Nuevo Curso

El gran ausente, es la víctima y a la vez el potencial sujeto emancipador

Una condición suspensiva en una obligación es
un evento futuro e incierto cuyo cumplimiento hace que la obligación surja o se haga exigible. Hasta que este evento ocurra, la obligación está en «suspensión»…..

Hay una condición, en el sentido estrictamente jurídico del término, que toma forma suspensiva respecto de la producción del resultado que se pretende que levanta un muro sobre el cumplimiento de una obligación política emancipatoria que pesa sobre los trabajadores en Argentina. El manifiesto comunista, enfatiza el resultado y el elemento subjetivo obligado a la obtención de ese resultado , cuando indica la necesidad de que la clase obrera tome las riendas de su propia liberación. Esta premisa que no es un augurio, una predicción de futuro sino lo inverso , es decir, un imperativo categórico , significa que la transformación social, la eliminación de la explotación y la creación de una sociedad conformada por otras relaciones de producción centradas en el principio de colaboración como contenido de lo que debe considerarse justo deben ser impulsadas por la propia clase trabajadora
Establecida de esa forma, como contenido manifiesto, esa obligación no ha podido ser pasible de sentencia de caducidad dictada por la burguesía desde sus aparatos culturales, sencillamente porque habita como tal, es decir como imperativo, en la propia realidad, y el derrotero de la acción política en Argentina no hace otra cosa que expresarlo desde su fracaso y decadencia en la pretensión prioritaria de la burguesía de acceder a una dominación consensuada por aquellos que son sometidos objetivamente a la servidumbre salarial y su contracara , la desocupación seguida de la marginalidad de la estructura económica formal.
Nuestra historia da cuenta desde la mitad del siglo pasado al presente, del derrotero de la fuerza política que encarno un militar gestor del paradigma de la comunidad organizada y el mitad para uno y mitad para el otro ,en el contenido de la distribución social de la riqueza y que termina hoy con su líder que ha ocupado todo el devenir político de este siglo acosada por propios y extraños y mordiendo las consecuencias que cualquier persona puede padecer en una sociedad de vigilancia y castigo a través de la amenaza jurídica de imposición de pena.
Ese derrotero político ya supo de otros momentos de ofensiva de sectores burgueses diversos de los que le dieron origen en ocasión del intento del desarrollo del capitalismo industrial y la búsqueda de independencia económica, ya el propio General Perón supo del exilio la confiscación de bienes y otras yerbas, pero las circunstancias eran diversas en la base material signada por la relación social capital que se procuraba facilitar en su reproducción , que estas que hoy se viven , en gran parte propiciada por las propias determinaciones de política económica adoptada por la hoy acosada por la persecución penal.
Es este el derrotero de la intervención política que propicia la conciliación de clases y las alianzas de los trabajadores con sectores de la pequeño burguesía , en la medida en que esos vínculos políticos se trazaron siempre desde los aparatos organizativos partidarios o grupos cobijados en su interior y no por las clases o sectores de clase involucrados.
Si algo denota el peronismo en todo este tiempo y en cualquiera de los relatos es que su capital humano, su fuerza política esta construida en lo que refiere a los asalariados o los desplazados de la producción formal por personas que no se constituyen en sujeto de clase, es decir, no se construye con quienes se perciben a sí mismos como trabajadores y mucho menos que en plano de sus determinaciones conscientes adscriban a un propósito emancipatorio del orden de explotación y opresión donde viven.
Incluso el propio peronismo, en cualquiera de sus formatos y relatos , exhibe el lugar del deseo de las masas en el consumo, los paradigmas y la forma de vida de la pequeño burguesía, léase el auto, las vacaciones , los viajes, las ropas para exhibir, los eventos de esparcimiento , los gustos , etc. Es decir, la fuerza y la razón de existencia del peronismo está en prometer y en algunos casos arribar alguna salida espejada en los haceres de la pequeño burguesía que a su vez no se espeja en sí misma sino que busca emular los haceres de los grandes propietarios , a los que básicamente le reconoce sumisión.
Todo este desarrollo nos lleva a explicar por qué señalamos que en nuestra realidad no se cumple esa condición suspensiva que de materializarse podría poner en acto la obligación emancipatoria que pesa sobre la clase trabajadora como sujeto dirigente necesario de la revolución social .
Esa condición suspensiva no es otra que la conformación del trabajador en clase social, es decir, la advertencia concreta de que no por trabajar , ni percibir un salario, y no ser propietario de medios de producción de su propia existencia material, se conforma esa clase social , sujeto revolucionario a la que Marx le dirige el señalamiento de que su liberación de la explotación solo puede lograrse por ellos mismos.
Dicho de otra forma. Durante todo este prolongado tiempo en que nos hemos visto atravesados por el Peronismo y su conciliación de clases , lo que hemos hechos es hablar de los trabajadores, hacer apología de los trabajadores, encerrarlos en los entramados sindicales y sus direcciones anexas funcionalmente al Estado, pero no se ha alcanzado solo en forma embrionario , lo ineludiblemente necesario para lo demás, es decir, por vía cultural del peronismo, el trabajador no se siente como tal, y particularmente niega la explotación , centrando la pretensión del programa máximo en un salario “justo” y condiciones dignas de trabajo y espacios de existencia.
La tarea es entonces, desde lo que se denomina vanguardia de trabajadores, precisamente porque ese grupo social sí advierte la pertenencia oculta culturalmente a esa clase social y como tal desde lo básico apunta a esas consignas de programa mínimo de sobrevivencia en el capital, que por ser hoy tan difíciles de generar por la burguesía, ella misma apunta a delinear en ofensiva-defensiva un nuevo orden de control social que excluye al peronismo y sus expresiones haciéndolo con el instrumento legal que corresponda, en este caso el castigo penal y sus normas jurídicas negativas que se busca encontrar la forma de aplicarla sobre la líder de ese movimiento político que cae porque sus propios cimientos en la reproducción social llaman a su fin .
