Nuevo Curso

Homogenidad vs. diversidad de cara a un nuevo 1 de mayo

La emergencia calendario mediante, de un nuevo 1 de mayo , impone casi por decantación una rutina de pronunciamientos y actos públicos encorsetados en el orden capitalista y sus formas facilitadoras en plano ideológico, de la distorsión de su significado en una sociedad de clases, en forma tal que la atomización y fragmentación existe en la realidad, se proyecte incluso a la dispersión de intervenciones celebratorias desde las organizaciones políticas y sindicales que operan en la política del régimen republicano.
Dada esta distorsión entendemos que es necesario poner de relieve por su incidencia significativa en la condición de los trabajadores ,la presencia en lo real existente,de situaciones sociales contradictorias, porque desde ellas , es posible individualizar que,lo que hace un extremo del componente subjetivo involucrado en la generación y reproducción de ellas va en detrimento del otro extremo de ese mismo vínculo controversial, razón por la cual esos mismos lazos intersubjetivos , esa las relaciones se desarrollan en forma de antagonismo, es decir , implicando en los hechos, una polarización de intereses diversos no compatibles entre sí que llaman necesariamente a su superación dialéctica.
La lucha que nace desde esas situaciones contradictorias es encarnada por un colectivo de personas que proyectada con continuidad homogénea en el tiempo social ,implica lo que Marx llama lucha de clases y sobre la cual sentencia de modo “manifiesto” su condición y capacidad de ser motor de la historia del hombre .
Al hacerlo de esa manera, está indicando que esa lucha tiene a la vez , la virtualidad constitutiva de las propias clases sociales y los efectos que se siguen de esa objetividad.
¨Por otro lado , esta indicando también ,su historicidad, vale decir su alteridad permanente, en la medida en que esas situaciones sociales contradictorias y antagónicas constitutivas de una clase deben ser gestadas y se sostienen a través de su reiteración cotidiana.
Dicho de otra manera ,Marx advierte que , la lucha de clases es, antes que nada, la forma en que se expresa el antagonismo «del proceso de producción social, no en el sentido de antagonismo individual, sino en el de antagonismo que nace de las condiciones de existencia individual de los individuos, forma de la que las relaciones burguesas son su última expresión, en tanto se crean las condiciones materiales para superar el antagonismo en que se han fundado todas las sociedades de clase” (Nievas, 2016:17)
La lucha de clase es la productora de la clase en sí. En ese sentido es significativo, decir que las clases son el efecto de las oposiciones de intereses y en ningún caso una situación estática que puede detectarse desde un concepto de clase preestablecido de modo abstracto.
Las clases son entonces un factor dinámico y renovable , en tanto la permanencia subjetiva en la situación contradictoria debe siempre renovarse y continuarse.
Vender fuerza de trabajo desde el sujeto individualmente considerado, con reiteración y sin opciones diversas , implica su pertenencia de clase más allá de cuanto percibe este de sí mismo . Es en ese sentido que la noción de clase social se constituye y construye por la defensa de esa situación contradictoria frente a aquellos que viven desde la adquisición de esa fuerza de trabajo , apropiándose en forma privada del valor generado por la puesta en acto de esa capacidad humana de producción de mercancías.
En ese mismo orden de ideas ,es que debe tenerse presente que cuando aludimos a lucha de clases, estamos dando cuenta de una dinámica permanente que admite periodizaciones históricas y estadios dentro de la reproducción de un mismo orden social , de allí que los estadios por fuera de su significado histórico concreto se identifican y construyen en plano intelectual, por las formas que asumen o por como se manifiesta.
Por tal circunstancia es que , en una misma línea de tiempo las formas que asume la lucha de clases puede ser diversa. No así de su contenido histórico que nunca es repetido, sino particular y específico.
La morfología de la lucha de clases es la que permite advertir situaciones características que habilitan el señalamiento pedagógico expositivo de estadios de identificación.
La confrontación, para ser tal, como mínimo se desarrolla desde formas básicas y lo hace a estadios superiores que implican el combate abierto y directo de clase contra clase , pero al ser la alteridad su nota esencial, la recurrencia histórica de la misma hace que admita procesos descendentes incluso hasta sus morfologías más básicas .
