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El fetiche legal y su funcionalidad con los palazos a manifestantes

LA FORMA JURIDICA Y LA PROTESTA SOCIAL. EL CAMINO ABIERTO A LA REPRESIÓN BURGUESA
La reproducción del capital se encuentra en crisis. Ese fenómeno estructural nos ubica en un proceso complejo de desarrollo contradictorio que abarcan a todo un conjunto de fenómenos económicos y sociales de forma tal que aumentan la inestabilidad general del capitalismo como orden social ,sumergiéndolo además en la profusión de conflictos bélicos por disputas interimperialistas .
Desde ese sintético cuadro de situación nada habilita hoy a pensar en que la globalización capitalista tiene expectativa de paz por consenso , ni posibilita entender la sociedad fuera de un contexto revulsivo, cualquiera fuera en definitiva el contenido específico que asuma esa conflictividad.
En ese marco, también por el juego de diversos factores, todos con referencia inmediata o final en la estructura de relaciones sociales de producción, se suceden a menudo o con periodicidad ya regularizada, situaciones inicialmente de conmoción generalizada, que con el tiempo y advertida de su frecuencia, la clase dominante tiene a naturalizar en gran medida con el auxilio de su aparato mediático o usufructuando los perfiles de una sensación inversa que se deja ver por manifestaciones orgánicas que no contemplan como un daño social , los sucesos , aún cuando de ellos se sigan personas lesionadas de gravedad
En esa conmoción toman cuerpo episodios de violencia en los que el Estado asume perfil abiertamente represivo , apelando a la legitimación que la ley penal le acuerda al otorgarle el monopolio del ejercicio de la fuerza , como ocurre con las manifestaciones que se suceden en CABA todos los miércoles .
Esta situación no es absolutamente neutral e impone determinaciones específicas a la hora de afrontar los efectos concretos de ese fenómeno específico que se perfila también por la producción de legislación económica que avanza en la desregulación de la relación capital -trabajo y busca reducir el impacto político de las medidas de fuerza que determinen los trabajadores con empleo formalizado y sindicalizados.
Se añade en el mismo nivel de importancia, la legislación penal cada vez mas represiva por vía de la creación de sujetos sociales peligrosos, como lo son el caso particular de quienes se manifiestan en las calles por carecer de inserción laboral alguna o la búsqueda de incorporar como sujeto de ese tipo de norma a mayor cantidad de personas, incluyendo a quienes aún se encuentran en formación , como ocurre con el reiterado proyecto de ley de baja de la edad de punibilidad..
Dicho en otros términos , frente a la crisis en la reproducción social del capital , generadora en plano objetivo de una intensificación de los conflictos , políticamente se decide por los operadores de los intereses de la burguesía de conjunto un embate que la pone en mayor situación dominante que la que objetivamente tiene en las relaciones de producción contra los trabajadores y sectores desplazados de la producción.
Es un avance que busca desmantelar los resabios del llamado “estado de bienestar”, determinación política que genera resistencia aún en sectores de la pequeña burguesía y el llamado empresariado nacional impedido por su atraso de competir en el mercado con productos importados .
Ese propósito estratégico de salir de la proyección industrialista que alguna vez pudo tener la Argentina, que genera conflictividad social en los hechos por sus efectos inmediatos de desocupación y baja del salario real , esta siendo combatido con amenaza o concreción de represión jurídicamente válida. Dicho de otra manera: una doble acción de derogación de regulaciones laborales y beneficios sociales y sanción de legislación represiva a la que se le suman fallos judiciales que avanzan notoriamente contra las garantías y libertades individuales que oportunamente supieron ser consagradas para los pobladores.
Es notable la recurrencia, la reiteración, del espectáculo de la policía pegándole a la gente que protesta en las calles . Es también notoria la actitud de los fiscales agrupados en infinitos dispositivos que se asumen como brazo ejecutor de la generación de causas penales a quienes son detenidos injustificadamente en la protesta. Al mismo tiempo los fallos judiciales generan perplejidades por sentencias que dan creación a la existencia de sujetos de la ley penal de tipo colectivo, diverso de lo que indica el propio encuadre jurídico que en todos los casos refiere al titular de la acción como un individuo y no como un colectivo.
De allí el uso abusivo de la figura penal Asociación Ilícita para justificar estadios procesales en prisión preventiva y provocar el efecto socialmente intimidante que de ello se deriva , haciendo derivar la legítima protesta por problemas económicos y sociales a la lucha por la libertad grotescamente cercenadas.