De esta manera hay que advertir que se da un conflicto social pero no una confrontación de clase contra clase, porque lo que emerge es una disputa al interior de un orden social, sin cuestionar sus fundamentos y como resultante de las nuevas formas que adopta la relación social capital a partir de las nuevas formas en que se pone en acto a la fuerza de trabajo y la gestación de valor , partes integrantes y significativas de esa relación.
De esta manera , en la medida en que el trabajo político de la vanguardia trabajadora quede reducido a los reclamos inmediatos que puedan nacer de la relación laboral que el derecho impone a las relaciones intersubjetivas de producción y circulación de capital , lo que se consigue es quedar en el incumplimiento de esa condición suspensiva de la que hablamos desde el inicio, es decir , no logramos trascender a la determinación identitaria de conocer claramente lo que somos, es decir, que somos trabajadores y no otra posibilidad subjetiva.
La comprensión de que se reviste en la vida en la condición de sujeto social trabajador, es lo prioritario, sin lo cual deviene abstracto hablar de procesos políticos emancipatorios y programas políticos que concentren en el entendimiento de quienes a diario de una u otra manera venden su fuerza de trabajo y se ven acosados por los flagelos propios de esa materialidad . Si esa situación no se concreta , es posible que los debates políticos pasen por otros vectores todos ajenos a la agenda estratégica de quienes son trabajadores en sí.
Es así que podemos entrar en la confusión de repetir, reproducir, y gestionar discursos e intereses concretos , que no son de la esfera de quien vive de su capacidad de producir bienes y posibilitar el funcionamiento de servicios . Ese lugar erróneo , nos ubica en la reproducción del discurso de sectores internos de la burguesía y en particular caer en la creencia de que ellos nos expresan cuando los gestores y beneficiarios de ellos, son grupos de capitalista que reproducen el atraso de nuestra base productiva .
Si el programa de quienes toman iniciativas con lugares de vanguardia no advierten esta objetividad , lo que sucede es lo que vemos con frecuencia: demandas parciales buscando poder sobrevivir mejor en este mismo orden que es el propio generador de las carecias que denunciamos, con lo que el avance constructivo a un nuevo orden social deviene en utopía. La construcción en el hoy , muta por el posicionamiento político de la espera de lo que vendrá pero ese mañana nunca llega, precisamente porque lo que se hace hoy no lo busca con sentido claro, preciso y como propósito estratégico.
No es irrelevante que la líder de un movimiento de conciliación de sectores de la producción, en el esquema idealizado de capital-trabajo , reciba una amenaza cierta de condena, luego de largo tiempo de proceso y viabilizando todas las garantías democráticas que ese proceso puede en apariencia contener por todos los recursos posibles , hasta los últimos de queja ante la corte que usualmente no se admiten y mucho menos se conceden .
No es irrelevante la significación de la producción o no de una condena penal, porque la puesta en acto del daño punitivo amenazado por las figuras penales por la que Cristina ha sido ya condenada en bajas instancias judiciales abre un nuevo escenario no por los escenarios que implican su reemplazo , ni por los pataleos internacionales en tribunales de ese nivel que pueda seguir generando la perjudicada por esta actuación concreta de la forma jurídica a la que tantas veces se le rindió pleitesía y de la que se hizo apología por vía de la idea de Estado social y la presunta resignificación del rol de esa instrumentación institucional del poder burgués .
El significado real del hecho político, es la observación no de una imagen sino de un acto concreta, por el que el poder burgués para beneficio de la reproducción del capital en crisis dentro de la estructura económica que lo contiene , ha decidido enviar a la alianza de sectores que componía el peronismo-kirchnerismo, un mensaje claro, tal como si fuera un telegrama de despido, de cese de relaciones y agotamiento de su existencia, señalando a ese mismo sector la necesidad de adaptación a las nuevas imposiciones culturales y políticas que busca definitivamente establecer la clase dominante.
A Cristina la han tirado al bombo, no hubo ni habrá la posibilidad de quilombo porque en su propio hogar, sus ayer aduladores, buscan desconocerla como Pedro a Cristo y preguntan por la salida del instituto Dorrego, temiendo correr la misma suerte del héroe y la del actual moradora que lleva su nombre. Los Pichetto , los Fernández (Albero -Aníbal) , los Massa y los que ahora caminan con dudas detrás del gobernador de Buenos Aires a su manera anticiparon en su momento , esa advertencia del agotamiento de la posibilidad de que la líder de un movimiento que pretende vender la alternancia del poder asumiendo los gruesos trazos de la política del actual sector a cargo de la gestión , no es aceptado por el poder burgués real, no el de la lapicera y debe salir de la escena.
Frente a todo esto y viendo que las organizaciones reformistas andan detrás de los huesos que deje la comida de los otros , lo prioritario es tener la advertencia de la tarea siempre inconclusa de que las masas trabajadoras finalmente se reflejen en eso , en masa poblacional de trabajadores con intereses específicos, y desde allí partir hacia la adopción del programa revolucionario que les llega desde la vanguardia que haya comprendido la necesidad de vencer la condición que hoy tiene e impide el mandato según el cual la emancipación de los trabajadores solo será posible por ellos mismos.
Ellos mismos necesitan que su vanguardia se organice en partido-programa con una estructura de cuadros , capaces de dotarse de las habilidades dirigenciales para conducir ese proceso liberador y gestionar las tácticas que la realidad del desarrollo de la lucha de clases imponga, con determinación estratégica a la construcción del poder obrero socialista y revolucionario.
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