Este mínimo en la específica consideración del orden social capitalista aparece es cuando los poseedores de su fuerza de trabajo cuya venta se configura en su único modo posible de subsistencia civilizatoria, no luchan por sus intereses sino que lo hacen por quienes son sus enemigos, contra aquellos que son enemigos de estos últimos.
Entonces desde el punto de vista de la construcción del estadio inferior, la lucha de clases admite una configuración de la que se deduce la presencia de una cooptación ideológica de los trabajadores por el conjunto dominante de fracciones de clase de la burguesía en las pujas internas que se plantean al interior de ella que requiere de su acción .
Dicho de otra forma.En ese choque de fracciones al interior de la burguesía, algunos grupos de esa clase , traccionan tras de sí a los trabajadores en forma mayoritaria, y estos lo hacen como clase en sí, es decir, sin una determinación conscientemente dirigida de su voluntad.
En nuestro contexto, muchos sectores medios asalariados que lo son por la entidad de su ingreso, propenden lisa y llanamente a reflejarse en los sectores burgueses consolidados económicamente, tanto en hábitos como en decisiones políticas , aportando a la conformación del discurso de sentido común prevaleciente.
Esto que es significativo a la hora de que los trabajadores se expresan a través del sufragio en un contexto de acción política por representación , es el reflejo de la dominación capitalista en la sociedad ya que amplios sectores de la sociedad piensan con la cabeza de quien los sitúa en las situaciones irregulares de existencia y sobrevivencia en la que se encuentran y de la que tratan de desembarazarse en forma individual.
Nótese además que, este pensar y hacer con la cabeza del dominante hace que el dominado, se vea en situación de encontrar enemigos dentro de su propia clase en sí a la hora de explicar las carencias que se le presentan en la vida cotidiana.
Esto hace, que buena parte de las masas trabajadoras que se ubican en los sectores formales de las relaciones sociales de producción construyan y vean enemigos en otros trabajadores con los que compite en la venta de fuerza de trabajo o en aquellos que laboran en condiciones no formalizadas.
Por fuera de esto, las luchas por la preservación de su condición de existencia, se traduce en agrupamientos, organizativos que permiten luchas corporativas en plano economicistas y hasta alianzas políticas ascendentes en su desarrollo, en la que los trabajadores y sus embrionarias construcciones organizativas hacen simple seguidismo funcional a sectores ajenos a su clase.
Los trabajadores formalizados que ascienden al espacio de organización sindical conforman un grupo que avanza desde ese estadío mínimo de lucha contra los enemigos de mi enemigo de clase y perfilan mínimos atisbos de definición autónoma de sus intereses dentro del orden social capitalista que no resulta cuestionado en sí mismo.
En este caso hay una suerte de ruptura cualitativa dada por la pertenencia a ese colectivo organizado en torno a la defensa de sus intereses desenvueltos en la relación laboral que marcan vínculos que no se proyectan directamente en una lógica de intercambios de mercancías mediada por el dinero
El avance de la intensidad de la lucha de clases también se proyecta en el plano político, todo lo cual significa puja por el poder formal que se desenvuelve desde el Estado hacia la sociedad civil.
El momento de máxima tensión en esta puja política conformada dentro de la cuestión del poder es, el paso a la confrontación armada directa dentro de la noción de guerra de clases por la conformación de un poder obrero y una política autónoma de clase destinada a terminar con la clase antagónica.
En ese desarrollo desde trabajadores que no se reconocen de modo consciente como tales, a la emergencia del momento militar, hay un amplio espacio de desarrollo de la confrontación que toma diversas formas pero al no arribar a la instancia militar en todo caso terminan por agotar la construcción de clase para sí , ni la definición de una vanguardia revolucionaria organizada en la forma política de partido identificado y asumido como partido de trabajadores.
Lo dicho, implica una mutación, un cambio , en la configuración del sujeto que protagoniza ese desarrollo en términos políticos. Se pasa de estar dentro de un colectivo humano que es masa de maniobra política de grupos pertenecientes a la burguesía o a la burguesía de conjunto , a constituirse incipientemente en sujetos de una política independiente, autónoma y revolucionaria por sus objetivos estratégicos emancipatorios .
