificadas de manera centralizada o descentralizada es una cuestión menor, y no afecta a la esencia del asunto, la relación de explotación capitalista. Incluso desde el punto de vista empírico, la aparición, en la última década, de varios miles de criptomonedas, y su crecimiento en valor, no debilitó la concentración del capital, ni el dominio del capital sobre el trabajo”.
En definitiva, y pese a los desarrollados e intensivos trabajos intelectuales que destinan nuestras universidades y el reiterado discurso que deja la filosofía para los momentos de abstracción del individuo, lo cierto es que la acción intelectual sobre los prioritarios problemas , lleva necesariamente a la advertencia de las consecuencias materiales que lleva consigo el despliegue en acto de la ideología gobernante.
Lejos de querer ver y atacar al presidente desde discursos éticos , también vacíos de contenido de clase apelando a la corrupción y la falta de honestidad de los que se nutre la izquierda reformista en nuestro país, cuanto parece tomar algún sentido es denunciar con el hecho en sí, las carencias y contradicciones que lleva la aplicación sistemática de la noción de libertad que nutre a los libertarios. El presidente como sujeto en sí , no ha hecho otra cosa que ser consecuente con su pensamiento, a la inversa de cuanto se le reprocha. Ha hecho uso de la libertad en el sentido en que la pregona y entiende .
Ocurre que ahora puede advertirse desde lo real objetivo, que promoviendo y practicando la libertad de ese modo se producen perjuicios para otros, tema que parece estar fuera de la escena por el uso ideológico del termino libertad que ha logrado imponer en todos los sectores sociales del país. Milei no es un deshonesto, es un honesto ejecutor al extremo de sus ideas, en acciones a las que se ve forzado por el vano intento de intentar ocultar la crisis estructural del modelo de producción capitalista y las dificultades de su reproducción. Parece ser que la población que no se conmovió con la posibilidad de la venta de órganos y los cambios de identidad de las personas por ventas de bebes, ahora parece al menos prestar más atención a lo que puede seguir sucediendo si se llevan adelante las acciones humanas bajo este paradigma.
Los postulados de la izquierda partidaria institucionalizada y con representación parlamentaria sobre el suceso no trascienden el discurso de corte moral , y la apelación a respuestas institucionales ubicando en ellas, con centralidad la labor parlamentaria. Este tipo de planteos tratando de limar la figura presidencial, como si la lucha revolucionaria estuviera necesariamente dirigida contra un sujeto y no contra un orden social explotador y opresor.
Lo que se advierte desde ese tipo de propaganda y acción agitativa es la plasmación política de los principios morales que se derivan de las mejores teorías de la justicia en el orden burgués. La más sugerente en el ámbito de la filosofía política contemporánea es, sin duda, la de John Rawls y su visión abstracta de la sociedad como “una empresa cooperativa para el mutuo provecho”, que por lo que se ve no es la que han elegido los votantes en 2023 cuando esa izquierda se ocupaba de alentar de modo directo o indirecto el voto a Sergio Massa.
La moral tiene una construcción necesaria desde los intereses de clase que sostienen sus paradigmas. La autodenominada izquierda local, no hace otra cosa que valerse de las categorías de clase propias de la moral burguesa y sus hipocrecías alentando la idea de que ese orden de justicia es posible si quienes conducen la estructura institucional del Estado son otros, es decir, la “gente buena de la izquierda”. Ocurre sin embargo, que la primacía la tiene quienes postulan las retoricas apelaciones del jefe del ejecutivo a su noción de libertad que como vimos puede dejar sin respuesta y dañada a mucha gente, proceso que solo se muestra tendencialmente y amenaza no tener fin.
La construcción de otro sentido de la libertad no proviene de declaraciones abstractas sino de un orden social diverso por sostenerse en otro tipo de relaciones de producción y dominado por el principio de colaboración en cuanto a la definición del sentido de justicia en las relaciones humanas. Ese resultado es revolucionario y por ende no se consigue en el parlamento, ni en los tribunales del poder burgués.
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