Nuevo Curso

UN NUEVO CURSO DESDE LA CONDICIÓN DE CLASE. LLANTOS QUE NO GENERAN LOS GASES SOLO REMOVIBLES CON UNA MILITANCIA TEORICAMENTE CONSCIENTE DE SUS TAREAS Y OBJETIVOS SOCIALISTAS ESTRATÉGICOS

Escribimos, publicamos, propagandizamos , porque asumimos militancia revolucionaria desde la propia realidad social donde nos encontramos , marcada en forma significativa por un incremento de la explotación y la
opresión de clase inherentes al orden social capitalista en la que en un mismo y complejo movimiento advertimos signos indicadores de la crisis de ese modelo de sociedad de vigilancia y castigo.
Lo hacemos con la convicción de que no existen espacios neutros desde donde conocer toda esa basta complejidad, advirtiendo la importancia decisiva del análisis en términos de clases y lucha de clases para esa tarea de transformación y superación a la que nos afiliamos junto a quienes de una u otra manera se enrolan en las filas de la vanguardia de trabajadores por el poder obrero , el programa político de clase y el desarrollo transicional del socialismo.
La esencia del fenómeno. La diferencia específica de todo ser humano con referencia a todos los demás seres vivos, no es algo determinable desde el plano abstracto e inherente a cada hombre. Esto no ocurre porque cada individuo es, en su realidad existencial concreta, el conjunto de las relaciones sociales que componen la estructura de la sociedad a la que se integra y donde se desenvuelve.
Dicho de otra forma , el ser humano pertenece en realidad, a una determinada forma de sociedad y esa materialidad la que determina en ultima instancia, los conceptos y categorías con las que nos desenvolvemos de modo consciente o inconsciente.
La vida social es, en esencia, práctica. Todos los problemas, los conflictos con los que se debe afrontar la existencia , nacen, se generan y encuentran su solución racional en la práctica humana y en la comprensión militante de esa práctica para la necesaria transformación emancipatoria.
Militancia revolucionaria no debe ser confundida sino integrada con la determinación voluntaria de luchar que puede asumir un ser humano dentro de un colectivo al que se integre, pero esa integración exige en plano consciente un adecuado entendimiento del proceso histórico en donde se vive y de la propia imperativa contenida en la necesidad de la transformación social.
Por ese motivo es significativo no perder de vista a manos de un mecanicismo objetivista que reduce el espacio del conocimiento a las variables que deja manifiesta la estructura económica capitalista en crisis, y en oposición dialéctica adherir con sentido inverso a la puntualización teórica relativa a que los problemas referidos a la dinámica de las clases tienen una implacable actualidad en tanto existen los antagonismos de clase y ellos necesitan imperiosamente su comprensión y denuncia
Esto último lo señalamos para indicar el error que implica hacer militancia bajo la idea de la presencia de factores objetivos y subjetivos en lo real , haciendo que ellos no se impliquen e interinfluencien el uno en el otro , sino que permanezcan estáticamente observables y autónomos para aisladamente facilitar conclusiones solo limitadas a ellos mismos.
Es preciso entender que esta división estática de los factores del fenómeno social inserto en la dominación de clase y su paralela dialéctica política de mando y obediencia, solo puede admitirse provisoriamente y solo como un momento de la tarea militante propagandística , referido al método de exposición de lo que ya se conoce , pero nunca puede trascender como categorías propias del método de investigación de lo hoy realmente existente.
Tal como lo supo enunciar con acierto Ernest Mandel, “la investigación debe apropiarse de la materia en detalle , analizar sus diferenes de desarrollo que la llevaron a su actual expresión , buscando sus nexos internos. Sólo después de coronado este trabajo puede exponerse de manera adecuada el movimiento real de lo existente”
Esto último se emparenta con la advertencia certera relativa a que la historia de las ideas demuestra que la producción intelectual se transforma junto con la material y toma mayor rigor ,cuando en nuestro siglo se presenta a las masas trabajadoras, de manera confusa e ideologizado por el poder burgués y sus agencias de formación de relato de “sentido común” todo aquello que derive de la acción político-económica de los operadores del interés burgués en la gestión de gobierno.
Las divisiones de clase y su conflicto que emerge de toda confrontación de intereses entre ellas y de grupos particularizados a su interior, siguen existiendo en el capitalismo contemporáneo dando lugar a procesos de expulsión de los capitalistas chicos y medianos de diversas ramas de la producción, de empeoramiento de las condiciones de vida de sectores enteros de las pequeñas burguesías, el incremento de la pobreza y la marginalidad entre las masas desposeídas de toda propiedad, etc.
El capitalismo en tanto orden social excluyente e ínsito en la actual forma de sociedad de vigilancia y castigo que exhibe la sociedad de clases en su contemporaneidad, es una formación social llena de contradicciones y conflictos, que operan en un movimiento permanente de cambio surgido de la lucha de opuestos . Tal dinámica histórica provoca crisis recurrentes y cada vez más próximas temporalmente unas de otras.