El paso del estadio mínimo a la conformación de coalisiones organizadas de manera permanente o no en articulaciones que implican luchas que terminan por golpear a un mismo frente antagónico buscando su desplazamiento y extinción produce, gesta y configura, coaliciones que dan cuenta de articulaciones de fracciones de clase frente a un enemigo común conformando una situación diversa de la clase en sí, que es lo que se denomina , fuerza social.
Constituidos los trabajadores en fuerza social y organizados en la forma partido, en ese momento no resulta relevante porque los objetivos políticos la desplazan la condición originaria de clase de quienes protagonizan esa lucha específica.
Por todo esto, las fuerzas social construida , no hace centro en la condición o carácter social de sus componentes sino por quienes asumen la condición de dirección política , esto es , por la condición de quienes dirigen o conduce esa fuerza.
Lenin en ese sentido destaca la emergencia de la condición de revolucionarios en quienes dirigen y su necesaria incidencia política en la lucha en sí . Para esto se ocupa de poner en claro que, no hay una sinonimia entre el origen social del grupo como clase sino en la condición política determinante de quién dirige.
Llegado el desenvolvimiento de la lucha de clases al estadio dominado por la forma militar los enfrentamientos reales se dan en términos de fuerzas políticas autónomas y lanzadas hacia sus oponentes por intereses programáticos antagónicos que se dirimen en las instancias especificas del poder, razón por la cual el contenido exacto de la articulación producida al tiempo de la configuración de la fuerza y la condición revolucionaria de quienes la conducen resulta decisiva.
Esto que puntualizamos opera,más allá de que, las expresiones de fuerza son más relevantes si ellas denotan en diversos modos, la presencia de trabajadores capaces de impactar en la productividad con el retiro de su fuerza de trabajo es mayormente relevante.
El desarrollo de estas articulaciones sociales que ponen en acción fuerzas sociales, pueden en la medida en que se profundice su intervención , devenir en organización política o partido En ese sentido Marx en el 18 brumario de Luis Bonaparte , le da esa forma y señala a periódicos de la época constituidos en el rol de partido, por cuanto a través de ellos se manifestaban los intereses de la fuerza social puesta en lucha política.
El partido revolucionario nace entonces de un grupo de revolucionarios profesionales , dispuestos a generar una estructuración organizativa que de conducción a la fuerza social articulada. Dentro de la organización partidaria la condición de clase en sí resulta relativizada al articularse en fuerza política porque el colectivo prevalece sobre la condición de los individuos que lo integran y en ese plano , el programa que el partido pone en acción resulta su referencia ideológica necesaria e ineludible.
Las fuerzas sociales articuladas en forma política de partido beligerante, son propias de la lucha de clase en ascenso hacia su extremo militar . Las mismas fuerzas serán solo sociales , si se configuran en estadios más bajos de lucha de clases o en las luchas defensivas del salario y las condiciones de prestación de la fuerza de trabajo.
Es importante dejar en plano de advertencia complementario, con el objetivo de que se tenga presente, que para el análisis de la fragmentación social que la vanguardia de trabajadores padece hoy, como obstáculo real, según incluso lo deja ver el resultado de acatamiento de la última huelga general declarada por la CGT y CTas, que ella no solo responde de modo objetivo a los cambios en que opera la producción concreta de la fuerza de trabajo en los espacios relacionales del vínculo laboral sino que también reconoce causalidad , en el estadio específico defensivo de lucha de clases en el que nos encontramos
En ese sentido uno de los fenómenos sociales enfatizados incluso por el orden burgués es el de resaltar las diversidades, que en la modernidad siempre fueron existentes, para darles centralidad o al menos equiparación con la noción de clases sociales de modo que estas tiendan a su no conformación y a la atomización de sus componentes , exaltando la individualidad y el sentido de libertad negativa que ella conlleva, por oposición al necesario criterio de solidaridad y comunidad que emerge de una construcción clasista organizada .
Esta política burguesa , con objetivo claro de montar una arquitectura del orden social dominane , esta orientada a esterilizar la conformación consciente por los trabajadores como clase social y el desenvolvimiento de los intereses agrupantes ,de manera tal que de ese desarrollo no se llegue a la posibilidad de conformación de una fuerza política que antagonice en términos militares con el poder dominante.
También es relevante no perder de vista la condición de estructura institucional de clase del Estado, desde la perspectiva que permite la ley histórica del desarrollo de la lucha de clases.
