Nuevo Curso

La propaganda militante. Su sentido en contexto de crisis. El Socialismo no se intuye. Necesita ser explicado

Cuando los fenómenos que operan en la estructura productiva de nuestra sociedad y tienen su objetividad causal , en las relaciones sociales que en mérito de ese entramado , toman cuerpo con efectos no deseados para quienes ya revestían desde el comienzo de siglo a la salida de los hechos de crisis de poder político burgués de 2001 , corresponde vincular todo esto con lo que se viene haciendo desde la vanguardia trabajadora y medir frente a un ciclo del desenvolvimiento capitalista, la conexión de análisis entre esta coyuntura económica y el desarrollo teórico que se usa para explicarla y la práctica militante complementaria en esa elaboración.
Entendemos que a diferencia de lo que se viene haciendo, lo apropiado es fijar la búsqueda de esta conexión a partir de la descripción de la coyuntura, planteada con la crisis que deja traducir en lo cotidiano el orden social dominante haciendo que sobre esa información fáctica, penetren las categorías de Marx entendidas, comprendidas y aplicadas desde las características específicas y diversas de todo otro tiempo histórico que exhibe la época actual.
En este sentido proponemos , como lo indicábamos anteriormente, una ruta de tareas diversa de lo ya dado buscando igual objetivo, desde las usinas intelectuales del reformismo que solo se limita a la denuncia de lo aparente sin penetrar en la búsqueda de las conexiones de los fenómenos con las estructuras mismas del modo de producción capitalista. Hay que tener en cuenta en ese sentido que los reformistas solo despliegan de manera propagandísticamente , un cuestionamiento que solo se limita a negar lo existente sin indicar en momento alguno el camino emancipatorio que implica su superación .
En esto hay que recordar que una crítica cuando es negativa es apenas un punto de partida y si se detiene allí deja vacía la posibilidad de un pensamiento superador desarrollado desde la práctica militante.
En igual inteligencia y complementando a lo anterior. el cambio metodológico en la militancia que proponemos implica que los desarrollos intelectuales apelando a las herramientas conceptuales que deja Marx desde nuestro tiempo por oposición a los desarrollos teóricos de los intelectuales orgánicos al dominio social capitalista y su desenvolvimiento , por la trascendencia que estos asumen como fundamento último de los actos políticos que aplican el personal político de la burguesía a cargo de los poderes del Estado y no enfrentarlos a Lenin y Trotsky para ver si lo que se dice y hace toma correspondencia necesaria e ineludible con sus aportes ,porque de esta forma se reflexiona hacia atrás y ese ir hacia un ciclo específico de la historia de lucha de clases ya cerrados , es pura y simplemente una aproximación escolástica al fenómeno opresivo y explotador y en ningún caso su superación.
Dicho en otros términos, hoy lo importante es contrastar nuestros enfoques gestado desde la experiencia de lucha y el uso de las categorías conceptuales de Marx, con los teóricos de nuestro momento histórico para que se desarrollen y enriquezcan los debates y no se haga escolasticismo de los clásicos, todo sin dejar de ver a esos mismos textos y esas categorías ,desde su contexto generador.
Hay que partir de los hechos, operar sobre el grado de significación real implicado en los mismos buscando dar cuenta certera de ellos desde la primer y básica advertencia conceptual que es aquella que ya advierte que los ciclos cortos, «endógenos» a la economía capitalista a los que hizo referencia Marx , también hay en el capitalismo, movimientos de más largo plazo. de ascenso y descenso de la actividad económica.

Lo señalado no se explica ni se marca en las organizaciones de propaganda que tienen en miras como sujeto de esa militancia a quienes sobreviven condicionados por la venta de su fuerza de trabajo.
El fenómeno combinado de ciclos económicos y largos en un mismo tiempo histórico es un problema de enorme complejidad, porque medir movimientos largos no es lo mismo que hacerlo respecto de los cortos, que son más fáciles de comprobar empíricamente por el simple uso de la observación de datos cotidianos o cercanos.

