A veces me pregunto si me olvidado,
de todos los olvidos que me han dejado
y si ha quedado el árbol muy desgajado,
con pájaros de arena y amor gastado.
Y entonces me respondo que los olvidos
son faros que en la sangre llevo encendidos
y el árbol generoso no esta perdido
le brotan los gorriones que siempre han sido.
…….Cuidado que están aquí,
caminan por estas calles
y comienzan a reír,
se escudan en un rosal
y esperan entre las sombras
.
Sucede que hay gente bien intencionada que buscando rumbear por la vida con algún compromiso para que esta no sea lo que es la existencia propia de una sociedad de clases y el vacio próximo a la nada que le entrega la posmodernidad, sale en búsqueda de razones de eso que le sucede en lo cotidiano.
Ocurre que se relacionan con otros bien intencionados y llegan a saber por tránsitos universitarios , profusos encuentros, propaganda militante, que existe una suerte de gurú o maestro espiritual que sin proponérselo compite con otros de igual propósito parapetados en cátedras o sitios universitarios por constituirse en maestro espiritual de los descarriados que revelándose contras granjas partidarias iniciáticas salen de esos corrales burdos para buscar la verdad de boca de este o aquellos iluminados, que por lógica conclusión “saben un montón” y hay que oírlos.
Alguno de estos sabiondos, son profesores de verdad, pero no han advertido aún que la sociedad de clases no es su universidad pública, sino que esta en cierto modo da cuentas de esa sociedad de clases y a su interior particulariza el conflicto social según la materialidad de su existir. Pero esa existencia particular en lo general , nunca es trasladable a lo general, sencillamente porque el afuera da referencia de otra gente que no se ve azotada por esas prácticas que se reproducen al interior de esa institucionalidad educativa.
Pero bueno, lo cierto es que los gurúes y en particular el gurú que ha conseguido por el “boca a boca” sacar chapa de sabiondo, escrito libros de obligada lectura y dado seminarios profusos , consiguen que nuestros originales buscadores de razones relativas a lo que les pasa le visiten y empiecen a procesar digestivamente toda su verba discursiva y sus originales percepciones. Uno podrá preguntarse ¿ Y este hombre para qué hace esto?. Una respuesta apresurada y como tal solo parcial , será la que replique el consabido : De algo hay que vivir. Pero la cosa es más compleja y pasa por la subjetividad, esa que es sistemáticamente negada por el “docente” maestro espiritual desde el inicio como boleto de ingreso al cenáculo que se pide en la puerta de ingreso de modo que si usted no jura abandonarla y reposar en el objetivismo concentrado de El Capital no podrá ver franqueado el ingreso.
En el espacio subjetivo, por fuera de las consideraciones relativas al ser humano , enfrascado en la categoría mercancía fuerza de trabajo y la explicación primaria de que todo remite a la estructura productiva, las relaciones de producción y los modos de producción , esta el narcisismo y sus variables, aunque ello implique el más acendrado parasitismo político y una vida contemplativa de cuanto sucede allá fuera , propia del hinduísmo.
Más allá de eso, esta suerte de versión porteña del maestro Yoda del universo de Star Wars, da líneas directrices para sobrevivir en la jungla urbana que ha desarrollado el capital y como “herramienta” necesaria prescribe leer El Capital, siguiendo la hermeneútica que el propone a través de su glosa .
Es así que ahí quedan los hombres y mujeres sensibles que arribaron a ese encuentro buscando razones para metamorfosearse en breve en simples refutadores de leyenda una vez que han visto la luz de las certezas de ese Marx, aunque también han abrevado en sus inconsistencias, no reprochables al autor , sino al marxismo, del que más temprano que tarde sentencian su muerte como simple ideología ordenando su caducidad y concentrando en “los trostskystas” al enemigo. A partir de ahí, generan un sello como denominador que siempre contenga en su definición la idea del “estudio” permanente y , salen a difundir “la palabra” como adventistas del siglo XXI .
El problema es que han debido fabricar el enemigo porque sinceramente nadie se anota para confrontarles, y advierten que giran en el vacío de las redes con sus manifiestos bíblicos , que no rebasan el positivismo yacente en las producciones que las usinas intelectuales del Stalinismo dejaron sueltas, al advertir que el muro de Berlín se les venía sobre sus cuerpos. Tanto es así que se fotografían llevando flores a la tumba del Gran Hermano, líder de los pueblos y confeccionan imágenes que buscan proliferen en las redes con Trotsky en situaciones ridículas, como aquella en la que se lo muestra intentando cabalgar sobre un caballo muerto.