Los sucesos que se pueden generar en el curso de una protesta social callejera , no pueden darse materialmente sino por el concurso de muchas personas voluntaria e intencionalmente agrupada para ese objetivo y no para las consecuencias eventuales que se siguen del mismo . Ocurre sin embargo que los fiscales en general y en todo el territorio del país, por el solo hecho de estar en la calle les inician proceso y criminaliza al tanteo incluyendo a todos en imputación de daño calificado, resistencia a la autoridad, afectación del normal funcionamiento de los transportes, comunicaciones y otros servicios , y otras figuras delictivas.
Las políticas de derechos que ponen en práctica las organizaciones políticas reformistas o mal llamadas progresistas. acuden al Estado fundado en la norma y con ello en la norma principal legitimante de la validez de las restantes , la constitución nacional como si ese texto fetichescamente tuviera la virtualidad de evitar todo despropósito , olvidando que la propia burguesía golpeadora y represora es la gestora de ese cuerpo legal y le da concreción siguiendo interpretaciones que le resultan funcionalmente favorable.
Lo lamentable, y lo que ocultan esos declamatorios aparatos políticos apóstoles de la denuncia , es que cumplir con el derecho significa hoy, acatar las leyes económicas aceptando el desenvolvimiento libre de la acumulación burguesa con perjuicio directo de la clase trabajadora y es en este aspecto del problema donde el famoso estado de derecho muestra su rostro.
Es así como esta construcción de falsa conciencia, se erige en factor represivo de primera magnitud porque materializa el imperio que contiene toda ley mediante la amenaza de sanción por su incumplimiento. De esta forma, si el gobierno fija una mínima del haber jubilatorio y no fija una pauta real de actualización de ese monto , las acciones tendientes a manifestar la protesta por esa opresión de la burguesía dominante habilitan la violencia del Estado que resulta legitimada por esa ley previa contra la que se rebela un sector de la población .
Finalmente desde el espacio superestructural los medios comunicacionales en todas sus variantes ,se ocupan en correspondencia con el sentido de defensa de la norma y con la generación de la categoría “buen ciudadano” en poner de relevancia el “derecho al tránsito, al trabajo , a la circulación de mercancías” con lo cual buscan y consiguen introducir una división entre los trabajadores de la fracción contenida en la economía regular y los socialmente oprimidos menguando su posible solidaridad y colaboración
Aparece aquí la idea definitoria del derecho que es su lógica contenida en la propiedad. De esta forma , con faceta de libertad negativa se dice que el derecho a la protesta cede ante el límite que impone el derecho del otro. Se establece así una suerte de equivalencia de mercancías que deben equilibrarse en el mercado de la validez social para no ser afectadas por el accionar represivo.
En este sentido y por fuera del discurso jurídico dominante, es necesario advertir y comprender que la cuestión está marcada, no por el derecho a la propiedad en sí, sino por la mercancía ya que el primero cobra vida y se instituye para garantizar funcionalmente por la fuerza del derecho la exclusión de todos los demás sujetos, diversos del propietario, a los que se caracteriza como terceros de la posesión de esa mercancía en circulación .
De esta manera, por vía funcional del derecho y su lógica de libertad negativa que lo exhibe como límite contenedor de las facultades de uno sobre otro ,la mercancía llama a la dispersión y esto genera el fraccionamiento , la dispersión de distintos sectores de la clase trabajadora que incluyo pueden llegar a confrontar entre sí.
A la burguesía no les afecta la dispersión, por el contrario se beneficia de ella. ya que el derecho , el código civil y el derecho penal , le garantizan por la fuerza , la portación exclusiva individual de las mercancías y la reproducción del capital.
Tampoco tiene lugar en el análisis del fenómeno, el grueso de adjetivaciones que se hacen sobre el accionar concreto del Estado. No cabe apelar a la anexión de significantes a una sustancia. La acción es represiva. No deja de serlo si resulta brutal o no, si es desmedida o no. Esto habilita la teoría de los excesos y un retorno discursivo a justificaciones empleadas en tiempos de prácticas genocidas durante la dictadura cívico militar de la década del setenta.
Por esto y por sus intereses históricamente objetivos , se hace necesario que la vanguardia de los trabajadores manifieste de manera diversa a como lo viene haciendo su situación frente al despliegue de la violencia estatal.
El Estado burgués, aún el más democrático es un instrumento en manos de esa clase dominante que siempre y en todos los casos impone su dictadura. No es neutral en contexto de lucha de clases y en una sociedad de producción de mercancías. Es una estructura institucional de opresión sobre los explotados y los desplazados del mercado de trabajo. El ejército , la policía, toda la agencia represiva , los jueces, las leyes, expresan de diversa manera y funcionalmente, esa fuerza opresora.
El contenido de las acciones militantes no puede ser la reforma de ese fenómeno sino la determinación final de su abolición por la construcción de poder obrero consolidado programáticamente en su dictadura de clase
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