Tanto en el siglo pasado como en, lo que va del corriente, junto a los ciclos cortos hay movimientos largos que no tienen regularidad exacta pero que abarcan décadas de ascenso y descenso.
La existencia de movimientos de largo plazo, se produce en gran parte porque ellos están influidos por factores de naturaleza política, militar, es decir, «exógenos» a la economía en sí.
Con esa afirmación Trotsky,rechazo de manera paralela, la idea de Kondratieff de interpretar los movimientos largos como simples extensiones de los ciclos cortos
Hay que aclarar hoy que esta visión receptiva de los ciclos largos es distinta de aquella que diseño
Schumpeter porque ella deriva los movimientos largos de la innovación tecnológica y no de las intervenciones directamente emergentes de las circunstancias políticas y de la lucha de clase en concreto según el estadio en que esta última se encuentre.
Lo propio sucede, y esto debe aclararse con precisión respecto de aquellas visiones conceptuales, que hacen depender las ondas largas de la crisis de una potencia hegemónica, como parece emerger en las circunstancias actuales de la crisis del capital en su desenvolvimiento.
Ciertos acontecimientos políticos influyen sobre la economía en el largo plazo, es así que un «shook» político contrarrevolucionario como el que puede estar gestando la llamada ultraderecha o el propio núcleo que se mueve desde el poder del Estado a través de la figura excluyente de Trump , una posible tendencia a la desvalorización del capital en gran escala, guerras mundiales o por sectores territoriales económicamente relevantes o retrocesos históricos en plano de participación política autónoma de la clase trabajadora en plano mundial constituyen también la posibilidad de generación de las condiciones para el inicio de una onda larga ascendente, razón por la cual toda versión catastrofista de cuanto nos esta perjudicando en tanto trabajadores admite su oposición inversa , no resultando la caída por sus propias contradicciones del orden capitalista , la única posibilidad fáctica de los sucesos de desarrollo actual y futuro.
Es decir, a diferencia de una gestión intelectual de naturaleza catastrofista relativa al orden mundial capitalista que no remite a otra opción que la caída de ese orden social , que es posible, también existe la tendencia menos visible de la existencia y desenvolvimiento de un movimiento de largo plazo en el capitalismo.
Queda claro que no es correcto desde el plano del conocimiento, la posibilidad de pensar en una regularidad inexorable de los procesos de largo plazo , en sentido ascendente sino que estos están visiblemente penetrados por un conjunto de factores exógenos a la materialidad del proceso de producción l que pueden gravitar para que esa regularidad no sea tal en el sentido del declive sustantivo de lo dado .
De la misma manera con que se apela a la idea de fin de un orden social con base en los obstáculos que se presentan como crisis de reproducción , desde fuera de la estructura productiva en sí y de sus relaciones, una nueva onda larga puede estar ligada significativamente con las maniobras políticas que desarrollan al interior de la burguesía los distintos sectores que se desenvuelven a nivel mundial explicando la emergencia y expansión de lo que se denomina convencionalmente, ultraderecha .
Todo esto , también debe ser medido en necesaria vinculación a la derrota de clase, que se impuso a los trabajadores a partir de la segunda mitad de la década del setenta del siglo pasado y que se manifiesta con signos que dejan ver de la ausencia de expresión directa , programática y propagandística de una política autónoma de la clase obrera.

En nuestros tiempos desde los desarrollos teóricos que elaboran los intelectuales orgánicos a los intereses del poder burgués, se viene propiciando acciones de política económica tendientes a su desasceleración controlada o aquellas que implican propiciar una fuerte recesión . Si se diferencia el corto plazo del largo plazo, frente a este tipos de planteos lo necesario es concluir que en el corto plazo la situación es ambivalente porque una gran potencia económica ingresa de modo pleno en la crisis.
Sin embargo, también es cierto que la hegemonía norteamericana en el plano militar y tecnológico-armamentista se sostiene y forma parte integrante y necesaria en el diseño de cualquier estrategia que se derive de la guerra comercial abierta con China habilitando transitoriedades temporales con prevalencia de elementos de estabilización y no de aceleración de la crisis.