Es tiempo de advertir a quienes puedan dar con ellos, en su incansable pulular en las redes, que lo que existe es Trotsky sin “ismos” y que su labor de completar finalmente lo que no pudo físicamente Mercader , advertidos de la proyección tras la caída del muro de cuanto pudo aportar Trotsky en defensa del marxismo para el rescate de la construcción revolucionaria en superación de lo que quedaba en esos escombros como Stalinismo, es peligrosa en la medida en que se constituya como un nuevo obstáculo a vencer por la vanguardia de los trabajadores en la tarea estratégica de la emancipación social y política .
Desde el estribo insistir en que la apelación al “Trotskismo” es una recuperación de la practica stalinista que impuso ese nombre a la consideración pública como “herramienta” en la infructuosa tarea de terminar con el presidente del soviet de Petrogrado y líder junto a Lenin de la revolución de los soviet en octubre de 1917 desde la dirección del partido bochevique . Cuentan en esa tarea, con el inestimable auxilio de los reformistas del FITU, que en verdadero fraude de etiquetas, como el que hace el que sustituye el producto original y real con la etiqueta de aquel ya probado en el mercado con aceptación, usan a Trotsky para los actos conmemorativos y para vender sus libros, acudiendo a la existencia de la Cuarta Internacional solo visible en los sellos que ellos mismos fabrican.
Dice Trotsky en un texto poco difundido titulado “ La leyenda del trotskismo “ para poner ya en claro el empleo del término como herramienta política liquidacionista de la teoría revolucionaria , que buscamos poner en advertencia por la reiteración espectral de este mecanismo en nuestros días, lo siguiente:
En su origen, la leyenda del “trotskysmo” fue, pues, un compló montado contra Trotsky en las altas esferas del aparato. Pero la dialéctica del proceso político no se acomoda a la broma. Al construir completamente una teoría del trotskysmo, imponiendo la separación de todo lo que Trotsky decía, sus autores se han orientado, insensiblemente, ellos mismo alrededor de ese eje. Para justificar cada vez su afirmación de que las ideas defendidas por Trotsky constituyen el “trotskysmo”, siempre se han visto invariablemente obligados a aportar enmiendas a esas ideas, a presentar objeciones que resaltan y exageran. Siempre han tomado al trotskysmo como punto de partida. No analizaban, no razonaban, no evaluaban; escribían notas al margen del “trotskysmo” que creaban a propósito. Es inútil decir que fue Bujarin quien se distinguió por su mayor productividad en ese trabajo de casuística, de escolástica y, sobre todo, de polémica. La publicación de sus Obras Completas sería para este hombre un castigo mortal. Pero también sería una punición para los lectores…
Así fue como de año en año los “antitrotskystas”, mediante una sistemática contradicción, han elaborado para su propio uso una concepción del mundo, original en el fondo, que los sujeta ahora firmemente con sus zarpas.
Sin embargo, ese proceso no ha sido abstracto, ideológico. La lucha de clases se ha mezclado en él. Automáticamente, la presión de las clases no proletarias se aprovechaba del embrollo y del ruido que hacía artificialmente nacer la sustitución del marxismo por el falso “antitrotskysmo”. El deslizamiento político estaba alimentado y completado por el que se efectuaba en el dominio de la teoría. Finalmente se llegó a un resultado completamente “curioso”, aunque muy costoso, mostrando cómo algunos se habían enredado hasta las orejas en la tela de araña ideológica que habían tejido ellos mismos para atar a su adversario. No se bromea con las ideas: tienen la propiedad de pegarse a las realidades de clase y continuar viviendo en ellas su propia vida”.(germinal_1917@yahoo.es [La leyenda del “trotskysmo”: conclusión necesaria]
León Trotsky 12 de julio de 1928
En el mismo sentido, y en orden a la frustración del intento póstumo de Trotsky por fundar y desarrollar una cuarta internacional, perturbado por su asesinato, la muerte de León Sedov su hijo a manos también del Stalinismo y sus servicios de inteligencia, y el desarrollo de la Segunda Guerra mundial donde la vanguardia obrera y los restos de los seguidores de los lineamientos surgidos de la oposición de izquierda del partido bolchevique , dejaron su vida en combate o en campos de concentración o por la propia persecución Stalinista , la salida de ese conflicto bélico y los acuerdos de Yalta tornaron imposible en términos políticos su continuidad , despojando a quienes seguían invocándola de toda legitimación histórica.