Hoy nuestro tiempo presente marca y deja signos de un retroceso profundo en lo que tiene que ver con los elementos propios del plano civilizatorio alcanzado por la cultura que no es detenido porque favorece los intereses dominantes. Estamos advirtiendo sobre la capacidad de retroceder que tiene la burguesía en el solo afán de preservar su condición de clase dominante.
Particularmente el empleo de tecnología conduce de manera paradójica a una estandarización de los sujetos haciéndolo disminuir precisamente su subjetividad, con la emergencia de un embrutecimiento en expansión en lo relativo a la estandarización de los comportamientos y la mutabilidad de las valoraciones que merecen las acciones, que se describe filosóficamente como un vacío existencial con la prevalencia de la nada como “normalidad”.
Todo este gran fenómeno negativo para todos los que cotidianamente luchan desde la condición de vendedores de fuerza de trabajo exige de la organización y el avance desde la rebeldía espontanea a la conformación de una vanguardia de trabajadores profesionalizados en la idea estratégica de revolución permanente y dictadura de los trabajadores , a partir de la constatación de que las tareas de mayor desarrollo de la democrático son inviables dentro del régimen específico de la república burguesa.
La defensa de las condiciones más elementales de existencia de los trabajadores autoriza políticamente a afrontar las exigencias que impone en sentido histórico un nuevo 1ro de Mayo haciendo que este pueda constituirse en un señalamiento de un punto de partida para la difusión propagandística de todos estos componentes de la situación de lucha de clases en la que nos encontramos marcada por una ofensiva abierta en toda la línea por el poder burgués y que esa propaganda responda a la convocatoria de un poderoso movimiento de masas contra los capitalistas y sus gobernante, esto es, a pasar de la mera defensa economicista al cuestionamiento en sí de los cimientos fundantes del orden burgués explotador y opresor.
Para ello, hay que advertir que ese proceso de constitución de los trabajadores en fuerza política no puede ser otra cosa que clasista y carente de toda posible alianza con sectores de la burguesía.
Esto implica,por lo tanto, que la propaganda militante debe ser completamente independiente de todas las variantes de la política burguesa y expresar la lucha de clases de la mayoría explotada contra la minoría explotadora. Tiene que ser revolucionario para poner en marcha la dirección de ese proceso emancipador en la clase trabajadora en lucha a través de su vanguardia.
Esa misma propagada y agitación complementaria tiene asimismo, que ser internacionalista buscando unificar a los explotados de todo el mundo bajo su propio programa de reivindicaciones y bajo la estrategia de la revolución social, que es proletaria, socialista.
El 1ro de Mayo debe reflejar y basarse en las huelgas y manifestaciones que se vienen produciendo en innumerables países y continentes. Los asalariados están conmocionados por las políticas económicas y las contrarreformas que se están descargando sobre la fuerza de trabajo. Estos ataques exigen una respuesta de las masas trabajadoras a través del método de la acción directa.
El empleo se precariza, la informalidad crece, el subempleo sacrifica a la familia trabajadora y el desempleo sigue reproduciendo la miseria y el hambre de millones de personas. En estas condiciones de barbarie social, los capitalistas y sus Estados provocan una reducción general del valor de la fuerza de trabajo. El costo de vida aumenta en todas partes y el salario mínimo se reduce cada vez más en términos reales sin que la burguesía pueda revertir esta decadencia generalizada y por lo que se cierra en el perfeccionamiento de las acciones represivas desde el Estado .
La conformación de revolucionarios socialistas desde la clase trabajadora en lucha , es un elemento de corte subjetivo necesario para reaccionar ante el avance de la barbarie social y madurar las condiciones de la revolución socialista.
El capitalismo de la época imperialista es un capitalismo de guerras, revoluciones y contrarrevoluciones. Con una organización independiente, la clase obrera puede establecer un rumbo más coherente en la lucha contra todas las formas de opresión capitalista. Los altibajos de los movimientos de masas dan la dimensión de las contradicciones sociales del último periodo. Un 1ro de Mayo clasista, revolucionario e internacionalista tiene la posibilidad propagandística de exponer políticamente a los explotados de todo el mundo las condiciones en que se desarrolla la lucha de clases y la necesidad de que el proletariado encarne la revolución social.
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