Sin embargo, para interpretar la caracterización de corto plazo como base de una hipótesis de largo plazo hay que tener presente que al menos con evidencia , se ha dado en nuestro siglo, un fuerte proceso de reorganización del capitalismo que se consolido y expandió en la faz tecnológica en el campo de la informática, y además desde ese mismo fenómeno se incrementó por otra vía no convencional de las ya conocidas, la tasa de plusvalía como resultado de una «ofensiva de la burguesía” con discurso político de base filosófica liberal.
En definitiva, cuanto queremos indicar es que,hay elementos económicos y extraeconómicos que juegan como actores significativos a la hora de comprender lo real existente y dar una definición táctico estratégica de la acción militante revolucionaria acorde y necesaria a ese escenario .
Tenemos que considerar estos factores, y no caer mecánicamente en un catastrofismo derivado de la sola evaluación de parámetros económicos en plano estático esquematizado en la contraposición del crecimiento o no de las fuerzas productivas.
La tesis de la declinación histórica del capitalismo hay que observarla con detenimiento, porque en principio es falso, que esta se desenvuelva en oposición a la caracterización de la posibilidad de ondas largas en el movimiento del capital
En sentido amplio, el capitalismo es un orden social y un modo de producción que está en una fase de declinación en la medida que sus elementos regresivos son más fuertes que los que impulsan a nuevos desarrollos en las relaciones sociales con mejoramiento de las condiciones humanas de existencia y vigencia de los paradigmas de la revolución burguesa, es decir, igualdad de posibilidades ante la ley y extensión de la libertad individual con sentido utilitarista.
En definitiva, hay más destrucción que creación.
Existen situaciones de barbarie que incluye de manera significativa un desborde de la acción posible del hombre sobre la naturaleza con riesgo de destrucción planetaria y restricción de las posibilidades biológicas de la vida misma.
Pero esto que debe ser señalado en tanto enfoque general aceptable, es también en la misma medida insuficiente, a la hora de tomar los signos de la declinación del capitalismo de manera diversa a como se dieron en la agonía y caída del feudalismo como orden social, frente a la revolución burguesa.
El capitalismo se basa en la competencia, en el crecimiento por realización desde la fuerza de trabajo de valor en la producción, en contexto de innovación tecnológica incorporada a las formas que asume en concreto esa productividad , y por ello no se estanca o estabiliza de modo general y sistemático , en forma tal de posibilitar por ese solo factor una transformación social revolucionaria sostenida en una transición hacia relaciones de producción diversas orientadas a dar realidad al principio de justicia basado en la contribución colectiva bajo el paradigma “de cada cual según sus capacidades, a cada cual según sus necesidades” .
El estancamiento generalizado , es incompatible con las leyes de funcionamiento del sistema. La tesis de la declinación histórica debe ser leída a partir de su verificación , como un principio general de contextualización histórica
Sin embargo, los grados y velocidades de esa declinación, deben ser apreciados desde el estricto contenido objetivo del fenómeno por la injerencia sobre el mismo, de elementos de orden subjetivo expresado en herramientas y recursos de naturaleza política e ideológica.
En ese contexto, el desarrollo de las fuerzas productivas, es uno de los elementos de las contradicciones que surgen al interior de las propias relaciones sociales de producción del capital. ya que es en razón de que esas fuerzas crecen, que existen las crisis de sobreproducción. Si las fuerzas productivas no crecieran entonces las crisis serían como en el precapitalismo, crisis de subproducción.