Al respecto, y en conformación de lo dicho, dice Natalia Sedova , compañera de Trotsky hasta el último minuto de su sesgada vida, lo siguiente:
“Sabéis perfectamente que no estoy políticamente de acuerdo con vosotros desde hace cinco o seis años, desde el fin de la guerra, e incluso antes. La posición que habéis tomado sobre los importantes acontecimientos de los últimos tiempos me muestra que en lugar de corregir vuestros anteriores errores, permanecéis en ellos y los profundizáis. En la vía que habéis emprendido habéis llegado al punto en el que ya no me es posible seguir silenciosa y limitarme a protestas privadas. Ahora debo expresar mis opiniones públicamente.
Me veo obligada a dar un paso para mí grave y difícil, que no puedo más que lamentar sinceramente. Pero no hay otro camino. Tras muchas reflexiones y dudas sobre un problema que me ha afligido profundamente, he decidido que debo deciros que no veo otra vía que la de afirmar que nuestros desacuerdos no me permiten ya permanecer por más tiempo en vuestras filas”. (Escrita: En mayo de 1951. Versión dígital en castellano: La Bataille Socialiste. Esta edición: Marxists Internet Archive, 2010).
Desde ambos textos advertimos, en oposición a estos “adventistas del siglo XXI” que desde la experiencia leninista de la Tercera Internacional, quedó expuesta la necesidad de un Partido Revolucionario Internacional que centralizara mundialmente la lucha contra el capitalismo y el imperialismo, necesidad día a día más apremiante por las características de la época en que vivimos,
Después de su expulsión de la Unión Soviética en 1929, León Trotsky comenzó a dar forma internacional a la oposición que venía desarrollando contra el stalinismo.A esta tarea desarrollada por el gran luchador revolucionario, corresponde atribuirle el mérito de haber mantenido vivas las banderas leninistas del internacionalismo revolucionario y de la democracia proletaria, de haber desarrollado una crítica consecuente y generalmente acertada de los graves errores del stalinismo que contribuyeron a la frustración de la Revolución en Europa y de haber tratado tesoneramente de construir una nueva vanguardia proletaria. Pero también cabe señalar la frustración de ese proyecto de desarrollar una nueva vanguardia revolucionaria a escala mundial en aquel momento histórico, lo que no implica el esfuerzo por reconstruir la iniciativa apelando al desarrollo de la lucha de clases y las vanguardias trabajadoras que la emprenden.
“El Proletariado es una clase social de esencia internacional, como lo es el capitalismo. Sin embargo, está obligado a actuar dentro de las fronteras nacionales, superadas por el desarrollo del capitalismo, pero no eliminadas aún. Se lee en el “Manifiesto Comunista” que también en el proletariado “reside un sentido nacional, aunque ese sentido no coincida ni mucho menos con el de la burguesía”. Hay un desarrollo político desigual entre el proletariado de los diferentes países, que tienen una particular historia y que tanta importancia adquiere en la formación de la conciencia de clase. El proletariado es una clase internacional, unida por una admirable solidaridad, pero, en el camino de su liberación está llamado a convertirse en clase gobernante, a monopolizar en sus manos el poder político dentro de las fronteras nacionales. Marx y Engels dicen que la lucha del proletariado es nacional por su forma, aunque por su contenido es internacional. El factor preeminente es el contenido internacionalista, pero, en cierto momento la forma nacional de la lucha se agiganta, cuando se trata de la conquista del poder, por ejemplo, y opaca al internacionalismo, que no a pocos se les antoja una mera formalidad. La revolución no se da al mismo tiempo en todos los países, particularmente porque el desarrollo político, de la conciencia de clase del proletariado de éstos es diferente de unos y otros. Lo que madura internacionalmente -como sucede ahora- es el factor objetivo, económico, de la revolución, pero el factor subjetivo -partido- aparece atrapado por la evolución política nacional (Guillermo Lora. Las cuatro internacionales pag.8)
«Los grupos minúsculos que no pueden ligarse a ningún movimiento de masas no tardan en ser presa de la frustración. No importa cuánta inteligencia y vigor puedan poseer, si no encuentran aplicación práctica para una y otra cosa están condenados a malgastar su fuerza en disputas escolásticas e intensas animosidades personales que desembocan en interminables escisiones y anatemas mutuos. Una cierta dosis de tales riñas entre sectas ha caracterizado, por supuesto, el progreso de todo movimiento revolucionario. Pero lo que distingue al movimiento vital de la secta árida es que el primero encuentra a tiempo, y la segunda no, la saludable transición de las disputas y las escisiones a la auténtica acción política de masas.»( Mario Roberto Santucho. Por que nos separamos de la IV internacional).
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