Llamativamente, con una polarización tan marcada, la noción de “clase social” luce a la observación con rasgos de visible mutilación , en tanto, carece de la fuerza política que pareciera corresponderle en consideración de su importancia para la estructuración del mundo.
La ideología dominante, sin negar taxativamente a las clases, se han propuesto formas interpretativas en las que las mismas desaparecen o carecen de importancia; y vemos que hoy, aún en las ciencias sociales, las miradas se organizan dando prioridad a otras categorías con las que el entendimiento humano pretende dar cuenta de cuanto se manifiesta en todos y cada uno de los fenómenos sociales y políticos
en torno a otros colectivos o prácticas. Es necesario observar la instalación de dichas perspectivas, que no son neutras, para comprender cabalmente el sesgo ideológico y de domino cultural del poder burgués que impone esa realidad.
Seguidamente nos valemos de un ejemplo temporalmente próximo para dar cuenta de un signo de esto que señalamos y de cuan hondo ha calado y se ha impuesto este desplazamiento por mutilación de la categoría lucha de clases y clases sociales , como herramienta para la comprensión, elaboración y búsqueda transformadora de los signos de dominación y explotación que expone el orden social capitalista y sus formas políticas republicanas.
Se publica en el sitio Izquierda Diario que reconoce filiación política con uno de los partidos que integra el FITU, que “Luego de conocerse la represión dura contra Vilca, la derechista -diputada Lilia Lemoine- escribió en su cuenta de X: “¡¡¡Gasearon a Vilca!!! Mal la policía. Era con agua y jabón”……. El comentario destila racismo por donde se lo mire. No es de extrañar, racismo, misoginia y homofobia parecen elementos centrales para ser referente en la fuerza que encabeza Javier Milei….
Miryam Bregman puntualmente señaló :” Lemoine y Giudici podrán seguir con sus expresiones racistas y discriminatorias, pero nosotros te bancamos, querido amigo @vilcalejandro, como bancamos la lucha del pueblo de Jujuy contra el extractivismo y en defensa de las comunidades.”
Esta claro que la categoría antropológica del racismo que remite al odio al otro por diverso del sujeto que asume ese comportamiento discriminante está presente en el hecho comentado, pero en ningún caso puede adoptar centralidad por fuera y de manera autónoma de una consideración prioritaria de los intereses políticos de clase que están en juego en esta escaramuza. Es esa claudicación política de los partidos del FITU, la que revela que también ellos , aún cuando busquen referenciar sus discursos en los trabajadores , han cedido ante la presión cultural del orden burgués y erróneamente avanzan en su propaganda con discursos y relatos que abandonan esta herramienta de comprensión del fenómeno y de determinación del contenido del discurso inherente a una política autónoma de clase con propósito estratégico emancipatorio que brilla por su ausencia.
Nótese que no es de igual tenor la impugnación concreta desplegada como propaganda confrontativa frente a una agresión física lanzada desde las agencias represivas del poder burgués presentes en el espacio de una movilización callejera , si se busca explicar a esta solamente por su materialización racista de modo exclusivo sin advertir cual es la confrontación de clase que se abre como detonante del hecho represivo y de los comentarios laudatorios de una operadora política del poder burgués institucional.
En ese sentido es necesario destacar el propósito estratégico de la propaganda del FITU sobre el suceso al que no ubica como un episodio violento en de la confrontación de clases, aún cuando opera en contexto reclamos de jubilados y en espacio de puja callejera , sino como una agresión a la libertad democrática de protestar y acompañar a los manifestantes de un parlamentario. En esta última opción la incidencia queda dentro del orden jurídico y se debate en la determinación de si los hechos implican afectación de alguna norma prohibitiva previamente establecida ,dejando en pie a toda la estructura institucional del poder burgués y su república democrática. Indagar de que manera y por esa vía se cree que se puede al menos evitar la reiteración de esos hechos y como ese hacer propagandístico puede tener la capacidad de su superación abriendo instancias emancipatorias superiores, no es el objetivo de este texto, pero al menos, es posible poner en duda su eficacia.
Más allá de esto, también es significativo el desplazamiento que se exhibe en la ponderación del sujeto social del cambio revolucionario, ya que el uso del discurso antropológico y la prevalencia de la categoría racismo, apunta a la extensión del sujeto pasivo de esas acciones y le transfiere también capacidades como tal para la determinación del sentido y finalidad de la lucha.
En este último sentido, hay que decir que ya desde los años setenta del siglo pasado, distintas corrientes teóricas han buscado definir sujetos sociales ubicados, a su juicio, por fuera de la clase obrera pero dentro de los sectores populares a los que se le asigna capacidad transformadora.