Los hechos locales e internacionales profundamente vinculados entre sí, dan cuenta de una prevalencia del Estado en el proceso de desenvolvimiento del capital, tomado como factor relevante para acaudillar una nueva fase de acumulación originaria que remite nuevamente a la necesidad de ver, cómo funciona la inflación como herramienta de control social, al igual que el crédito y el consiguiente endeudamiento social. Cómo funciona la economía armamentista, cómo se da con regularidad la guerra comercial entre grupos económicos sostenidos por Estados, cómo transforma la ley del valor, cómo se transforma la relación salarial, son los factores problemáticos y conflictivos que exigen para su entendimiento advertir que no basta hablar de la declinación del capitalismo en plano objetivo , si esto que es necesario, no se vincula de modo dialéctico y en complejidad con los elementos de orden subjetivos directamente afectados por la prevalencia del enfoque jurídico, las políticas de diversidad de conflictos y sus equivalencias por fuera de la centralidad de la lucha de clases
En el capitalismo no hay una tendencia a la caída absoluta del salario, lo que existen es la tendencia creciente a la pauperización del colectivo humano obligado a vender su fuerza de trabajo. Eso lo reflejan los índices de pobreza que se publicitan con frecuencia por los medios de comunicación.
Esto último es relevante porque deja ver que hay una declinación del salario relativo pero eso no llega nunca al absoluto de que el ingreso salarial por venta de fuerza de trabajo termine siendo inferior a lo que motiva esa venta, sin alcanzar a la atención de los requerimientos básicos para sostener vital esa misma fuerza de trabajo.
La economía capitalista de nuestro siglo se desenvuelve estableciendo de manera objetiva una creciente fragmentación dentro de los mismos colectivos humanos que se ven obligados a vender su fuerza de trabajo y desarrollar modos de sobrevivencia equivalentes entre sus integrantes. Esa fragmentación es la que da forma al proceso mismo de producción y a la manera en que la fuerza de trabajo se incorpora en el mismo.
A partir de la fragmentación del proceso de trabajo y producción generalizada de mercancías se generan y alientan diferencias sustantivas o esenciales entre los sectores de los trabajadores que dificultan sobremanera que estos se identifiquen en un colectivo, supuesto esencial a la construcción de un sujeto y una fuerza social de cambio emancipatorio tal como la que dejo expuesta Marx a partir del Manifiesto Comunista .
Esta fragmentación al interior de los oferentes o vendedores de fuerza de trabajo es la que tiene gravitación a la hora de medir la significación política que pudo o no haber tenido una huelga, sencillamente porque esta se declara y encarna desde un sector lo que le quita esa condición de generalidad.
Otro problema que deja ver la intervención reiterada y luchista en formato discursivo y presencia callejera pasiva del reformismo vernáculo bajo el nombre de frente de la izquierda y sus satelitales organizados bajo el modelo “de las hormigas “, según lo deja traducir su denominación” Marabunta “ , es la prevalencia de la caracterización del capitalismo como un sistema gobernado por el capital especulativo, al que según de quien se trate se le añade o no el calificativo de “internacional”.
Estas intervenciones militantes grandilocuentes por el uso de todas las vías de aparatos comunicacionales servidos como nuevos juguetes para el embuste de pensar en una militancia revolucionaria real, por esa vía es la afirmación de la existencia concreta de un mundo que gira alrededor de plata, real , ficticia o virtual que va y viene entre distintas sociedades , en de formato puramente especulativo donde muy pocos trabajan y prácticamente nadie invierte.
Esta idea de un sistema gobernado por el capital especulativo, donde el dinero genera por sí mismo y ningún otro factor , valor, esta discursivamente asociada a la tesis de la declinación del capitalismo, lo que permite a los reformistas exhibir un panorama social y político donde el capital y la burguesía se sobredimensiona y los trabajadores naufragan , escenario donde la conclusión de la inviabilidad inmediata de la revolución se impone autorizando militancias exclusivamente concentradas en el programa mínimo economicista y la prevalencia de la organización sindical sobre la política.
El orden social capitalista excede en mucho la intervención especulativa del capital financiero en los mercados y los manejos de los créditos que toman o dejan de tomar los Estados.
En sentido inverso, la militancia revolucionaria de la vanguardia esta impelida a estudiar la economía capitalista en su centralidad productiva denunciando la predica reformista de la autodenominada izquierda del régimen por llevar a la falsa conciencia de que en el plano de los fenómenos de producción generalizada de mercancías la oposición política específica es, la del capital productivo versus el capital improductivo, como si hubiera hoy un capitalista que especula y otro austero al que habría que apoyar. Esto explica por sí mismo el sometimiento constante y por décadas de todas esas expresiones políticas al relato peronista que se encontrara vigente, aún cuando los operadores de ese sector de la burguesía se reiteren una y otra vez, en señalar que a la izquierda de su operatoria política solo existe la pared.
El eje del análisis debe ser la crisis de sobreproducción y no su manifestación financiera. Lo importante es destacar de modo propagandístico hacia la clase trabajadora en sí los ejemplos que dejan ver el desequilibrio en la acumulación y en la producción.
Todas las teorías y discurso que el reformismo hace trascender respecto del «capital rentista» ofrecen una representación superficial y cortoplacista de lo que ocurre.
En el capitalismo funcionan leyes que dan razón de cuanto ocurre en el plano de la acumulación: ley del valor, ley de la tendencia decreciente de la tasa de ganancia, ley del salario relativo, etc. En el plano financiero se manifiestan procesos que actúan a escala productiva, es decir, en tanto accidente de esta y nunca su sustancia.
La expresión más radicalizada del reformismo oportunista vernáculo, está concentrada en una táctica política de escaramuzas culturales que tienen epicentro en el seno del parlamento de la república burguesa con rasgos esenciales asimilables a su variante de “cretinismo parlamentario”
Sin buscar autoridad para este razonamiento en otro discurso, sin embargo hay que tener presente que Marx no dejó un discurso ni texto, donde se pronunciará negando la posibilidad y utilidad de la agitación parlamentaria en pos de reformas favorables a la situación de la clase obrera. Pero esto no tiene relación alguna, ni se emparenta con lo que implica en los hechos, las acciones políticas de “cretinismo parlamentario”
Para mejor exposición de cuanto queremos decir sobre este último extremo del fenómeno y en particular por referencia a la categoría Cretinismo Parlamentario, nos vemos en la necesidad de recordar en referencia al concepto , que en el texto titulado Revolución y Contrarrevolución en Alemania Federico Engels se ocupó de señalar que
“desde el mismo comienzo de su carrera legislativa [la izquierda] ha estado más contagiada que cualquier otra minoría de la Asamblea de la incurable enfermedad denominada cretinismo parlamentario, afección que imbuye a sus desgraciadas víctimas la solemne convicción de que todo el mundo, toda su historia, todo su porvenir se rige y determina por una mayoría de votos emitidos en esa singular institución representativa que tiene el honor de contarlos entre sus miembros y que cuanto sucede extramuros de su sede: las guerras, las revoluciones, la construcción de ferrocarriles, la colonización de continentes enteros, los descubrimientos de oro en California, los canales de América Central, los ejércitos rusos y cualquier otra cosa más que pueda pretender a influir algo en los destinos de la humanidad no es nada en comparación con los inconmensurables sucesos que dependen de la solución de cada problema importante, cualquiera que sea, de los que ocupa justamente en esos momentos la atención de su honorable Cámara”.
Marx, en El 18 brumario de Luis Bonaparte, hizo referencia a “aquella peculiar enfermedad que desde 1848 viene haciendo estragos en todo el continente, el cretinismo parlamentario, enfermedad que aprisiona como por encantamiento a los contagiados en un mundo imaginario, privándoles de todo sentido, de toda memoria, de toda comprensión del rudo mundo exterior… (p. 81).
Este reformismo con variantes de cretinismo parlamentario , concibe al capital financiero como dominante, pero sin decirnos nada sobre los problemas que realmente hay que tener presente del fenómeno y lo que se debe propagandizar por la vanguardia hacia el interior de la población contenida dentro de las diversas fracciones que se han generado en quienes se ven obligados a vender cotidianamente su fuerza de trabajo y la de aquellos que incluso se ven impedidos estructuralmente a realizar esa operación.