Ejemplifica esta puntualización , el uso de la noción de“sectores populares”, que nace de un entendimiento renovado de cuanto ha de entenderse por fuerza de trabajo a partir de las modificaciones tecnológicas impuestas a los modos de producción del que se sigue un entendimiento del mundo del trabajo con significativa y creciente fragmentación de la que se sigue la advertencia de la presencia social de una esfera mucho más amplia que la de los miembros de la clase obrera que puede aún quedar encorsetada en los límites de la formalidad .
Otro tanto sucede desde las transformaciones económicas y el creciente desempleo factores que terminan por afectar también a los países capitalistas centrales, de igual modo aparecen grupos sociales identificados en sectores por fuera de la clase obrera tradicional , comprendidos en términos generales por la noción de precariado-empredurismo.
Sin embargo en estos últimos extremos se desliza otra operación ideológica y se concreta un posicionamiento político extraño a la propaganda militante del programa socialista y su señalamiento específico del trabajador concebido dentro de su clase social como el agente social del cambio revolucionario emancipador del hombre de todo dominio de clase.
Para este proceder político finalmente funcional al poder dominante , de la misma manera que se analiza los fenómenos de la estructura como objetivos y los que dan cuenta de las determinaciones de los trabajadores como subjetivos, ambos autónomos e independientes entre sí, también se opera ubicando en un extremo a los trabajadores formalizados afirmando que se trata de un sujeto social al que le han amputado la mayoría de sus miembros (jóvenes, migrantes, mujeres, trabajadores rurales, desocupados u ocupados no formalmente registrados), dejando solo la figura convencional del obrero manufacturero de la época de la pos segunda guerra mundial y colocando al resto en una masa informe desclasada que tiene una dinámica propia y ajena a la de las personas que integran la primera.
Estos desplazamientos teóricos obstruyen la comprensión de la dinámica de luchas contemporáneas e, inciden de manera negativa en la orientación práctica de las mismas, ya que en táctica electoralista permanente, los partidos del FITU buscan llegar a dar cuenta de estos aparentes intereses diversos y en ese afán reducen su discurso a uno de matriz socialdemócrata centrado en la gestación de ilusiones democráticas respecto del régimen político dominante con ausencia de toda indicación estratégica relativa a la necesidad de terminar con el poder burgués y su institucionalidad como única posibilidad real de emancipación de toda opresión y explotación .
Es tarea militante dentro de la vanguardia obrera para que se advierta el operativo ideológico que transita por detrás de todas estas operatorias intelectuales y políticas de aparente cientificidad y exaltación errónea de lo novedoso. En sentido inverso , es imperioso mostrar la esencia unitaria de la clase obrera frente a las manifestaciones de sus distintas diferencias superficiales y transitorias en tanto un mismo sujeto puede mutar de uno a otro sector por razones del desempleo o las reformulaciones de las condiciones de trabajo, como lo dejo en evidencia toda la expresión cultural que tuvo la pandemia COVID 19.
En definitiva, la apertura de un nuevo curso militante , no marcado por arbitrarias y artificiales tendencias de desarrollo de aparato partidario gestor de un luchismo y marchismo estéril , que no mueve en sentido negativo el amperímetro que marca los indicadores del poder burgues , se impone como uno de los contenidos necesarios de toda militancia de vanguardia y de la consiguiente tarea de propaganda sobre la clase trabajadora en sí. La tarea es denunciar y vencer eta labor ideológica del capital y su brazo izquierdo reformista por la que se busca con afán , que una clase obrera mayoritaria, pero fragmentada, se avenga a ser mutilada por un pensamiento s social que le niega el reconocimiento de todas sus fracciones y con ello el reconocimiento de su rol activo como sujeto social de la necesaria tarea emancipatoria y la convoca a seguir los métodos y el programa de la pequeña burguesía, tal como se ve con claridad , en el seguidismo abierto o encubierto a las fracciones del peronismo que se ubican como sector pretendidamente progresista dentro de ese movimiento.
La conciencia de clase surge en el sujeto trabajador de reconocer la explotación compartida. Esa determinación voluntaria de ineludible necesidad como elemento básico de toda transformación social es continuamente saboteada por operaciones ideológicas del poder burgués que enmascara la opresión y la explotación bajo banderas de individualismo, libertad utilitarista y descarga abrumadora de tecnología.
La militancia de vanguardia y en la vanguaria hacia las masas trabajadoras , exige develar la explotación común tras las distintas formas de trabajo precario por vía de trascender la fragmentación geográfica y digital con propaganda política socialista y agitación apelando a los métodos de lucha que esos trabajadores se den.
La alienación , la explotación y la opresión deben ser despojados de todo sentido de naturalización pasiva y adaptativa. Ninguno de esos extremos son un destino necesario en el orden existencial del trabajador sino un sendero que conduce al irremediable «fracaso individual» y al vacío existencial que implica la pobreza y la miseria cultural .

Nuevo Curso