En sentido inverso , desde la vanguardia de trabajadores y sus intelectuales orgánicos hay que priorizar las derivaciones que tiene para cada trabajador concreto, las variantes que se producen en sentido negativo para sus intereses de la tasa de explotación, el nivel de los salarios, la tasa de ganancia, la tasa de inversión, el nivel de acumulación, las expectativas de los capitalistas, la innovación tecnológica, subrayando como parte de la metodología de formación del discurso propagandístico, la centralidad de la producción y de las dererivadas de la relación capital-fuerza de trabajo en el análisis de todas las circunstancias derivadas de la lucha de clase en su actual estadio de desenvolvimiento.
La globalización como fenómeno políticamente mistificado por la ideología generada por los aparatos formadores de opinión por consenso y formación de sentido común, da muestras de agonía. Que de muestras de sus últimos esténtores no implica la traslación de ese fenómeno al capital como forma de dominación social.
Lo que muestran los fenómenos que se desenvuelven en esta década es ,que en ningún caso aquello que se definía como globalización hizo que desaparezcan las fronteras, que no se dieran rivalidades entre los grupos capitalistas, que declinaran los Estados. Sobre este punto la propaganda militante de la vanguardia debe insistir en la tarea política de dar a los trabajadores el entendimiento del uso ideológico, deformador de lo real que pueden tener mercancías intelectuales que se arrojan como tales a la opinión pública fetichizando sus alcances, para luego desvanecerse en igual velocidad con la que emergieron ante los datos ciertos de la realidad.
Todo lo que los Estados hacen hoy en materia arancelaria y su incidencia en la guerra comercial y disputa de mercados viene en auxilio del desarrollo de esa propaganda socialista necesaria.
Estas acciones militantes que resultan imperativas para la vanguardia en lucha , para que esta no se degrade en un luchismo inconducente solo capaz de generar expectativas en un Estado social de derecho, requiere tener presente en todo momento tanto para cuando se decide una acción o se la balancea para meritar su pertinencia en los hechos , que la intensificación o no de la lucha de clases no depende mecánicamente de la situación económica, sino que es relativamente independiente de este condicionamiento. No hay determinismo alguno.
También en este mismo sentido , lo que hay que advertir es que la idea hoy tan ampliamente desarrolla según la cual , cuánto más crisis, más lucha y más conciencia socialista es también una pura abstracción ideológica mecanicista que no reconoce veracidad en los hechos. En la vanguardia de los trabajadores en lucha es necesario tener presente que el «nivel posible de conciencia socialista» de los trabajadores es parcialmente autónomo de las acciones experimentadas en lucha por programa mínimo y las derivas o efectos económicos que se sigan de medidas desarrolladas por el poder burgués y descargadas sobre la clase en sí, porque el desarrollo de la determinación consciente y voluntaria para la realización estratégica del poder obrero y socialista , no deriva directamente ni de la coyuntura económica, ni de la intensidad de la lucha de clases si ella no ha llegado al estadio de la confrontación de opuestos que implica el combate directo de clase contra clase. Un movimiento obrero puede tener un nivel de lucha alto y nosotros lo conocemos en carne propia y su nivel de conciencia socialista puede ser muy bajo.
Nuestra realidad exige dejar fuera el reformismo encarnado en la izquierda republicana encarnada en el FITU y sus satelitales. Emprender desde el desarrollo de la vanguardia de la clase trabajadora y su propia experiencia en lucha , un nuevo curso , un nuevo rumbo donde buscar una formulación positiva de un proyecto socialista desde una política autónoma de clase y la construcción de la organización que la corporice en tanto dirección .
Hay que abandonar, las fotos vacías de candidatos y las políticas que implican lisa y llanamente militancia de aparato.
Esto implica intentar con agitación y propaganda ser oídos, para decirle a los trabajadores que lo nuestro, lo que produce y elabora la vanguardia organizada bajo un eje programático socialista, es lo que conduce a la emancipación de toda explotación y opresión.
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